Far Cry 2
- Plataforma3608PS38PC8
- G¨¦neroAcci¨®n
- DesarrolladorUbisoft Montreal
- Lanzamiento23/10/2008
- TextoEspa?ol
- VocesEspa?ol
- EditorUbisoft
Memorias de ?frica
Tras ciertas divagaciones por el universo Far Cry, y m¨¢s importante, sin la presencia de CryTek, Ubisoft nos trae un producto completamente nuevo del que solamente se conserva el nombre. Con un planteamiento diferente, ambient¨¢ndose en plena ?frica, se revela como un FPS notable, aunque no consigue llegar a la altura de lo esperado.
Por un momento pensemos, siempre en t¨¦rminos videojueguiles, en la expresi¨®n 'de mundo abierto' o en 'libre albedr¨ªo'. Es f¨¢cil que se nos vengan algunos t¨ªtulos a la mente pero a buen seguro corresponden al g¨¦nero de la videoaventura en tercera persona o al RPG. Far Cry 2 desaf¨ªa esa tendencia creando un shooter puro y duro, sin matices, pero emplaz¨¢ndola en una estructura de mapeado y misiones que generalmente no le son propias a los juegos de disparos en primera persona.
Pero que nadie se lleve a enga?o al leer el t¨ªtulo del juego que hoy tratamos, porque nada tiene que ver con sus predecesores, ni con el de compatibles ni con aquellos que aparecieron en consola. Ubisoft Montreal ha confeccionado un producto completamente nuevo, sin conexi¨®n argumental con los anteriores, y ha decidido mantenerle el nombre por una cuesti¨®n de mercadotecnia, m¨¢s que por ser el sucesor espiritual del Far Cry original, de Instincts, Predator, Evolution y - afortunadamente - tampoco de Vengeance.
Al salirse de las convencionalidades a las que el jugador est¨¢ acostumbrado, existe un per¨ªodo de adaptaci¨®n tanto por parte del jugador hacia el juego (lo que es normal), pero tambi¨¦n - y como veremos en detalle m¨¢s adelante - del juego hacia el jugador. Porque indudablemente Far Cry 2 es un gran t¨ªtulo de acci¨®n en primera persona pero, por encima de todo, es un gran concepto de t¨ªtulo de acci¨®n en primera persona. Desde luego que hace un considerable n¨²mero de cosas razonablemente bien pero, en su conjunto global, no consigue alcanzar la excelencia.
Empezando por el argumento, dispondremos de la posibilidad de escoger entre algunos personajes distintos con una ¨²nica cosa en com¨²n: un pasado cuestionable relacionado con las armas o la violencia y poco m¨¢s. El resto de opciones las utilizar¨¢ el juego en forma de PNJs con los que durante la trama podremos interactuar. La elecci¨®n del avatar es mayormente est¨¦tica - nada de habilidades o atributos especiales - y seleccionar uno u otro afecta en poco a la aventura.
Llegamos a un pa¨ªs no mencionado de ?frica y, al momento en que pisamos el suelo, ya estamos metidos en l¨ªos. Resulta se est¨¢ produciendo una escalada de conflictos entre dos facciones enfrentadas, el APN y el UFLL, que parece que desencadenar¨¢ en una guerra civil. Nuestra misi¨®n principal consiste en eliminar al Chacal, un traficante que est¨¢ vendiendo armamento a unos y a otros sin, pongamos, el consentimiento de la comunidad internacional. Y eso no est¨¢ nada bien.
A partir de la introducci¨®n, el ¨²nico momento del juego en el que se nos lleva m¨ªnimamente sobre ra¨ªles pero que promete bastante, descubrimos muchas cosas: que hemos contra¨ªdo malaria, que nos encontramos en un mapa considerablemente grande y que desde el inicio nos queda a nuestra disposici¨®n y que, sobretodo, las cosas en ?frica van a ser muy dif¨ªciles. Amigos, pocos; enemigos, muchos. Quehaceres, por doquier. Hay que evitar una guerra, y la mejor forma de hacerlo es pegando unos cuantos tiros.
