
Codename: Panzers Cold War
- PlataformaPC7
- G¨¦neroEstrategia
- DesarrolladorStormRegion
- Lanzamiento13/03/2009
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
- Editor10tacle Studios
Guerra tibia
Despu¨¦s de dos entregas m¨¢s que prometedoras de la saga Panzers, Stormregion regresa a nuestras pantallas con Cold War, ambientado por primera vez m¨¢s all¨¢ de la Segunda Guerra Mundial. Sum¨¦rgete en esta nueva aventura en forma de estrategia en tiempo real y trata de demostrar que combatir a los nazis es cosa del pasado.
A pesar del reciente lanzamiento de Halo Wars para Xbox 360 y del esfuerzo de compa?¨ªas como Electronic Arts y su Command & Conquer para intentar dar mayor vitalidad a la estrategia en tiempo real en las consolas, la realidad es que el PC sigue siendo la mejor plataforma para este tipo de soportes con amplia diferencia. Juegos del nivel de Dawn of War II, todav¨ªa fresco en las estanter¨ªas, atestiguan esta afirmaci¨®n, por mucho que lamentablemente las ventas durante sus primeras semanas est¨¦n muy lejos de niveles aceptables. Panzers Cold War quiere intentar cambiar esta tendencia.

Para cualquier aficionado a este g¨¦nero, el nombre Panzers no deber¨ªa sonarle precisamente a chino. Con dos notables entregas anteriores bajo la misma franquicia, Phase One y Phase Two, la gente de Stormregion ya demostr¨® sobradamente su capacidad para aunar el despliegue t¨¢ctico y el ¨²ltimo gran conflicto b¨¦lico de alcance global: la Segunda Guerra Mundial. No obstante, con la infinidad de juegos de disparos, ETRs, ETTs, juegos de acci¨®n t¨¢ctica, etc... que ya existen hoy d¨ªa basados en la Gran Guerra, no son pocos los usuarios que desesperan pidiendo un cambio de ambientaci¨®n en sus productos favoritos y aqu¨ª, en Cold War, lo encontrar¨¢n a medias.

Eso se debe a que la desarrolladora ha decidido salirse de lo que parece el gui¨®n establecido en los dise?adores de videojuegos, aunque no mucho. Panzers Cold War nos sit¨²a inmediatamente despu¨¦s de la toma de Berl¨ªn, en una hipot¨¦tica situaci¨®n en la que las fuerzas sovi¨¦ticas han ido creciendo en tama?o hasta llegar a proporciones alarmantes y se produce una tensi¨®n ambiental palpable con sus hasta ahora aliados occidentales, la OTAN. El incidente Tempelhof, que involucra una colisi¨®n entre un caza ruso y un carguero americano, es el detonante que provoca el nacimiento de un nuevo conflicto mundial y consigue que la WWII sea ya un recuerdo del pasado.

Y b¨¢sicamente esa es la principal excusa que nos pone a los mandos de un ej¨¦rcito y que nos lanza al campo de batalla sin m¨¢s dilaci¨®n. En ese sentido, Codename: Panzers Cold War resume perfectamente la esencia de lo que algunos llaman 'nueva generaci¨®n' de juegos de estrategia en tiempo real, donde lo importante no est¨¢ en la recolecci¨®n y gesti¨®n de los recursos repartidos por el mapa sino en la administraci¨®n de las unidades y en el fragor del combate mismo, premiando la valent¨ªa y el coraje de los que gustan de dirigirse siempre por campo abierto sin ning¨²n compromiso.

El principal?obst¨¢culo de esta nueva entrega de Stormregion, algo que trataremos de desarrollar en las pr¨®ximas l¨ªneas, no reside en ning¨²n problema de base; simplemente, no hay pr¨¢cticamente nada en lo que el t¨ªtulo alcance la excelencia, resultando a la vez entretenido pero demasiado convencional para el usuario medio que ya ha visto pasar docenas de juegos de este tipo. Ese hecho por s¨ª solo no deber¨ªa mermar el posible inter¨¦s por el juego, con lo que profundizaremos un poco m¨¢s para averiguar qu¨¦ hay de caliente en esta nueva guerra fr¨ªa.
Gr¨¢ficos y Sonido
Movido como est¨¢ por el motor gr¨¢fico Gepard3, en anteriores versiones del juego (y as¨ª lo hicimos notar en las impresiones al respecto que publicamos hace algunos meses) tuvimos notables problemas de rendimiento cuando tratamos de exprimir lo mejor que visualmente pod¨ªa dar el t¨ªtulo. Con una 4870 de 1Gb y a 1440 x 900 no ha habido nada que achacarle a Cold War, si bien a mayores resoluciones ya empezaba a haber alg¨²n que otro tironcillo en las circunstancias de mayor estr¨¦s poligonal.

Eso es debido principalmente a que suelen ocurrir muchas cosas de manera simult¨¢nea en pantalla; tal vez no es el juego con mayor carga gr¨¢fica que ha pasado por nuestras computadoras pero lo cierto es que aquello que se muestra lo hace de forma convincente. Eso implica montones de tanques y de infanter¨ªa disparando a la vez, explosiones, helic¨®pteros llegando con refuerzos, bombardeos de napalm, edificios desplom¨¢ndose aparatosamente y muros derribados ante el paso de los tanques.

