Disgaea 3: Absence of Justice
- PlataformaPS37
- G¨¦neroEstrategia, RPG
- DesarrolladorNippon Ichi Software (NIS)
- Lanzamiento20/02/2009
- TextoIngl¨¦s
- VocesIngl¨¦s
- EditorNippon Ichi Software (NIS)
Ain't no Justice, dood
El buen humor negro, ¨¢cido y corrosivo de Disgaea no ha perdido ni una pizca de su diversi¨®n ni de absurdez, s¨®lo que esta vez aparece en el mercado cinco a?os despu¨¦s de sus predecesores haciendo gala de unas visuales que piden a gritos una renovaci¨®n. Tiros, gritos, insultos y un nulo sentido del rid¨ªculo son las premisas que nos dan la bienvenida en Absence of Justice, la quintaesencia del SRPG seg¨²n la ¨ªntima y preciosista forma de entender el mundo de Nippon Ichi.
?Qui¨¦n no recuerda el carism¨¢tico humor de Laharl, las astucias de Etna o el car¨¢cter absurdo y vacil¨®n de los prinnies, esos ping¨¹inos con pata de palo que han acabado por protagonizar un juego en PSP? Nippon Ichi es una compa?¨ªa prominente a la hora de sacar lo mejor de su propia imaginaci¨®n, todo a ra¨ªz del ¨¦xito que el primer Disgaea obtuvo en su momento en PlayStation 2, siendo reconocido como uno de los mejores SRPGs del mercado -y de la historia- por su divertido argumento e irreverente jugabilidad. Bajo la capa estereotipada de su apariencia anime se esconde uno de los sistemas de juego m¨¢s elaborados y cuidados de los ¨²ltimos a?os, pr¨¢cticamente infinito si lo que el jugador desea es exprimir todo el jugo y obtener todos los objetos, tesoros y vicisitudes que suelen hacer acto de presencia en cualquier SRPG que se precie.
Y eso que Nippon Ichi ten¨ªa grandes rivales ante s¨ª, muchos -quiz¨¢s demasiados- ejemplos en los que basarse, una preocupaci¨®n que result¨® en la elaboraci¨®n de una trama que en su d¨ªa sorprendi¨® a propios y extra?os ya que le daba la vuelta a las concepciones del g¨¦nero desde el primer minuto hasta el ¨²ltimo. S¨ª, Disgaea no ser¨ªa lo mismo sin sus chistes ofensivos, sin conversaciones insustanciales y sin sus personajes estramb¨®ticos, que en la mayor¨ªa de los casos parecen sacados m¨¢s de un circo que de la imaginaci¨®n de un guionista. Lo cierto es que con el paso del tiempo la serie ha cobrado prestigio, convirti¨¦ndose en un producto de culto ideal para los aficionados al subg¨¦nero de los Strategic RPG, tan de molda en la actualidad gracias al auge del g¨¦nero en sobremesa, compatibles y port¨¢tiles, de la mano de una Square Enix que ya no sabe qu¨¦ hacer para sorprender a su tan querido y estimado p¨²blico.
Nippon Ichi y Disgaea representan todo lo contrario de las fantas¨ªas grandilocuentes de compa?¨ªas que basan el argumento de sus producciones en salvar el mundo, el objetivo principal del 99,9 por ciento de los JRPGs. Es normal que con esta premisa sorprenda el hecho de controlar a un peque?o demonio que un d¨ªa cualquier se cansa de su aburrida vida en el Inframundo para decidir embarcarse en una ¨¦pica aventura en la que busca con todas sus energ¨ªas el convertirse en un H¨¦roe capacitado para echar a su padre del trono. La historia de Disgaea 3 recuerda a grandes rasgos a la de Laharl y compa?¨ªa, no en vano el fin de la partida es el de irrumpir reino por reino clamando un trono que nos pertenece, pero ya tendremos tiempo a continuaci¨®n de comprobar en qu¨¦ se asemeja esta tercera entrega a sus antecesores.
Claro que una mec¨¢nica tan sencilla no tendr¨ªa sentido sin un amplio elenco de posibilidades a tener en cuenta durante la partida. La Academia Maligna del Inframundo - Netherworld Evil Academy- es el lugar en el que se re¨²nen los estudiantes que aspiran a hacer el mal, un contrasentido que, de una forma muy metaf¨®rica, ofrece un sentido al argumento completamente distinto al habitual, sin dejar de contar con la esencia habitual de Disgaea. De este modo volvemos a encontrarnos con la sala de Pleno -desde donde se toman las decisiones cruciales que queremos incorporar a los combates-, con la posibilidad de aumentar el nivel de nuestro armamento y el de los objetos que tenemos a nuestra disposici¨®n, etc¨¦tera. La t¨®nica, como resulta evidente, no ha cambiado en absoluto y se mantiene en la l¨ªnea a la que acostumbra Nippon Ichi.