Far Cry 2, al ser casi en su totalidad un escenario abierto, renuncia a ofrecer la m¨¢xima carga gr¨¢fica posible para favorecer el rendimiento. La distancia de visionado es considerable y si bien a nivel poligonal probablemente no sea la quintaesencia de los shooters, s¨ª es suficiente. Tal vez no sea un problema de cantidad de pol¨ªgonos sino de variedad, porque en muchos casos hay modelos que se repiten con demasiada frecuencia a lo largo del mapeado.
Lo que sin lugar a dudas s¨ª resulta espectacular, al margen de su utilidad en el juego, es el fuego; es posible prender en llamas no solamente los veh¨ªculos o los tanques de combustible sino pr¨¢cticamente todo el continente, y eso ejerce un impacto tremendamente vistoso en el jugador porque se desplaza con el viento, en seg¨²n qu¨¦ tipo de plantas de forma m¨¢s o menos r¨¢pida, ataca las casas y arrasa con lo que encuentra a su paso y, a medida que va conectando con otras fuentes de calor, concatena explosiones dejando atr¨¢s solamente caos y destrucci¨®n. Y eso est¨¢ muy bien.
Lo que no est¨¢ tan bien es la tasa de frames, que en consola puede renquear un poco incluso corriendo a 720 puntos y el ocasional cargado tard¨ªo de texturas y objetos cuando le imprimimos velocidad a nuestro autom¨®vil y el streaming no puede soportar la fuerte demanda de informaci¨®n. Tambi¨¦n podr¨ªan solventarse algunos errores en la f¨ªsica y en el motor de colisiones, pero en general el nivel obtenido es m¨¢s que aceptable. La perspectiva que utiliza Far Cry 2, en estricta primera persona incluso al ejecutar acciones como subirse a un veh¨ªculo o reanimar a alguien, puede llegar a ser un poco molesta, pero basta con acostumbrarse.
Aunque a nivel de modelado y texturizado el juego no est¨¦ en los mejores puestos, s¨ª hay que admitir que se ha hecho un buen trabajo en el armamento del que dispone nuestro protagonista. Todas las armas, desde pistolas hasta el mismo lanzallamas y pasando por rifles, subfusiles, ametralladoras, rifles de precisi¨®n e incluso lanzagranadas y morteros (especialmente este ¨²ltimo) son un gustazo de utilizar. Incluso cada una tiene su propia animaci¨®n por encasquillamiento (ya no hacen armas como las de antes), que si bien no divierte mucho cuando sucede, s¨ª est¨¢ realizada con esmero.
Asimismo la m¨²sica o tambi¨¦n los efectos de sonido resultan bastante convincentes, especialmente en lo que refiere a armamento - todas las armas gozan de un muy atractivo ?punch' auditivo - aunque no tanto en veh¨ªculos, bien terrestres o mar¨ªtimos. El juego est¨¢ ¨ªntegramente doblado y traducido al castellano, lo cual es de agradecer, pero es menester admitir que el doblaje a nuestro idioma se sit¨²a un pel¨ªn por debajo de su equivalente en ingl¨¦s por cuestiones de interpretaci¨®n, a pesar de que no influya para nada en el desarrollo de la trama.
Ese es uno de los principales problemas del juego; tenemos montones de misiones por hacer divididas en varios grupos: las que conciernen al argumento, las que desbloquear nuevas armas, las que nos curan de la malaria, las que simplemente nos dan diamantes... todas ellas incluyen matar algo de alguna forma u otra y, generalmente, en grandes cantidades. Ciertamente, matar - aqu¨ª, claro - no est¨¢ mal, pero hubiese estado mejor una mayor variedad en las misiones porque se acaban haciendo repetitivas.
Cierto es que las propias caracter¨ªsticas del mapa permiten distintos acercamientos a un objetivo: podemos ir en plan FPS de la vieja escuela, llamando a la puerta principal y abatiendo enemigos a nuestro paso. O podemos atacar desde lejos con el mortero - sin duda, lo mejor - mientras comemos palomitas, acercarnos a con un lanzallamas y buscar nuevos invitados para la improvisada barbacoa, intentar colarnos sigilosamente para golpear y salir sin ser vistos - cosa que no hemos conseguido a¨²n, hay que admitirlo - o causar estragos con un Dragunov de francotirador.
