En algunos aspectos, parece mentira que la edici車n que ha finalizado sea la que hace la docena. Doce Campus Party han pasado y siguen quedando, a?o tras a?o, flecos en la organizaci車n. No hay que exagerarlos, estos peque?os problemas no ensombrecen para nada la experiencia de toda la semana, pero que mejor que mirarlos de frente para tratar de mejorarlos en el futuro.
Uno de los mayores problemas ha sido la distribuci車n de campuseros. El lunes muchos llegaban y no conoc赤an su puesto o si lo conoc赤an estaba ocupado porque un clan los necesitaba para estar todos juntos. Hay quien directamente se le marcaba un puesto inexistente. El caos inicial era notable, los clanes que llegaron el lunes a 迆ltima hora o el martes tuvieron que hacer encaje de bolillos para sentarse lo m芍s cerca posible unos de otros. El mapa de puesto es problem芍tico todos los a?os, es comprensible que organizar a 6000 personas, distribuirlas por 芍reas primero y luego por clanes no es nada sencillo, pero todas las ediciones confiamos en que la experiencia acumulada sirva para prever estas situaciones.
Otro aspecto mejorable es el catering. Cada vez son m芍s los campuseros que optan por comprar la entrada sin comida y organizarse por su cuenta los desayunos, almuerzos y cenas. Los men迆s se cocinan y luego se transportan a Feria de Valencia lo que resta calidad a los alimentos y muchas veces los hace poco agradables a la vista. Es dif赤cil alimentar a tantas personas cuando la cocina queda lejos, pero quiz芍s algunos agradecer赤an un catering m芍s caro pero de mayor calidad.
Calidad es lo que les sobra a las conferencias, las hay para todos los gustos y todas tienen, en general, un muy buen nivel. Este a?o en vez de relegarlas a las salas del piso de abajo, se han incluido zonas dentro de los dos pabellones en las que se impart赤an las charlas. El escenario principal tambi谷n estaba cerca de los visitantes. La cercan赤a ayuda a que las charlas tengan m芍s visitantes, otros a?os grandes conferencias pasaban desapercibidas porque no se publicitaban o porque los campuseros no encontraban las salas. La parte negativa es el ruido y las molestias que las presentaciones provocan al resto de campuseros que no les interesa. conseguir en equilibrio en este punto es casi imposible y aunque es una pesadilla aguantar la final de Guitar Hero para quien no le guste, la difusi車n que tienen las ponencias compensa la molestia que algunas puedan generar.
Lo m芍s positivo del evento, como cada a?o, es la gente. El ambiente que reina durante toda la semana s車lo se puede comprender estando all赤. El "buen rollo" entre todos los campuseros queda apenas empa?ado por unos pocos desconsiderados que no respetan el descanso en las zonas de acampada. Esta atm車sfera de compa?erismo es bajo la que se han fraguado invasiones pac赤ficas de un pabell車n por los miembros del otro y que todo quede como una broma sin ning迆n altercado.
Sin lugar a dudas la Campus Party sigue siendo, con sus defectos, un gran evento, un excelente lugar de reuni車n para compartir aficiones y conocer a gente que durante una semana ser芍 casi como nuestra propia familia. Como todo evento grande tiene sus problemas que, confiamos, ser芍n resueltos en el futuro pero que, en ning迆n caso, desmerecen la experiencia.