No tan infinito

El lanzamiento de cualquier producto relacionado con Dragon Ball se ha convertido en un hecho medi¨¢tico que genera r¨ªos de tinta y de comentarios de aficionados y de seguidores ansiosos por conocer qu¨¦ aguarda en ese nuevo proyecto protagonizado por Goku y compa?¨ªa, independientemente del contexto o pa¨ªs en el que suceda. El renacimiento popular de la saga de Akira Toriyama quedar¨¢ registrado en los anales de la historia como el ejemplo m¨¢s evidente del enorme poder que tenemos los aficionados para decidir qu¨¦ clase de productos queremos que centren la atenci¨®n de las desarrolladoras. Fruto de ello gozamos de innumerables adaptaciones basadas en el mundo de Dragon Ball, en su gran mayor¨ªa centradas en los combates 1 contra 1 que han alcanzado cotas de calidad que dif¨ªcilmente podr¨¢n ser superadas en el futuro. DIMPs y Spike son los dos nombres propios que encontramos tras las producciones m¨¢s recientes (a excepci¨®n de Dragon Ball Origins, que acaba de ver la luz en Europa), dos compa?¨ªas que han reflejado cada una a su manera una visi¨®n muy particular de Dragon Ball Z, ambas igualmente exitosas.

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Entre ellas DIMPs es la que hoy nos ocupa, la encargada de desarrollar lo que en palabras de Yasu Nishimura es la compilaci¨®n definitiva de Dragon Ball, que re¨²ne lo mejor de Budokai al tiempo que a?ade divertidas novedades. En cierto modo, Infinite World es una magn¨ªfica compilaci¨®n de personajes y escenarios, pero desde luego dista de ser el producto m¨¢s completo y redondo que hayamos conocido nunca. DIMPs ha tratado de desarrollar un juego que no se basa simple y llanamente en los combates, sino que los emplea como nexo entre los sucesos que tienen lugar en el argumento de la serie. El mejor ejemplo de esto lo encontramos directamente en el Dragon Mission, el modo principal del juego, un intento por unificar la historia, los minijuegos y los combates al crear una zona general desde la que transcurre todo el grueso de la trama.

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Es aqu¨ª donde tomamos el primer contacto con el juego, sin muchos pre¨¢mbulos y con un interesante v¨ªdeo de presentaci¨®n en el que se realiza un tributo a la ingente cantidad de personajes de los que hace gala la serie. Un sencillo men¨² principal nos da la bienvenida, desde el que podemos elegir si pasar directamente al modo historia o disputar alguna partida contra un amigo, entrenar, comprar objetos o disputar algunos combates r¨¢pidos en el ¨²nico modo oculto del juego que s¨®lo podremos desbloquear una vez hayamos descubierto al 100% todo lo que esconde el argumento. En cualquier caso, todos son de un modo u otro derivados de Dragon Mission, por lo que la mejor opci¨®n al comenzar la primera partida es zambullirnos directamente en la novedad m¨¢s interesantes de cuantas ofrece Infinite World.

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Goku se mueve con soltura y rapidez por escenarios poco detallados que sin embargo reproducen con fidelidad los parajes que se mostraban en la serie original. Esto, por parad¨®jico que pueda parecer, tiene su raz¨®n de ser, ya que encontramos niveles bien representados que por desgracia presentan un aspecto pobre, poco cuidado. A medida que avanzamos podemos recorrer monedas y otros objetos que nos ayuden a recuperar energ¨ªa, e incluso contamos con el detector de bolas de drag¨®n que nos permite indagar y perder algo de tiempo con el fin de encontrar las siete, aunque ciertamente la recompensa que obtenemos al final se aleja bastante de lo que a priori imagin¨¢bamos. No podemos negar que algunas de estas misiones est¨¢n bien logradas; es agradable poder ascender por el camino de la Serpiente, pero no la forma en la que lo hacemos.

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Lo mismo ocurre cuando andamos tras el mono de Kaito y resbalamos una y cien veces con las c¨¢scaras de pl¨¢tanos regadas por el suelo. Es gracioso y divertido andar corriendo detr¨¢s del simio, tirarnos en plancha para cumplir una de las escenas m¨¢s recordadas del anime, pero sencillamente la sensaci¨®n que transmite a los mandos del pad no es satisfactoria. Todo es muy elemental y sencillo, adem¨¢s tampoco ofrece ning¨²n reto ni en la dificultad Z, la m¨¢s alta de cuantas encontramos y por la que tendremos que desembolsar algunos zenis para poder disfrutar de ella en cualquier momento. Y aunque estas escenas se justifican dentro de lo que cabe, por ejemplo al abandonar el planeta Vegeta antes de que su inminente destrucci¨®n, no aportan nada al argumento ni encajan en el panorama general del juego. Est¨¢n ah¨ª para a?adir m¨¢s variedad, pero poco m¨¢s. No obstante la exploraci¨®n s¨®lo ocupa uno aparte dentro de las novedades y tampoco se puede considerar el m¨¢s importante.

