Boom Blox Bash Party
- PlataformaWii8.5
- G¨¦neroAcci¨®n
- DesarrolladorElectronic Arts
- Lanzamiento04/06/2009
- TextoEspa?ol
- EditorElectronic Arts
M¨¢s, pero mejor.
Mejorar la misma f¨®rmula a?adiendo novedades es una estrategia que no suele fallar. Al menos no deber¨ªa si se cuida, como ha hecho Electronic Arts, todos y cada uno de los componentes que rodean el desarrollo de Boom Blox Bash Party, la continuaci¨®n de aquel adictivo puzle eminemente pensado para el disfrute multijugador. Una f¨ªsica mejorada, m¨¢s de 400 niveles para aburrir, nuevas animaciones y la misma premisa; hacer que los jugadores pasen un buen rato destruyendo bloques.
Destruir bloques. No hay cometido m¨¢s sencillo que este en un videojuego. M¨ªtico concepto desde que los videojuegos inaugurasen su andadura, as¨ª como la industria en general. Ha pasado demasiado tiempo hasta que una compa?¨ªa, quiz¨¢s la menos esperada, decid¨ªa ponerse manos a la obra para revitalizar un g¨¦nero que parec¨ªa acabado con la llegada de la nueva generaci¨®n. Es curioso, no obstante, que haya sido de la mano de Steven Spielberg, el aclamado director cinematogr¨¢fico. Es una historia ya narrada en el pasado a manos de Boom Blox, el t¨ªtulo m¨¢s importante que, debutando en Wii, ha sabido transportar una tem¨¢tica tan manida en la d¨¦cada de los 80 que apenas exist¨ªa confianza en que alguna desarrolladora supiese volver a catapultarlo hacia el siempre exigente sendero del ¨¦xito.
Al menos de la satisfacci¨®n plena que otorga el elaborar un videojuego capaz de unir a la prensa especializada -no al p¨²blico, por desgracia-, a la hora de elogiar la propuesta del estadounidense. No es trabajo que se le pueda atribuir plenamente al director, ya que ha sido una compa?¨ªa interna a Electronic Arts quien ha elegido los artes conceptuales, la figura, el trasfondo de un Boom Blox que hace apenas un a?o sorprend¨ªa a propios y extra?os. Dicho sea de paso que siempre es dif¨ªcil atinar en estos casos, a sabiendas de que se habla de una consola que por concepto ha explotado el g¨¦nero casual, el que primero impacta en el p¨²blico generalista. Sin embargo s¨ª que hay que aplaudir a Spielberg por su apuesta. La criticada implicaci¨®n que ha tenido en esta industria todav¨ªa est¨¢ dando sus frutos, queda mucho camino por recorrer en este caso concreto.
La mejor prueba de ello es el t¨ªtulo que hoy analizamos, la continuaci¨®n del que para muchos se convert¨ªa en un cl¨¢sico instant¨¢neo, oculto entre la amalgama de promesas, producciones de ensue?o que en la mayor¨ªa de los casos han dejado tras de s¨ª un amargo sabor de boca. El puzle en su estado m¨¢s b¨¢sico, elemental, combinado con un universo propio de Nintendo que sin grandes filigranas logra hacer sentir al usuario part¨ªcipe del reto al que se ve sometido, algo tan sencillo como destruir todos los bloques que aparecen ante sus ojos con la ¨²nica ayuda del innovador sistema de control de Wii. Lo realmente parad¨®jico es que pese al aspecto que se puede prever a simple vista, Boom Blox Bash Party no se limita a a?adir novedades para salir del paso, para justificar una de tantas secuelas que aparecen en el mercado hoy d¨ªa. Electronic Arts ha querido ir un paso m¨¢s all¨¢, haciendo de la diversi¨®n toda una odisea a base de niveles, acertijos inexpugnables que requieren hacer uso del seso. Tanto que se declara requisito indispensable la compa?¨ªa de un segundo cerebro analizador.
