Una mala noche

Hay ocasiones en las que las grandes promesas no logran estar al nivel. Situaciones en las que se espera mucho de un t¨ªtulo, ya sea por los personajes protagonistas, por planteamiento, o por la promesa de innovaci¨®n, y este no consigue satisfacer las ansias de los jugadores. Sonic Unleashed es uno de esos juegos, que seguimos muy de cerca durante su desarrollo pero que nos deja un sabor de boca agridulce. Los primeros v¨ªdeos e im¨¢genes nos hac¨ªan esperar lo mejor, el regreso de un Sonic veloz, cargado de plataformas y con bellos escenarios por los que dar rienda suelta a nuestras ansias de velocidad. Pero llegar¨ªa la presentaci¨®n del extra?o y desconcertante erizo-lobo, y empezaron a asaltar las dudas.

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De todas las encarnaciones de Sonic y compa?¨ªa hasta la fecha, tan s¨®lo Shadow the Hedgehog nos hab¨ªa dejado tan contrariados. El estreno del erizo azul en la actual generaci¨®n de consolas, ya hace dos a?os, tambi¨¦n trajo consigo mucha pol¨¦mica. Pero aquel t¨ªtulo, lastrado por infinidad de bugs y errores de programaci¨®n rid¨ªculos, consegu¨ªa trasmitir la sensaci¨®n de ser un Sonic, hacernos pasar un buen rato con algo de paciencia. Sonic Unleashed es algo completamente diferente, carente del esp¨ªritu del erizo azul, un intento de innovaci¨®n que era innecesario y que no se adapta al universo en el que se encuadra.

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Mientras esto ocurre, Robotnick ataca la tierra y la rompe en distintos fragmentos, liberando a la criatura et¨¦rea que habitaba en el interior del planeta. Posteriormente lanza a Sonic al vac¨ªo, y tras una ca¨ªda desde la estratosfera, al reci¨¦n creado erizo-lobo no le pasa absolutamente nada; eso s¨ª, durante el trayecto, arrastr¨® consigo a una criatura extra?a, que ha perdido la memoria, y acompa?ar¨¢ al erizo durante la aventura. Curioso que sea esa criatura, de origen desconocido y sin recuerdos, sea la que nos cuente, en los tutoriales, c¨®mo manejar al erizo y con qu¨¦ habilidades contaremos en nuestro haber.

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No faltar¨¢n las visitas de los personajes habituales, como el entra?able Tails, y la aventura se ir¨¢ desarrollando de forma bastante modesta, con un ritmo muy inferior al marcado por otras entregas. Destaca, en primer lugar, la presencia de las ciudades que servir¨¢n de mundo central entre fases. S¨ª, no es nada nuevo, ciudades las ha habido en muchos de los ¨²ltimos Sonic, desde el primer Adventure para Dreamcast. Lo que sorprende es el cambio de enfoque que se les ha dado; tal vez influenciados por las quejas de que el universo del erizo azul no se adaptaba a un entorno realista, los nuevos habitantes ser¨¢n parodias de seres humanos, que recuerdan a los personajes de Profesor Layton pero en tres dimensiones.

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Las ciudades no son m¨¢s que una excusa, de importancia pr¨¢cticamente nula, cuyo ¨²nico sentido es dar coherencia entre niveles a nuestras acciones. Un nexo en el que se desarrollar¨¢n conversaciones bastante vac¨ªas y, como mucho, alguna pista de lo que tenemos que hacer, que se suele reducir a ir a la 'puerta de entrada', el lugar del mapa en el que se accede a los distintos niveles. Sus dimensiones reducidas limitan bastante la exploraci¨®n, y existe la posibilidad absurda de saltar por una barandilla y caer al vac¨ªo, perdiendo una vida. Sus habitantes no convencen, su esp¨ªritu caricaturesco desentona en exceso con el dise?o de los personajes protagonistas, y sus di¨¢logos tienen nulo inter¨¦s.

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Cuando sea de d¨ªa, las fases nos mostrar¨¢n al erizo azul en todo su esplendor. Veloz, ¨¢gil, recogiendo anillos y atacando a los enemigos con su repertorio habitual. El ritmo es muy satisfactorio, y aunque en ocasiones da la sensaci¨®n de que se limita bastante a avanzar, sin grandes retos, lo cierto es que sin darnos cuenta nos sumergimos en una din¨¢mica que se remonta ya a los tiempos de Mega Drive. Se mantienen hasta los distintos caminos a seguir, seg¨²n lo bien que lo hagamos, la velocidad que consigamos o la direcci¨®n que tomemos. Los saltos no requieren una precisi¨®n tan rid¨ªcula como en otras entregas, y ser¨¢ mucho m¨¢s c¨®modo avanzar por los escenarios.

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No faltar¨¢n los trampolines, los propulsores, los ra¨ªles (muy mejorados con respecto a t¨ªtulos anteriores de Sonic en 3D), los anillos y las secciones en las que deberemos saltar de enemigo en enemigo para llegar a terreno seguro. Como la c¨¢mara se sit¨²a justo detr¨¢s del erizo, no se dar¨¢n los cl¨¢sicos problemas a este respecto. No llega a ser un sistema de juego tan est¨¢tico como el de Sonic y los Anillos Secretos, ya que aqu¨ª tendremos control total sobre el puercoesp¨ªn, y determinaremos su avance, que cuanto m¨¢s veloz, m¨¢s satisfactorio ser¨¢ y mejores premios nos encontraremos. En algunos saltos tomados a gran velocidad, aparecer¨¢ una secuencia de QTE que, de cumplirla correctamente, llegaremos a zonas m¨¢s elevadas y de acceso m¨¢s complicado.