La Academia es un fiel calco del Inframundo de Laharl. No en el plano gr¨¢fico, obviamente, sino en cuanto a la sensaci¨®n que transmite andar por las estancias en las que supuestamente se imparten clases malignas sobre c¨®mo dominar el mundo y hacer el mal. Desde all¨ª tenemos acceso a todos los elementos trascendentales para obtener el ¨¦xito en los combates: tienda de armas, armaduras, objetos, el senado -desde donde tambi¨¦n podemos reclutar a nuevos miembros o proponer la fundaci¨®n de clubes formados por distintos miembros-, como tambi¨¦n un novedoso y original asesor de malicia o ?Evility', que abonando una moderada cantidad de dinero ense?a al jugador nuevos ataques especiales seg¨²n las habilidades del personaje, t¨¦cnicas especiales y dem¨¢s menesteres que en resumidas cuentas aportan a la partida m¨¢s posibilidades de personalizaci¨®n.
Las posibilidades de la Academia son pr¨¢cticamente ilimitadas, con cientos de combinaciones posibles a la hora de equipar a los personajes, de comprar accesorios, y por supuesto el factor crucial de poder aumentar de nivel todos los objetos que tenemos a nuestro alcance. Es posible crear un personaje, centrarnos ¨²nicamente en su evoluci¨®n y tratar de que alcance el nivel 9.999, una odisea tan larga como tediosa que se ve recompensada a la larga, en las misiones adicionales que se desbloquean cuando finalizamos la aventura en su totalidad. Son opciones que a la larga conforman la vida ¨²til real del juego, que vienen a garantizar a los aficionados -y a cualquier seguidor de la serie-, m¨¢s de 100 horas de partida, entre posibles combinaciones, aumento de experiencia, por no hablar de un argumento que por s¨ª solo premia al jugador con conversaciones que se alargan con el fin de crear una trama s¨®lida, rid¨ªculamente absurda y adictiva, pese a que el paso del tiempo anula cualquier factor sorpresa.
Las posibilidades en combate han incrementado. Los escenarios son m¨¢s amplios, lo que nos permite planificar mejor las batallas, aumentando significativamente el n¨²mero de monstruos y compa?eros bajo nuestras ¨®rdenes. La c¨¢mara ofrece un plano isom¨¦trico con la cl¨¢sica cuadr¨ªcula por la que debemos avanzar respetando el turno aliado y el rival, con una rica variedad de mezclas posibles para derrotar al enemigo. El jugador no se ver¨¢ obligado a emplear siempre la misma estrategia, por lo que en este sentido contamos un interesante n¨²mero de posibilidades para efectuar combates combinados entre varios personajes. Se ha ampliado el n¨²mero de ataques a realizar cuando formamos una torre (con devastadores efectos m¨¢gicos), destacando el papel que cumplen los monstruos aliados a la hora de concedernos nuevos ataques en el combate.
Una de las novedades espec¨ªficas de esta edici¨®n es el ?Magichange' o cambio m¨¢gico por el cual combinamos el ataque de un personaje con un monstruo -o en su defecto un acompa?ante que se transforma de la clase bestia y se convierte en arma- con el fin de efectuar una potente habilidad que generalmente extermina al enemigo rival sin m¨¢s dilaci¨®n. Es un a?adido nimio en comparaci¨®n al de los GeoBloques -al menos en cuanto a la utilizaci¨®n que se le da por defecto en el juego-, pero al igual que el resto de novedades su principal cometido es el de aportar nuevas v¨ªas para obtener la victoria en el combate. Podemos alargar los combates tanto como deseemos, efectuar mil y una t¨¢cticas para obtener nuestro cometido. Es en esencia el mismo sabor de anteriores Disgaea al que se le han a?adido nuevas especies que modifican el aroma, y que a la hora de la verdad contribuyen en mejorar la experiencia resultante de una batalla que se extiende, siempre en armon¨ªa con el argumento.
A Mao le consume su obsesi¨®n por el manga y por el anime, que en los ¨²ltimos tiempos se ha centrado en la personalidad del superh¨¦roe Aurum, que en su d¨ªa viaj¨® de un reino a otro del Inframundo eliminando a sus se?ores para desaparecer bajo extra?as circunstancias sin dejar rastro, tal y como se aduce textualmente en la introducci¨®n. Mao acaba convencido de que ¨¦l tambi¨¦n ha de convertirse en un h¨¦roe, ya que es la ¨²nica forma de devolver a su padre la jugarreta que le caus¨® al muchacho tras tropezar accidentalmente con su SlayStation, con la posterior p¨¦rdida de cientos de miles de horas de partidas guardadas. El problema es que una de sus compa?eras de clase, una se?orita que guarda un tremendo parecido tanto f¨ªsico como psicol¨®gico con Etna, Raspberyl, decide que el plan de Mao de convertirse en h¨¦roe pone en peligro todo lo que la muchacha ha conseguido hasta la fecha, ni m¨¢s ni menos que convertirse en delincuente n¨²mero uno de la academia (por ser la que m¨¢s acude a clase, m¨¢s estudia, etc¨¦tera).