Todo el que haya disfrutado de la entrega original se percatar¨¢ al instante de la ausencia casi total de novedades en este sentido, lo que ciertamente entra?a una de las taras del producto. Es cierto que hay una interesante cantidad de a?adidos en cuanto a la f¨ªsica de los bloques, como bien podremos comprobar en los p¨¢rrafos que prosiguen a ¨¦ste, aunque se echa en falta la inclusi¨®n de una modalidad ¨²nicamente destinada al juego en l¨ªnea, precisamente uno de los apartados que se criticaron del original. No existe tal cosa, de este podemos dar fe a poco de comenzar a disfrutar del t¨ªtulo, por lo que la ¨²nica posibilidad que encontraremos en este aspecto pasa directamente por compartir los escenarios que hayamos creado en el s¨®lido editor de fabricaci¨®n, al que s¨®lo podremos acceder en la compa?¨ªa en solitario.
El camino nos lleva directamente a comenzar en la campa?a principal, donde nos vemos obligados a participar en un breve tutorial. Aqu¨ª se explican los fundamentos de una continuaci¨®n que con presteza deja entrever que los cambios van centrados en explotar los factores que destacaron en el original. La partida comienza con varias pruebas sencillas. A tenor de nuestra puntuaci¨®n se ofrecen tres tipos de medalla -bronce, plata, oro-, aunque tendremos que sudar la gota gorda para lograr la m¨¢xima puntuaci¨®n posible. Antes de pasar a explicar qu¨¦ modalidades descubrimos en esta petit avis de prueba es necesario hacer un breve resumen de la mec¨¢nica de juego, interesante a buen seguro para aquellos que nunca han probado lo que ofrece la serie Boom Blox.
La explicaci¨®n general pasa por una simple aplicaci¨®n entre el wiimote -a solas- y una serie de bloques que aparecen en pantalla. Seleccionamos un escenario en el que debemos tumbar estos bloques, caracterizados mediante el color azul -a modo de diamante-, haciendo uso de distintos objetos que han de ser lanzados desde la posici¨®n del jugador. La primera posibilidad a la que atender es tan b¨¢sica como arrojar una pelota de beisbol hacia cualquiera de los soportes en los que se encuentre uno de los diamantes. El wiimote se coloca en posici¨®n vertical para realizar un gesto similar al que se concibe en la realidad a la hora de arrojar cualquier objeto con fuerza. El pad detecta una m¨ªnima potencial de lanzamiento; dependiendo de ella la pelota impacta con mayor o menor potencia en uno de los bloques, desestabilizando la estructura general que aparece en pantalla al seleccionar el nivel de marras.
La explicaci¨®n tambi¨¦n conoce un resumen bastante m¨¢s somero, ya que el principal objetivo es el de hacer lo posible para adquirir cuantos m¨¢s diamantes sea posible en cada escenario, recreado totalmente en tres dimensiones. El p¨¢rrafo anterior recoge una de las modalidades de juego, ya que encontramos m¨¢s a lo largo de nuestro recorrido. Los compases de inicio proponen un sencillo ejercicio estilo martillo, en el que es posible agarrar literalmente un bloque y catapultarlo hacia la direcci¨®n que deseamos en cada momento. Las estructuras, l¨®gicamente, hacen cada vez m¨¢s complicada la adquisici¨®n de estos materiales. Si logramos obtener la cantidad necesaria para adquirir una medalla podemos darnos por satisfechos, mientras que en caso contrario no podremos avanzar hacia la siguiente disciplina. Si en el tutorial hacemos un repaso somero a las posibilidades del juego, lo que se abre a continuaci¨®n es un aut¨¦ntico parque de atracciones, a cada cual m¨¢s exigente.
