Need for Speed NITRO

Volver a la esencia de Need For Speed. Recuperar el ansia por las carreras fren¨¦ticas, la velocidad terminal, el nitro que explota en el tubo de escape dejando tras de s¨ª ese inconfundible olor a chamusquina. EA Montreal no se ha andado por las ramas a la hora de presentar el t¨ªtulo de conducci¨®n exclusivo de Nintendo para esta temporada, una aut¨¦ntica amalgama de buenas intenciones que cuenta con el apoyo de un motor gr¨¢fico capaz de alcanzar los 60FPS. El tuning ca?¨ª, la adrenalina a mansalva; est¨¢ todo en NITRO, s¨®lo es cuesti¨®n de descubrirlo.

La diversi¨®n ha de ser un punto indispensable en un videojuego de ¨²ltima generaci¨®n. Todo el mundo est¨¢ de acuerdo con esta afirmaci¨®n, incluso Electronic Arts, que parece haberse dado cuenta por fin de que una simple adaptaci¨®n al uso no funciona en las plataformas de Nintendo. Los ¨²ltimos proyectos que han aparecido en el mercado apenas han sido suficientes para garantizar cierta cuota de ventas, adem¨¢s de la intensa amalgama de cr¨ªticas que ha acumulado la compa?¨ªa por culpa de esa dejadez a la hora de planificar t¨ªtulos elaborados desde cero, con una base s¨®lida, sin aprovecharse ¨²nicamente de un producto general que posteriormente se divida en distintas ramas. Por m¨¢s que se intente, es muy dif¨ªcil que SHiFT, ese intento por volver a la simulaci¨®n que Xbox 360 y PlayStation 3, de la talla en Wii y Nintendo DS, principalmente porque se apoya en unos gr¨¢ficos extremadamente realistas, como tambi¨¦n en la f¨ªsica del coche en s¨ª.

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S¨®lo quedaba sorprender al p¨²blico con una nueva franquicia destinada a las consolas de la gran N, sin menospreciarlas, aprovechando lo que para ellos es la base de esta generaci¨®n en lo que al nuevo sistema de control se refiere. As¨ª nac¨ªa Need for Speed NITRO, un t¨ªtulo que poca gente ha considerado oportuno tener en cuenta por su aspecto desenfadado, por la propuesta que ofrece, demasiado manida a estas alturas. Ya nadie quiere ser sorprendido por un videojuego que posiblemente deje en el limbo todas las promesas que se pregonan a los cuatro vientos durante la fase de desarrollo. S¨®lo interesan los hechos, una demostraci¨®n que nos deje con ganas de m¨¢s, algo m¨¢s que un v¨ªdeo en el que se muestren las escenas que m¨¢s conviene que sean vistas por los espectadores.

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Un p¨²blico que en esta ocasi¨®n se encontraba en Londres, en la pen¨²ltima ocasi¨®n que nos obliga a regresar en esp¨ªritu al showcase que Electronic Arts celebraba en la confortable localidad de Hammersmith. Precisamente el hotel que albergaba a la prensa especializaba se encontraba a escasos 500 metros de esa mastod¨®ntica instalaci¨®n bautizada como ?The Ark', foco tecnol¨®gico y arquitect¨®nico donde los haya, especialmente concebida para celebraciones de este calibre. Los que hab¨¦is seguido las publicaciones recientes de esta Casa no necesitan mayor introducci¨®n, ya que por cuestiones de embargos hemos repetido esta introducci¨®n una docena de veces, aunque siempre queda un punto de nostalgia al recordar unas instalaciones tan magn¨ªficas como aquellas. Por encima del recinto en s¨ª queda el buen sabor de boca de comprobar que, tal y como se hab¨ªa comunicado horas antes, tuvimos ocasi¨®n de conocer NITRO en primera persona, poni¨¦ndonos en situaci¨®n a los mandos de un wiimote.