El gestor de f¨ªsica desempe?a su labor de forma estupenda, al estilo de lo visto en World in Conflict, pues los elementos del escenario se van alterando a medida que se desarrolla el combate; los edificios, que sirven de cobertura a las unidades de infanter¨ªa, parecen tener la masa justa cuando se desmoronan o incluso cuando otros elementos del escenario interaccionan espectacularmente con ellos, cosa que los desarrolladores explotan a conveniencia mostrando la ca¨ªda de una gr¨²a sobre una manzana de casas, por ejemplo. Una pena que no podamos atropellar a los soldados, la verdad.

El dise?o de los escenarios suele ser abierto o con los suficientes espacios para dejar paso a las estrellas de la noche, los tanques, que si no encuentran caminos ya hechos f¨¢cilmente se construyen uno propio. Eso significa que es habitual ver como ¨¢rboles o postes el¨¦ctricos (genial el efecto chisporroteante que produce la rotura de los cables de tensi¨®n) son pobres obst¨¢culos ante el avance de los blindados, al tiempo que la artiller¨ªa va creando boquetes en la orograf¨ªa que permanecer¨¢n all¨ª durante todo el desarrollo de la partida, a?adiendo cierto toque de realismo.

Como viene siendo habitual en los ¨²ltimos ETR, la c¨¢mara permite un grado de acercamiento considerable, espectacular aunque poco pr¨¢ctico, as¨ª como la posibilidad de rotar alrededor de las unidades para encarar mejor las batallas. Miles de part¨ªculas flotan alrededor de soldados y unidades como resultado de disparos y explosiones, al tiempo que sus animaciones - remarcables las de los blindados, algo sosas las de infanter¨ªa - as¨ª como la gesti¨®n de las sombras dejan cierto regusto agridulce. En cualquier caso se podr¨ªa afirmar que el juego cumple con solvencia el apartado gr¨¢fico, sin excesivos alardes pero tampoco con carencias notorias dignas de menci¨®n.

A nivel sonoro se puede destacar el excelente trabajo realizado con los efectos de audio, porque la sensaci¨®n de inmersi¨®n conseguida merece mencionarse. El chirriar de las cadenas, el ruido del ladrillo y el hormig¨®n fragment¨¢ndose, los gritos de los soldados al morir, el paso del reactor de un avi¨®n al bombardear una zona, los helic¨®pteros llegando con refuerzos... l¨¢stima que no acompa?e el doblaje, en ingl¨¦s subtitulado al castellano, para hacer de esta secci¨®n merecedora de mayores elogios.
Jugabilidad
Aqu¨ª reside el quid de la cuesti¨®n, donde los grandes juegos se distancian de los buenos juegos y el lugar en el que precisamente Codename: Panzers Cold War se muestra s¨®lido y convincente pero sin llegar a levantar pasiones. Como antes hab¨ªamos adelantado, Stormregion ha creado un producto basado en la gesti¨®n t¨¢ctica y en el frenetismo antes que en la estrategia pura y dura, si bien existen algunos componentes que lo separan de lo que ser¨ªa el combate ca¨®tico m¨¢s absoluto.

Para empezar, no existen recursos que recolectar. Progresivamente a lo largo de la campa?a principal y tambi¨¦n en las partidas individuales, dispondremos de un peque?o ej¨¦rcito a nuestro servicio que empezar a comandar y a dirigir. La clave para conseguir reclutar m¨¢s unidades consiste ¨²nicamente en la adquisici¨®n de puntos de prestigio, conseguidos a base de aniquilar unidades enemigas (cosa que proporciona experiencia a las unidades), controlar y mantener puntos de inter¨¦s clave (banderas) alrededor del mapa o cumpliendo objetivos adicionales.

Eso significa que el flujo de idas y venidas de unidades es constante, porque eliminar posiciones y adversarios es algo que ocurre con mucha frecuencia durante las partidas. Cada escuadr¨®n tiene un coste distinto dependiendo de sus funcionalidades,?de la misma forma que la?velocidad con la que lo adquirimos tambi¨¦n es?variable. Dado que el l¨ªmite m¨¢ximo de unidades que se pueden simultanear no es astron¨®mico, la idea?consiste en?generar una batalla a escala reducida pero constante. Esto impide 'atortugarse' en la base esperando reunir una fuerza inconmensurable para despu¨¦s salir y atropellar a todo rival a nuestro paso, premiando en cierta medida al atrevimiento y penalizando el conservadurismo.

En su lugar, iremos construyendo poco a poco pero sin pausa. A medida que las unidades vayan saliendo de nuestros edificios de producci¨®n, existe una gran capacidad de personalizarlas a nuestro antojo; por ejemplo, podemos optar por dotar a un tanque de una cadena reforzada que impida que sufra penalizaciones al movimiento si es alcanzado por una mina o bien adecuar un lanzallamas a su ca?¨®n principal para hacerlo doblemente efectivo en sus enfrentamientos contra la infanter¨ªa. Este tipo de personalizaci¨®n (customization, en ingl¨¦s) es fundamental que la aprendamos para triunfar en el campo de batalla.

