Secret Files 2: Puritas Cordis
- PlataformaPC7
- G¨¦neroAventura gr¨¢fica
- DesarrolladorFusionsphere Systems
- Lanzamiento08/05/2009
- EditorDeep Silver
Catastrofismos
Cuando Nina Kalenkov cae en la que cuenta de que todo lo que sucede a su alrededor toma un cariz m¨¢s importante que el de la simple casualidad ya es demasiado tarde. Un a?o despu¨¦s de enfrentarse a una odisea personal en la que tuvo que afrontar la dif¨ªcil tarea de salvar al mundo, la hero¨ªna europea vuelve a la actualidad para hacer frente a un nuevo complot de ¨¦picas proporciones. Adem¨¢s lo hace por partida triple, en PC, Wii y Nintendo DS.
La industria de los videojuegos abarca un campo ancho, inmenso dir¨ªan algunos. Todav¨ªa hoy es dif¨ªcil explicar c¨®mo en cuesti¨®n de a?os han ido apareciendo nuevos g¨¦neros para ver c¨®mo otros, prestigiosos y esenciales para el mercado hace algunas d¨¦cadas, segu¨ªan en liza pese a no contar con el mismo apoyo medi¨¢tico de anta?o. Anecd¨®tico es que de nuevo hablemos de una producci¨®n eminentemente europea, que en manos de jugadores experimentados ha sabido crecer, madurar sin apenas tiempo de reacci¨®n. Dos a?os han bastado a Fusionsphere, no contentos con una primera obra elogiada por gran parte de la prensa especializada a nivel mundial, para sacar a las estanter¨ªas una continuaci¨®n en toda regla que se apoya en la misma hero¨ªna que tiempo atr¨¢s tuvo que salvar al mundo de su eminente destrucci¨®n.
Ser¨ªa una falacia hablar de cambios en el g¨¦nero durante este tiempo, incluso hacerlo sobre grandes novedades que hayan revolucionado la escena. Ciertamente lo que hemos visto en durante estos meses ha dejado la situaci¨®n m¨¢s o menos en el mismo punto que tras el lanzamiento de Secret Files: Tunguska, una de esas aventuras gr¨¢ficas que generalmente no destacar¨ªan en el panorama de las consolas de no ser por el incipiente ¨¦xito de Nintendo, por las posibilidades que ofrece al g¨¦nero gracias a su peculiar sistema de control. A estas alturas no es necesario retomar la tan cacareada posibilidad de hacer uso del stylus o del wiimote del mismo modo que se hace en compatibles con un rat¨®n: todos -o casi- conocen las posibilidades que ofrecen estos sistemas.
Si en un principio la idea era volver a desarrollar ¨²nicamente en PC, no cabe la menor duda que Fusionsphere se replante¨® la f¨®rmula otorgando galones a Keen Games para afrontar la elaboraci¨®n de sendas adaptaciones en Nintendo DS y Wii. Quiz¨¢s por las cr¨ªticas recibidas por culpa del retraso de Tunguska en Wii el pasado a?o o sencillamente por cuestiones de marketing, se ha corrido bastante prisa por promocionar el t¨ªtulo en todas las plataformas indistintamente del ¨¦xito que hayan atesorado en su d¨ªa. Las ventas est¨¢n ah¨ª, Nintendo ha respondido como la compa?¨ªa que hoy por hoy mejor sabe vender esta clase de t¨ªtulos que pese a todo escasean en el cat¨¢logo de la consola, no digamos de la port¨¢til.
Como no pod¨ªa ser de otra manera, Nina Kalenkov vuelve al panorama de la investigaci¨®n sin quererlo ni beberlo. Cualquiera que fuesen las dudas que flotasen en el ambiente respecto a la fidelidad de este producto con respecto a su antecesor deben desaparecer desde este mismo momento, ya que en la pr¨¢ctica hablamos de un t¨ªtulo que en base emplea el mismo motor gr¨¢fico, los mismos personajes -con las l¨®gicas novedades para dar forma a la trama-, nuevas localizaciones y, lo que es m¨¢s importante, un argumento que giro en torno a una extra?a conspiraci¨®n a caballo entre la religiosidad y la corrupci¨®n pol¨ªtica. Para bien o para mal, Puritas Cordis es a grandes rasgos una secuela que arrastra muchos de los defectos de su antecesor, as¨ª como sus principales virtudes, que iremos descubriendo a lo largo de este an¨¢lisis.
