MotoGP 08
Salida de pista
M¨¢s vale tarde que nunca, dice el dicho. Es una l¨¢stima que en el caso de Moto GP no tengo ning¨²n valor por la p¨¦sima conversi¨®n que Capcom ofrece a los usuarios de Wii. La compa?¨ªa japonesa tira por la borda una buena oportunidad de levantar un g¨¦nero de capa ca¨ªda por las limitaciones gr¨¢ficas y jugables de un t¨ªtulo que se sale de pista antes de comenzar si quiera la carrera. Mucho nos tememos que los aficionados de la velocidad van a tener que seguir esperando a la aparici¨®n de un simulador que sea digno de menci¨®n.
Las idas y venidas de MotoGP han dado como fruto una franquicia que nadie reconoce y que pocos aficionados son capaces de valorar en su plenitud. Este a?o hemos tenido que sufrir la inexperiencia de Capcom en el sector despu¨¦s de haber pasado por las manos de THQ y Namco, dos compa?¨ªas que dentro de lo que cabe hab¨ªan logrado ofrecer una m¨ªnima garant¨ªa de calidad. Temporada tras temporada, los aficionados de las dos ruedas nos hemos conformado con productos de dudosa calidad que pese a sus buenas maneras siguen a a?os luz de los resultados obtenidos por otras compa?¨ªas en el campo de la automoci¨®n. Este a?o ha sido la gota que ha colmado el vaso por la alarmante p¨¦rdida de realismo, consecuencia del giro casual que Capcom quiso otorgar al producto.
Lograr desarrollar un t¨ªtulo que guste a todos los aficionados, accesible para todos los p¨²blicos, con un aspecto t¨¦cnico que evoque los momentos m¨¢s emocionantes de este deporte. Esos eran los sue?os de Capcom, sue?os que obviamente jam¨¢s se vieron cumplidos. Milestone ha hecho su trabajo en las consolas next-gen recibiendo el benepl¨¢cito de unos y las duras cr¨ªticas de otros, pero al menos ha mantenido un m¨ªnimo de calidad general en todos los sentidos, pese a que para muchos se ha eliminado la vertiente m¨¢s realista, la de la simulaci¨®n. Con todo cab¨ªa esperar que el anuncio de un MotoGP para Wii fuese sin¨®nimo de un trabajo elaborado, de una de esas obras de esmero y dedicaci¨®n a las que nos tiene acostumbrados Milestone.
Qu¨¦ duda cabe que cometimos un error al no saber limitar nuestras expectativas. La compa?¨ªa japonesa ha querido simplificar al m¨¢ximo el concepto de esta franquicia en Wii para ofrecer al jugador un t¨ªtulo pobre en todos los sentidos, que nada tiene que ver con sus hom¨®nimos salvo la portada y el elenco de pilotos que se presenta para esta temporada. S¨®lo ellos sabr¨¢n contestar el porqu¨¦ de un lanzamiento que llega ni m¨¢s ni menos que seis meses despu¨¦s de que las versiones originales viese la luz en el mercado, como tambi¨¦n qu¨¦ les impuls¨® a editar un videojuego que luce un aspecto digno de la primera hornada de PlayStation 2. Y lo que es peor; da la raz¨®n a los que defienden que esta consola no es capaz de reproducir un motor gr¨¢fico que abogue por la calidad, por un sentido com¨²n en el desarrollo que en muchas empresas parece hacer desaparecido.
Conscientes de ello en Capcom no se han andando con rodeos para ofrecer una amplia variedad de modalidades de juego que en todo caso no va m¨¢s all¨¢ del percal com¨²n en este g¨¦nero; carrera r¨¢pida, campeonato, modo reto y el m¨¢s importante de todos ellos; la modalidad Trayectoria en la que cual seleccionamos un equipo al azar, una moto, un nombre y un piloto para comenzar desde lo m¨¢s bajo y ascender a medida que nos alzamos con la victoria en las m¨²ltiples carreras a las que tenemos acceso. No podemos hacer menos que aplaudir la inclusi¨®n de todas las posibilidades que encontr¨¢bamos en las ediciones hom¨®nimas de Xbox 360, PlayStation 3 y PC, un signo de que despu¨¦s de todo no se ha menospreciado las posibilidades de la consola en este sentido.
Tendremos tiempo de profundizar en esta cuesti¨®n a continuaci¨®n, porque inevitablemente lo que capta la atenci¨®n del usuario en la primera toma del contacto con el juego es el motor gr¨¢fico, y no precisamente por razones que se puedan considerar halagadoras. M¨¢s bien sucede todo lo contrario. Asistimos con la boca abierta a un desfile de texturas propias de la primera ¨¦poca de PlayStation 2; poca o nula definici¨®n, ausencia de ese aspecto tan importante en un espect¨¢culo visual deportivo que es la ambientaci¨®n, p¨²blico acartonado, y as¨ª un largo etc¨¦tera de barrabasadas visuales donde s¨®lo se puede tener en cuenta el dise?o de los circuitos, que al menos respeta el trazado original y nos permite ce?irnos a la jugabilidad.
