Opoona
Color y sencillez esf¨¦ricas
Vistoso y colorido, el mundo de Landroll se abre ante nosotros cargado de trabajos y retos que pondr¨¢n a prueba a los m¨¢s peque?os de la casa que quieran aventurarse en el g¨¦nero del RPG japon¨¦s de corte absolutamente tradicional. Un viaje a trav¨¦s de la vida visto desde la calva de un ingenioso personaje.
Llev¨¢bamos mucho tiempo atentos a lo que Koei mostraba sobre Opoona. Nuevos v¨ªdeos, avances, demos y hasta la versi¨®n final americana, aparecida hace algunos meses. Y justo ah¨ª lleg¨® la decepci¨®n: Opoona promet¨ªa y mucho, iba a ser uno de los grandes RPGs japoneses de Wii del excaso cat¨¢logo en este g¨¦nero de la consola. Pero no pudo ser, se ha quedado en un producto superficial destinado a un p¨²blico concreto, el m¨¢s joven.
| Opoona (Wii) |
Su facilidad y poca profundidad dram¨¢tica lo destierran a ese c¨²mulo de t¨ªtulos que, pese a ser buenos juegos con una calidad aceptable, no quedan en el recuerdo y se caracterizan por una presencia anodina. Opoona apuntaba maneras con un sistema de juego interesante, que nos propon¨ªa toda una vida y un maravilloso mundo creado desde cero y muy original para explorar.
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Sin embargo, su jugabilidad se antoja excesivamente tradicional y b¨¢sica, con escasa profundidad o novedades, al igual que ocurre con la trama o historia, que es la de siempre, la m¨¢s vista en el rol japon¨¦s, y no busca sorprender en ning¨²n aspecto ni tiene ning¨²n m¨¦rito o punto fuerte argumental. Malos mal¨ªsimos y h¨¦roes que parten desde cero pero que no tardan en unirse en una b¨²squeda que acabar¨¢ como siempre, salvando el universo.
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A cambio, una puesta en escena colorida, vistosa y llena de vida lo hacen medianamente llevadero. Este juego es uno de esos que se salvan por su apariencia, no s¨®lo gr¨¢fica, sino musical, de di¨¢logos, de esquema jugable, etc. Por todo ello, s¨®lo los menos experimentados en el RPG japon¨¦s podr¨¢n darle su aprobaci¨®n absoluta sin aburrirse en el camino. Cierta ?o?er¨ªa de situaciones y di¨¢logos lo hace tremendamente aparcable, destinado ¨²nicamente a ni?os que quieran acompa?ar al, eso s¨ª, simp¨¢tico personaje a trav¨¦s de su odisea particular y para nada emocionante u original.
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Landroll, un mundo como los de siempre
La historia empieza cuando Opoona, un jovencito e inocent¨®n personajillo que a¨²n est¨¢ aprendiendo las cosas b¨¢sicas de la vida, viaja junto a sus padres y hermanos en una nave, rumbo a las que prometen ser sus mejores vacaciones en familia. Pero hay un accidente y los ocupantes de la destrozada nave se ven obligados a abandonarla en c¨¢psulas uniplaza. Opoona y sus dos hermanos aterrizan en un planeta llamado Landroll, aunque caen en lugares separados y pronto comenzar¨¢ la b¨²squeda del protagonista por varios lugares de la t¨ªpica geograf¨ªa de este mundo similar a la Tierra.
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Si hasta aqu¨ª todo parece t¨ªpico y usual en juegos de este g¨¦nero y procedencia, lo que queda por contar no es nada que vaya a sorprender... Landroll se encuentra atacado por unos demonios que quieren controlar toda la galaxia, as¨ª que medio planeta ya les pertenece debido a su buen avance b¨¦lico. Opoona poco a poco se va enterando del conflicto y decide tomar parte de ¨¦l, principalmente porque su familia est¨¢ afectada de manera muy directa. As¨ª, nuestro joven protagonista pel¨®n se pone manos a la obra en ir mejorando sus habilidades de combate con el bon-bon, la esfera naranja que porta sobre la cabeza, conseguir dinero y conocer gente que le pueda ayudar en su misi¨®n.
