Dead Rising: Terror en el Hipermercado
Con un brazo amputado
Pol谷mica, gore, muertos vivientes y mucha acci車n. El port de Dead Rising para Wii llega con la tarea de demostrar que la consola de Nintendo es perfectamente capaz de manejar las oleadas de zombies que han infestado el centro comercial de Willamette, Colorado. Frank ha perdido su c芍mara y algo de clase, pero conserva su humor negro y tono casposo.
La pol谷mica ha suscitado que Dead Rising: Terror en el Hipermercado se convierta en uno de los t赤tulos que m芍s ha llamado la atenci車n del p迆blico de Wii. Varios han sido los motivos que han propiciado este hecho, siendo el primero y m芍s acuciante el aspecto gr芍fico que se ha dejado entrever en las versiones de prueba mostradas en ferias y eventos, adem芍s de la l車gica preocupaci車n por realizar un port 1:1 de una versi車n dise?ada para Xbox 360, con el consiguiente desfalco t谷cnico. La consola de Nintendo ha demostrado con el paso del tiempo ser capaz de reproducir visuales impactantes, muchas veces sorprendentes, pero no cabe duda de que este aspecto es uno de los que m芍s calado tienen entre los aficionados. El recelo de esta edici車n ha quedado patente a cada beta del juego que ha visto la luz hasta la fecha: lo cierto es que nadie pod赤a asegurar con certeza que Capcom fuese capaz de encauzar este Dead Rising: Chop Till You Drop en versi車n original, por los derroteros adecuados para satisfacer al p迆blico.
El segundo ha venido marcado por la confirmada ausencia de varios aspectos fundamentales de la edici車n original. El productor del t赤tulo sorprend赤a al anunciar que la c芍mara fotogr芍fica de Frank West -un osado paraparazzi sin escr迆pulos- iba a desaparecer del desarrollo, sin ofrecer m芍s informaci車n sobre c車mo afectar赤a este hecho al devenir de los acontecimientos durante la partida. Teniendo en cuenta que se trata de un pilar sobre el que se asentaba el producto original, y dado que forma parte intr赤nseca del argumento, todo parec赤a apuntar que la adaptaci車n iba camino de convertirse en uno de los mayores fiascos del a?o, uno de esos t赤tulos nefastos que hacen un flaco favor a la reputaci車n de Wii en todos los sentidos.
La realidad ha venido marcada por estos y otros factores de peso, circunstancias a tener presentes de cara a comprender la expectaci車n que se formaba entorno al lanzamiento del juego. La gota que colm車 la paciencia de los aficionados fue sin lugar a dudas la traducci車n del sobrenombre de la aventura, que pasaba a convertirse de un acertado ?Chop till you drop' -un gui?o hacia el estilo de juego- a un absolutamente sin gracia ?Terror en el Hipermercado' -como la canci車n de Alaska-, que para muchos ven赤a siendo la confirmaci車n de la supuesta ?casualizaci車n' del t赤tulo, o lo que es lo mismo, a perder la marcada esencia hardcore del original. Todo seg迆n la apreciaci車n de unos aficionados que piden a gritos licencias originales, productos que exploten las virtudes de la consola desde cero y no m赤seras adaptaciones que han acabado por mermar la visi車n general que se tiene de un sistema que en los 迆ltimos meses ha recibido varios t赤tulos de calidad, originales y ciertamente sorprendentes.
A la hora de la verdad Dead Rising Wii resulta ser, tal y como se ven赤a anunciando, uno de los pocos casos de conversi車n que, lejos de igualar o mejorar la apariencia del t赤tulo en el que se basa, limita la mayor赤a de caracter赤sticas del original, bajando su nivel en todos sus apartados, aunque manteniendo una decente capacidad adictiva que se acerca m芍s al concepto generalista de un beat'em up que al que se present車 en su d赤a para la consola de Microsoft. Las impresiones que transmite este Terror en el Hipermercado son tan evidentes desde el exterior que a duras penas se ha de negar que Capcom ha mutilado la aventura original para hacer posible esta versi車n, llev芍ndose con ello parte de la esencia innata de uno de los t赤tulos m芍s representativos de la primera ornada de la nueva generaci車n. Sobre el papel queda un dibujo claro y conciso de todo cuanto se conoc赤a de esta producci車n previamente a su lanzamiento. Entonces, ?qu谷 es realmente lo que ofrece la edici車n de Wii?
