Magna Carta 2: Crimson Stigma
M¨¢s de cuatro a?os ha tardado Magna Carta en volver a dar se?ales de vida. Cuando parec¨ªa que Softmax hab¨ªa abandonado el desarrollo de la tercera entrega de la franquicia, Crimson Stigma vuelve a la carga con fecha definitiva de lanzamiento en Jap¨®n, promesa incluida de aparecer en occidente, tanto en Estados Unidos como Europa. Un JRPG exclusivo de X360 que apunta alto, siguiendo los valores tradicionales de una compa?¨ªa que ha demostrado por activa y por pasiva ser capaz de hacer sombra a los m¨¢s grandes del g¨¦nero.
M¨¢s de cuatro a?os ha tardado Magna Carta en volver a dar se?ales de vida. Cuando parec¨ªa que Softmax hab¨ªa abandonado el desarrollo de la tercera entrega de la franquicia, Crimson Stigma vuelve a la carga con fecha definitiva de lanzamiento en Jap¨®n, promesa incluida de aparecer en occidente, tanto en Estados Unidos como Europa. Un JRPG exclusivo de X360 que apunta alto, siguiendo los valores tradicionales de una compa?¨ªa que ha demostrado por activa y por pasiva ser capaz de hacer sombra a los m¨¢s grandes del g¨¦nero.
No ser¨ªa justo hablar del g¨¦nero de los RPGs sin mencionar eso que hace algunos a?os consideramos 'la madurez del rol coreano'. Palabras que quiz¨¢s sorprendan a muchos usuarios que tan s¨®lo conozcan de Softmax la franquicia Magna Carta, y por ende la primera adaptaci¨®n que apareci¨® en occidente de la franquicia, Tears of Blood. El juego no dej¨® a nadie indiferente, bien sea por la siempre loable labor de Hyung-Tae Kim al frente del arte conceptual del proyecto o por una combinaci¨®n de factores poco usual en el g¨¦nero. No obstante el t¨ªtulo no alcanz¨® el list¨®n del original de PC, que jam¨¢s aparecer¨ªa m¨¢s all¨¢ de tierras coreanas. Cuesta creer que la obra m¨¢s importante de la compa?¨ªa jam¨¢s haya visto la luz al otro lado del charco, pero bien saben los aficionados que hablamos de otra ¨¦poca -2001-, en la que rara vez alguna distribuidora se atrev¨ªa con propuestas desconocidas.
En cualquier caso el juego recibi¨® una acogida m¨¢s o menos aceptable a nivel global, fr¨ªa en Estados Unidos, como era de esperar, tibia en Europa y ardiente en Jap¨®n, donde incluso se lleg¨® a distribuir una edici¨®n especial de coleccionistas (en la l¨ªnea de Softmax), am¨¦n de la conversi¨®n que m¨¢s tarde aparecer¨ªa en PSP. Cuesta creer que este ¨²ltimo t¨ªtulo fuese capaz de ofrecer exactamente el mismo producto que en PlayStation 2 sin apenas cambiar el aspecto gr¨¢fico, la jugabilidad o incluso las m¨²ltiples misiones secundarias del original, aunque con esto nos desviamos por completo del tema que ocupa este art¨ªculo en el d¨ªa de hoy. Quiz¨¢s la compa?¨ªa coreana se adelant¨® m¨¢s de la cuenta al anunciar poco despu¨¦s de la aparici¨®n de Xbox 360 que los productores de la franquicia ya trabajan en una continuaci¨®n al uso, exclusiva para la consola de Microsoft.
