En la variedad est¨¢ el gusto

SNK Playmore es una de las empresas que m¨¢s resuenan en los o¨ªdos nost¨¢lgicos de cualquier jug¨®n. A lo largo de su historia, extendida durante hace ya tres d¨¦cadas, miles de recreativas han sido bendecidas por ella y muchos de los juegos que se han llevado nuestra paga semanal forman ya parte de la memoria colectiva. Fue en los a?os noventa, no obstante, cuando se dio a luz al modelo Neo Geo, una idea que ya llevaba tiempo en la cabeza de los directivos y cuyo potente hardware dio pie a joyas l¨²dicas como la m¨ªtica saga Metal Slug, Fatal Fury o King of Fighters.

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Pero la era de las recreativas, al menos en el mundo occidental, est¨¢ claramente de capa ca¨ªda. Si a esto le sumamos esta nostalgia que, afortunadamente, vivimos en los ¨²ltimos a?os, se hace bastante l¨®gico que podamos disfrutar de packs recopilatorios que recorran lo m¨¢s destacable durante la ¨¦poca. Esa es la intenci¨®n de este primer volumen: regalarnos un pack algunos t¨ªtulos representativos de todos los g¨¦neros, y hacerlo adem¨¢s a un precio competitivo con algunas caracter¨ªsticas que no tuvieron entonces y que se aprovechan del hardware en cuesti¨®n, en este caso PSP.

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Esto puede satisfacer a ambos tipos de usuarios; tanto aquellos que disfrutaron con los productos en su momento como aquellos que quieren repasar historia y no tengan por d¨®nde empezar. Lo que est¨¢ claro es que las reediciones como esta son ideales para mantener en nuestra memoria de d¨®nde venimos, tal y como ocurre con otros medios de expresi¨®n cultural. En este caso, son diecis¨¦is nombres, de mayor o menor relevancia, pero que abarcan muchos g¨¦neros, algunos de las sagas m¨¢s influyentes que conocemos:

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Todos ellos est¨¢n adaptados con la fidelidad requerida t¨¦cnicamente. A nivel de animaci¨®n no tenemos que preocuparnos, puesto que el hardware de PSP mueve sin problemas a la velocidad original todos estos juegos. Adem¨¢s, para los m¨¢s exigentes podemos adaptarlo tanto a la pantalla panor¨¢mica de la port¨¢til como a la resoluci¨®n original. Los men¨²s son algo austeros, eso s¨ª, pero nos deja bien localizados a la hora de navegar mientras cambiamos las opciones o , simplemente, disfrutamos de otro en el plantel.

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 Lo que s¨ª se hace incomprensible es que los tiempos de carga se alarguen a unos cuantos segundos y sean m¨¢s continuos de lo que deber¨ªan. Adem¨¢s, bien podr¨ªa haberse agregado alguna opci¨®n de salvado autom¨¢tico, para no tener que sobrescribir datos manualmente siempre que hacemos alg¨²n progreso. La m¨²sica tambi¨¦n funciona con la calidad necesaria; adem¨¢s, podemos ajustar el volumen de los efectos y de la OST a nuestro gusto manualmente.

Dicho esto, toca entrar en materia. En cierto modo, tenemos sagas representativas de SNK con algunos de sus mayores estandartes: el primer Metal Slug, todo un hito en su momento que sorprendi¨® por su paleta de colores y la gran cantidad de elementos que mov¨ªa al mismo tiempo; The King of Fighters '94, una aut¨¦ntica saga de culto que consigui¨® con esta una de sus iteraciones m¨¢s aclamadas; Samurai Showdown, contando con hasta cuatro continuaciones alg¨²n que otro altibajo; o incluso The King of Monsters, parodiando esa tan japonesa costumbre de imaginarse a dos enormes criaturas en una ciudad repleta de rascacielos luchando entre ellas.

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Pero tampoco hay que obviar peque?as joyas que, sin ser tremendamente innovadoras, calaron hondo por alguna raz¨®n u otra en el p¨²blico. Es el caso de Top Hunter, un plataformas llamativo como pocos t¨¦cnicamente pero no demasiado innovador en materia l¨²dica. Lo mismo le ocurre a Last Resort, poco menos que un derivado de R-Type pero que a¨²n as¨ª a d¨ªa de hoy consigue conservar un encanto propio, y a Sengoku, localizado en el Jap¨®n feudal -aunque pod¨ªas tambi¨¦n caracterizar a un cowboy aunque de mec¨¢nica muy cl¨¢sica y predecible.

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En materia deportiva tenemos tambi¨¦n algunos representantes dignos, sin ser grandes nombres, eso s¨ª, salvo para los duchos en la materia. Neo Turf Masters es un juego de golf con un cierto encanto que proviene de su apartado gr¨¢fico, bastante logrado y vivo, y de una jugabilidad simple, directa, aunque no por ello requiere menos dedicaci¨®n para su dominio. Lo mismo ocurre con Baseball Stars 2, con el aditivo de jugar contra un amigo en partidos a la par divertidos y excitantes.

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Lo que s¨ª se percibe, en general, es una intenci¨®n de reservar las mejores entregas de cada saga para, suponemos, futuras entregas. Por ejemplo, bien se podr¨ªa haber elegido otra entrega de Fatal Fury o de King of the Monsters.  E incluso hay algunos que pasan directamente desapercibidos, como Burning Fight, Shock Troopers o incluso Magician Lord. Un buen movimiento comercial pero que en nada ayuda al comprador, m¨¢s teniendo en cuenta podr¨ªan haberse a?adido cl¨¢sicos de otros g¨¦neros. Porque SNK tenerlos, los tiene.

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Pero para no hacer de toda la experiencia un paseo por un museo, este vol. 1 incluye la figura de los ?logros' o ?metas' en este caso para a?adir un factor competitivo. De hecho, no s¨®lo se nos dar¨¢ una medalla, sino que adem¨¢s desbloquearemos informaci¨®n de distinta ¨ªndole. Y no tiene que ser del mismo juego: por ejemplo, tendremos que echarle nuestros ratos a Fatal Fury para poder conocer algunos movimientos de Art of Fighting. Esto puede no gustarle a todo el mundo, puesto que estos datos estaban incluidos desde un principio en los originales, pero es una buena manera de hacernos pasar por toda la lista y tener un objetivo a cumplir.

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En materia multijugador ofrecer una buena experiencia no s¨®lo se agradece sino que es necesario; muchos de estos juegos, por no decir pr¨¢cticamente todos, est¨¢n concebidos para que sea junto a alguien como les saquemos m¨¢s provecho. Los ya citados Metal Slug y Baseball Stars 2 son ejemplos perfectos de ello. Por ello, disfrutaremos de conexi¨®n Wi-Fi ad-hoc para este objetivo. El problema, seg¨²n las partidas que hemos experimentado hasta el momento, es que existe lag y, en definitiva, no se funciona con la fluidez necesaria. Algo imperdonable y que merma severamente la capacidad l¨²dica en este aspecto.

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