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Desde luego a Electronic Arts no se le escapa que este aspecto es uno de los m¨¢s importantes de cara al resulta final. Quiz¨¢s por ello repitieron una docena de veces, tanto en la demostraci¨®n como en la propia presentaci¨®n, que es el primer juego de Wii que ha logrado instalarse en la tasa de los 60FPS, un r¨¦cord que ciertamente tiene una relevancia espec¨ªfica en esta ocasi¨®n. Siempre que hablamos de un juego basado en la conducci¨®n es fundamental el sentir el v¨¦rtigo que transmite la velocidad, un componente esencial si lo que se busca es amplificar las sensaciones arcade del t¨ªtulo. Con ello tambi¨¦n hay que saber trabajar con las texturas de los veh¨ªculos, los entornos, as¨ª como en la experiencia ¨²ltima que la uni¨®n de todos estos factores deja en la retina de los jugadores. En nuestro caso preferimos alejarnos de escepticismos, presentes en pr¨¢cticamente todos los presentes de aquella sala, y dejarnos sorprender por lo que depara el inminente futuro de esta franquicia.

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Una vez terminada la exposici¨®n central quedaba por conocer la experiencia NITRO en primera persona, por lo que acudimos sin remisi¨®n a la zona de pruebas, instalada junto a la edici¨®n de Nintendo DS. El binomio entra estas dos versiones es m¨¢s que evidente, tanto por el sistema de control como por la premisa que sendos t¨ªtulos tratan de ofrecer al jugador. En cualquier caso optamos por ponernos a los mandos del wiimote en una estancia totalmente vac¨ªa -de nuevo confirmando el poco inter¨¦s que despierta el t¨ªtulo entre los asistentes-, por suerte para nosotros, que contamos con todo el tiempo del mundo para disfrutar una y otra vez del mismo circuito. S¨®lo hab¨ªa una veh¨ªculo habilitado, e indistintamente de sus prestaciones lo realmente interesante era descubrir qu¨¦ tal se desenvolv¨ªa el control, como tambi¨¦n el motor gr¨¢fico que venimos comentando hasta el momento.

No hubo mucho lugar para sorpresas. En la presentaci¨®n ya se coment¨® el nuevo sistema de control, basado en controlar el coche con una sola mano, una experiencia que se ha abordado en distintas ocasiones y que por el momento no ha logrado establecer una calidad ver¨ªdica salvo en casos concretos -l¨¦ase Mario kart-, aunque no vamos a restar m¨¦rito al esfuerzo vertido por EA Montreal en este sentido. Las sensaciones son buenas, pero no cabe duda de que es necesario practicar largo y tendido para hacernos con el control del coche, especialmente cuando entra en escena el nitro. El sobrenombre que recibe esta edici¨®n no es un simple adorno, es m¨¢s bien un calificado, un indicador muy elocuente que viene a indicar el estilo de juego al que nos sometemos a poco de comenzar a jugar. Si las primeras curvas son imposibles con el nuevo sistema de control, que principalmente posibilita la aceleraci¨®n desplazando el wiimote hacia el frente, al igual que el nitro sacudiendo el pad, s¨®lo es cuesti¨®n de cambiar la configuraci¨®n de juego.

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Elegimos, siempre a la vera de una amable presentadora, la opci¨®n de controlar el potente b¨®lido con el nunchuk, empleando la siempre inestimable ayuda del stick anal¨®gico que transmite, al menos en esta primera ocasi¨®n, unas sensaciones mucho m¨¢s placenteras que el nuevo sistema que se ha propuesta para la ocasi¨®n. Dejando las sensaciones a un lado queda centrarnos en la mec¨¢nica de juego. Elegimos el ¨²nico coche a nuestra disposici¨®n, pasando primero por los men¨²s principales del t¨ªtulo, donde comprobamos algunas de las opciones presentes para tunear nuestro veh¨ªculo. Este es otro de los puntos que causaron impresi¨®n horas antes, cuando se presentaban las novedades del juego; la posibilidad de modificar el coche visualmente a nuestro antojo con un editor muy accesible que nos permite colocar vinilos, llantas, alerones, etc¨¦tera. Cambiar el color del coche, adaptarlo a nuestro antojo en todos los sentidos menos en lo que respecta a la f¨ªsica, un tema que no se trat¨® en esta ocasi¨®n.

