Need for Speed SHIFT, Impresiones

Velocidad y simulaci¨®n se dan de la mano en SHIFT, el nuevo Need for Speed que busca reinventarse mediante un sistema de control totalmente renovado, circuitos reales, coches de alta competici¨®n y, lo que es m¨¢s importante, un motor gr¨¢fico que ellos mismos definen como 'hiperrealista' gracias a los innumerables detalles que se aprecian en carrera. Hemos podido dar buena cuenta de una versi¨®n beta del juego y aqu¨ª os ofrecemos nuestras impresiones al respecto.

La revoluci¨®n automovil¨ªstica de Electronic Arts est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s cerca. Con fecha de lanzamiento prevista para Septiembre, Slightly Mad Studios, un grupo en el que podemos encontrar algunos antiguos miembros de SimBin, sigue viento en popa con el desarrollo del Need for Speed m¨¢s realista de cuantos han visto la luz hasta la fecha. Ya es decir, ya que en sus filas alberga m¨¢s de una docena de entregas en las que se ha tratado de abarcar pr¨¢cticamente todo estilo de conducci¨®n habido y por haber. Algunas veces con tintes arcade, otras, las primeras, con un fallido intento por ofrecer simulaci¨®n aunada con un espectacular aspecto gr¨¢fico. Es evidente que el estilo de la compa?¨ªa ha variado mucho con el paso del tiempo, aunque quiz¨¢s no tanto como podr¨ªamos imaginar.

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Lo cierto es que ante la presentaci¨®n del cat¨¢logo de EA para esta temporada, un pre E3 en toda regla con una larga de t¨ªtulos por jugar, ver y analizar, SHIFT era uno de los que llamaba la atenci¨®n de forma poderosa. El t¨ªtulo se anunciaba hace alg¨²n tiempo con un demoledor v¨ªdeo en el que se dejaba entrever la intenci¨®n de la compa?¨ªa norteamericana para esta temporada, casi hastiada de tener la ?obligaci¨®n' de lanzar una nueva edici¨®n de la franquicia a?o tras a?o con apenas campo para incorporar novedades, por no hablar de crear un nuevo motor gr¨¢fico, precisamente uno de los puntos m¨¢s criticados en la ¨²ltima entrega de la serie. Los aficionados necesitan ver un cambio estricto en la tem¨¢tica de NFS y la mejor forma de llevar esto a cabo es cambiando radicalmente de tercio.

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Adi¨®s al mundo de tuning, hasta la vista a la est¨¦tica underground, macarra. Ese estilo que parece haber puesto tan de moda A Todo Gas (que curiosamente estrenaba recientemente una cuarta entrega de dudosa calidad) cuando en Espa?a apenas se ten¨ªa consciencia de esta disciplina automovilista. El cambio ha de forjarse desde la base, pasando por el motor gr¨¢fico, la jugabilidad y el estilo de conducci¨®n. Slightly Mad ha querido llevar al mercado un juego de conducci¨®n donde prime la simulaci¨®n, en el que el realismo en la parte fundamental del desarrollo del juego, con caracter¨ªsticas que, en palabras de uno de sus desarrolladores, 'nunca antes se han visto en un juego de conducci¨®n'. En nuestras manos qued¨® la opci¨®n de dar buena cuenta de estas palabras, por lo que corrimos con presteza a ello.

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'Hemos volcado nuestros esfuerzos en crear una sensaci¨®n que los jugadores no hayan experimentado nunca antes, y parte de nuestro trabajo se ha centrado en la cabina'. La historia se repet¨ªa una vez m¨¢s. Mientras tomamos cuenta de la edici¨®n de PlayStation 3 viaj¨¢bamos a toda velocidad por un circuito medianamente accesible con el 80 por ciento de las asistencias de carrera activadas. La intenci¨®n de los desarrolladores es la de crear un sistema de control lo m¨¢s cercano a la realidad que sea posible, aunque no por ello ha de convertirse en un t¨ªtulo inaccesible para los jugadores que s¨®lo est¨¦n predispuestos a echar una carrera r¨¢pida con el juego sin tener que pasar horas configurando los entresijos del coche.