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Las secciones del lobo son pr¨¢cticamente un castigo; una zona de recorrido obligatorio antes de poder llegar a una nueva secci¨®n de velocidad con el Sonic que conocemos y que tanto nos gusta. La din¨¢mica se reduce, b¨¢sicamente, a avanzar por un camino lineal (buscando alguna que otra moneda oculta) hasta llegar a una habitaci¨®n cerrada en la que deberemos acabar con un pu?ado de enemigos. Una vez eliminados, se abrir¨¢ la puerta, avanzaremos hasta la siguiente zona de criaturas de la noche, y repetir una y otra vez. Esto no tendr¨ªa por qu¨¦ ser del todo malo, ya dejando a un lado lo repetitivo y aburrido de la mec¨¢nica, pero es que adem¨¢s el sistema de juego no termina de convencer.

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Los golpes del lobo son incoherentes, bas¨¢ndose en pu?etazos y patadas, y un agarre. Pero b¨¢sicamente, lo esencial ser¨¢ dominar este ¨²ltimo, que nos permitir¨¢ acabar con los enemigos m¨¢s grandes. Tras darles unos cuantos pu?etazos, quedar¨¢n en estado de shock, y al agarrarles se iniciar¨¢ una secuencia de QTE que, de cumplirla con ¨¦xito, acabaremos con ellos al instante; pero, de fracasar, nos quitar¨¢n vida y ellos recuperar¨¢n toda la suya. Esto, que parece relativamente poco importante, ser¨¢ bastante molesto tras unos cuantos enfrentamientos, sobre todo porque los QTE tienen algunos tiempos de reacci¨®n irrisorios. Esta din¨¢mica tan repetitiva no depende del ensayo y error, ni siquiera de la propia habilidad. Pese a que ser¨¢ importante tener capacidad de sobra para acabar con estas criaturas, en gran medida influir¨¢ la suerte de los tiempos de reacci¨®n y los botones a pulsar.

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Las animaciones de los personajes son buenas en algunos momentos, sin pasar de correctas en otros. Hay algunas secuencias con el motor del juego que dejan bastante que desear, ya que los protagonistas parecen carecer de vida. Pero en general, es un apartado correcto, con momentos brillantes durante el d¨ªa, al nivel de los grandes de esta generaci¨®n, y una notable bajada de calidad durante la noche, posiblemente condicionado por el desarrollo multiplataforma ante el que nos encontramos. Las ciudades cuentan con un dise?o mediocre, con unos horribles personajes humanoides y zonas muy reducidas.

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Que este Sonic no est¨¢ al nivel es algo que se demuestra no s¨®lo en su jugabilidad y su apartado visual, sino tambi¨¦n en su apartado sonoro, que dista mucho de las grandes composiciones que hemos disfrutado pr¨¢cticamente en todas las entregas del erizo azul. Aqu¨ª las melod¨ªas no pasan de ser modestas, f¨¢cilmente olvidables en muchas ocasiones, con su punto m¨¢s bajo en las secciones nocturnas. El juego cuenta con un buen n¨²mero de secuencias de v¨ªdeo con di¨¢logos bastante bien interpretados, que podremos seguir sin grandes problemas a trav¨¦s de los subt¨ªtulos en espa?ol que aparecer¨¢n en la parte inferior de nuestra pantalla.

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A nivel jugable, hay que reconocer que el erizo azul no est¨¢ teniendo suerte. Si bien la entrega de 2006 ofrec¨ªa una gran aventura, interesante y variada, pero lastrada por un gran n¨²mero de bugs, ahora que el juego no cuenta con errores de programaci¨®n, falla en su planteamiento. Las secciones de Sonic son muy buenas, satisfactorias, que nos recuerdan a Sonic Rush pero en unas 3D cuidadas y elaboradas; divertidas, veloces y muy satisfactorias, con una gran respuesta del mando de control, se antojan un suspiro frente al tedio patente de los niveles del erizo-lobo. Durante la noche, el ritmo decae en exceso, convirti¨¦ndose en casi un castigo similar al que sufre Sonic convirti¨¦ndose en esa grotesca criatura.

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Los altibajos de Sonic Unleashed no son nada buenos en el conjunto del juego, que compagina en el jugador sensaciones de satisfacci¨®n con otras de frustraci¨®n intensa. Las zonas del lobo son mucho m¨¢s largas que las de Sonic normal, por lo que las aproximadamente 10-12 horas de juego se pueden convertir en una pesadilla. Las ciudades carecen de inter¨¦s, y el argumento dista mucho de la ¨¦pica que hemos vivido en otras ocasiones. Un juego vac¨ªo en el que s¨®lo contamos con un modo historia tan irregular que no consigue transmitir lo que Sonic ha significado para el mundo de los videojuegos.

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