Patapon 2: Don Chaka, Impresiones
La imaginaci車n de Rolito y el buen hacer de JapanStudios nos brind車 la posibilidad de disfrutar de uno de los juegos m芍s originales e innovadores de los 迆ltimos a?os. Una suerte de h赤brido entre rol, m迆sica y estrategia que arras車 literalmente en el mercado japon谷s. La continuaci車n de Patap車n ya ha visto la luz en el pa赤s del sol naciente ofreciendo una l赤nea claramente continuista y conservadora, con interesantes novedades en su interior.
La imaginaci車n de Rolito y el buen hacer de JapanStudios nos brind車 la posibilidad de disfrutar de uno de los juegos m芍s originales e innovadores de los 迆ltimos a?os. Una suerte de h赤brido entre m迆sica y estrategia que arras車 literalmente en el mercado japon谷s. La continuaci車n de Patap車n ya ha visto la luz en el pa赤s del sol naciente ofreciendo una l赤nea claramente continuista y conservadora, con bastantes novedades en su interior.
En poco menos de un a?o y medio Patap車n se ha convertido en uno de los referentes m芍s prestigiosos y elogiados de cuantos posee en la actualidad la port芍til de Sony, tan cuestionada e infravalorada en estos d赤as. Hasta hace unos a?os, el simple hecho de pensar que alguna compa?赤a fuese capaz de hacerle sobre a la todopoderosa Nintendo en este campo era irrisorio, rid赤culo. Hoy hablamos de que PSP ha superado en varias ocasiones a NDS en ventas y de que varios de sus estandartes han copado las listas japonesas de los juegos m芍s vendidos durante semanas. No obstante, es dif赤cil llegar a entender por qu谷 una consola con la capacidad de PSP ha encontrado a sus mejores aliados en propuestas originales que en al menos tres casos centraban su mec芍nica en la jugabilidad y no en plano gr芍fico, a priori el de mayor relevancia cuando fue concebida la consola.
LocoRoco, Exit y el propio Patap車n van inexorablemente unidos a lo parad車jico de algunas de las situaciones que se viven en la industria de los videojuegos. En los tres casos, la explosi車n de originalidad y entretenimiento ha pasado a un segundo plano a la hora de concebir sendas secuelas que hasta el momento han sido bien acogidas por el p迆blico. El caso m芍s reciente lo vive LocoRoco 2 en sus carnes, con una espectacular puesta en escena que a grandes rasgos es exactamente la misma que pudimos disfrutar hace relativamente poco tiempo con el original, y que en esencia es exactamente la misma l赤nea que ha elegido Patap車n 2. Con el sobrenombre Don Chaka, Pyramid y JapanStudios ofrecen una propuesta continuista, sin variar el sistema de juego, que grosso modo se limita a?adir nuevos modos de juego, m芍s personajes y en general m芍s PataPataPataPon.
Es evidente que se trata de un a?adido fundamental para concebir una continuaci車n que por encima de todas las cosas ha mejorado la sensaci車n que obtenemos de los combates, que ahora son m芍s fren谷ticos y exigentes que nunca. Parece que Pyramid, sin la necesidad imperiosa de introducir paulatinamente un sistema de juego ya conocido para el jugador, ha querido ir desde el principio al grano marcando un considerable nivel de exigencia desde los primeros niveles. A raz車n de esto se ha introducido la posibilidad de elegir entre tres niveles de dificultad, f芍cil normal y dif赤cil, donde el primero es mucho m芍s ben谷volo en cuanto al ritmo que marcamos y el 迆ltimo se contempla tan s車lo para los jugadores experimentados que est谷n buscando un reto a la altura de su capacidad.
Independientemente de la dificultad que escojamos, se percibe una notable mejora a la hora de combinar los c芍nticos de los personajes con el ritmo que mejor nos convenga para pulsar los botones, algo que en otras palabras se traduce en mayor agilidad para recuperar la melod赤a y alcanzar el estado ?fever' en el que nuestro grupo de patapones salta, canta, grita y ataca con m芍s fiereza y velocidad que sin la compa?赤a de una buena canci車n. En pleno apogeo, el h谷roe del grupo se transforma seg迆n el estilo que hayamos elegido -y con la posibilidad de portar cualquier tipo de arma, bien sea de corto alcance o arrojadiza-, lanzando un poderoso ataque multicolor contra los enemigos, una acci車n de la que no desistir芍 hasta que perdamos la precisi車n en alguna combinaci車n de botones. El papel de este personaje se expande hasta otro de los a?adidos que m芍s inter谷s ha generado, que no es otro que la posibilidad de disputar misiones en cooperativo.