El reportero aterriza en la azotea del 迆nico punto de inter谷s del lugar, un centro comercial donde transcurre la pr芍ctica totalidad de la vida social de los habitantes de Willamette. Es un recinto de unas proporciones desmesuradas para la localidad que lo alberga, lo que en cierto modo lo convierte en un punto tur赤stico de inter谷s general. Todo pierde relevancia tras conocer a un enigm芍tico personaje que nos recibe a poco de descender del helic車ptero, un hombre aparentemente sudamericano que responde al nombre de Carlitos y que, curiosamente, parece tener toda la situaci車n bajo su control. ?l es el primero que menciona algo sobre la inexplicable quietud del lugar, aunque a los pocos minutos deja de hablar y encomienda al periodista a comprobar la situaci車n con sus propios ojos.
Frank abre la primera puerta del centro comercial expectante ante lo que va a encontrar. Corre a trav谷s de varios pasillos hasta alcanzar el main hall, la zona c谷ntrica del centro comercial donde observa un movimiento incipiente de seres humanos -vivos-, entre ellos una hermosa muchacha que le contempla brevemente antes desaparecer sin dejar rastro. El reportero lanza una breve mirada hacia el exterior, momento en el que queda paralizado ante su asombro; la puerta de entrada est芍 literalmente colapsada por muertos vivientes, zombies desesperados por introducirse en el local. A priori se trata de una posibilidad m芍s bien remota a tenor de las medidas de seguridad de la zona, aunque como suele ser habitual en estos casos es la imprudencia de una anciana la que genera el caos absoluto. La estramb車tica se?ora anda desesperada en la b迆squeda de su tierna Madonna, un caniche -del que hablaremos largo y tendido en su debido momento- que provoca el terrible error de abrir por un instante las puertas de la entrada.
Esa limitaci車n temporal sencillamente no est芍, desaparece por completo para dar lugar a una estructuraci車n tradicional de los hechos. Encontramos 8 episodios divididos en varios cap赤tulos que se van cumplimentando a medida que descubrimos los motivos reales por los que se ha producido la infecci車n a nivel general en el pueblo. Mucho que ver tiene un viejo cascarrabias que se ve envuelto en los acontecimientos como un mero espectador, aunque s車lo es una pieza del enorme engranaje que mueve el argumento. Nada de pretensiones filos車ficas, grandes aspiraciones para profundizar en cada personaje y dem芍s parafernalia, sencillamente un gui車n que se cumple de principio a fin a raja tabla, capaz de sorprender, de empujarnos para descubrir el siguiente paso o hecho factible que nos acerque a la verdad. Es herencia de la versi車n de Xbox 360, y facilita a los nuevos jugadores descubrir la historia sin traumas, de forma est芍ndar.
Desde el conducto de ventilaci車n pasamos a uno de los patios de la azotea, donde tomamos un ascender para introducirnos en el centro comercial en s赤. El conducto de ventilaci車n es el nexo de uni車n entre el exterior y una zona segura adonde hemos de transportar los rehenes, para posteriormente desaparecer sin dejar pr芍cticamente ning迆n rastro de vida. No podemos elegir entrar directamente en el centro comercial sin tener una misi車n asignada, ya que de ello se encarga Otis -el susodicho conserje-, que nos pide amablemente ir a rescatar a determinados supervivientes seg迆n las circunstancias. Estas misiones vienen a sustituir los objetivos del t赤tulo original, ya que se imponen de forma obligatoria y no existe ning迆n m谷todo para evitarlas. Eso s赤, al finalizarlas se nos otorga una puntuaci車n por medio de rangos que posteriormente se traduce en una recompensa bien a modo de aumento de vitalidad (por medio de batidos de prote赤nas), dinero, alimentos, etc谷tera.