Por mucho que nos esforcemos no podemos evitar la sensaci¨®n de estar jugando con un t¨ªtulo totalmente desfasado, que no aprovecha absolutamente ninguna de las cualidades t¨¦cnicas de la consola en la que corre. No ser¨ªa justo hablar de una adaptaci¨®n que ha tenido poca suerte; hay que ser cr¨ªticos, tajantes ante un motor gr¨¢fico en el que se ha eliminado el blur propio de la franquicia al ganar velocidad, con un motor de colisiones que resta a¨²n m¨¢s realismo a las pocas afortunadas carreras que disputamos en el comienzo. Tanto si corremos de d¨ªa como de noche, la apariencia de los entornos es poco menos que nefasta. Los v¨ªtores del p¨²blico pasan totalmente desapercibidos, no existe apenas sensaci¨®n de velocidad, no encontramos nada que se pueda destacar en conjunto.
Entendemos por lo tanto, al igual que lo hicimos hace pocos p¨¢rrafos atr¨¢s, que Milestone se ha centrado por completo en la jugabilidad del t¨ªtulo. Entonces descubrimos que estamos equivocados, ya que nada m¨¢s lejos de la realidad, el sistema de control por defecto nos invita a poner el wiimote en horizontal, obviando el wiimote y oblig¨¢ndonos a realizar precisos movimientos en funci¨®n de la direcci¨®n en la que queramos rotar la motocicleta. Existe tres estilos de conducci¨®n: arcade, avanzado y simulaci¨®n. El primero resulta absurdamente sencillo de superar incluso colocando la Inteligencia Artificial en el mayor grado posible (realista, especifica el juego), el ¨²ltimo se hace pr¨¢cticamente imposible de controlar para todo aquel que no haya gastado buenas horas haci¨¦ndose con la mec¨¢nica de juego.
El caso es que aunque decidamos ponernos manos a la obra, el control inicial es insuficiente para sentir que tenemos el dominio de la motocicleta, m¨¢s a¨²n a altas velocidades o cuando nos vemos obligados a tener una precisi¨®n quir¨²rgica al tomar una curva. Entre los cuatro estilos de juego que podemos seleccionar al comienzo de cada carrera el m¨¢s coherente es el tercero, una conjunci¨®n entre nunchuk para desplazar la moto y wiimote para frenar. Milestone ha tomado el riesgo de hacer posible acelerar emulando el comportamiento del acelerador de una motocicleta real, es decir, empu?ando el wiimote y haciendo girar de arriba abajo en funci¨®n de la potencia que queramos aplicar en cada momento. Es una l¨¢stima que en la pr¨¢ctica sea un total fiasco pese a la buena apariencia que luce en la teor¨ªa, aunque por otra parte no deja de equipararse al nivel del resto del juego.
De las tres posibilidades de juego lo m¨¢s coherente es aplicar la ?avanzada', una mezcla entre el arcade -donde podemos conducir como nos venga en gana sin perder en ning¨²n momento el control de la moto- y simulaci¨®n, esta ¨²ltima especialmente tediosa si pretendemos pasar un momento de asueto y no una experiencia rid¨ªculamente exigente en donde el primer roce con el c¨¦sped o la gravilla se traduce en una triste ca¨ªda. Es imprescindible por lo tanto emplear el nunchuk. A poco de comenzar a jugar dominamos la mec¨¢nica, siempre y cuando tengamos la suficiente paciencia para ello, para descubrir que en este caso al menos existe una m¨ªnima coherencia entre los movimientos que realizamos en el pad de control y los que se plasman en pantalla.
EL problema de Moto GP es que en ning¨²n momento transmite la sensaci¨®n de estar pilotando una moto aut¨¦ntica, algo que han corroborado los diversos jugadores que hemos invitado a ponerse a manos del sistema de control. No s¨®lo por lo absurdo del manejo de las mismas, sino tambi¨¦n por la intenci¨®n de Milestone de elaborar un t¨ªtulo para todos los p¨²blicos que en esencia se queda a medio camino entre los profesionales y el p¨²blico casual. S¨ª, existen opciones para modificar los aspectos esenciales del sistema de juego, pero no ayudan a que nuestra percepci¨®n de t¨ªtulo cambie en ning¨²n momento.
Sin novedades con respecto a los hom¨®nimos que vieron la luz hace algunos meses, hay que tener en cuenta la ausencia de una infraestructura para disfrutar del t¨ªtulo online (algo que tampoco alcanzamos a comprender), aunque por la cantidad de modalidades de juego al menos podemos garantizar bastantes horas delante del televisor, siempre y cuando seamos capaces de aceptar la calidad global del t¨ªtulo que tenemos ante nuestras narices. Moto GP produce una profunda sensaci¨®n de desamparo, retr¨®grada en todos los sentidos, sencillamente imperdonable y que hace un flaco favor a la reputaci¨®n de Wii en cuanto a la efectividad de los juegos de carreras en esta consola. Por mucho que Mario Kart haya demostrado que es perfectamente posible.
Malo
La idea era buena pero se ha llevado a cabo de forma desastrosa. No te lo compres, est¨¢ mal terminado.