Posibilidades hay muchas, cierto, pero con ciertos matices. En primer lugar, y ya que en el juego se vive el ciclo de d¨ªa y noche, para infiltrarnos es mejor la oscuridad. Y un traje de camuflaje bueno, por 45 diamantes en la tienda, tambi¨¦n ayuda, as¨ª como el ir agachado. Y m¨¢s vale que sea as¨ª, porque en el momento en que levantamos la cabeza, la IA enemiga suele detectarnos. Y empezar¨¢ a perseguirnos hasta que tomemos medidas, generalmente a base de raciones de plomo.
Lo cierto es que esta situaci¨®n es injusta porque los enemigos s¨ª son dif¨ªciles de detectar incluso mientras te est¨¢n disparando con una escopeta. Eso se debe a dos motivos: uno, que el sistema de chivato de la direcci¨®n en la que nos atacan no es intuitivo y dos, que el enemigo de a pie - de piel negra, camiseta y pantal¨®n a color sobre fondo amarillo - parece que lleve el camuflaje ¨®ptico de Depredador. Multitud de veces nos encontramos disparando a ciegas mientras, sin saber c¨®mo, somos atizados fuertemente desde un lugar en el que aparentemente no hay nada. Y eso no est¨¢ bien.
Puestos avanzados los hay a trillones, muchos con m¨¢s ametralladoras o veh¨ªculos que hombres, y son una constante al viajar en el mapa. Porque despu¨¦s de disparar, lo que m¨¢s se hace es viajar en jeep. Es habitual encontrarse cada 30 segundos con puestos de control con enemigos que nos disparar¨¢n sin preguntar o bien con patrullas aleatorias que llegan en direcci¨®n contraria y que tambi¨¦n nos disparar¨¢n, lo cual llega a cansar despu¨¦s de las primeras horas. Para evitar este tedio, agradecer¨ªamos la posibilidad de viajar r¨¢pido a lugares ya visitados, por ejemplo, y no solamente en las estaciones de autobuses dispuestas a tal efecto en el mapa.
La IA en general responde mejor de lo esperado, porque en este tipo de juegos en los que entran tantas y tantas rutinas a consideraci¨®n suelen ser hervidero de bugs y glitches. En este caso, los enemigos - a menudo aprovechando esa especie de hechizo de invisibilidad heredado de Oblivion - nos flanquean con gran acierto, huyen de las llamas, utilizan t¨¢cticas ofensivas o defensivas seg¨²n la ocasi¨®n o incluso intentan atropellarnos con un coche, lo que nos convence bastante.
Otras veces hay capacidad de mejora: al atacar un convoy, por poner un ejemplo, ¨¦ste no se dirige de A hacia B sino que va dando vueltas a una parte del mapa. Da igual el tiempo que nos tomemos para derribarlo e incluso tras eliminar la escolta, seguir¨¢ dando vueltas hasta que le demos caza. Esto entra m¨¢s en el dise?o de misiones que en lo que es la IA en s¨ª, pero en una ocasi¨®n tendimos una trampa bloqueando el paso con dos jeeps destruidos para ver la reacci¨®n de la CPU. Simplemente hizo desaparecer el cami¨®n desde el lado bloqueado e hizo spawn en el otro lado, delante de nuestras narices. Eso NO est¨¢ bien, es trampa.
A pesar de todos sus defectos, grandes o peque?os seg¨²n como se mire, hay grandes momentos en Far Cry 2. El argumento, si quitamos la tonter¨ªa de conseguir pastillas para la malaria, mejora seg¨²n avanzamos y tenemos la posibilidad de tomar decisiones que afectan realmente al desarrollo de la trama. Tambi¨¦n hay quests de ese tipo que son realmente espectaculares dependiendo de la opci¨®n que sigamos, pero cuando optamos por incendiar una colina y vimos que la gente trataba de huir en jeeps mientras los esper¨¢bamos con el lanzagranadas en la puerta principal... eso no tiene precio.