Y como esas habilidades, muchas otras: dotar de capacidad antia¨¦rea a un blindado, optar por aumentar la potencia del motor para acelerar m¨¢s r¨¢pido, alargar el radio de visi¨®n de una unidad, hacer anfibio un veh¨ªculo de transporte, construir una torreta defensiva en la que se pueda atrincherar la infanter¨ªa, cavar t¨²neles con el boina verde para un r¨¢pido transporte de tropas alrededor del mapa, aumentar el blindaje para prolongar la supervivencia en combate,?destruir un puente, asignar tareas de reparaci¨®n a un MPV... y todo esto individualmente unidad por unidad, flexibilizando al m¨¢ximo el grueso de nuestras tropas.

Al contar con unos escenarios de desarrollo abierto, la gesti¨®n territorial pasa por tener ojos en todas las partes del mapa que puedan suponer una aut¨¦ntica diferencia si las conquista el enemigo. Panzers Cold War no solamente nos permite jugar con doble monitor simult¨¢neamente sino que reintroduce el sistema de PiP (picture in picture, en ingl¨¦s) que consiste en poder tener vigilada una parte del terreno mediante c¨¢maras que podremos alternar con una simple pulsaci¨®n de teclas. El dominio de habilidades menores como puede parecer ¨¦sta, supone la diferencia entre el jugador mediocre y el avanzado.

Ciertamente y sobre el papel, Codename: Panzers Cold War ofrece muchas posibilidades distintas. Planteada una estrategia sobre el mapa t¨¢ctico, uno puede intentar sorprender al enemigo de muchas formas diferentes: escondiendo comandos para una emboscada, surcar un r¨ªo con el bote hinchable de un boina verde y atrapar por detr¨¢s las defensas enemigas, sabotear un edificio enemigo para evitar que siga produciendo tropas, plantar campos de minas impidiendo el avance de los blindados enemigos, construir bunkers con morteros atacando al enemigo a distancia...

Pero en?la realidad, por lo menos durante la campa?a principal, el mejor recurso es construir el mayor y mejor batall¨®n de tanques posibles y lanzarse al ataque. Incluso en tempranas misiones de protecci¨®n de convoyes, pasearse junto a los camiones armados hasta arriba es la mejor de las soluciones con diferencia. Menos mal que en las partidas contra la CPU en dificultad alta, la IA ya empieza a pensar de forma m¨¢s imaginativa para ponernos las cosas dif¨ªciles y uno ya debe preocuparse de capturar las banderas m¨¢s interesantes, como las que permiten obtener refuerzos v¨ªa mar¨ªtima o mediante el tren.

En el calor del combate, puede haber muchas cosas que se nos pasen por alto y que son importantes porque as¨ª lo han querido los desarrolladores; por ejemplo, que cada blindado sufre da?o de blindaje por el lugar donde recibe los impactos, que si un escuadr¨®n no est¨¢ completo y maneja un veh¨ªculo se pierde eficiencia, que hay que echar un ojo a la cantidad de munici¨®n de un escuadr¨®n antes de lanzarlo al combate... y as¨ª muchas cosas m¨¢s que requieren de un micromanejo constante que, incluso a la velocidad m¨¢s baja del juego, no da tiempo a realizar.

Hay varios tipos de unidades para cada bando, tanto de infanter¨ªa (est¨¢ndar, ametralladores, morteros, param¨¦dico, boinas verdes, francotiradores, ingenieros...) como de transporte y ataque blindado (veh¨ªculos de observaci¨®n, ligeros, medios, pesados, con lanzallamas, con orugas de repuesto, con misiles tierra-aire...), aunque se echa de menos la presencia a¨¦rea o mar¨ªtima m¨¢s all¨¢ de unidades de soporte, la verdad, que hubiese aumentado el componente estrat¨¦gico. A¨²n as¨ª, las posibilidades que quedan en manos del jugador son considerables.

Como antes coment¨¢bamos, cada bando (OTAN y Rusos) disponen de habilidades especiales que se obtienen capturando puntos de inter¨¦s y disponiendo del prestigio necesario: enviar ataques de artiller¨ªa a puntos determinados, barrer una zona con napalm, realizar un reconocimiento fotogr¨¢fico, crear interferencias para evitar llegadas a¨¦reas, lanzar contenedores de suministros... toda una serie de ataques espectaculares que marcan la diferencia una vez en combate.

Junto a la campa?a principal, con sus misiones con l¨ªnea argumental, sus h¨¦roes y dem¨¢s, contamos con toda una serie de posibilidades multijugador; la primera, a trav¨¦s de internet y la red GameSpy que no hemos podido probar por falta de quorum antes del lanzamiento del juego, los modos Dominaci¨®n o 'Hot Seat' que tienen que ver con la cantidad de prestigio ganado y por supuesto el juego a trav¨¦s de LAN. Bastante correcto todo, sin nada que sobresalga especialmente por encima del resto de productos del mercado.

Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.