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Luego llega el momento de analizar, dentro de lo que cabe, el cacareado motor gr¨¢fico, que efectivamente transmite buenas vibraciones, con una constante en velocidad que no pierde el ritmo en ning¨²n momento. La salida es el punto m¨¢s costoso del producto, aunque a continuaci¨®n sabe quitarse de problemas apostando por el habitual blur, manteniendo un buen nivel en cuanto al dise?o de los coches, como tambi¨¦n a las imperfecciones que sufren al chocar violentamente. Es obvio que no hablamos de una f¨ªsica de colisiones como la de SHiFT, tampoco parece el objetivo de EA Montreal. De esta forma se posibilidad tener un percance sin perder la carrera necesariamente, con lo cual el competidor o rival que anda a nuestra espalda tampoco ha de desquiciarse si los primeros compases de la carrera no se han sucedido al nivel de las expectativas.

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A medida que avanzamos no s¨®lo obtenemos power-ups diversos, sino que tambi¨¦n vamos conquistando los sectores del mapa en funci¨®n a los grafitis, puestos en escena a modo representativo del dominio que ejercemos en un determinado sector de la carrera. Esta faceta queda mucho mejor reflejada en la edici¨®n de Nintendo DS, que hemos desplazado hasta el final del texto no s¨®lo por ser la ¨²ltima que tuvimos ocasi¨®n de probar, sino tambi¨¦n por su eminente propuesta arcade, que prescinde completamente del uso del stylus. Aqu¨ª cuentan tres botones: aceleraci¨®n, freno y nitroso, adem¨¢s de un cuarto con el que realizamos una espectacular filigrana que eleva el autom¨®vil por los aires ofreciendo una clara ventaja durante la partida. Las sensaciones de la edici¨®n de port¨¢til son muy limitadas en comparaci¨®n a la de Wii, algo bastante obvio aunque gratificante seg¨²n se contemple esta idea. Como m¨ªnimo la consola de sobremesa es capaz de dejarnos con el gusanillo de seguir jugando.

En sendas versiones se ha cuidado con esmero el motor gr¨¢fico. En Nintendo DS no descubrimos nada nuevo salvo un engine que reacciona bastante bien a las necesidades de la partida, con demasiados defectos por tratarse de una versi¨®n incompleta. En este caso tuvimos oportunidad de jugar con cuatro circuitos, cada uno reflejando una determinada modalidad de juego, aunque en todos los casos transmite la misma sensaci¨®n de diversi¨®n sin llegar a alcanzar una profundad muy a tener en cuenta. Tambi¨¦n el productor del t¨ªtulo nos acompa?a a nuestra derecha, observando atentamente nuestras impresiones con el t¨ªtulo, pese a que apenas hubo tiempo para poder jugar con el cartucho. De aqu¨ª se extrae una experiencia cuanto menos curiosa, ya que en sus propias palabras, en MeriStation vinimos a descubrir numerosos bugs que hasta aquel momento nadie hab¨ªa detectado. El m¨¢s molesto, sin duda, pasaba por emplear la funci¨®n especial -activada con la X-, con la que el coche propina un espectacular salto, generalmente quedando flotando en el aire sin posibilidad de volver al suelo.

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Lo mismo sucede con la edici¨®n de Wii, todav¨ªa algo verde y con claras necesidades de cara a optimizar el sistema de control, aunque en lo general queda una buena sensaci¨®n tras pasar unos minutos disfrutando del juego. De todas las modalidades que se han comentado, al igual de que las posibilidades reales del juego, nos quedamos con la diversi¨®n que produce disputar un circuito sin necesidad de tener en cuenta extra?as f¨ªsicas, sencillamente preocup¨¢ndonos por el mero hecho de alcanzar la meta en primer lugar, sea a costa de lo que sea. Las primeras impresiones que extraemos son buenas, pero es m¨¢s que evidente que hace falta ponernos manos a la obra en una edici¨®n m¨¢s completa para descubrir hasta d¨®nde puede llegar NITRO en Wii, ya que en Nintendo DS m¨¢s o menos ha quedado claro que no se evolucionar¨¢ demasiado respecto a la versi¨®n que tuvimos el placer de jugar. El E3 probablemente sirva para descubrir algo m¨¢s de informaci¨®n. En cualquier caso en unos meses sendos t¨ªtulos estar¨¢n pululando por las estanter¨ªas de espa?olas, as¨ª que es cuesti¨®n de tiempo ofrecer un an¨¢lisis exhaustivo de lo que ofrece esta nueve vertiente de la franquicia.

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