Un mes despu¨¦s de disfrutar con Operation Anchorage, Bethesda nos da la oportunidad de afrontar el segundo pack de contenido descargable para Fallout 3. No sin algunos problemas, ya que la compa?¨ªa ha debido retirar la versi¨®n inglesa de este The Pitt,? por problemas con los ficheros, que al parecer se habr¨ªan corrompido. No ha sido el caso de la versi¨®n en nuestro idioma, de la cual hemos podido disfrutar desde la ma?ana de ayer. Se trata como dec¨ªamos de una nueva ampliaci¨®n de contenido, lanzada como descarga digital al precio de 800 Microsoft Points y disponible tanto para Xbox 360 como para PC.
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En The Pitt, nuestro protagonista viaja a las ruinas de la antigua Pittsburg, una ciudad que no qued¨® destruida directamente en la guerra, pero cuya situaci¨®n a la orilla de tres r¨ªos supuso una condena para sus habitantes. La radiaci¨®n de las aguas transform¨® a los habitantes de la ciudad en criaturas horrendas, de naturaleza vil. La hermandad del acero, dispuesta a purgar la urbe, viaj¨® m¨¢s de quinientos kil¨®metros para arrasar Pittsburg y no dejar rastro alguno de vida. Posteriormente, las ruinas fueron repobladas por contrabandistas, mercenarios y un sequito de esclavos con los que reflotar la boyante industria acerera del pasado.
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Nuevos horizontes
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Al igual que con Operation Anchorage, la descarga del contenido supondr¨¢ la aparici¨®n de una nueva tarea en nuestro PipBoy. Esta misi¨®n nos instar¨¢ a viajar al l¨ªmite norte del mapa, al punto de or¨ªgen de la transmisi¨®n de radio que pide ayuda. Una vez en dicho punto, un superviviente de Pittsburg nos indicar¨¢ que necesita ayuda para volver y liberar la ciudad del cabecilla actual, que parece haber encontrado una cura para los problemas de radiaci¨®n, pero que al mismo tiempo apuesta por la esclavitud y mantiene a los ciudadanos bajo un opresivo y f¨¦rreo control.
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Tras conseguir lo necesario para el camino, tomamos una vagoneta y viajamos al norte, a un nuevo mapa ajeno al habitual, en el que se desarrollar¨¢ esta mini aventura. Tras hacer nuestra aparici¨®n y ver que no somos bien recibidos, deberemos tratar de pasar como esclavos, entrando en las ruinas de la ciudad por el estrato m¨¢s bajo. As¨ª, La Fosa, como se ha traducido esta zona, cuenta con dos barrios bien separados, uno en el que viven los esclavos y otro en el que viven sus esclavistas. Nuestros contactos en el interior del sector obrero nos conducir¨¢ hacia sucesivas misiones, hasta que podamos ganarnos el respeto suficiente como para pisar el barrio alto.
Code¨¢ndonos con esclavistas, bandidos y escoria de toda clase, descubriremos que ser¨¢ necesaria la reflexi¨®n para tomar decisiones, ya que la moralidad de las mismas no estar¨¢ del todo clara a priori. Por su enfoque, The Pitt vuelve a las ra¨ªces de Fallout 3, alej¨¢ndose del giro a la acci¨®n que supuso Operation Anchorage, y apostando por el desarrollo, el enfoque m¨¢s pausado e incluso intentando crear una atm¨®sfera opresiva y tensa en pantalla. Lo recibimos pues con alegr¨ªa, ya que supone una extensi¨®n fiel, que cuenta con todos los elementos ganadores del t¨ªtulo original.
Los primeros pasos una vez integrados en la urbe nos llevan a descubrir sus diferentes zonas, bien marcadas. Adem¨¢s de los barrios alto y bajo contaremos con la acer¨ªa, un enorme complejo destinado a la producci¨®n de acero, y la forja, en la que los esclavos trabajan produciendo munici¨®n. La acer¨ªa hace las veces de mazmorra, en la que entraremos para recuperar los lingotes de acero que se encuentran desperdigados por el mapa. Se trata de un ¨¢rea extensa y cuidadosamente dise?ada, que aprovecha la altura para ofrecer desaf¨ªos en diferentes situaciones. Lo retorcido de sus ¨¢reas y el enorme volumen de objetos que pueblan la pantalla hacen de esta zona una de las m¨¢s inquietantes a la hora de jugar.