Las misiones gozan de un cron車metro que indica el tiempo que ha transcurrido desde que comenzamos a indagar, la 迆nica circunstancia donde contamos con un limitador temporal -si bien no limita, m芍s bien condiciona la puntaci車n final de la misi車n-. En determinadas circunstancias, siempre bajo exigencias del gui車n, nos veremos ante la posibilidad de explorar en centro comercial en su totalidad, con restricciones marcadas en funci車n del momento de la historia en el que nos encontremos. No obstante, es cuesti車n de horas desbloquear el centro comercial y abrirnos paso entre hordas de muertos vivientes cuya Inteligencia Artificial -y, por ende, agresividad- va regulada en funci車n del nivel de dificultad que hayamos elegido al comenzar la partida. Por suerte para los menos experimentados, el nivel m芍s b芍sico posibilita una exploraci車n tranquila y con pocas sorpresas, enemigos que abatimos con un apenas un golpe, etc谷tera. Tambi谷n podemos seleccionar la cantidad de sangre que se muestra en pantalla al desmembrar a los zombis, un hecho interesante para todo aquel que desee omitir esta caracter赤stica de la partida.
Por suerte disponemos de un sistema de control hereditario de Resident Evil 4 -al igual que el motor gr芍fico, como veremos a continuaci車n-, que otorga la responsabilidad del movimiento del personaje al nunchuk, mientras que el resto de labores se realizan mediante el wiimote, con el que tambi谷n se nos permite efectuar un ataque especial sacudiendo el mando en el momento oportuno. Abrir una puerta o conversar con un personaje requiere pulsar dos botones, mientras que para disparar necesitamos la B -cuando Frank pasa a modo de apunte- y la A para disparar a mansalva. Al principio el sistema se antoja algo complejo de manejar, poco intuitivo, aunque es cuesti車n de minutos hacernos con 谷l. Antes de que nos demos cuenta apuntamos y disparamos tan pronto como lo deseemos, pese a que en este sentido existen algunas taras al mover r芍pidamente la mira del personaje, o a la hora de eliminar a los molestos y tediosos animales que se pasean a sus anchas por el centro comercial. Animales, s赤, pese a que realmente se trata de dos seres -un caniche y un loro-, que pasar芍n a los anales de la historia como monstruos repetitivos e inexplicablemente inteligentes en comparaci車n a los enemigos por antonomasia, los zombies.
El tan criticado aspecto de esta adaptaci車n es una verdad a medias, una realidad que depende de qu谷 se le exija a un t赤tulo de estas caracter赤sticas. Independientemente de ello, no cabe duda de que existen algunos problemas muy a tener en cuenta. El n迆mero de zombies en pantalla no supera la veintena en ning迆n momento, pero con todo logran transmitir cierta sensaci車n de agobio, de necesidad de movernos con rapidez para no ser agredido por alguno de ellos. No es precisamente el n迆mero de muertos vivientes lo que nos preocupa, sino la forma en la que aparece y desaparecen como por arte de magia. En las 芍reas m芍s c谷ntricas es posible observar con toda normalidad c車mo aparecen varios enemigos ante nuestras narices, de sopet車n, a menos de un metro de nuestra cara. En el jard赤n, por poner un ejemplo de tantos, adem芍s de tener que lidiar con los protuberantes dientes de sierra, hemos de batallar contra caniches y loros cl車nicos que s車lo var赤an de color al comenzar un nuevo episodio, que se reproducen de la nada y aparecen una y otra vez haciendo gala de una IA tan absurda como se pueda imaginar. Por no hablar de los alaridos que estos desprenden, molestos no tanto por naturaleza como por el nefasto sonido que producen cientos y cientos de veces en estos escenarios.
