MotorStorm: Pacific Rift
- PlataformaPS38
- G¨¦neroConducci¨®n
- DesarrolladorEvolution Studios
- Lanzamiento13/11/2008
- TextoEspa?ol
- VocesEspa?ol
- EditorSony Computer Entertainment
La isla de los mil saltos
Uno de los t¨ªtulos de lanzamiento para PlayStation 3 recibe su secuela, sacada pr¨¢cticamente del mismo molde, haci¨¦ndole un completo lavado de cara. Las carreras m¨¢s sucias, crudas y retorcidas son un reto para todo aquel amante de la conducci¨®n m¨¢s arcade gracias a sus nuevos circuitos y a un multijugador m¨¢s que competente.
La realidad a veces puede ser aburrida. Por mucho que nos obsesionemos con que hasta el m¨¢s m¨ªnimo p¨ªxel, hasta la m¨¢s peque?a reacci¨®n hecha a trav¨¦s de nuestro controlador se refleje en la pantalla tal y como lo har¨ªa en nuestra vida diaria, siempre se agradece un descanso. Salirse de la carretera. Perder el control. Y muchas veces, lo satisfactorio de hacerlo se reduce a eso. A dejarse llevar. Esto se hace m¨¢s patente en el g¨¦nero de la conducci¨®n: por mucho que se sea amante de la simulaci¨®n m¨¢s exigente, uno siempre se ha sentido tentado a probar el otro lado, a dejar bajo la alfombra todas esas presuposiciones de la f¨ªsica para ponernos a volar al mando de un veh¨ªculo. Literalmente.
MotorStorm tuvo como dogma esta ¨²ltima frase. Lleg¨® sin hacer mucho ruido, como suele ser el caso de la mayor¨ªa de los t¨ªtulos de lanzamiento para una consola, pero cal¨® hondo entre los instintos de muchos jugadores. Se consider¨® un tapado de la temporada. No era para menos, puesto que hac¨ªa m¨¢s que nutrir un cat¨¢logo algo fam¨¦lico -como es l¨®gico en todos los comienzos-; tambi¨¦n saci¨® la sed de muchos amantes del arcade m¨¢s salvaje con una direcci¨®n art¨ªstica llena de personalidad, una mec¨¢nica aparentemente simple pero con mucho jugo para exprimir, y sobre todo una actitud, una intenci¨®n, que se palpaba en cuanto nos pon¨ªamos a los mandos del SixAxis.
Dos a?os han pasado desde que se lanzase, y la secuela no se ha hecho esperar m¨¢s de lo debido. Al principio con nombre MotorStorm 2 pero despu¨¦s cambiado a MotorStorm: Pacific Rift, el esp¨ªritu no se ha perdido en absoluto. Se parte de la misma base, de ese contexto absolutamente surrealista donde conviven todo tipo de veh¨ªculos que se embarcan en circuitos de lo m¨¢s peligrosos para llegar a la gloria. Aquel que jugase al primero no tendr¨¢ problema alguno en enfrentarse a este: de hecho, la sensaci¨®n de d¨¦ja v¨´ no tardar¨¢ en aparecer. No estamos hablando de una evoluci¨®n, sino de una versi¨®n enriquecida, donde los matices cobran m¨¢s importancia, y donde, sobre todo, se pulen las carencias l¨®gicas que un producto de la primera hornada suele tener. De nuevo, volvemos a mancharnos de polvo. Y de nuevo, nos encanta.
No nos vamos a enga?ar: el uso de la faceta t¨¦cnica que hizo posible el primer MotorStorm se nota aqu¨ª y mucho. Las mejoras, a¨²n as¨ª, son evidentes, sobre todo en lo referente tanto al rendimiento como al acabado general est¨¦tico. Si ponemos cara a cara ambas entregas probablemente el salto ser¨¢ menor a nuestros ojos, pero si tomamos con detalle las texturas, los maravillosos efectos de iluminaci¨®n, el uso de part¨ªculas para recrear el humo, y un m¨¢s espectacular despiece de veh¨ªculos, nos damos cuenta de que se ha hecho el trabajo necesario para poner el t¨ªtulo al d¨ªa en estos t¨¦rminos. No es tanto lo que se ve ante nuestros ojos como lo que no se ve, como la sensaci¨®n de velocidad, ligeramente mejorada, y sobre todo la fluidez del motor junto con su consistencia. A su vez esto hace posible un multijugador offline que no estuvo presente hace dos a?os, pero eso lo comentaremos m¨¢s adelante.