El hecho de estar plagadas de enemigos -totalmente sigilosos en su mayor¨ªa- le aporta un toque ¨²nico dentro de Fallout 3, conteniendo algunas situaciones que pueden dar alg¨²n que otro susto al jugador. Los mutantes de The Pitt se asemejan a los ghouls ya conocidos, aunque se desplazan a cuatro patas y son bastante m¨¢s veloces. Este tipo de enemigo, muy numeroso pero f¨¢cil de aniquilar se mezcla con los habituales bandoleros para suponer la nueva amenaza para el jugador. Es una pena que no se haya explotado m¨¢s este aspecto, ya que tan s¨®lo un nuevo modelo de enemigo acaba pasando factura a la originalidad de los contenidos extra en este aspecto.
Afortunadamente, el cat¨¢logo de nuevos objetos es lo suficientemente variado como para hacer de The Pitt una expansi¨®n que merece la pena tener. Encabezados por el vistoso machete autom¨¢tico - traducci¨®n final de auto axe - contaremos con un buen n¨²mero de piezas de armadura y armas con interesantes efectos. Al ser despojados de nuestro inventario en la entrada a la ciudad, deberemos ir consiguiendo nuevas piezas mediante la b¨²squeda y aniquilaci¨®n de enemigos en la acer¨ªa, o negociando con algunos de los esclavos en la ciudad.
Nuestra decisi¨®n cuenta
Afortundamente en esta ocasi¨®n, Bethesda ha apostado por un enfoque mucho m¨¢s conocido, y contaremos con una trama principal y varias misiones secundarias por cumplir. En total, el grueso del contenido puede suponer entre cuatro y seis horas de juego, que podemos expandir si deseamos completar otros asuntos posteriormente. Una vez finalizada, dispondremos de esta nueva ¨¢rea a nuestro antojo, ofreci¨¦ndonos interesantes beneficios que no revelaremos para no destripar la nueva trama. En general, la fuerza de la historia va m¨¢s ligada a nuestras acciones que a lo que ocurre en La Fosa, como dec¨ªamos, con elecciones que no acaban de estar moralmente claras en ning¨²n momento.
Pese a que en cuanto a su desarrollo se trata de un contenido totalmente lineal, podremos optar por vagar por la ciudad cuanto tiempo deseemos entre la consecuci¨®n de nuestros objetivos. Al contrario que en Operation Anchorage, no nos quedaremos varados sin opci¨®n alguna m¨¢s que avanzar al camino preestablecido. Utilizando la acer¨ªa y las diferentes zonas colindantes, podremos explorar el nuevo mapa de juego a nuestro libre albedr¨ªo. Al estar la zona tan contaminada, la radiaci¨®n juega en The Pitt un papel mucho mayor que en el original, con multitud de zonas peligrosas e incluso alguna que otra sorpresa inc¨®moda.
Vuelta de tuerca visual
Art¨ªsticamente, este nuevo contenido se mantiene en cotas de calidad similares a las del original. Encontramos un ¨¢rea industrial, oscura y gris, cuyo cielo enrojecido contrasta fuertemente con el azul profundo de las tierras heladas de Alaska que visitamos hace un mes. Pittsburg ofrece polvo y suciedad, humo y fuego, acero y hierro al rojo, en un espect¨¢culo visual que destaca por el uso de las alturas, como dec¨ªamos anteriormente. El dise?o de niveles muestra escenarios mucho m¨¢s laber¨ªnticos, que aprovechan cada recodo para introducir puertas, escaleras o personajes, y que tienen bastantes zonas ocultas de la vista.
Lo que hemos notado tambi¨¦n es que la tasa d im¨¢genes ha salido perjudicada, mostr¨¢ndose ahora m¨¢s inestable, y mostrando ocasionalmente algunos tirones que no aparec¨ªan en el juego original. Con todo, la presentaci¨®n sigue siendo sobresaliente, desde los escenarios a los nuevos objetos, que destacan en el caso de las armaduras por su dise?o industrial y cercano m¨¢s a la ropa de trabajo que a resultar una protecci¨®n para el combate. Tambi¨¦n hay que destacar el doblaje, que se ha realizado de nuevo de forma muy sobresaliente, ofreciendo un lenguaje tan expl¨ªcito como siempre.
A nivel jugable quiz¨¢ se le pod¨ªa pedir algo m¨¢s de duraci¨®n, especialmente por que atravesar el arco principal puede realizarse c¨®modamente en unas tres horas. Aun as¨ª, la presencia de multitud de objetos nuevos, logros y habilidades especiales lo hacen lo suficientemente atractivo como para merecer la pena. S¨®lo por disfrutar de la nueva zona y aprovechar para subir de nivel a nuestro personaje es una alternativa m¨¢s que interesante al resto de ¨¢reas de juego.