Comandante de segunda

En febrero del pasado a?o 2007, Gas Powered Games comercializ¨® de la mano de THQ Supreme Commander, un videojuego de estrategia en tiempo real que aspiraba a convertirse en un nuevo referente del g¨¦nero. Con elementos claves como una escala de combate nunca antes vista y un multijugador verdaderamente atractivo, el afamado Chris Taylor, padre de Dungeon Siege y Total Annihilation, se lanz¨® a la aventura seguro de su haza?a. El producto final de compatibles result¨® ser un completo juego de estrategia en tiempo real que gust¨® en t¨¦rminos generales a los aficionados del g¨¦nero.

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Tal fue la acogida de esta franquicia de nuevo cu?o que pronto Taylor y su equipo comenzaron a desarrollar una primera expansi¨®n, Supreme Commander Forged Alliance, que llegar¨ªa a las tiendas meses despu¨¦s, en noviembre de 2007, y anunciaron al poco tiempo la segunda extensi¨®n oficial, que atiende al nombre de The Experimentals y actualmente se encuentra en la factor¨ªa productiva de este equipo. Con casi un a?o desde el lanzamiento de Forged Alliance, Supreme Commander desembarca en Xbox 360 con una versi¨®n desarrollada por Hellbent Games con la supervisi¨®n de Gas Powered Games. Desempolvamos nuestra coraza met¨¢lica de Comandante para conocer en qu¨¦ ha quedado este t¨ªtulo tan propio y exclusivo de ordenador.

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Una batalla infinita

Antes de adentrarnos en el resultado valorativo del t¨ªtulo, es recomendable realizar un repaso de su hilo argumental que, como otros juegos de estrategia, traslada al jugador a un complejo universo de car¨¢cter futurista donde tres facciones est¨¢n en combate continuo. Desde hace 1.000 a?os, tres ej¨¦rcitos combaten entre s¨ª por conseguir la hegemon¨ªa intergal¨¢ctica, lo que se ha denominado "La Guerra Infinita". Cada uno de ellos lucha por sus propios intereses, que pueden estar ligados a aspectos tan dispares pero realistas como la religi¨®n o la expansi¨®n socio-econ¨®mica.

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Por un lado, la rama m¨¢s humana es la Federaci¨®n de la Tierra Unida (UEF), cuyo objetivo es sembrar la paz en el universo a cualquier precio. La segunda rama del conflicto es la Naci¨®n Cybran, que est¨¢ formada por simbiontes, es decir, humanoides que en el pasado eligieron fusionarse con la m¨¢quina para evolucionar. Por ¨²ltimo, nos topamos con la facci¨®n m¨¢s devota, los Iluminados Aeon, que son humanos de cultura religiosa-extremista por su contacto con una raza alien¨ªgena extinguida a?os atr¨¢s, los Aeon.

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Partiendo de esta estructura triangular, nos veremos inmersos en un conflicto gal¨¢ctico en el que no existen las alianzas entre naciones, sino m¨¢s bien el ego¨ªsmo personal de cada una de ellas por conseguir sus objetivos. Esta sensaci¨®n ser¨¢ transmitida al jugador a trav¨¦s de el hilo argumental del juego, que presenta personajes trabajados ligados a la trama principal que actuar¨¢n antes, durante y despu¨¦s de las misiones ofreci¨¦ndonos consejo y desvel¨¢ndonos de forma progresiva el entramado b¨¦lico del juego con conversaciones y cinem¨¢ticas de v¨ªdeo, todas ellas dobladas al castellano, como suced¨ªa en el juego original.

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Comandante, tiene una misi¨®n

Como en todo juego de estrategia, cada una de estas tres facciones tendr¨¢ su propio estilo propio de combate, con decenas de unidades diferenciadas no s¨®lo est¨¦ticamente, sino tambi¨¦n militarmente, a pesar de que existe un equilibrio buscado entre los tres ej¨¦rcitos. Al margen de estas diferencias, bien es cierto que este tr¨ªo de guerreros futuristas comparten un mismo esquema de gesti¨®n, y es que todo el proceso de construcci¨®n y administraci¨®n de unidades y recursos se realizar¨¢ a trav¨¦s de nuestro Comandante, que es el gigantesco robot met¨¢lico que pisar¨¢ por primera vez la zona de combate y que servir¨¢ como nexo de uni¨®n para construir edificios y convocar unidades b¨¦licas.

Esta unidad ser¨¢ tan clave para nuestra civilizaci¨®n que si muere durante el combate la partida est¨¢ acabada. Es por ello que el Comandante cumple una doble funci¨®n: la primera, construir edificios, extraer recursos y convocar unidades; la segunda, servir como unidad de ataque contra los enemigos, ya sea para proteger nuestra propia base o para lanzarse a la ofensiva acompa?ado del resto de tropas. Se trata, a fin de cuentas, de la unidad m¨ªnima de nuestro ej¨¦rcito, aunque no ser¨¢ la ¨²nica que podr¨¢ construir, pues al avanzar en la partida podremos desarrollar constructores de apoyo en las tres facciones.