La recompensa toma forma de 迆tiles como dinero u otros objetos de valor con los que crear nuevas unidades y aumentar el nivel de las mismas. Esta vez, obtener experiencia se convierte en un factor imprescindible para poder superar fases determinadas en las que seremos sometidos a largos combates de resistencia. Dentro del peque?o mapa Patap車n existe un peque?o rinc車n destinado a seguir la l赤nea evolutiva de las unidades, una zona que nos permite descubrir los personajes a caballo, con espada, hachas, lanzas, arcos, con manos gigantes, m迆sicos, a los magos e incluso a los valoradores, uno de los contenidos que m芍s se echaron en falta en original y que aqu赤 permanece oculto hasta el ecuador del juego.
De un modo u otro, el valor de las recompensas que obtenemos en el modo multijugador es tan importante que justifican la posibilidad de disputar estas misiones en solitario, con los otros tres personajes siendo controlados por una inteligencia artificial que cumple su cometido y de la que poco se puede decir en contra, incluso pese a que en teor赤a est芍n destinadas a ser jugadas entre varias personas. Habi谷ndose ampliado la cantidad de modos de juego, tambi谷n se contribuye a la hora de crear un mundo m芍s rico en objetos y que va m芍s all芍 de disputar fases independientes, dir赤amos casi inconexas, tan s車lo con el fin de terminar cuanto antes el juego.
Todo tipo de atrezos decoran los escenarios en los que el motor gr芍fico no se resiente en ning迆n momento con parones o cualquier otro tipo de ralentizaciones. La acci車n es fluida, y junto a la mayor variedad de dise?os en los personajes y dem芍s posibilidades de modificarlos a nuestro antojo se ha logrado dar m芍s variedad a un plantel ya de por s赤 muy completo de figuras y monstruos de todos los tama?os y formas imaginables. El aumento en cuanto a la cantidad de estructuras y a los distintos tipos de las mismas que encontramos a lo largo de la aventura es un aspecto muy importante que mejora notablemente las posibilidades estrat谷gicas que podemos afrontar durante las batallas. Esto viene relacionado con el ascenso de la dificultad general; los niveles son m芍s profundos y complejos, y como venimos diciendo no basta con ir hacia adelante sin cabeza. Hay que pensar, tomarnos nuestro tiempo en repetir las misiones cuantas veces haga falta, y en hacer buen uso de los milagros, otra curiosa opci車n que nos permite cambiar las condiciones clim芍ticas en el momento que deseemos.
Algunos niveles no exigen el uso de estos ?milagros' que visualmente reflejan la facilidad con la que Pyramid ha recreado el entorno visual del juego. Cambios dr芍sticos de la climatolog赤a que apenas merma la potencia de la consola o la fluidez con la que transcurren los combates, ya estemos en medio de una intensa nevada o en alguna soleada estepa des谷rtica. Es otro factor que viene a corroborar la especial atenci車n que se ha prestado en el campo de la estrategia y en la constante pretensi車n de ofrecer un abanico mayor de posibilidades al jugador, con las que retarle y obligarle a encontrar la forma adecuada de seguir avanzando.
Es general la experiencia de volver a jugar a Patap車n es id谷ntica a la que experimentamos hace un a?o cuando Sony sorprendi車 a propios extra?os con un proyecto diferente. Con la salvedad de la sorpresa inicial, que aqu赤 se sustituye por la intriga de ver qu谷 novedades se han incluido -y de asegurar que el sentido del humor y las buenas maneras siguen siendo la columna vertebral del juego-, Don Chaka es en todos los sentidos una digna continuaci車n en la que se ha profundizado en el aspecto estrat谷gico y en el multijugador por encima de cualquier otro, aunque como suele ser frecuente en estos casos queda pendiente un an芍lisis en profundidad de todos y cada uno de los aspectos del juego.
Esto no suceder芍 hasta febrero de 2009, cuando alrededor de la segunda semana del mes se ponga a la venta en el mercado europeo presumiblemente en completo castellano.
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