Diversi¨®n explosiva

'Si algo no est¨¢ roto, no lo arregles'. Un dicho popular que esconde en ocho simples palabras mucha m¨¢s verdad que p¨¢rrafos y p¨¢rrafos de informaci¨®n. Cuando una cosa funciona es innecesario cambiar la f¨®rmula, un sentimiento que muchas veces ha servido como contrapunto a numerosas franquicias de videojuegos, que tras intentar darle un giro de tuerca a la base original vieron c¨®mo perd¨ªan apoyo no s¨®lo de la cr¨ªtica sino tambi¨¦n del p¨²blico, y lo que es peor, compromet¨ªan la esencia de la saga. Las cosas pueden funcionar, eso s¨ª, y como ejemplos 'recientes' podr¨ªamos tener Resident Evil 5, que recoge el testigo de la cuarta entrega, la cual revolucion¨® la idea original de la serie y la llev¨® a otro terreno.

Pero cuando no funciona, los usuarios son los m¨¢s perjudicados. Xbox 360 tuvo el dudoso honor de ver c¨®mo la mascota de Hudson, Bomberman, se convert¨ªa en un cyborg antropom¨®rfico y estilizado que se acercaba m¨¢s a los dise?os de un c¨®mic americano que a la idea original de la compa?¨ªa japonesa. Bomberman Act Zero, que as¨ª se llamana el engrendro, fue una mala pesadilla que poco despu¨¦s fue olvidada, gracias en parte a la r¨¢pida respuesta por parte de su desarrolladora: si no gusta, volvemos a lo de verdad, a la ra¨ªz. Bomberman sin embargo -a pesar de ese incidente- siempre ha gozado de una buena salud y pocos experimentos han sido realizados a su costa.

As¨ª, en Nintendo DS encontrar¨ªamos dos sagas principales, la primera iniciada por 'Bomberman' en 2005 y que simplemente se ci?e a mostrarlo todo con el aire de siempre, sin variar un ¨¢pice la jugabilidad, y la subserie Bomberman Land Touch, que con dos entregas se desv¨ªa m¨¢s por el creciente gusto de los usuarios menos habituales del sistema: los minijuegos. Esta ¨²ltima franquicia fue peor recibida, hecho que probablemente haya afectado a los planes de Hudson, quien por medio de Rising Star Games pusieron la semana pasada en nuestras estanter¨ªas el juego que nos ocupa, Bomberman 2, una suerte de secuela del t¨ªtulo de 2005 que recoge su testigo en el m¨¢s amplio sentido de la palabra.

Esto significa que no hay lugar para experimentar: a lo largo de siete mundos -compuesto cada uno por diez niveles divididos en misiones- tenemos que controlar al ic¨®nico personaje emblema de la franquicia y poner bombas de un lado a otro de la pantalla. Un mecanismo simple, directo y que, c¨®mo no, es extremadamente divertido. Para quienes nunca hayan jugado a un t¨ªtulo de la serie, podr¨ªamos definirlo como un juego de habilidad en el que movemos a un personaje por un escenario cerrado, generalmente rectangular, repleto de cajas y obst¨¢culos.

Su tarea es limpiar la pantalla de todos los objetos que obstaculizan el avance, al tiempo que acaba con los enemigos que caminan de un lado a otro de la pantalla, bien sean animales mecanizados u otros ?bomberman'. Como su nombre indica, nuestro protagonista es un hombrecillo capaz de plantar bombas en el suelo que explotan pasados unos segundos, haciendo un da?o proporcional a la potencia de fuego que tengamos en dicho momento y expandiendo su llama en base a su posici¨®n: si ponemos la bomba entre dos cajas, el fuego acabar¨¢ con las dos, al expandirse su campo de ataque en forma de cruz, sin embargo, si la ponemos en un pasillo con un ¨²nico carril, el fuego se expandir¨¢ en l¨ªnea recta.

Bomberman 2 se ci?e totalmente a esta simple base, aunque a?ade nuevos elementos o los recupera de t¨ªtulos previos de la franquicia. Tal cual est¨¢ explicado el p¨¢rrafo anterior, puede darse a entender que el ¨²nico objetivo en los niveles es limpiarlo al 100%, algo que no es del todo cierto: la idea principal es ir obteniendo una serie de llaves que conectan los niveles, para ir pasando al siguiente y as¨ª consecutivamente. Y para lograrlo, eso s¨ª, se utilizan las bombas, tanto para acabar con enemigos como para destrozar cajas u otros artefactos. As¨ª, la habilidad principal -que no la ¨²nica- del personaje ser¨¢ poner explosivos en el suelo, que como se dec¨ªa previamente tienen un alcance variable. Seg¨²n determinadas condiciones, pueden ponerse varias bombas al mismo tiempo o s¨®lo una, algo que depende de dos cosas concretas: los potenciadores y el equipo.