El caso de los zombies se debe a un protuberante popping que curiosamente no afecta a los escenarios, pero s赤 a los personajes que se suponen deber赤an pasear por 谷l. El peor ejemplo -y decimos peor por la escena c車mica que se vivi車 en la redacci車n al experimentarlo- de este hecho lo descubrimos cerca de uno de los restaurantes del centro comercial. Por un momento decimos adentrarnos en una tienda musical y comenzar a disparar, pistola en mano, a los zombies que est迆pidamente ignoraban nuestra presencia. Pues bien, es dif赤cil explicar la sensaci車n que produce disparar a quemarropa a estos seres para contemplar c車mo se reproducen por arte de magia y vuelven a aparecer en pantalla segundos despu谷s de haber ca赤do fulminados al suelo, exactamente en la misma posici車n y con el mismo dise?o. Lo m芍s gracioso de este asunto es que los zombies dejan tras de s赤 munici車n y dinero, por lo que cuando desistimos de la matanza descubrimos, casi sin quererlo, un truco que nos permite tener munici車n pr芍cticamente ilimitada y todo el dinero que deseemos.
Aceptamos la veintena de muertos vivientes por su capacidad para atacarnos, para aparecer m芍gicamente a nuestra espalda -aunque dos segundos antes ese mismo lugar estuviese vac赤o-, pero no el hecho de disparar y contemplar at車nitos c車mo los zombies reviven m芍gicamente. Una sensaci車n parecida transmite encontrar una y otra vez EXACTAMENTE a los mismos zombies en el almac谷n previo a la azotea, donde siempre aparecen varios obreros, una se?ora eminentemente obesa y otros trabajadores del local. Da igual cu芍ntas veces entremos o salgamos de la zona, lo mucho que avancemos en la historia; ellos seguir芍n en el mismo lugar, esperando una descarga directa de plomo. Al final, m芍s que asustar, dan aut谷ntica pena. Lo que a su vez no deja de ser una de las moralejas del producto: mientras no caemos en la presencia de estos bugs o defectos gr芍ficos tenemos la sensaci車n de participar en un motor gr芍fico muy capacitado -algo que pone de relieve el buen dise?o de los personajes principales, su actuaci車n, doblaje, etc谷tera-, pero que a la postre demuestra estar obsoleto y ser insuficiente. No se trata de la potencia de Wii, sino de esta obra particular de Capcom para la que deb赤a haberse concebido un nuevo engine gr芍fico y no una mera conversi車n de la conversi車n de la conversi車n, valga la redundancia.
Si a esto le a?adimos la ausencia de la c芍mara fotogr芍fica el aspecto t谷cnico toma tintes ciertamente c車micos, a la ya menciona presencia de caniches y loros cl車nicos, zombies que se reproducen autom芍ticamente y sobre la marcha, etc谷tera. En su momento se justific車 este hecho aludiendo a problemas t谷cnicos, aunque no podemos comprender de qu谷 manera hubiese afectado la inclusi車n de este elemento al motor gr芍fico. O dicho en otras palabras, es dif赤cil justificar c車mo se puede omitir uno de los elementos fundamentales de la trama, m芍s a迆n teniendo en cuenta que hablamos de un periodista gr芍fico que en todo momento se pasea por el escenario con su c芍mara a cuestas. No la pierde, no se rompe, no hay ning迆n absurdo recurso narrativo que podamos criticar, porque sencillamente es algo que ha desaparecido sin dejar ni rastro. Es curioso que se mencionen tant赤simos defectos cuando la apariencia general del juego no es mala, sencillamente falla pr芍cticamente en todo lo imprescindible o caracter赤stico que se le supone a una obra como Dead Rising.
Correcto
No es lo 迆ltimo ni lo m芍s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci車n, pero puede divertir si te gusta el g谷nero. Bien, pero mejorable. C車mpralo si te gusta el g谷nero y te gusta tenerlos todos.