Nadie llama a la puerta. Sencillamente una noche cualquiera, Matthew Wakefield abandona su peque?a capilla a oeste de Londres. Sospecha de algunos ruidos que proceden de los arbustos, aunque les achaca al fuerte viento que sopla en ese momento. El vetusto capell¨¢n tiembla de miedo ante la posibilidad de una amenaza invisible que obviamente se esconde en alg¨²n lugar de la zona. Desgraciadamente no tarda en sufrirlo en sus propias carnes; a poco de desentenderse de sus preocupaciones, infundadas al parecer, dos soldados aparecen de la nada posteriormente al impacto de un dardo venoso en la yugular del anciano. Trata de arrastrarse en vano por las escaleras, quiz¨¢s para avisar a alguien, pero no lo consigue. Le aguarda una muerte dolorosa cuyo ¨²nico motivo se encuentra relacionado con la b¨²squeda de un valioso artilugio.
Horas m¨¢s tarde, en el extremo opuesto de Inglaterra -Cambridge-, un profesor universitario revisa sus notas tratando de descifrar una inteligible texto que lleva precisamente de manos de Wakefield, un documento que al parecer es de vital importancia para el descubrimiento de una desconocida teor¨ªa que predica Zandora. A¨²n queda tiempo para descubrir qui¨¦n es qui¨¦n en toda esta historia, pero de momento no cabe duda de que hay que huir lo antes posible del lugar donde transcurre la acci¨®n: tras una llamada de la polic¨ªa el tel¨¦fono se corta de s¨²bito, y por los avatares del destino, el susodicho profesor divisa a dos extra?os hombres vestidos de negro pululando a sus anchas en los exteriores del jard¨ªn.
El jugador toma los mandos del sistema de control por primera vez. Indistintamente de la versi¨®n que disfrute -cambia la forma pero no la esencia, esto es, rat¨®n / wiimote / stylus-, el tutorial propone descubrir una carta para posteriormente introducirla en un libro de criptograf¨ªa medieval. El mayor miedo del profesor es evitar que el contenido de la carta sea descubierto, por lo que se cerciora de que nadie pueda hallar el libro escondi¨¦ndolo entre la amalgama de literatura que aguarda pacientemente su turno en la biblioteca. William Patterson ha de leer antes que nadie el libro, uno que casualmente hab¨ªa solicitado el d¨ªa anterior, ya que ¨¦l es el experto en la materia. Poco queda por hacer salvo intercambiar dos chapas met¨¢licas alterando el orden de las conferencias del d¨ªa siguiente y as¨ª asegurar que sea Patterson y no su compa?era de trabajo -a la que por el momento no hemos mencionado- quien retire el libro del lugar.
Mejor hubiese sido no abordar el Calypso, es lo primero que piensa la hero¨ªna. Raz¨®n no le falta. Al supuesto buque de lujo le sobra de todo menos eso, las comodidades, las estancias bien decoradas, la compa?¨ªa placentera de gente que s¨®lo se interesa por sus propios asuntos y no por lo que pueda suceder con los dem¨¢s. La mayor sorpresa que presencia el jugador en estos primeros compases es la de encontrar la maleta de Patterson en lugar de la suya en el camarote, lo que genera la primera de tantas dudas que seguir¨¢n a continuaci¨®n. Son los albores de una aventura que lleva a Nina y a su estramb¨®tica pareja a embarcarse en una aventura sin parang¨®n que, c¨®mo no, les conduce una vez m¨¢s hacia una trama donde se planea, y ah¨ª es nada, evitar la destrucci¨®n total de planeta Tierra convirtiendo a los ciudadanos en marionetas religiosas, miembros del grupo Puritas Cordis.
Nunca un pr¨®logo ofreci¨® tanto con tan poco, pensar¨¢n algunos, pero lo cierto es que en Secret Files 2 es dif¨ªcil separar lo trascendente de lo que no tiene valor para la trama. De hecho es uno de los principales h¨¢ndicaps del producto, pese a la buena labor que se ha realizado a la hora de escenificar un argumento que dif¨ªcilmente pone en tensi¨®n al jugador dada la tem¨¢tica que abarca, una combinaci¨®n entre misticismo y religi¨®n, si es que ambas cosas no van siempre de la mano. La mec¨¢nica de juego no va m¨¢s all¨¢ de la de un point and click al uso, una aventura gr¨¢fica tradicional donde s¨®lo importa conseguir los objetos esenciales para poder combinarlos seg¨²n mande el gui¨®n en el momento justo. Calificar la aventura de tradicional dista de ser un aspecto negativo, m¨¢s bien todo lo contrario. Es una de las principales virtudes del t¨ªtulo, ya que dif¨ªcilmente habr¨¢ un aficionado al g¨¦nero que reniegue de estas ra¨ªces.