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Para acceder a esta vor¨¢gine evolutiva y tecnol¨®gica ser¨¢ necesario que recopilemos hasta la saciedad dos recursos concretos. La masa y la energ¨ªa podr¨¢n ser extra¨ªdas directamente de la tierra situando los cl¨¢sicos extractores. Sin embargo, en Supreme Commander poseer un ingente n¨²mero de extractores no ser¨¢ sin¨®nimo de ¨¦xito. En este compendio futurista lo que verdaderamente importa es encontrar un equilibrio entre la extracci¨®n de recursos y la cola de producci¨®n de unidades. Olvid¨¦monos, por tanto, de producir un ej¨¦rcito a mansalva, porque cada unidad necesitar¨¢ de masa y de energ¨ªa para ser creada y subsistir. Es, por tanto, necesario saber producir la energ¨ªa necesaria con fuentes anexas, por ejemplo, a nuestra f¨¢brica terrestre: as¨ª no s¨®lo aumentaremos la velocidad de producci¨®n, sino que podremos mantener colas m¨¢s minadas de unidades.

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Aceptada la supremac¨ªa del comandante, toca hacernos con la segunda caracter¨ªstica del juego, su gigantesca escala. En Supreme Commander, los mapas pueden llegar a tener un tama?o considerable, m¨¢s si tenemos en cuenta que durante las partidas -modo campa?a- se ampliar¨¢n de forma progresiva desvelando nuevos objetivos en el mismo nivel. Para controlar esta escala, que nos mostrar¨¢ desde las unidades en el cl¨¢sico esquema 3D hasta un mapa t¨¢ctico en 2D en perspectiva cenital, donde tambi¨¦n podemos realizar de forma sencilla tareas de gesti¨®n, utilizaremos el 'stick' derecho del mando. Es un sistema simple e intuitivo, que funciona de forma precisa y resuelve la ausencia de la rueda del rat¨®n.

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Pr¨¢cticamente ¨¦ste era uno de los mayores escollos que pod¨ªa encontrarse Hellbent Games a la hora de adaptar Supreme Commander a Xbox 360, y lo cierto es que la resoluci¨®n ha sido digna de elogio. Sobre todo si tenemos en cuenta que el sistema de control responde correctamente y es ¨¢gil en todos los sentidos. Nada de combinaciones complejas o movimientos bruscos; con tan s¨®lo unos minutos de aprendiza comenzaremos a controlar la situaci¨®n y, aunque suene pol¨¦mico para muchos, no se echar¨¢ de menos en exceso al codiciado rat¨®n. 

Otro punto destacable es el sistema de ¨®rdenes encadenadas incluido en la versi¨®n de PC, innovaci¨®n que se mantiene intacta en la edici¨®n para 360. Ahora, basta mantener pulsado el gatillo derecho para coordinar de forma consecutiva una serie de ¨®rdenes. As¨ª, podremos hacer que nuestro Comandante construya una bater¨ªa de antia¨¦reos, una base terrestre, otra naval y otra a¨¦rea con un movimiento encadenado, sin necesidad de elegir de forma unitaria y separada cada una de estas acciones. Lo mismo suceder¨¢ cuando queramos, por ejemplo, controlar el movimiento de las unidades por el escenario, pues podremos marcarles rutas de patrulla o de ataque delimitando el recorrido con la pulsaci¨®n continuada del gatillo y el bot¨®n "A".

La cruceta direccional del mando act¨²a como men¨² de ¨®rdenes para las unidades. Si pulsamos la direcci¨®n "Arriba", se desplegar¨¢ un men¨² circular donde podremos seleccionar con el 'stick' unidades por bloques o de forma unitaria. As¨ª, por ejemplo, podremos acceder al Comandante desde cualquier parte del mapa sin necesidad de tenerlo dentro de c¨¢mara. En esta esfera de ¨®rdenes tambi¨¦n podremos convocar todas las unidades de una misma categor¨ªa (a¨¦rea, mar¨ªtima o terrestre) o incluso todas de una sola tajada para realizar ataques masivos. No obstante, el enfoque m¨¢s estrat¨¦gico se conseguir¨¢ conformando tus propios grupos personalizados durante el combate y asign¨¢ndolos a una de las posiciones libres ubicadas en la primera mitad de este men¨².

