Aventura ?interactiva?

Las aventuras gr¨¢ficas son un g¨¦nero que hasta hace relativamente parec¨ªa limitado a unos pocos t¨ªtulos para PC cada a?o, muchos de ellos clones de un mismo sistema y con un argumento pobre. Sin embargo, recientemente se est¨¢ viendo un resurgir de estos juegos, potenciado en gran parte por Nintendo DS y su pantalla t¨¢ctil, y los tel¨¦fonos m¨®viles parecen otro medio ideal, aunque su interfaz sea peor que la de un PC o una consola port¨¢til.

Dirk Dagger and the Fallen Idol es un claro ejemplo, se trata de la primera aventura gr¨¢fica para la plataforma y marca un poco la v¨ªa que deber¨ªa seguirse, aunque desafortunadamente se queda a medio camino de esa senda que ha construido. Hay dos elementos fundamentales que definen una buena aventura gr¨¢fica: por un lado, el gui¨®n, por otro, los puzles. La historia de Dirk Dagger cumple, sin grandes alardes, consigue arrancar m¨¢s de una sonrisa durante nuestras partidas y nos mantiene suficientemente entretenidos. Sin embargo, la otra parte falla.

Los rompecabezas de este t¨ªtulo son demasiado sencillos y evidentes, no invitan a devanarnos los sesos para juntar extra?os objetos, superar complicados di¨¢logos o rebuscar en todos los escenarios, est¨¢ todo extremadamente mascado. Pero antes de lanzarnos a analizar lo que es la jugabilidad, echemos un vistazo al apartado t¨¦cnico.

Gr¨¢ficos y sonido

La est¨¦tica de Dirk Dagger imita la de las t¨ªpicas novelas policiacas donde hay un detective privado, no obstante, Dirk Dagger ese eso mismo, un detective privado. Su estilo de tebeo, con escenas m¨¢s bien est¨¢ticas, salvo peque?as animaciones puntuales, sirve bien a la causa. Se nota un cuidado trabajo en el dise?o de los personajes y los escenarios.

Del sonido no se puede decir lo mismo, se ha optado por suprimir la m¨²sica, as¨ª que est¨¢ limitado a efectos puntuales seg¨²n lo que est¨¦ sucediendo en pantalla (un disparo, una ca¨ªda, alg¨²n artefacto activado...). La idea quiz¨¢ podr¨ªa estar bien, desgraciadamente el resultado es el silencio en el 90% del juego.

Ping¨¹inos y un ¨ªdolo robado

Todo comienza una tormentosa noche, en medio de un mar embravecido. Un hombre se esconde en la oscuridad en la bodega de un barco, exaltando lo feliz que se encuentra por poseer una valiosa estatua denominada "El ?dolo Ca¨ªdo". Pero su alegr¨ªa se torna tristeza cuando le es arrebatado por una sombra que asoma por el techo de la sala, elev¨¢ndolo con una cuerda hacia s¨ª.

No s¨¦ si sabe qui¨¦nes son ninguno de los dos y antes de que podamos pregunt¨¢rnoslo aparecemos en el despacho de Dagger y Gannon, dos detectives de poca monta. Tras una c¨®mica presentaci¨®n de ambos personajes, Harry Gannon acude a un bar cercano para hablar con un cliente no identificado que acababa de llamarlo, ?supon¨¦is qu¨¦ quiere recuperar? Exacto, el ?dolo Ca¨ªdo. Su principal sospechosa, una despampanante mujer, Daphne Dubois.

Harry sigue algunas pistas para tratar de averiguar algo m¨¢s acerca de esta posible ladrona, aunque averigua demasiado y es asesinado en un callej¨®n. Dirk clama venganza, no piensa descansar hasta descubrir qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de la muerte de su compa?ero, y de paso intentar¨¢ resolver el caso del ?dolo Ca¨ªdo. As¨ª empieza todo, como se ve una trama no excesivamente original, ya que realmente es una parodia de las cl¨¢sicas novelas detectivescas.