Mao no tarda en obtener el t¨ªtulo de h¨¦roe tras derrotar a un insulso ni?o pelota llamado Almaz, un hecho que nota al h¨¦roe de turno m¨¢s cerca que nunca de que se cumplen sus mal¨¦ficos y ciertamente est¨²pidos planes. El argumento de Disgaea 3 se pone al servicio de los aficionados abriendo las puertas a que nuevos jugadores se introduzcan en el ¨¢cido sentido del humor del que hace gala el juego, aunque trasmite una sensaci¨®n un tanto agridulce por esa sensaci¨®n persistente de que b¨¢sicamente no deja de ser una trama simp¨¢tica pero poco original, que copia -en apariencia- el estilo de la aventura de Laharl. Por este motivo es necesario avanzar en la historia hasta que los sucesos giren inesperadamente, momento en el que comienza a tornarse interesante todo cuanto sucede en pantalla, m¨¢s all¨¢ de plano limitadamente humor¨ªstico. Adem¨¢s para los nost¨¢lgicos es interesante anotar que de cuando en cuando hace acto de aparici¨®n alguna que otra cara conocida, ninguna sorpresa que no se pueda encontrar en wikipedia o en cualquier comunidad de aficionados.
E igualmente, durante las mismas s¨®lo presenciamos el habitual desfile de artes conceptuales que muy de vez en cuando cambian de expresi¨®n, limit¨¢ndose a aparecer y a abandonar la pantalla seg¨²n exigencias del gui¨®n. El juego abre con una impresionante introducci¨®n anime, perfectamente elaborada, para pasar a una interfaz muy bien elaborada, con su correspondiente despliegue art¨ªstico. Todo funciona como es de esperar hasta que pasamos al motor gr¨¢fico, con deficiencias en los escenarios m¨¢s largos (ralentizaciones, problemas en el framerate sencillamente inexplicables teniendo en cuenta el potencial de PlayStation 3), personajes poco definidos y pixelados que contrastan horriblemente con los coloridos fondos tanto de la Academia como de los terrenos de combate.
Hay una variedad considerable de escenarios, aunque todos est¨¢n exactamente igual de vac¨ªos, con algunas cajas y objetos a emplear durante los combates, pero poco m¨¢s. Si eliminamos los puntos fuertes de este apartado -la introducci¨®n, los men¨²s-, este Absence of Justice refleja un aspecto m¨¢s propio de un t¨ªtulo de PlayStation 2 que de la actual generaci¨®n, un h¨¢ndicap ?gracioso' de las ediciones anteriores que en este caso es imperdonable, incluso a sabiendas de que con una mejor estructura gr¨¢fica no se conseguir¨ªa lograr un juego m¨¢s divertido o solvente de lo que resulta ser Disgaea 3. Es cierto que no es un requisito fundamental para que un t¨ªtulo de estas caracter¨ªsticas pueda destacar, pero es que la calidad roza un nivel tan mediocre, con fallos incoherentes, que estropean el aspecto general que luce el juego.
Es todo lo contrario que con el sonido, con un espectacular doblaje (que dif¨ªcilmente se igualar¨ªa en el caso de estar en castellano), con la posibilidad de elegir las voces originales en japon¨¦s, aunque la ocasi¨®n no lo exige por fuerza mayor. El sonido contribuye en todo momento a mejorar la ambientaci¨®n, con un n¨²mero destacable de melod¨ªas que en cualquier caso se ven influenciadas nuevamente por el estupendo trabajo de localizaci¨®n realizado por Nippon Ichi, otro ejemplo de la importancia que tiene el argumento en este caso. Si Disgaea no cambia con el paso del tiempo y se limita a incluir a?adidos puntuales para mejorar cada nueva edici¨®n que aparece en el mercado es l¨®gico que, cinco a?os m¨¢s tarde, se d¨¦ una situaci¨®n como esta en la que consideramos injustificable el aspecto que luce el juego. Al menos queda como consuelo el uso del contenido descargable -con nuevos personajes, escenarios, objetos- para ofrecer m¨¢s variedad e impedir que se cierre el ciclo del t¨ªtulo.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.