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Si en lugar de "Arriba" pulsamos "Derecha" mientras tenemos seleccionada una unidad, se desplegar¨¢ otra bater¨ªa de seleccionables esf¨¦rica, s¨®lo que ¨¦sta vez incluir¨¢ las acciones propias de esa entidad sobre la que hemos apuntado previamente. "Mover", "Defender", "Atacar", "Construir", etc. ser¨¢n tan s¨®lo algunas de las ¨®rdenes m¨¢s simples que podremos ejecutar. En el caso de los edificios y los extractores de recursos, este men¨² mostrar¨¢ las unidades a construir con la cola de producci¨®n actual, a la que podremos acceder golpeando con la direcci¨®n "Izquierda" de la cruceta y la mejora necesaria para el siguiente nivel, entre otros aspectos.

Como hemos dicho anteriormente, la c¨¢mara se comporta de forma din¨¢mica y ¨¢gil, adapt¨¢ndose correctamente al 'stick' derecho del mando. Bien es cierto que en su mayor¨ªa los combates ser¨¢n visionados desde una perspectiva cenital, aunque esto no evita que con el gatillo superior izquierdo podamos modificar la angulaci¨®n de la visi¨®n. Aparte de esto, son interesantes las combinaciones de botones que ha insertado la desarrolladora, todas recogidas en el manual del juego y cuyo aprendizaje puede llevarse a cabo de forma b¨¢sica mediante el tutorial disponible.

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Gracias al sistema de control, este juego de estrategia en tiempo real (ETR) es accesible al pad de Xbox 360 sin demasiadas complicaciones. Siendo francos, Hellbent Games aprueba el examen en este campo y consigue que la experiencia de juego no se vea resentida por la te¨®rica lentitud que posee el perif¨¦rico de consolas frente al rat¨®n y al teclado incluso en los momentos de m¨¢s acci¨®n.

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Muchos cuestionar¨¦is: Si Supreme Commander cuenta con una campa?a atractiva, un sistema de juego original y un control adaptado con acierto al mando de Xbox, ?d¨®nde est¨¢ el problema? La respuesta a la pregunta nos lleva, sin margen de duda, a hablar de su motor gr¨¢fico. Cuando Gas Powered Games desarroll¨® el juego original, prometi¨® grandes cantidades de unidades en pantalla y ofreci¨® unos requisitos m¨ªnimos y recomendados. El t¨ªtulo, que apareci¨® en 2007, requer¨ªa de una m¨¢quina avanzada, pero funcionaba adecuadamente en m¨²ltiples configuraciones de hardware, algo que no parece haber sido posible en Xbox 360.

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La primera nota discordante de este estridente cuerpo musical la tocan los modelados de las unidades, que en su viaje al sistema de Microsoft han sufrido una rebaja visual hasta cierto punto preocupante. A esto hay que sumar que, en ocasiones, algunas texturas no cargar¨¢n cuando es debido, quedando espor¨¢dicamente ciertos edificios al descubierto de su etapa visual antes de recibir las necesarias texturas, sobre todo si se realizan cambios bruscos entre el mapa estrat¨¦gico y el enfoque.

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Se podr¨ªa pensar que esta rebaja gr¨¢fica est¨¢ m¨¢s que justificada para agilizar la tasa de im¨¢genes por segundo en pantalla y cuadrar tecnol¨®gicamente el motor gr¨¢fico con la consola de Microsoft. Ser¨ªa una respuesta v¨¢lida si el 'frame rate' encontrase una estabilidad razonable durante las partidas. Y es que es verdaderamente molesto que el juego sufra tirones de segundos durante los combates m¨¢s poblados, que son una constante en Supreme Commander, como hemos podido comprobar durante las partidas realizadas para este an¨¢lisis. Estos parones no s¨®lo inciden sobre la experencia visual, sino tambi¨¦n sobre la jugabilidad fren¨¢ndonos bruscamente a la hora de demarcar nuestras acciones. Una verdadera l¨¢stima.

Dejando al margen el aspecto t¨¦cnico y volviendo a los contenidos, es innegable que la primera campa?a de Supreme Commander aport¨® un atractivo n¨²mero de horas de juego, que posteriormente fueron ampliadas en PC con la expansi¨®n, cuyo compendio de misiones no est¨¢ incluido en el paquete para Xbox 360. No en vano, el juego s¨ª incluye ciertas unidades que no estaban presentes en la propuesta original. Queda abierta, por suerte, una puerta a las descargas digitales a trav¨¦s de Xbox Live, como bien reza el men¨² del juego. Deseamos y esperamos que esta v¨ªa tambi¨¦n se aproveche para solventar en un futuro inmediato las ralentizaciones impertinentes del 'engine' gr¨¢fico.

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De los jugadores instalados en la red de Microsoft tambi¨¦n se espera una activa reacci¨®n en el modo multijugador, que incluye un correcto surtido de mapas y modos (Escaramuza, Asesinato, etc.) y se prev¨¦ igual de divertido que en PC.

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