Dicho esto, hablar en t¨¦rminos t¨¦cnicos sobre el apartado gr¨¢fico de este juego es desmerecer a su objetivo. S¨ª, est¨¢ claro que su dise?o obedece a ciertos patrones est¨¦ticos que, como decimos, se mantienen y se refinan. Pero donde m¨¢s hincapi¨¦ se ha puesto es en que sintamos todos los circuitos como un reto a nuestros ojos, como el mayor rival a batir. El hecho de estar peleando por el podio junto con una docena de veh¨ªculos manejados por la IA no sirve m¨¢s que para generarnos un sentimiento de competici¨®n con el objetivo de exprimir el entorno lo m¨¢ximo posible. Es en su concepto, en su presentaci¨®n pero ante todo en su complejidad donde las ?pistas' toman el protagonismo para hacer de ellas el reto de MotorStorm. El hecho de que est¨¦n divididos en cuatro categor¨ªas no es producto precisamente del azar.
El rugir de los motores ser¨¢ omnisciente. Por suerte lo acompa?ar¨¢ una acertada banda sonora que incluye desde m¨²sica electr¨®nica al ritmo de Black Daniel, Alex Metric, Ministry hasta el metal extremo por parte de grupos como In Flames o Slipknot, pasando por rock alternativo/stoner igualmente ca?ero de Queens of the Stone Age, el grunge de Nirvana, el camale¨®nico David Bowie o los The Hives, provenientes del garage. Para poder distinguir toda esta selecci¨®n del enorme ruido que tendremos a nuestro alrededor tendremos que bajar los niveles por defecto. De todas formas est¨¢n elegidos con buen tino en lo que es una lista variada hasta puntos m¨¢s que correctos, ante todo movi¨¦ndose al comp¨¢s que le marca el ritmo acelerado, sucio y espectacular del juego.
Sus caracter¨ªsticas van m¨¢s all¨¢ de su densidad para conducirlas de manera completamente distinta. Las motos, por ejemplo, son muy r¨¢pidas, aceleran en pocos segundos y adem¨¢s pueden acceder a cualquier sitio con relativa facilidad; su contrapeso reside en que pr¨¢cticamente es vulnerable al resto de veh¨ªculos. Lo mismo pasa con el quad, a pesar de que sea algo m¨¢s vers¨¢til. El buggie sigue en esta escala ascendente pasando por los rally -r¨¢pidos pero poco dados a entornos desiguales- hasta llegar a las rancheras, los ?all-rounder' o todoterrenos -l¨²dicamente hablando-: no destacan en nada, pero tampoco tienen carencias importantes. A partir de ah¨ª, todo son pesos pesados que arramblan absolutamente con todo pero son toscos y poco ¨²tiles si queremos fabricar atajos o si existen demasiadas curvas que interrumpan su lento aceleramiento. Hablando del monster truck, la nueva incorporaci¨®n al plantel ya existente, su envergadura est¨¢ fuera de toda duda y, de hecho, se alza en el trono de la agresividad sin problema.
El control es pr¨¢cticamente el mismo, y pr¨¢cticamente id¨¦ntico al de cualquier juego de conducci¨®n que hay en el mercado. Con R2 y L2, es decir, los respectivos gatillos, aceleramos y frenamos, usando la cruceta -perfecto para los nost¨¢lgicos, veteranos, y detractores del stick- o la palanca para nuestro movimiento. Los botones sirven para cambiar de c¨¢mara, frenar de mano, etc¨¦tera. Luego se encuentran los boost, que son bastante ¨²tiles para dar empujones antes de saltos demasiado arriesgados, y la posibilidad de golpear al contrincante que est¨¦ a nuestro lado con un golpe seco para as¨ª sacarlo de la carretera. Esto, por ejemplo, es muy ¨²til si tienes un ATV/quad o una moto y te encuentras con otro de tu tama?o cerca. Contra pap¨¢ oso, por el contrario, poco se puede hacer.
Entrando en el apartado de carencias, la f¨ªsica resulta un poco enga?osa en este sentido. Quiz¨¢s, incluso, demasiado exigente. Con cierto tipo de veh¨ªculos nos rendiremos r¨¢pidamente a las inclemencias de cualquier roca, rampa que no atravesemos limpiamente, etc¨¦tera. Esto deriva en un mayor esfuerzo por parte del usuario, que siempre es de agradecer, pero por otro lado se generan situaciones un tanto excesivas que se podr¨ªan haber evitado aflojando un poco el tornillo. Ni tanto, ni tan calvo, en lenguaje llano. Tambi¨¦n notamos que las grandes bestias parecen m¨¢s ligeras de lo que deber¨ªan, sobre todo a la hora de saltar precipicios. Como decimos, es un aspecto ya presente del primer MotorStorm y que no se ha mejorado lo suficiente aqu¨ª.