M¨¢s all¨¢ del Time Trial en 3D encontramos los minijuegos, que parten de cualquier premisa para ofrecernos la posibilidad de pasar un rato divertido disputando cualquier peque?a aventura que tenga relaci¨®n con alg¨²n momento en particular de la serie. As¨ª entrenar se convierte en una buena excusa para obligarnos a pulsar los botones del pad sucesivamente en el momento justo, o un pique entre hermanos una justificaci¨®n de disputar una carrera a¨¦rea sobrevolando las nubes mientras traspasamos puntos de control a toda velocidad. Son s¨®lo algunos ejemplos, a los que se a?aden las fusiones -calcular el momento exacto en el que los dos dedos se juntan-, las pr¨¢cticas de Ki disparando a objetos voladores, etc¨¦tera. No son nada del otro jueves ni tan variados como habr¨ªamos deseado, pero ofrecen un punto fresco para no aburrirnos entre los combates, que despu¨¦s de todo vuelven a ser la parte fundamental del juego.

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La apariencia de Dragon Mission es una mezcla entre e modo historia del primer y segundo Budokai, sencilla pero bastante efectiva, nada especial que merezca menci¨®n aparte. La primera vez que recorremos este modo de juego lo haremos obligatoriamente con Goku -salvo en dos o tres excepciones en las que combatimos con el Gohan adolescente-, por lo que s¨®lo seremos testigos de las escenas en las que ¨¦l haya tomado parte. La mayor¨ªa de los enemigos han ca¨ªdo a sus manos, pero es una buena forma de explicar por qu¨¦ la etapa de C¨¦lula se puede terminar en apenas cuatro episodios. Cuando el argumento de Goku llega al final volvemos al principio para conocer la etapa Saiya desde el punto de vista de los personajes que tienen protagonismo en ella, es decir; Krill¨ªn, Yamcha, Piccolo, el peque?o Gohan y su duro entrenamiento, etc¨¦tera.

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No se trata de disputar las mismas misiones de Goku con otro personaje, sino de disfrutar de misiones nuevas que relatan con mayor profundidad lo que ocurr¨ªa, por ejemplo, mientras Goku trataba de encontrar a Kaito a trav¨¦s de la gigantesca serpiente que podr¨¦is en las im¨¢genes que adjuntamos con el texto. As¨ª podemos presenciar c¨®mo Krillin mantiene el tipo ante un poderos¨ªsimo Freezer y ponernos en la piel de los peque?os Goten y Trunks antes de plantarle cara al invencible Boo. Como venimos diciendo, los combates son parte fundamental en el juego y protagonizan pr¨¢cticamente la mitad de la veintena de misiones disponibles por cada etapa, y pese a que se ha querido conservar el sistema de Budokai 3 -tanto en este sentido como en el gr¨¢fico, dicho sea de paso-, el resultado no es ni much¨ªsimo menos tan recomendable.

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Los personajes parten de una base nula en la que s¨®lo disponen de los movimientos esenciales, que se ampl¨ªan al adquirir c¨¢psulas habilitadas para tal fin. Las c¨¢psulas son parte esencial en el desarrollo del juego y la excusa perfecta para obligarnos a disputar las misiones una y otra vez con el fin de obtener dinero que nos permita mejorar una habilidad determinada. Encontramos cuatro clases, dos de apoyo y otras tantas ¨²nicamente destinadas a proporcionarnos nuevos ataques. En cuanto a variedad y a cantidad de las mismas se ha conseguido elaborar una lista enorme de posibilidades a tener en cuenta a la hora de combatir contra un enemigo, e incluso es necesario tomar buena cuenta de qu¨¦ habilidades queremos equiparnos antes de optar siempre por las que nos facilitan m¨¢s energ¨ªa o resistencia ante los ataques enemigos.

El sistema de c¨¢psulas sustituye la posibilidad de aumentar de nivel combatiendo, algo que se refleja especialmente en el modo ocultado, denominado Fighter's Road, que b¨¢sicamente consiste es disputar tantos combates como queramos con una interesante recompensa econ¨®mica y haciendo uso de las habilidades que hayamos ido obteniendo a lo largo de la aventura. Las c¨¢psulas son bastante asequibles, por lo que a poco que de comenzar a jugar ya tendremos dinero suficiente para hacernos con algunas, en las que posteriormente tendremos que desembolsar m¨¢s dinero para lograr aumentar el nivel de las mismas, y no todas valen para todos los personajes. Las generales (o de apoyo) son est¨¢ndar, pero las que determinan los ataques de cada luchador requieren un derroche de zenis que b¨¢sicamente transmite la sensaci¨®n de no ser otra cosa que un mecanismo para justificar el seguir jugando una vez hayamos completado el modo principal.