El paso del tiempo, lejos de hacer m¨¢s popular el t¨ªtulo, desvaneci¨® por completo la sombra de la ansiada secuela que hasta hace pocos meses no volv¨ªa a la palestra de la actualidad por medio de una extra?a noticia corporativa de Softmax aclarando que s¨ª, efectivamente, Magna Carta II segu¨ªa no s¨®lo en desarrollo, sino que adem¨¢s se dar¨ªa conocer ante el p¨²blico en general durante 2009. Lo que nadie esperaba -al menos los pocos usuarios que siguen a la compa?¨ªa desde hace a?os- es la inusitada velocidad con la que lo han anunciado en occidente, con la consecuente publicidad que ha recibido por parte de la prensa especializada. Hemos tenido que esperar hasta el evento previo al E3 que celebraba Namco Bandai recientemente para poder ver en movimiento este Crimson Stigma, subt¨ªtulo con el que, por cierto, tambi¨¦n se conoc¨ªa al original de PS2 en su d¨ªa en Jap¨®n-Crimson Stigmata-.
En una entrevista reciente uno de los desarrolladores del t¨ªtulo destacaba las reminiscencias de este t¨ªtulo respecto a los anteriores Magna Carta, acentuando la apuesta por un argumento que se basa en 'el amor, el odio, la tragedia y la pol¨ªtica', destacando que tanto el antagonista de esta edici¨®n como el de anteriores goza de poderes sobrenaturales, que de un modo u otro forman parte del devenir de la historia. Todo tendr¨¢ lugar en el continente de Lanzheim, del que hasta el momento apenas s¨ª se ha dejado ver un bosque preciosita repleto de vegetaci¨®n, lo suficiente para hacernos una idea del aspecto gr¨¢fico en los dos v¨ªdeos que han visto la luz hasta la fecha. Uno de ellos, el segundo, muestra la curiosa evoluci¨®n de un Juno que envejece a marchas forzadas, y del que se ha criticado nuevamente su apariencia poco varonil. Una cr¨ªtica un tanto absurda si se tiene en cuenta que este es el estilo habitual del encargado tras la creaci¨®n de los personajes.
Dejando a un lado las divagaciones, lo ¨²nico que s¨ª se ha precisado con seguridad acerca del juego, m¨¢s all¨¢ de lo poco que se conoce del argumento, es la mec¨¢nica de juego, que de nueva haciendo eco de las palabras de Softmax busca 'reinventar el g¨¦nero otorgando a los combates un estilo mucho m¨¢s din¨¢mico y vivaz que en anteriores ocasiones', donde precisamente no gust¨® en demas¨ªa el estilo pausado y estrat¨¦gico de los encontronazos frente a los enemigos. No obstante en esta ocasi¨®n se mantiene el mismo estilo. Controlamos a un personaje principal que cuenta con dos posibles actitudes; una de exploraci¨®n, donde camino de forma ¨¢gil, y otra de combate, que a grandes rasgos ralentiza el movimiento pero posibilita sorprender a los monstruos que pululan por los escenarios. Obviamente este se traduce en la posibilidad de verlos antes de pasar a la batalla, por lo que a grandes rasgos estamos ante un sistema heredado de Tears of Blood.
No sucede lo mismo con la forma en la que se suceden los combates. De una plantilla confirmada de seis personajes en toda la aventura (cifra bastante escasa, cosa extra?a en Softmax, aunque habr¨¢ que esperar para ver los motivos de esta decisi¨®n), s¨®lo tres pueden participar activamente en los combates. De estos tres es crucial tener siempre a dos de ellos bien cerca tomando buena cuenta de un mismo enemigo. A medida que atacamos aumenta la barra de overdrive, que una vez repleta dar¨¢ a los usuarios la opci¨®n de encadenar varios ataques que suponemos letales ante enemigos de menor calibre. Asimismo se ha de tener en cuenta el uso del KAN, el sobrenombre que recibe la magia y que hace uso de los cuatro elementos habituales en Magna Carta, a saber: Viento, Agua, Rayo y Fuego.