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Colorido pero inanimado
Uno de los puntos fuertes de Opoona es su apartado gr¨¢fico. Y no es que ¨¦ste brille con luz propia y aproveche el potencial de Wii, no, para nada. Lo bueno de los gr¨¢ficos de Opoona es su colorido y dise?o. Todo es redondito, con tonos turquesa, rojo, verde y amarillos. Las localizaciones parecen sacadas de una pel¨ªcula de animaci¨®n y el marcado estilo Cel-Shading hace, como siempre, que la experiencia sea art¨ªsticamente entra?able.
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Los efectos de luz refuerzan este acabado est¨¦tico. Seg¨²n el tono dominante de cada ¨¢rea, a nuestro protagonista se le iluminar¨¢ la calva y su bon-bon de esa forma y tonalidad. No ocurre lo mismo con las sombras proyectadas sobre el escenario. En zonas de ¨¢rboles o altos edificios que proyectan sombras sobre el suelo, en la calva de Opoona no aparece ning¨²n efecto, y nuestro amiguito sigue correteando como si lo hiciera bajo el m¨¢s luminoso de los soles. No obstante, la labor lum¨ªnica del juego es uno de sus puntos gr¨¢ficos a considerar positivamente.
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Pero ya est¨¢. Todo esto se empa?a cuando vemos a los personajes en movimiento. Las animaciones son lamentables, paup¨¦rrimas. No se puede admitir hoy que un personaje que quiere hablar con alguien que tiene detr¨¢s d¨¦ un giro de 180? sobre s¨ª mismo, sin mover los pies y como si fuera un robot est¨¢tico flotante. A esto hay que sumar la poca expresividad de las caras de los personajes secundarios, que son meros conjuntos de pol¨ªgonos coloreados. No ocurre lo mismo con Opoona y el resto de principales, que s¨ª muestran mejores animaciones y gesticulaci¨®n facial.
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Los escenarios son variados, los hay grandes y peque?os, interiores y abiertos, pasillos unidireccionales y enormes praderas que explorar... Recorreremos bosques, volcanes, naves, zonas subacu¨¢ticas, y unas laber¨ªnticas torres de varias plantas que presiden cada territorio. Perderse por los mapas no es dif¨ªcil debido al parentesco entre unas zonas y otras, todas ellas separadas por puertas y un fundido a negro que sirve para que el juego cargue durante un segundo. Dispondremos de un mapa llamado GPS, pero no nos servir¨¢ de gran ayuda, pues s¨®lo mostrar¨¢ la zona que rodea al protagonista.
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En algunos escenarios no podremos mover las c¨¢maras, por lo que la exploraci¨®n se har¨¢ mucho m¨¢s pesada e inc¨®moda, y eso que dichos escenarios est¨¢n pensados descaradamente para fomentar la exploraci¨®n. Ir de un punto a otro continuamente ser¨¢ la t¨®nica del juego por lo que que las c¨¢maras no se puedan mover siempre y con comodidad dificulta en exceso esa ya de por s¨ª aburrida tarea.
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En lo que respecta a su apartado sonoro las melod¨ªas del juego s¨ª que son rese?ables. Piezas electr¨®nicas se entremezclan con otras de corte ¨¦pico, animado, triste... pero todas ellas muy pegadizas y memorables. En los efectos de sonido no ocurre lo mismo. Hay una simplicidad y repetici¨®n absolutas, acorde con el juego en s¨ª, que rebosa sencillez e inexpresi¨®n por los cuatro costados. Todos los ascensores suenan igual, las pisadas no se diferencian sobre uno u otro suelo, los ataques siempre parecen los mismos sonoramente, etc.