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La dificultad del juego es otro de los aspectos que hay que tener muy en cuenta, ya que hasta en el modo m¨¢s bajo de dificultad se exige al jugador un conocimiento previo de la serie, y pese a la posibilidad de elegir en qu¨¦ modo queremos disputar cada misi¨®n individualmente, os aseguramos que en alguna que otra ocasi¨®n los rivales nos sacan de quicio a la m¨ªnima, consiguiendo incre¨ªbles combinaciones sin permitirnos huir de sus imparables envites de golpes y sacudidas, que combinadas con un buen golpe Ki pueden sumar f¨¢cilmente m¨¢s de 1000 puntos de da?o por golpe. El modo Z, que como coment¨¢bamos antes s¨®lo est¨¢ disponible en la tienda, parece destinado a jugadores de alto standing que sean capaces de memorizar cadenas de combos y tengan una paciencia de hierro para soportar la desmedida agresividad que el contrincario pone de su parte para derribarnos. Si echamos un r¨¢pido vistazo a las comunidades de aficionados y dem¨¢s, hay por igual quien se queja de una desmedida dificultad como quien asegura que se trata de un t¨ªtulo m¨¢s bien sencillito y sin demasiado reto. En cualquier caso esto s¨®lo parece fruto del poco afortunado sistema de combates, que ya decimos supone un paso hacia atr¨¢s sobre lo que DIMPs ha mostrado ser capaz de hacer en ediciones anteriores.

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Ante la ausencia del modo Torneo,  s¨®lo queda el modo multijugador, discreto como pocos con posibilidad de jugar contra la m¨¢quina o frente a un amigo. No hay ning¨²n tipo de uso para los minijuegos ni para ninguna otra disciplina que vaya m¨¢s all¨¢ de los combates, por lo que se antoja fundamental terminar el juego y amasar una buena suma de dinero si queremos poder disponer de todos los personajes -que no son pocos-, escenarios y dem¨¢s extras a la hora de echar una partida con cualquier amigo. 

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Este hecho es uno de los m¨¢s importantes a la hora de tener en cuenta qu¨¦ es capaz de ofrecer Infinite World en este aspecto, ya que hasta las animaciones que los personajes realizan en combate, desde los golpes especiales hasta los desplazamientos forzosos al recibir un impacto violento. Y eso que recorremos una cantidad considerable de escenarios -pr¨¢cticamente todos los emblem¨¢ticos en los que tiene lugar la serie-, que dan lugar a una amplia variedad de opciones donde elegir si combatimos contra un amigo.

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En cuanto a los personajes, este es el punto en el que m¨¢s coincidimos con la opini¨®n de que este t¨ªtulo ha sido concebido como un recopilatorio, ya que incluye una cantidad muy a tener en cuenta de caracteres entre los que encontraremos a Goku en sus distintas versiones (adulto, fusionado con Vegeta, transformado en s¨²persaiya?), a Trunks, Gohan, Goten, Freezer, Sat¨¢n, a los androides 16-17-18, las distintas transformaciones de Boo, C¨¦lula, Napa, Raditz, Vegeta, Yanemba, Broly, al doctor Gero, Pan, Videl, Krill¨ªn, Yamcha, Piccolo?, y as¨ª un largo etc¨¦tera en una lista donde cabe resaltar que algunos personajes cuentan con distintos atuendos que podemos comprar el Warrior's Room (lo que hasta ahora hemos denominado simple y llanamente ?tienda', a secas), y que por supuesto que los m¨¢s caracter¨ªsticos de la serie est¨¢n en versi¨®n infantil, adolescente y adulta. No est¨¢n todos, pero desde luego ser¨¢ dif¨ªcil que un videojuego incluya una selecci¨®n tan apropiada y rica de personajes como este Infinite World.

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De vuelta en los apartados t¨¦cnicos, poco se puede comentar en el aspecto sonoro que no se conozca ya, con melod¨ªas con pocas pretensiones, voces en el idioma original y los habituales gemidos y alaridos que los personajes emiten durante los combates. Las sensaciones son muy parecidas a las de Budokai 2, poco ritmo y pocas ganas de mejorar en este apartado que seguir¨¢ condenado al ostracismo mientras no se haga un esfuerzo verdadero a la hora de ofrecer composiciones de calidad al jugador. Es una l¨¢stima que no se haya profundizado m¨¢s en este aspecto, del que esper¨¢bamos mucho m¨¢s, al menos en cuanto a variedad de repertorio.

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