S¨®lo hemos tenido constancia de este hecho a trav¨¦s de informaci¨®n que ha hecho circular Softmax en los compases posteriores al evento donde ha sido mostrado, por lo que desgraciadamente no existe un v¨ªdeo en el que esta caracter¨ªstica se haya mostrado en toda su plenitud. Exactamente lo mismo sucede con las opciones de personalizaci¨®n de armas y habilidades que los personajes podr¨¢n adquirir al obtener experiencia de los combates, que han sido confirmadas pero de las cuales apenas se conoce informaci¨®n. S¨ª que se ha comentado la posibilidad de aumentar la fuerza de espadas, mazas, arcos y dem¨¢s utensilios de batalla tras recibir materiales de los monstruos que eliminamos, as¨ª como de los tesoros que encontramos de tanto en tanto, pero en cualquier caso apenas sirve para comprender m¨¢s sobre este sistema.
En ellos se muestra la extra?a relaci¨®n que tambi¨¦n existe entre Juto y el rey del lugar, un misterioso personaje del que tampoco se conoce gran cosa hasta la fecha. No obstante incidimos nuevamente en la importancia de los v¨ªdeos mostrados donde se puede contemplar m¨¢s informaci¨®n que en la propia demostraci¨®n del evento de Namco Bandai. Al parecer la guerra civil se ha llevado consigo gran parte de los recuerdos de Juto, por lo que de un modo u otro trata de asociar su relaci¨®n con la de este extra?o personaje. De ah¨ª proviene el inter¨¦s de la compa?¨ªa coreana en hablar de 'los lazos del destino', una obsesi¨®n que perdura en Softmax desde tiempos inmemorables y que nuevamente se dar¨¢ cita en esta aventura. La guerra tiene lugar 1000 a?os despu¨¦s de la denominada 'Great Carta War', otro conflicto entre civilizaciones que en su d¨ªa caus¨® estragos entre la poblaci¨®n del continente.
El protagonista mantiene tambi¨¦n una extra?a relaci¨®n con Zephie, a la que en los susodichos tr¨¢ilers se dirigen como 'su majestad', lo que indica que de nuevo hablamos de una princesa que tiene relaci¨®n con el rey. De esta forma el argumento comienza a cobrar sentido, no sin antes tratar de averiguar cu¨¢les son exactamente los problemas que asolan la mente de un Juto al que se muestra en todo momento como un personaje atormentado, casi esquizofr¨¦nico, que suponemos padece alguna extra?a enfermedad. Es muy pronto para hacer elucubraciones sobre el argumento, pero de lo que estamos completamente seguros es que Softmax no va a descuidar el apartado en el que m¨¢s ¨¦nfasis ha volcado desde que se dedica ¨ªntegramente a la creaci¨®n de RPGs.
S¨®lo queda en el tintero descubrir de qu¨¦ nuevas habilidades se habla cuando la propia compa?¨ªa comenta las posibilidades de cada arma, e incluso las opciones que ofrecer¨¢ el modo overdrive y las cadenas de combos. No es un sistema tradicional en toda regla, aunque por otro lado tampoco parece que vaya a innovar todo lo que se pretende en un g¨¦nero donde ya se ha visto pr¨¢cticamente de todo con el paso de los a?os. Lo que s¨ª debemos celebrar es la llegada de un t¨ªtulo diferente por concepto, que no ha de ser visto como una simple adaptaci¨®n al uso.
Softmax ha jugado siempre con desvelar aspectos trascendentales del argumento poco antes del lanzamiento del t¨ªtulo, que est¨¢ previsto en Jap¨®n para el 6 de agosto y en el resto del mundo en oto?o, con un poco de suerte traducido al castellano. En el E3 se espera que se desvele m¨¢s informaci¨®n sobre un t¨ªtulo que no tiene desperdicio alguno y sobre el que depositamos grandes expectativas cara al futuro del g¨¦nero del JRPG. Los menos aventajados en estos menesteres podr¨¢n pensar que son demasiado expectativas para un videojuego de este calibre, pero nada m¨¢s lejos de la realidad. Si por algo ha destacado a lo largo de los a?os esta compa?¨ªa coreana ha sido por volcar todas sus energ¨ªas en elaborar videojuegos que cumplan los deseos de los aficionados. Con War of Genesis lo consiguieron, tambi¨¦n con el primer Magna Carta. Esperemos que en esta ocasi¨®n el ¨¦xito se repita.
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