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Las sensaciones eran buenas. La f¨ªsica del coche se comportaba de forma medianamente realista. Tras varios intentos logramos hacernos con el primer puesto de la carrera y salir victoriosos sin demasiadas complicaciones, por lo que consideramos apropiado echar un vistazo somero al aspecto gr¨¢fico del juego antes de pasar a una experiencia m¨¢s exigente que se encontraba a escasos cent¨ªmetros de nuestra posici¨®n. Por suerte pudimos convencer al encargado de presentar esta edici¨®n para cambiar la c¨¢mara, pasando as¨ª a la visi¨®n superior que habitualmente se suele emplear en los juegos de conducci¨®n. Poco podemos decir de los efectos que se hab¨ªan prometido, ya que directamente 'no se ha trabajado esta visi¨®n, por lo que nada de efectos din¨¢micos relacionados con el viento o colisiones extremadamente realistas'.

S¨ª que fue tremendamente ¨²til para comprobar la te¨®rica mejora en la Inteligencia Artificial de los competidores, uno de los puntos que m¨¢s se ha echado en falta por herencia en el resto de simuladores del mercado. Aqu¨ª los rivales se salen de pista en cualquier momento, chocan entre s¨ª  causando un aut¨¦ntico caos dentro de la pista, bien est¨¦n a escasos metros de nuestro veh¨ªculo o a kil¨®metros de distancia. Si en otros t¨ªtulos los errores s¨®lo se dan cuando el jugador puede dar cuenta de ellos (un aspecto duramente criticado de los simuladores de Formula 1, por poner un ejemplo), aqu¨ª pudimos dar constancia de que la IA no s¨®lo comete fallos cuanto m¨¢s les presionemos, sino que tambi¨¦n perjudica a otros corredores al ralentizar la circulaci¨®n o incluso a rozarse en una fren¨¦tica salida.

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Cuando pasamos a la cabina tenemos ante nosotros un espect¨¢culo ciertamente impresionante de detalles que combinados con el nuevo motor f¨ªsico otorgan un realismo capaz sorprendernos -siempre en la medida de lo posible-. Cuando colisionamos con un rival, la pantalla muestra un blur durante unos segundos penalizando la acci¨®n, a lo que hay que a?adir el sistema de desperfectos del coche que nos juega alguna que otra mala pasada a m¨¢s de 180 km/h, a la cabeza de la clasificaci¨®n. Si rozamos una pared es posible que se levante el cap¨® del coche, algo terriblemente molesto y pernicioso si tenemos en cuenta la relativa poca visibilidad con la que cuenta el jugador desde la cabina. 'La intenci¨®n', insisten nuevamente los desarrolladores, 'es invitar al jugador a disfrutar una experiencia completamente realista, y qu¨¦ m¨¢s realista que jugar desde la cabina'.

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En cuanto a la cantidad de detalles de la cabina, en este sentido no hay mucho que comentar que no se haya visto ya en v¨ªdeos anteriores. Es impresionante la cantidad de elementos que se han tenido en cuenta, a saber; cuentakil¨®metros con informaci¨®n actualizada, palanca de cambios, indicador de gasolina, pedales (con el movimiento realista a la hora de jugar con el embrague y el acelerador), sillones, reflejo del parabrisas al ser atravesado por un rayo de sol? Por no mencionar el volante, los guantes del conductor, la verosimilitud de sus movimientos con respecto a los de la realidad, y as¨ª un largo etc¨¦tera de matices secundarios que han sido cuidados a m¨¢s no poder. T¨¦cnicamente podemos descansar tranquilos porque por el momento las promesas se est¨¢n cumpliendo, como tambi¨¦n muestra el aspecto de los circuitos, los entornos, la sensaci¨®n de velocidad, etc¨¦tera.

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Hablamos de una versi¨®n que a¨²n se considera beta, nada de edici¨®n definitiva, lo que no hace otra cosa que darnos una peque?a idea de cu¨¢l ser¨¢ el resultado definitivo, aunque se ha de tener muy en cuenta la c¨¢mara externa. Qu¨¦ decir del dise?o de los veh¨ªculos, ya que de los dos mostrados en sendos casos es un fiel calco al aut¨¦ntico con un sistema de da?os que por lo que hemos podido ver sigue fiel al comportamiento que entendemos como real. Mucho trabajo para que el motor gr¨¢fico no sea una burda imitaci¨®n de otros juegos de conducci¨®n y por el momento hay que admitir que Slightly Mad va por el buen camino a falta de tener la oportunidad de jugar a una versi¨®n medianamente completa, con m¨¢s circuitos, coches y aspectos que comentar.