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Adem¨¢s, no hay doblaje a ning¨²n idioma y los numeros¨ªsimos di¨¢logos se acompa?an de un pipipiriripiripip¨ª que llega a ser insoportable. Un cuadro de di¨¢logo siempre azul y similar despliega las cientos de l¨ªneas de di¨¢logo en la parte inferior de la pantalla, lo que lo hace pesado, mon¨®tono e impresentable a d¨ªa de hoy. La traducci¨®n a nuestro idioma es s¨®lo correcta, y abundan los momentos en que las descripciones de lo que tenemos que hacer o hacia d¨®nde ir se quedan cortas, dando lugar a malentendidos y asegurados atascos en el desarrollo de la aventura, aunque se sea un experto en el g¨¦nero.
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Tan sencillo que s¨®lo hace falta el Nunchuk
Desde que se confirmara que el t¨ªtulo llegar¨ªa en exclusiva a Nintendo Wii, Koei ha intentado adaptar su jugabilidad a los mandos de la m¨¢quina a la vez que la simplificaba todo lo posible para hacer el t¨ªtulo accesible a los nuevos jugadores, los m¨¢s peque?os de la casa sobre todo. Una de las promesas es que se podr¨ªa manejar s¨®lo con el Nunchuk, y de hecho as¨ª es. El problema es que, como era de esperar, se pierde profundidad de juego y manejo as¨ª como posibilidades, mover las c¨¢maras con libertad por ejemplo.
| Opoona (Wii) |
Con el joystick movemos a Opoona y lanzamos su bon-bon en los combates, con Z desplegamos el men¨² de items, progreso, armas, amigos conocidos, etc. y con C realizamos las acciones e interacciones. Z y C a la vez colocan la c¨¢mara detr¨¢s del protagonista. Pero este control queda mejorado si usamos el Wiimote, ya que con la cruceta podremos mover mejor las c¨¢maras y sin necesidad de que el personaje mire hacia donde queremos mirar, con A interactuamos, etc. Adem¨¢s, hay ciertos momentos en los que se pide mover el mando en una direcci¨®n concreta, como para realizar los hechizos m¨¢s poderosos.
| Opoona (Wii) |
Y al hablar de hechizos que nadie se enga?e. Los combates de Opoona no son para nada espectaculares, complicados o llenos de posibilidades. Simplemente consisten en atizar a uno y otro enemigo con el bon-bon o con hechizos. La estrategia reside en cargar o no el ataque del bon-bon y dirigirlo hacia el enemigo que queramos con el joystick. Son pr¨¢cticamente en tiempo real y un medidor de energ¨ªa nos obligar¨¢ a pensarnos bien qu¨¦ hacer antes de cada disparo de esta carism¨¢tica esfera naranja.
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A lo largo de la aventura se unir¨¢n y se marchar¨¢n aliados y amigos, que colaborar¨¢n en los combates en determinadas ocasiones. Observar sus pautas de acci¨®n har¨¢ que sepamos mejor c¨®mo y a qui¨¦n atacar nosotros con Opoona. A veces, el enemigo m¨¢s lejano es el que debemos eliminar primero por ser el m¨¢s da?ino, etc. Pues entonces tendremos que lanzar ataques muy cargados y curvos, que permitan que el bon-bon llegue hasta all¨ª con fuerza y esquive a los monstruos que est¨¢n m¨¢s cerca.
| Opoona (Wii) |
A pesar de todo hay que hacer menci¨®n indiscutible a que ning¨²n combate es dif¨ªcil y que, a los m¨¢s jugones, rara vez les matar¨¢ alg¨²n enemigo. Los jefes finales tampoco presentan una dificultad excesiva y suelen llegar solos, por lo que matarlos es s¨®lo cuesti¨®n de tiempo, lo que hace al juego algo aburrido. A esto hay que sumar que, puesto que los combates son aleatorios y aparecer¨¢n por sorpresa mientras exploramos, algunas zonas est¨¢n plagadas de monstruos y caminar por ellas se hace especialmente pesado, algo que no favorece que las recorramos minuciosamente en busca de items o nuevos personajes.