En cualquier caso esto es s¨®lo un ejemplo que reafirma la opini¨®n que vertimos anteriormente respeto a la coherencia de algunas acciones, generalmente demasiado quisquillosas a la hora de obligarnos a buscar una objeto particular, demasiado concreto, para poder continuar la aventura. Cualquier contratiempo justifica la aparici¨®n de un puzle que, lejos de darle sentido a la aventura, parece puesto en escena para ampliar la duraci¨®n de la misma, aunque es una sensaci¨®n que viene y va a lo largo del desarrollo del juego. Hay circunstancias en las que apenas necesitamos hacer uso del ingenio para seguir avanzando, mientras que otras, bastante m¨¢s habituales de lo que podr¨ªamos desear, requieren hacer uso del sistema de prueba y error m¨¢s que de la sapiencia habitual en esta clase de aventuras gr¨¢ficas. Por suerte contamos con alg¨²n que otro as en la manda para hacer m¨¢s llevaderas estas situaciones.
Por suerte la ambientaci¨®n es un punto que nos acompa?a a lo largo y ancho de la aventura, llevando al jugador a distintos puntos de la geograf¨ªa europea con el consiguiente despliegue t¨¦cnico que esto conlleva. Del mismo modo que comenzamos en un barco no ser¨¢ extra?o conocer los adentros de m¨¢s de una cueva, adem¨¢s de la tediosa jungla en la que nos tendremos que ver con uno de los rompecabezas m¨¢s desquiciantes que recuerda un servidor, no precisamente por su dificultad sino por lo incoherente del mismo. La mec¨¢nica tiene irremediablemente estos bajones en los que por momentos se sit¨²a en un nivel notable y otros tantos en un desquiciante suficiente que si bien entretiene se aleja mucho de esa oda al sentido com¨²n e ingenio de la que han presumido tantas otras aventuras hasta la fecha.
En Nintendo DS el t¨ªtulo corre exactamente la misma suerte, aunque en este caso preciso -donde obviamente los gr¨¢ficos se ajustan a las posibilidades de la consola con un resultado medianamente aceptable- se ha de incidir m¨¢s en el sistema de control, perfectamente implementado gracias a las bondades del stylus. En Wii nos conformamos con emplear el wiimote separado o conjuntamente con el nunchuk, mientras que en PC siempre queda el rat¨®n como mejor referencia, para mayor comodidad, especialmente si estamos acostumbrados al sistema. En todos los casos hay algunos eventos que obligan a hacer uso de t¨¦cnicas poco habituales en el g¨¦nero -limpiar una ventana, por ejemplo-, pese a que en general apenas se dejan ver en pos de limitarse al modo de juego habitual puro y duro. Sobre la potencia necesaria que necesitamos en compatibles para mover los gr¨¢ficos hay poco que decir, ya que un Intel Pentium III a 800 MHz bastar¨¢ para poder disfrutar de una aventura en condiciones.
Respecto a la calidad sonora hay poco que decir, muy en conjunto con la ambientaci¨®n que destac¨¢bamos anteriormente, sin duda uno de los puntos ¨¢lgidos de esta producci¨®n. Si olvidamos por un momento las composiciones musicales que acompa?an adecuadamente todas las situaciones y niveles del t¨ªtulo, lo m¨¢s loable en este aspecto es la traducci¨®n, que una vez m¨¢s se ajusta a las necesidades del jugador con una buena gamma de expresiones que siempre tratan de ajustarse al modelo original, nada de inventos deleznables. Adem¨¢s llega, sea la versi¨®n que sea, completamente traducido al castellano, lo que siempre anota un punto a favor del t¨ªtulo en cuesti¨®n que estemos analizando. En general la m¨¢s cuidada es la edici¨®n de compatibles, aunque siempre queda a elecci¨®n del jugador elegir cual le conviene. En cualquiera de los casos, la aventura es exactamente la misma.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.