Los potenciadores (o power ups) los iremos recogiendo por el escenario y afectan de forma activa al personaje: si recogemos uno con un icono de fuego, significa que nuestra potencia con las bombas aumentar¨¢ a la hora de explotar, haciendo m¨¢s da?o o aumentando su alcance. Si recogemos un icono de unos patines, el personaje ir¨¢ m¨¢s r¨¢pido caminando, mientras que si tenemos el potenciador de la bomba, podremos poner una m¨¢s de lo normal. Hay m¨¢s de una decena de ellos y todos tienen su utilidad, del mismo modo que encontramos 'trampas' camuladas, como una bomba con el icono de una calavera, que nos obliga a esperar unos segundos antes de poder poner nuestros propios explosivos, as¨ª como teletransportadores sueltos en varios puntos del escenario, entre otras cosas.

La segunda forma de variar todo lo previamente dicho es equipando a nuestro personaje, uno de los a?adidos m¨¢s notables de Bomberman 2 y que nos permiten, antes de empezar cada fase, ponerle varias piezas encima a nuestro protagonista para aumentar sus atributos de forma pasiva, es decir, que no tendremos que ejecutar ninguna combinaci¨®n extra?a en los niveles para hacerlos funcionar, sino que una vez nos equipamos unos guantes, por ejemplo, o una coraza, todo lo que ofrece ya actua de forma activa en el juego. As¨ª podremos aumentar la defensa, la velocidad, el ataque o el n¨²mero de bombas a poner simultaneamente. Por supuesto, este a?adido -que remite a los RPGs cl¨¢sicos- se ve condicionado por nuestro nivel; por que s¨ª, seg¨²n superamos fases obtendremos experiencia y subiremos de nivel, contando con m¨¢s o menos huecos para equiparnos objetos.

M¨¢s all¨¢ de esto, Bomberman 2 's¨®lo' ofrece lo mismo de siempre, lo cual es mucho m¨¢s de lo que a priori podr¨ªa dar: diversi¨®n pura y directa, apostando por una curva de dificultad perfectamente estudiada para que tanto los nuevos jugadores como los veteranos encuentren un t¨ªtulo equilibrado. Eso no implica que el juego sea f¨¢cil, que conste: Bomberman, como t¨ªtulo originario de una ¨¦poca donde los videojuegos eran mucho m¨¢s complicados que a d¨ªa de hoy, es un hueso duro de roer que pondr¨¢ en m¨¢s de un aprieto a todo el mundo, en parte por su concepto de dividir las fases en varias misiones, debiendo superarlas todas de nuevo tras perder la vida (represetnada con una barra de energ¨ªa, lo cual ayuda a no morir al primer contacto).

En total, m¨¢s de 70 fases son lo que espera en el modo principal, que cuenta una historia bastante simple y se centra especialmente en esgrimir un apartado jugable s¨®lido y sin fisuras, sin obviar por supuesto los jefes de final de nivel que nos esperan al t¨¦rmino de cada mundo, no excesivamente complicados pero si desafiantes hasta que se encentra su punto d¨¦bil. Y como no pod¨ªa ser de otra forma, Bomberman 2 ofrece un modo multijugador (local, no Online) donde la diversi¨®n se dispara en los enfrentamientos con varias personas, recuperando los escenarios previamente desbloqueados en el arcade. Sin duda, un a?adido que no es s¨®lo interesante, sino caso un grueso del juego: si superas todas las misiones, a¨²n te quedar¨¢ mucha, mucha diversi¨®n por explotar en dicha modalidad.

Apartados t¨¦cnicos
En lo que respecta al apartado t¨¦cnico, Bomberman 2 no sorprende con ning¨²n tipo de virguer¨ªas en 3D, sino que presenta un acabado bidimensional bastante trabajado, con sprites grandes y escenarios muy vistosos, algo de agradecer dado su car¨¢cter retro, que se pod¨ªa haber quedado en continuar con sprites de hace 20 a?os, pero que con este nuevo motor aporta solidez y buen hacer. No explota la consola, decir eso ser¨ªa absurdo, pero si que luce bastante bien.

Las mismas palabras pod¨ªan referirse a sus apartados sonoros: funcionales en el caso de los efectos de sonido y notables en cuanto a la BSO, realmente animada y bien llevada a cabo, dando ganas de jugar y jugar, sin hacerse cansina en ning¨²n momento, un m¨¦rito que hay que reconocer y del que pecan muchos t¨ªtulos del g¨¦nero. Las secuencia del modo historia est¨¢n poco cuidadas, eso s¨ª, aunque por lo dem¨¢s estamos ante un t¨ªtulo t¨¦cnicamente correcto y que no va a desagradar a ning¨²n jugador que sepa lo que se va a encontrar de antemano.