Algunas animaciones tambi¨¦n est¨¢n muy conseguidas, especialmente en lo que respecta a las de salud cr¨ªtica, cuando nuestro personaje se arranca balas de las extremidades con tenazas y cuchillo, se disloca el codo, se arregla solo cual terminator y sigue listo para el combate. En dificultad elevada, apenas un par de buenos disparos acaban con nosotros, aunque para curarnos disponemos de jeringuillas que reponen nuestra salud.
Tambi¨¦n est¨¢n disponibles todas las armas que los enemigos sueltan al morir, que van mejorando conforme avanzamos en la historia, con la salvedad de que tienden a encasquillarse en mal momento (aunque solamente cuando las utilizamos nosotros, qu¨¦ cosas) y suele ser mejor opci¨®n comprar algunas en una tienda. Tambi¨¦n se pueden adquirir mejoras de munici¨®n, de salud, de reparaci¨®n... a costa de la moneda local, diamantes, obtenidos por completar misiones o por recoger maletines por todo el mapa.
Precisamente este mapa o, mejor dicho, la forma en la que se consulta es visualmente muy natural... pero terriblemente engorrosa, porque hay que desviar la mirada hacia ¨¦l impidiendo seguir conduciendo. Por un lado esto puede parecer que se premie el realismo, como con tantas otras cosas, pero esas pretensiones se ven truncadas con ciertas concesiones digamos ?arcade' dif¨ªciles de ignorar, con lo que no se entiende su implementaci¨®n. Sin ir m¨¢s lejos, menos mal que cada coche, ya sea jeep destartalado, cami¨®n o buggie, lleva su propio navegador GPS con detector de proximidad de diamantes.
Por ejemplo, las se?ales colocadas en las intersecciones para indicar lugares se colorean dependiendo del objetivo que perseguimos: rojo, azul o verde. Hacen la vida m¨¢s f¨¢cil, correcto, pero menos cre¨ªble; adem¨¢s, dichas se?ales son indestructibles aunque choquemos a 110 por hora con un Wrangler o con un cami¨®n. Tampoco las estructuras de algunas chabolas, que a priori parecer¨ªan no resistir ni un estornudo a destiempo, caen con el mortero y muchos enemigos parecen tener la piel de adamantium, porque resisten ingentes cantidades de da?o de una calibre 40 antes de morir.
Tambi¨¦n es posible y deberemos, por la cuenta que nos trae, conducir veh¨ªculos terrestres y mar¨ªtimos. Cambiar de posici¨®n en ellos se realiza pulsando un bot¨®n y se reparan, atenci¨®n al dato, siempre del mismo modo y con la misma llave de tuerca. Pueden soportar mucho plomo y empezar¨¢ a salirles humo del cap¨® (y se mermar¨¢ su rendimiento), pero si no estamos en combate bastar¨¢ con bajar y arreglarlos con una llave para estar otra vez al 100%. Ojal¨¢ se hubiese profundizado m¨¢s en ese aspecto, pudiendo afectar con nuestros disparos a los neum¨¢ticos o algo por el estilo.
Pero, en esencia y a pesar de ciertos desvar¨ªos, la realidad es que como juego de disparos ambientado en ?frica, Far Cry 2 tiene sus puntos. En ocasiones sorprende ir en coche y cruzarse con una cebra o unas gacelas, o incluso un rinoceronte; azotar el monte con un lanzallamas y quedarse contemplando como avanza hacia un puesto de guardia, aplicar jeringuillas al coraz¨®n de un compa?ero intentando salvarle la vida, que se te encasquille la escopeta cuando tienes que dar el golpe de gracia a ese enemigo maldito...
Y evidentemente tambi¨¦n contiene su dosis multijugador, con los modos conocidos de capturar la bandera, deathmatch individual y por equipos, control territorial y dem¨¢s opciones habituales. Contiene asimismo un editor de mapas, relativamente sencillo de usar incluso para los consoleros (los menos habituados a este tipo de contenidos) que alarga la vida con el multiplayer m¨¢s all¨¢ de las 22 horas de campa?a individual y de las que le podamos echar a trav¨¦s de internet.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.