La interfaz es muy sencilla, generalmente se nos muestra un escenario por el que podemos movernos mediante desplazamiento lateral y en nuestro tr¨¢nsito se marcan los objetos o personas con los que podemos interactuar y tan s¨®lo hay que pulsar el bot¨®n del centro para hacerlo. Adem¨¢s, hay un peque?o mapa que nos permite viajar de unos lugares a otros. No hay ning¨²n otro men¨², ni siquiera un inventario, las acciones disponibles a cada momento se muestran tras se?alar alg¨²n elemento en pantalla.

Lo interesante en este caso es el uso opcional de la c¨¢mara. El juego es capaz de detectar giros del m¨®vil a izquierda, derecha, arriba o abajo procesado lo que ve la lente de nuestro terminal y descubriendo as¨ª en qu¨¦ direcci¨®n lo hemos movido. Cuesta un poco acostumbrarse y no es todo lo preciso que nos gustar¨ªa, sin embargo funciona razonablemente bien. Influye principalmente lo que tengamos al fondo, dado que si, por ejemplo, se trata de una pared homog¨¦nea, se hace casi imposible distinguir diferencias entre dos posiciones.

De hecho, si queremos trastear un poco, podemos pasar la mano a cierta distancia por detr¨¢s del tel¨¦fono para simular un displazamiento del mismo, cuando lo que en realidad se mueve es el fondo, y el juego responder¨¢ en consecuencia. Es una tonter¨ªa, aunque seguro que m¨¢s de uno quiere probarlo. Eso s¨ª, el m¨®vil se calienta bastante con la utilizaci¨®n continua de la c¨¢mara y a algunos les podr¨¢ llegar a molestar. Por otro lado, se ha detectado un fallo en el N95 que impide desactivar esta funcionalidad, pese a indicarlo as¨ª en la configuraci¨®n.

La mec¨¢nica del juego es la siguiente: llegamos a una zona y tenemos tres variantes, hablar con los all¨ª presentes, estudiar los dispositivos activables o recoger objetos sueltos. Las tres son obligatorias y ¨²nicamente hay que acertar con el orden o, como mucho, con las frases que decimos en una conversaci¨®n, pero al final mediante prueba y error (si estamos realmente espesos, ya que suelen ser muy evidentes los pasos a seguir), vamos avanzando.

Al hacernos con los diferentes objetos, se van acumulando en nuestro particular malet¨ªn y una vez est¨¢n en nuestro poder las opciones de algunos di¨¢logos pueden cambiar y permitir usarlos. As¨ª que se rehuye el tener que explorar un inventario para decidir qu¨¦ ¨ªtem utilizar y d¨®nde. A causa de este sistema la dificultad se reduce considerablemente y parece m¨¢s que estamos viendo un tebeo pasando las p¨¢ginas poco a poco que disfrutando con un videojuego. Es m¨¢s, rara es la ocasi¨®n en que utilizamos alg¨²n artefacto conseguido en otro lugar distinto al que nos encontramos.

Esta monoton¨ªa se rompe con alg¨²n minijuego en tiempo real tambi¨¦n de f¨¢cil resoluci¨®n. Encontramos tres a lo largo de los seis cap¨ªtulos de los que est¨¢ compuesto Dirk Dagger and the Fallen Idol: boxeo (dos veces), equilibrio y manejar el vuelo de una mosca (s¨ª, tal como lo le¨¦is...). En todos se utiliza ¨²nicamente la cruceta. En el primero, arriba, derecha e izquierda son distintos golpes, mientras que abajo sirve para esquivar. En el segundo, hemos de contrarrestar el movimiento de una aguja que se balancea de un lado a otro, tratando de que se quede en el centro. Finalmente, en el ¨²ltimo se controla normal eligiendo la direcci¨®n a la que queremos ir, aunque debemos luchar contra el viento.

Otros dos problemas que surgen es la escasa cantidad de zonas en las que discurre toda la partida y la limitada duraci¨®n de la misma, no tardaremos m¨¢s de dos o tres horas en llegar a la conclusi¨®n de la aventura (la cual, por cierto, recordar¨¢ levemente a Phoenix Wright). Por suerte, se han incluido algunos extras, concretamente un peque?o c¨®mic sobre el rodaje de la pel¨ªcula que estaban llevando a cabo la mayor¨ªa de implicados en el caso, unos divertidos cr¨¦ditos, una peque?a demo introductoria y material sobre la creaci¨®n de los personajes. No obstante, nada logra prolongar suficientemente la vida del juego.