Populous DS
- PlataformaDS6
- G¨¦neroEstrategia
- DesarrolladorElectronic Arts
- Lanzamiento06/03/2009
- TextoEspa?ol
- EditorElectronic Arts
Adora a tu Dios
El gran cl¨¢sico de Peter Molyneux visita el mercado espa?ol con una propuesta tan clara como concisa; convertirnos en Dios por un d¨ªa para luchar contra las fuerzas del mal toda vez que nuestros fieles representan nuestra deidad en el campo de batalla. Con el paso del tiempo, Populous ha perdido la fuerza de su motor gr¨¢fico, pero sigue conservando el factor estrat¨¦gico que lo caracteriz¨® en su d¨ªa.
Cuando se cumplen casi dos d¨¦cadas desde el lanzamiento original de Populous para compatibles, Electronic Arts decide ofrecer el t¨ªtulo a las nuevas generaciones en un port 1:1 del t¨ªtulo original que apenas ofrece novedades respecto al cl¨¢sico de Peter Molyneux. Populous forma parte de una prestigiosa ¨¦lite de juegos de estrategia que se han ganado a pulso ser considerados productos de culto, bien sea por el planteamiento que ofrec¨ªan en su d¨ªa o bien por el legado que ha ofrecido a tantos y tantos hijos ileg¨ªtimos. No obstante, hablar de este t¨ªtulo tambi¨¦n es hacerlo sobre uno de los RTS que m¨¢s han envejecido con el paso de los a?os, uno que sirve conservando su esencia.
Nintendo DS ha sido la encargada de dar a la luz este peculiar proyecto que llegaba a las estanter¨ªas japonesas hace poco menos de un a?o, obteniendo una escasa repercusi¨®n tanto en ventas como en cuanto a cr¨ªticas por parte de la prensa especializada se refiere. No es de extra?ar si tenemos en cuenta el estilo de juego que ofrece Populous, ya que poco menos que nos obliga a tomarnos un tiempo para decidir qu¨¦ estrategia queremos emplear de cara a vencer a nuestro rival, un terrible demonio que cuenta con su particular s¨¦quito de fieles para adorarle.
Como Dios, el primer cometido al que debemos responder es al de allanar el suelo, el territorio donde se asientan los aldeanos. As¨ª, tras una breve presentaci¨®n -y tras comprobar el parco aspecto de la interfaz que nos da la bienvenida- pasamos directamente a un modo tutorial en el que se explica a grandes rasgos la mec¨¢nica del juego, que b¨¢sicamente consiste en hacer factible la construcci¨®n de viviendas para que los aldeanos procreen y, llegado el momento, sean capaces de librar una dura batalla contra el rival.
La curva de aprendizaje contribuye enormemente a suavizar la mec¨¢nica de juego. Es bastante sencillo hacernos con los controles b¨¢sicos para dominar la tierra, con opci¨®n a disminuir el nivel del terreno hasta encontrar el agua, o por el contrario hacer que ascienda hasta las nubes. La opci¨®n m¨¢s l¨®gica es la de establecer un nivel medio que nos permita cierta cobertura ante los ataques intrusos al tiempo que una buena comunicaci¨®n para no perdernos en la pantalla t¨¢ctil de la port¨¢til, desde donde otorgamos todas las ¨®rdenes. Como es de suponer, el stylus cobra una importancia indiscutible que se ve mermada por la poca precisi¨®n del mismo al realizar los comandos m¨¢s absurdos y sencillos, lo que nos obliga a hacer uso de los botones de la consola, m¨¢s r¨¢pidos y accesibles que la peque?a pluma de pl¨¢stico.
El aspecto gr¨¢fico que luce el t¨ªtulo es equivalente al de la adaptaci¨®n de S¨²per Nintendo, una estrategia que muchos usuarios no han terminado de comprender, m¨¢s a¨²n cuando Populous 3 apareci¨® en su d¨ªa para PSX -haciendo gala de un resultado m¨¢s bien nefasto-, luciendo un aspecto mucho m¨¢s acorde con la generaci¨®n actual, tanto en el sentido t¨¦cnico como en el jugable. Hay que tener en cuenta que este Populous DS recoge los fundamentos de la franquicia desde cero, al igual que su sistema de juego, algo anticuado para los tiempos que corren. No obstante, una de las virtudes de Populous era precisamente su capacidad para, mediante una mec¨¢nica a priori bastante limitada, ofrecer una amplia riqueza estrat¨¦gica.
Una vez allanamos el terreno, los aldeanos ponen en marcha construcciones cada vez m¨¢s grandes, en las que pueden habitar m¨¢s personas y, por consiguiente, proporcionarnos m¨¢s rezos para aumentar nuestro poder. S¨®lo existen seis comandos para comandar a los paisanos, que pasan por obligarles a reunirse en grupo para crear un l¨ªder (que a su vez se puede convertir en un temeroso guerrero por medio de un milagro), a elaborar viviendas a destajo, o simplemente a dirigirse al rival m¨¢s cercano y a entrar en contacto con ¨¦l. No existe ninguna v¨ªa para seleccionar a los viandantes, por lo que s¨®lo podemos efectuar la orden y esperar c¨®mo la realizan.
Cuando la situaci¨®n se pone dif¨ªcil tenemos a nuestro alcance un variado abanico de milagros en funci¨®n del Dios concreto que estemos manejando (en el comienzo s¨®lo podemos hacer uso del de Tierra, mientras que a la larga tambi¨¦n disponemos de la correspondiente deidad para representar el Viento, el Fuego, etc¨¦tera), con la posibilidad de lanzar demoledores meteoritos contra el terreno enemigo, que siempre veremos mostrado en pantalla. Sin embargo apenas tendremos tiempo para ello, ya que la mayor parte del tiempo la empleamos en nivelar el terreno y en desplazarnos r¨¢pidamente por el escenario concreto donde estemos disputando la partida.
En este sentido, y pese a las evidentes taras gr¨¢ficos que ofrecen pixeles poco definidos y una visi¨®n m¨¢s bien irrelevante en la pantalla superior de la port¨¢til, Populous DS nos invita a conocer distintas culturas acorde con el lapso hist¨®rico en el que nos encontremos (que nunca se especifica), por lo que tan pronto nos vemos inmersos en la Edad Media como en cualquier otro contexto hist¨®rico m¨¢s cercano al de la prehistoria, en parajes nevados, verdosos o des¨¦rticos en funci¨®n de la zona. Las condiciones externas de los combates, junto con la Inteligencia Artificial del enemigo, conforman las ¨²nicas variaciones que encontraremos durante la batalla.
O dicho en otras palabras, al comienzo de cada escenario se precisa las condiciones de combate (mayor n¨²mero de fieles, man¨¢ lentamente adquirido o viceversa), lo que variar¨¢ dr¨¢sticamente el devenir de la partida. Por supuesto hemos de tener siempre un ojo pendiente en el enemigo, que no tendr¨¢ el m¨ªnimo inconveniente en acercase a nuestro territorio y en comenzar a edificar delante de nuestras narices. Seg¨²n avanzamos en la partida la dificultad para pasar de nivel va en aumento, llegando hasta el punto de sacarnos de quicio por momentos hasta la s¨²bita inteligencia artificial de la que hace gala el Dios rival, que construye a una velocidad de infarto, oblig¨¢ndonos a hacer un uso quir¨²rgico de los milagros y de las pocas posibilidades con las que contamos durante los combates.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.