De esta manera tendremos a un novato al que, primeramente, tendremos que vestir. Las opciones de personalizaci¨®n son casi nulas: tan s¨®lo g¨¦nero y unos cuantos modelados predefinidos. A¨²n as¨ª, es una peque?a mejora para darle un toque distintivo al conductor. Luego nos meteremos de lleno en competiciones. Seg¨²n vayamos ganando trofeos se nos a?adir¨¢ una puntuaci¨®n a nuestro ranking, el cual a su vez nos ir¨¢ desbloqueando al aumentar nuevos retos. Esto ayuda, en primer lugar, a encontrar una manera de progresar mientras vamos dominando la mec¨¢nica: podemos dejar lo f¨¢cil para el principio o para el final, y hacer m¨¢s bronces hasta que nos sepamos de memoria todos los atajos. Por otro lado es c¨®modo, directo y con esp¨ªritu arcade.
Existen, por supuesto, tres posiciones donde se punt¨²a: oro, plata y bronce. Clasificarnos en cualquier puesto inferior supone repetir la prueba. Al ir avanzando, adem¨¢s, se ir¨¢n accediendo a otro tipo de retos diferentes, como los t¨ªpicos circuitos donde se invierte el recorrido normal, algunas carreras de eliminaci¨®n tanto por chocarnos demasiado como por mantenernos el ¨²ltimo demasiado tiempo -hasta que s¨®lo pueda quedar uno, claro- o pruebas de velocidad donde tendremos que correr contra el cron¨®metro recorriendo una serie de checkpoints. En este sentido, y dado que hay bastantes trofeos por elemento, se nos insta un poco a la variedad para no caer en los mismos cuatro circuitos que hay por zona.
Pero el mayor reto de ?El Festival' son las restricciones de veh¨ªculos, esto es, cada prueba nos indica qu¨¦ podemos usar y qu¨¦ no. Esto en un principio puede sonar como algo contraproducente, porque nos resta libertad de elecci¨®n, pero a la larga comprobamos c¨®mo vamos recorriendo el plantel al completo, aprovechando las caracter¨ªsticas de cada uno. Y bueno, a pesar de que no se pueda elegir siempre lo que uno desea, hay opciones para todos los gustos en este sentido. A su vez no podemos olvidar peque?os factores de cada ¨¢rea: por ejemplo, en la de fuego tendremos que preocuparnos porque nuestro coche no se incendie hasta explotar, acudiendo a los ?pasillos' de duchas que iremos viendo y limit¨¢ndonos el uso del ?boost'. Completamente al contrario ocurre en la zona agua, donde podemos abusar m¨¢s de esta caracter¨ªstica puesto que tarda m¨¢s en sobrecalentarse la maquinaria.
En general nuestra progresi¨®n ser¨¢ satisfactoria, muy divertida y adem¨¢s aprenderemos a aprovechar el entorno seg¨²n nuestros recursos. Quiz¨¢s alg¨²n otro tipo de prueba m¨¢s alternativa o alg¨²n tipo de evento especial ayudar¨ªan aportando mayor variedad. Tambi¨¦n se echan en falta m¨¢s opciones de personalizaci¨®n para los veh¨ªculos, pero el enfoque elegido es correcto para una ¨®ptima experiencia arcade, como lo es la inteligencia artificial, que progresivamente nos ir¨¢ cediendo menos concesiones, si bien en ocasiones rozar¨¢n lo excesivo, buscando m¨¢s nuestra perdici¨®n que su victoria. En general, el dise?o de los recorridos est¨¢ tan logrado que nos llevar¨¢ muchas horas encontrar el ideal para nosotros.
Por otro lado, cuando echamos un vistazo al modo online en s¨ª mismo, tenemos gran parte de lo que hemos visto en cualquier otro del estilo. Buscaremos o bien crearemos una partida donde reunirnos con el resto, elegiremos -o no, seg¨²n si deseamos partida r¨¢pida o personalizada- el modo de juego, si queremos que sea clasificada o no, y al poco tiempo sentiremos el caos de competir con personas igual de inteligentes y temibles que t¨². En este caso, la bajada a 12 corredores no se nota en absoluto; como decimos es hasta beneficioso para que al final el conjunto no se vuelva ca¨®tico. Tambi¨¦n tenemos el modo especial de eliminaci¨®n para elegir, pero se echa en falta de nuevo alg¨²n tipo de prueba propia del online, como torneos o m¨¢s modos de juego.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.