Uno de los m¨¢s famosos h¨¦roes griegos llega al mundo del videojuego en una aventura que mezcla elementos de acci¨®n y RPG para conseguir retratar el universo m¨ªstico de la Grecia antigua. Aprovechando la leyenda de Jas¨®n, Rise of the Argonauts nos llevar¨¢ a rehacer el viaje de ¨¦ste y sus compa?eros, los Argonautas, en busca de la reliquia conocida como el vellocino de oro. En esta ocasi¨®n, el vellocino tendr¨¢ como objetivo la resurrecci¨®n de la mujer de Jas¨®n, qui¨¦n cae abatida por una flecha en la secuencia de apertura del t¨ªtulo. Los lingua nigra, una antigua estirpe de asesinos, parecen ser los responsables de tan vil acto.
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Con estas pistas, y abandonando la isla de Yolcos y la protecci¨®n de Zeus, Jas¨®n se embarcar¨¢ en una aventura surcando las costas helenas. Acompa?ado de un nutrido grupo de los mejores h¨¦roes de la antig¨¹edad, tratar¨¢ de conseguir el artefacto mientras lidia con problemas tanto mundanos como de naturaleza m¨¢gica. Las bestias mitol¨®gicas y los desaf¨ªos de los dioses nos pondr¨¢n las cosas dif¨ªciles, pero para algo contamos con nuestras capacidades de h¨¦roe de la antig¨¹edad. En una mezcla poco usual de hack'n slash y t¨ªtulo con cierta profundidad en el desarrollo del personaje, encontramos un buen abanico de ideas interesantes, mezcladas con un conjunto de defectos tambi¨¦n claramente visible. Es hora de navegar, adelante.
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Gr¨¢ficos
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El aspecto visual de Rise of the Argonauts est¨¢ marcado por sus fuertes contrastes. Pese a que los personajes gozan de un acabado visual llamativo y que resalta en pantalla, sus movimientos y sobre todo sus proporciones, no acaban de resultar del todo cre¨ªbles. Desconocemos si esto es as¨ª de forma intencionada, tratando de resultar un estilo que caricaturiza los rasgos de los retratos cl¨¢sicos de los h¨¦roes. En cualquier caso, el resultado final llama la atenci¨®n por su exageraci¨®n, que bien podr¨ªa pasar como burla a la perfecci¨®n de las figuras propias de la pintura y escultura de la Grecia cl¨¢sica. No hace falta m¨¢s que ver la enorme masa que resulta H¨¦rcules, un modelo poco agraciado en cuanto a dise?o, y que llama poderosamente la atenci¨®n por su volumen, inmenso.
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En este sentido, hay un trabajo loable en el modelado de los personajes y sus distintas indumentarias. Sin embargo, las texturas muestran un grado de detalle bastante bajo tanto en las versiones de consola como en la de compatibles, aunque en esta ¨²ltima se deja notar mucho menos. Las animaciones, bastante correctas, alcanzan su mejor momento en los combates, donde brillan con luz propia. En las escaramuzas nos encontramos frente a una indomable c¨¢mara que en multitud de ocasiones nos dejar¨¢ fuera de plano, y dificultar¨¢ la labor de acabar con los enemigos.
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Los escenarios, muy lineales, ofrecen un resultado vistoso y que llama la atenci¨®n por su viva paleta de colores. Por otro lado, resultan bastante sosos y vac¨ªos, ¨²nicamente poblados por habitantes en las diferentes urbes. Incluso el interior de las casas parece demasiado fr¨ªo y carente de elementos?para la ¨¦poca en la que se ambienta la historia. Las caidas en la tasa de im¨¢genes, demasiado constantes, penalizan este apartado, que en su conjunto raya a un nivel bastante aceptable y en el que encontraremos localizaciones muy vistosas en algunos momentos de la aventura.
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M¨²sica y Sonido FX
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El repertorio musical, muy bien trabajado y cuidado, nos deleitar¨¢ con piezas tanto vocales como instrumentales, que representan muy bien los momentos que vamos viviendo en la aventura. Disfrutaremos de composiciones muy relajantes y tranquilas en nuestra patria en Yolcos. Al hacernos al mar, la banda sonora cambiar¨¢ para mostrar un tono m¨¢s inquieto, que se acelerar¨¢ a¨²n m¨¢s al entrar en combate y hallarnos en peligro. La combinaci¨®n de estas piezas, su alternancia y el utilizar los momentos con ausencia de melod¨ªa convierten este apartado en uno de los m¨¢s cuidados y notables del t¨ªtulo.