De este modo, exactamente igual que lanzamos una pelota de poco tama?o podemos estar jugando con la densidad de un bolo, lo que genera unas condiciones de impacto distintas a costa de medir con mayor precisi¨®n la fuerza que generamos al desprendernos del objeto en cuesti¨®n. Aunque no ser¨ªa justo basar la jugabilidad ¨²nicamente en lo que aqu¨ª hemos querido denominar diamantes, ya que en determinadas ocasiones nos vemos obligados a lanzar bolas de pintura al estilo tres en raya para combinar hileras de bloques, con la consiguiente cadena de puntos que recibimos al realizar esta acci¨®n con ¨¦xito. Es imposible profundizar en las novedades del producto sin restar inter¨¦s a la carrera de avanzar, de cumplimentar los acertijos, que paulatinamente se hacen m¨¢s dif¨ªciles de superar. Todo esto en lo que respecta a la campa?a en solitario, donde descubrimos una ingente amalgama de escenarios que mantendr¨¢ al jugador ocupado durante bastante tiempo.
Lo que respecta al multijugador es el siguiente punto que hace de Bash Party una obra con carisma, algo de lo que carecen tantos otros juegos que generalmente ser¨ªan denominados como casuales. Aqu¨ª no es necesario esperar para desbloquear esta modalidad, tan s¨®lo contar con un compa?ero que garantice algo de competencia a la hora de completar en cooperativo las mismas misiones que describ¨ªamos anteriormente. Cuando hablamos de competici¨®n la cosa cambia, ya que la mayor¨ªa de los puzles hacen una propuesta de rapidez. No vale con conseguir todos los diamantes o una mayor puntuaci¨®n, sino hacerlo con la agilidad necesaria para ser los primeros en completar la fase en cuesti¨®n. Una medida bastante inteligente si se tiene en cuenta la riqueza que aporta la trabajada f¨ªsica del motor gr¨¢fico, que hace posible terminar una fase de un centenar de maneras diferentes.
De nuevo es inevitable hacer menci¨®n de la importancia que supone el hecho de contar con una rica variedad de escenarios, de modalidad que nos obligan a manejar el wiimote y la c¨¢mara de toda clase de formas, a cada cual m¨¢s variopinta. Siempre que queramos podemos hacer uso del creador de escenarios para completar los 400 niveles a los que por defecto tenemos acceso, aunque para conseguir objetos que a?adir a nuestro parque primero es necesario obtener buenas puntuaciones en los puzles de cualquiera de las modalidades que estemos disputando. Para poder disfrutar del editor en todo su esplendor -y por suerte para los menos experimentados en este sentido-, Electronic Arts ha incluido un c¨®modo tutorial con el que ning¨²n jugador deber¨ªa tener problemas para sintonizar.
A expensas de este punto, es necesario tener en cuenta que no existen posibilidades en l¨ªnea m¨¢s all¨¢ de compartir y descargar nuevos escenarios, una actitud que se ha de aplaudir en la medida de lo posible -expandir a¨²n m¨¢s la vida ¨²til del juego-, pese a que se echa en falta poder disfrutar de los puzles con un amigo en la distancia. Quedamos a expensas de una nueva edici¨®n donde s¨ª se incluya esta faceta, aunque es evidente que este era el momento indicado para incluir una infraestructura en condiciones.
En cuanto al motor gr¨¢fico en s¨ª, obviando lo descrito p¨¢rrafos atr¨¢s, Bash Party gusta en seguir la l¨ªnea de su antecesor. No ser¨¢ extra?o contemplar animales comprimidos por doquier, parajes naturales que decoran los puzles, b¨¢sicamente todo lo que se antoja necesario para que la experiencia jugable no se convierta en un tost¨®n. M¨¢s bien todo lo contrario, la est¨¦tica recuerda por momentos a la habitual en las producciones de Nintendo, repletas de buen humor. Es interesante saber que la apuesta no es meramente infantil, sino que se ha pensado en el p¨²blico en general, por lo que los ?adultos' no se sentir¨¢n rechazados por la imagen que pueda ofrecer el t¨ªtulo. M¨¢s bien todo lo contrario; a tenor de la dificultad de algunos puzles, es necesario hacer buen uso del intelecto para no perder los nervios en las fases m¨¢s complicadas.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.