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En cualquier caso los cerca de veinte minutos que pudimos disfrutar del juego fueron suficientes para hacernos una peque?a idea del motor f¨ªsico en cuanto respecta al comportamiento de los veh¨ªculos en carrera, desde la salida hasta al trazar una curva. Es necesario incidir en que la versi¨®n de PS3 contaba con ayudas en carreras, asistencia autom¨¢tica de frenada, etc¨¦tera, lo cual ayuda enormemente a los menos experimentados a entrar por primera vez en contacto con el sistema de control. 'Una mezcla entre Forza y Gran Turismo', tal y como lo define uno de los desarrolladores, ya que no se vuelca de forma obsesa por la simulaci¨®n, toda vez que se centra en ella y la sit¨²a como el pilar m¨¢s importante de la jugabilidad.

En ¨²ltima instancia, ?qu¨¦ es exactamente lo que quiere decir esto? Muy sencillo. Hemos de tener paciencia para hacernos con el manejo de los coches, ya que hablamos de b¨®lidos de competici¨®n que alcanzar velocidades muy elevadas en un tiempo rid¨ªculamente peque?o, por lo que no es en absoluto sencillo trazar una curva. Si lo hacemos con el 40 por ciento de las asistencias conectadas, como ha sido el caso de la edici¨®n de 360, el coche tiene un comportamiento inesperado, dif¨ªcil de controlar. Hemos de medir con precisi¨®n la velocidad, la posici¨®n en la que nos situamos para evitar en la medida de lo posible derrapar, ya que esto se suele traducir en perder el control del coche. Es posible golpear la pared y seguir pilotando sin problemas, tocar el c¨¦sped manteniendo la direcci¨®n con la consiguiente p¨¦rdida de velocidad. SHIFT no pretende ser GRiD, por lo que aqu¨ª se encuentra la respuesta con la que arrancaba este p¨¢rrafo.

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Exactamente lo mismo sucede con el modo principal de juego, Carrera, donde una vez m¨¢s tendremos la posibilidad de comenzar desde lo m¨¢s bajo obteniendo cada vez m¨¢s dinero, patrocinadores y dem¨¢s menesteres para llegar hasta lo m¨¢s alto de la clasificaci¨®n. Si bien es cierto que en un primer momento no se coment¨® m¨¢s que este aspecto, pregunta tras pregunta logramos averiguar que por primera vez en la franquicia se pretende dar algo de importancia a terminar las carreras, a eliminar esa faceta de 'pausar el juego, darle al bot¨®n de reset y volver a correr hasta quedar los primeros'. Para ello se pretende premiar a los jugadores con suculentos premios, trofeos y otros accesorios que nos inviten a finalizar las carreras.

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Es comprensible que se haya optado por esta faceta dado el nivel de exigencia de la jugabilidad, incluso a sabiendas de que muchos de los jugadores sentir¨¢n 'nostalgia' por el estilo que la franquicia ha venido mostrando hasta la fecha. Algo que, por otro lado, no parece importar en absoluto a Slightly Mad, ya que para ellos es crucial hacer del sistema de control una experiencia que realmente pueda competir contra los pesos pesados del g¨¦nero, que al mismo tiempo que se abre a nuevos jugadores pueda cautivar el inter¨¦s de los que a?o tras a?o se caracterizan principalmente por disfrutar de esta clase de videojuegos. Como de costumbre en estos casos, lo m¨¢s remarcable es que por el momento es m¨¢s que evidente que se est¨¢ llevando a cabo una labor admirable en todos los sentidos.

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No obstante la demostraci¨®n a la que hemos tenido acceso no deja de ser la misma que se mostr¨® hace alg¨²n tiempo con notables mejoras, pero sin nada que realmente pueda llamar la atenci¨®n en cuanto al estilo t¨¦cnico. Es evidente que poder disfrutar de unas carreras adorna la sensaci¨®n de estar ante un producto nuevo, pero echamos en falta alguna noticia con la que abrir o cerrar el texto de estas que impactan a los jugadores, quiz¨¢s respecto a modalidades de juego, opciones online, etc¨¦tera. El caso es que los propios desarrolladores ya dejaron claro que hasta el E3 no ¨ªbamos a conocer nueva informaci¨®n sobre el t¨ªtulo (al menos no en cuenta a aspectos sorprendentes se refiere), y por el momento se est¨¢ manteniendo a rajatabla esa afirmaci¨®n.

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