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Los efectos de sonido se mueven en la escala cl¨¢sica de los t¨ªtulos de acci¨®n, con diferentes gritos de los h¨¦roes en funci¨®n de sus ataques, ruidos de armas chocando, sonidos de vegetaci¨®n y un buen n¨²mero de frases para los aldeanos que cuchichean al pasar. El doblaje, en este sentido, alcanza un nivel de calidad notable y est¨¢ claro que se ha trabajado bien para localizar el juego a nuestro idioma. La voz de Jas¨®n resulta cre¨ªble en las diferentes frases que expresa, ya est¨¦ intentando intimidar a su interlocutor, siendo amable o replicando fr¨ªamente. La ¨²nica pega es que en ciertos momentos el audio parece alejarse, cambiando el tono y el timbre de las voces.
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Jugabilidad
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Hab¨ªa bastante expectaci¨®n alrededor de Rise of the Argonauts por saber c¨®mo iba a quedar finalmente la mezcla de g¨¦neros. Ciertamente, el t¨ªtulo recuerda mucho a Mass Effect, del que extrae el car¨¢cter eminentemente cinematogr¨¢fico de las conversaciones, y las opciones de di¨¢logo. En estas no se nos marcar¨¢ directamente la frase que Jas¨®n dir¨¢, si no simplemente el concepto al que ir¨¢ referida nuestra r¨¦plica. Con el juego en las manos podemos decir que el resultado final es una extra?a mezcla de t¨ªtulo de rol con un producto de acci¨®n en tercera persona que recuerda a cl¨¢sicos como Blade o Rune.
La idea general sobre la que gira la mec¨¢nica de evoluci¨®n del personaje es la consagraci¨®n de logros a los cuatro patrones de Jas¨®n. Nuestro h¨¦roe adora directamente a Ares, Apolo, Hermes y Atenea, y podremos adquirir sus favores realizando gestas. Al ir cumpliendo tareas, acumulando muertes y actuando en funci¨®n al alineamiento de los dioses se incrementar¨¢ un medidor circular. Cada vuelta completa del medidor nos dar¨¢ una faceta, que podremos gastar en habilidades propias de cada dios. El conjunto de habilidades es variopinto, mezclando las relativas al dominio de las armas con otras como mejor defensa, ataques especiales o poderes divinos.
Para conseguir los logros debemos cumplir las misiones que se nos vayan encomendando, marcadas en el mapa en azul o dorado, dependiendo de si son secundarias o forman parte de la trama principal. Estas misiones son interesantes al principio, pero pecan de aburridas al cabo de unas horas de juego. Por si fuera poco, deberemos cumplir muchas de ellas para poder avanzar en la aventura, por lo que al final no podremos elegir lo que hace nuestro h¨¦roe en cada momento, debiendo limitarnos a seguir el gui¨®n del t¨ªtulo.
Esto, unido a que se obvia por completo la posibilidad de consultar el mapa, har¨¢ que nos veamos obligados de forma constante a pausar el juego para consultar donde ir. El ritmo de juego es totalmente irregular y el hecho de perder f¨¢cilmente la orientaci¨®n har¨¢ que lleguemos a odiar el no disponer de un acceso directo al mapa. Por suerte, los momentos de combate ofrecer¨¢n algo m¨¢s de emoci¨®n que el recorrer las diversas ciudades arriba y abajo, cumpliendo los deseos de los ciudadanos. Enfocado al dominio de la espada, la lanza y la maza, Jas¨®n resulta un oponente terrible, capaz de utilizar tambi¨¦n su enorme escudo en batalla.
Resulta dif¨ªcil no acordarse de los espartanos de la pel¨ªcula 300 al ver en acci¨®n a nuestro h¨¦roe, que puede alternar armas durante los combos, as¨ª como cortar a los enemigos por la mitad, en un espectacular movimiento a c¨¢mara lenta. Los combates estar¨¢n restringidos a ciertos momentos de la trama, y en el resto nuestro personaje ir¨¢ con las armas a la espalda. Para apoyarnos en combate podremos contar con varios h¨¦roes auxiliares, -los argon¨¢utas-? a los que podremos resucitar llegado el momento, si llegaran a caer en batalla. La pobre inteligencia artificial de los enemigos hace que nosotros mismos podamos valernos perfectamente, por lo que en muchas ocasiones la utilidad de estos personajes auxiliares es bastante limitada.
Rise of the Argonauts consigue entretener durante unas quince horas, y en este periodo lo que m¨¢s seremos ser¨¢ ir de un lado a otro, hablando con los diversos personajes no jugadores. En su componente rolera, el t¨ªtulo carece de cualquier otro indicador de experiencia o habilidad, m¨¢s all¨¢ de las facetas. Por suerte, podremos complementar nuestros poderes con un reducido grupo de armas y armaduras m¨¢gicas, con los que infligir castigo a los enemigos de nuestros dioses. La mayor¨ªa de estos ¨ªtems portar¨¢ poderes especiales que, si bien no resultan definitivos, consiguen hacer que deseemos encontrar la siguiente mejora de nuestra arma predilecta.