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Por todo ello, no es cruel decir que Opoona no es un juego excesivamente divertido. Su jugabilidad recuerda en exceso a tropecientos t¨ªtulos ya pasados del mismo g¨¦nero. Los combates no suponen ninguna experiencia entra?able y la exploraci¨®n est¨¢ bastante mermada por algunos inconvenientes. El manejo es tradicional dentro de lo que cabe y el sistema de men¨²s vuelve a ser la clave a la hora de equiparnos, desarrollar y usar items. Demasiado tradiconal jugable y argumentalmente.
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A trabajar
Pese a todo lo comentado, Opoona presenta un mundo semiabierto con bastantes posibilidades, sobre todo en lo que respecta a la mejora del protagonista. Hablando con gente y otros objetos con los que interactuar, Opoona se enterar¨¢ de peque?os trabajitos o misiones que realizar y con los que conseguir dinero. Estos trabajos son moderadamente variados ya que van desde servir comida en un restaurante a cuidar zonas ajardinadas. Y digo moderadamente variados porque, aunque hay bastantes diferentes, su mec¨¢nica jugable es siempre la misma. Eliminar monstruos, ir r¨¢pido de un punto a otro o seguir un orden de interactuaci¨®n con personajes y objetos dispersos por un escenario.
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Con el dinero y la experiencia adquirida Opoona podr¨¢ comprar nuevos y mejores objetos, que estar¨¢n disponibles en las tiendas a medida que avancemos. Adem¨¢s, su destreza y fuerza mejorar¨¢n seg¨²n el empleo que elija, y se ganar¨¢ algunos amigos que en un momento dado pueden echarnos una mano. Todo lo relacionado con los trabajos y misiones se concentra en las primeras horas del juego, aunque aparecen eventos de este tipo a lo largo de toda la aventura, que durar¨¢ unas 30 ¨® 40 horas.
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Conclusiones:
Ten¨ªamos a nuestra disposici¨®n un universo entero creado desde la imaginaci¨®n de sus jefes art¨ªsticos y guionistas. Opoona iba a ser un calvito inolvidable y una interesante propuesta para el tambaleante cat¨¢logo de Wii en RPGs japoneses. Pero no ha podido ser. No es que se haya hecho mal el trabajo o se haya prescindido de ideas, todo lo contrario. Lo que estaba previsto se ha hecho muy bien, con una buena apariencia t¨¦cnica y una jugabilidad que responde aproximadamente a lo prometido.
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El problema viene desde el principio, cuando se iniciaron el proyecto y las previsiones. La excesiva sencillez que rodea a todo el juego, el argumento y el manejo lo han convertido en un producto anodino, infantilizado y poco destacable. No era la soluci¨®n haberlo pulido m¨¢s o trabajar concienzudamente en mejorarlo jugablemente, sino directamente obviar la posibilidad de hacer un buen RPG que a la vez fuera sencill¨ªsimo en su planteamiento como juego. No obstante, detalles como la rid¨ªcula animaci¨®n de los personajes o la monoton¨ªa de su desarrollo s¨ª son defectos que se deber¨ªan haber evitado ya en su fase de programaci¨®n.
Lo mejor:
- T¨¦cnicamente vistoso. Colorido y buena composici¨®n art¨ªstica.
- Sencillo a m¨¢s no poder, adecuado para ni?os peque?os que quieran acompa?ar al carism¨¢tico personaje.
- Escenarios grandes y cargados de rincones que explorar.
Lo peor:
- Su simplicidad argumental y jugable asustar¨¢ a los experimentados en el g¨¦nero.
- Las animaciones de los personajes secundarios o los que s¨®lo aparecen una vez.
- Excesivamente f¨¢cil, por lo que poco divertido o emocionante.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.