The Legend will never die

Hace ya casi una d¨¦cada, Namco sorprend¨ªa a todo el mundo con un excelente juego de lucha, secuela del ya muy digno Soul Edge. Una maravilla jugable y t¨¦cnica que se convirti¨® de inmediato en un gran ¨¦xito para la Dreamcast de Sega, y que hace unas semanas se acerc¨® a una nueva generaci¨®n de jugadores a trav¨¦s de Xbox Live Arcade.

Soul Calibur se convirti¨® enseguida en una leyenda, y en su segunda entrega con dicho t¨ªtulo abri¨® sus horizontes a todas las consolas en el mercado, permitiendo que un juego excelente llegase a todo tipo de usuarios. La tercera entrega, considerada por muchos como la m¨¢s floja de la serie, llegar¨ªa en exclusiva para PlayStation 2. Y ahora, Soul Calibur IV llega a Xbox 360 y PS3 para dejar claro, una vez m¨¢s, que es una de las grandes de la lucha 3D.

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La historia de Soul Calibur IV es distinta para cada personaje, y nos podemos topar con una treintena de argumentos particulares, personales. Cada uno tiene sus motivaciones para actuar, sus objetivos, se mueven incitados por el bien o con intenciones aviesas; algunos, se ven incluso coaccionados a actuar en contra de su voluntad, en un interesante giro a la historia de algunos personajes.

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Lo que queremos destacar con esto es que SCIV tiene muchas historias por contar, y para tal fin, hay un modo Historia en el que podremos conocer el trasfondo y la evoluci¨®n de todos y cada uno de los personajes a nuestra disposici¨®n. Este modo se antoja algo escaso, ya que est¨¢ compuesto por escasas rondas de combate, pero es muy intenso en cuanto a narrativa y nos deleita con escenas finales, con el motor del juego, con lo que le ocurre a nuestros personajes.

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Pese a que el argumento se concentra, de manera evidente, en dicho modo de juego, no ser¨¢ el ¨²nico. Contaremos, como siempre, con un modo Arcade en el que nos enfrentaremos, durante ocho rondas, a los diversos rivales que nos asaltar¨¢n. Tambi¨¦n tenemos el inevitable modo Entrenamiento, que nos permitir¨¢ poner a pruebas nuestras t¨¢cticas de combate antes de saltar a la arena.

Si por algo han destacado siempre los Soul Calibur ha sido por ofrecer un modo extra, una alternativa a la oferta b¨¢sica de los juegos de lucha. La sustituta de los Maestro de Armas o Cr¨®nicas de la Espada es la llamada Torre de las Almas Perdidas. La friolera de sesenta plantas que tendremos que recorrer para llegar a su cima, combatiendo en cada una de ellas, y luego con la posibilidad de descenderla.

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Este ¨²ltimo modo dividir¨¢ bastante a la gente. Cr¨®nicas de la Espada, de Soul Calibur 3, era todo un juego de estrategia, que daba un aire distinto a los modos principales; o Maestro de Armas nos permit¨ªa recorrer un mapa a nuestro antojo. A los detractores de estos modos les gustar¨¢ saber que la Torre es mucho m¨¢s sencilla, tan s¨®lo combates directos; sin embargo, para los amantes de las variaciones m¨¢s complejas, este modo supone una ligera decepci¨®n por su escasa profundidad.

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Existen en las plantas de la Torre diversos tesoros que podremos conseguir, pero para ello deberemos cumplir los requisitos de cada planta, inc¨®gnitas que tendremos la obligaci¨®n de descubrir por nosotros mismos. Pese a que no se trata, en absoluto, de una mala alternativa, nos deja una ligera sensaci¨®n de que podr¨ªa haber dado algo m¨¢s de s¨ª; tal vez, por lo visto en las entregas anteriores.

En general, estos modos para un jugador est¨¢n muy bien, pero a la par se antojan un poco el punto flojo del t¨ªtulo. El modo historia, por muchos personajes que tengamos para disfrutarlo, resulta demasiado corto y r¨¢pido de completar. Y la Torre no tiene el mismo carisma que su equivalente en otras entregas. Por suerte, a Soul Calibur IV no le faltan virtudes como para que estas quejas resulten anecd¨®ticas.

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Esta ¨²ltima opci¨®n nos lleva, irremediablemente, a hablar del gran editor de personajes. No s¨®lo podremos modificar a los luchadores principales, sino crear nuestro propio h¨¦roe (o villano), seleccionando su sexo, el estilo de lucha, su motivaci¨®n (bien o mal), el tipo de armas que utiliza? Y luego, vestirlo y adornarlo del modo que m¨¢s nos guste, comprando (con dinero del juego) distintos atuendos y elementos.

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Nuestras creaciones estar¨¢n disponibles en todos los modos (en el versus, hasta se nos da la opci¨®n de que la m¨¢quina cree, de forma aleatoria, uno de estos guerreros para que combatamos con ¨¦l o ella), y los personajes podr¨¢n subir de nivel. Cada arma y armadura contar¨¢ con sus propias caracter¨ªsticas, y podremos mejorar las habilidades b¨¢sicas de nuestro personaje con bonificadores de ataque, defensa, esquiva, o incluso t¨¦cnicas como recuperaci¨®n de vida o 's¨²per modo'.

El abismo que se puede llegar a crear entre las configuraciones b¨¢sicas y estas creaciones particulares es m¨¢s que notable, y convierte a Soul Calibur IV, sobre todo online, en un t¨ªtulo vivo, con infinidad de posibilidades; podremos poner a prueba a nuestros personajes contra los de otros usuarios para ver c¨®mo perfeccionarlos, y los marcadores online nos incitar¨¢n a seguir adelante para alcanzar el n¨²mero uno. Eso s¨ª, se hecha en menos la posibilidad de adaptar un poco m¨¢s los estilos de lucha, para crear algo m¨¢s que meros clones de los personajes principales.

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La principal queja del modo online es la imposibilidad de, una vez terminado el combate, volverlo a disputar de forma r¨¢pida. Por lo dem¨¢s, tiene bastante profundidad que conjuga las opciones del juego en solitario con la magia de la red, sin grandes problemas de lag (alguna que otra ralentizaci¨®n puntual). No pod¨ªa faltar, ya para terminar con los modos, el Museo en el que disfrutaremos de galer¨ªas de im¨¢genes y v¨ªdeos (tr¨¢iler exclusivo de El poder de la fuerza inclusive).

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Luego, tenemos los cinco personajes dise?ados por mangakas de renombre. La mala noticia es que son cl¨®nicos, es decir, imitaciones de los dem¨¢s personajes, como si los hubiesen creado con el editor del juego: Angol Fear, Sherezade, Shura, Kamikirimusi y Alzote. Y por supuesto, los famosos invitados intergal¨¢cticos Yoda (360), Darth Vader (PS3) y El Aprendiz.

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Los personajes ya conocidos recuperan todos sus movimientos habituales. De hecho, da la sensaci¨®n de que la remodelaci¨®n de muchos de ellos en Soul Calibur 3 se ha quedado como una an¨¦cdota, ya que dan la sensaci¨®n de estar m¨¢s pr¨®ximos al sistema de control que presentaban en Soul Calibur 2 o, incluso, el primer Soul Calibur. Pero, al mismo tiempo, introducen nuevos movimientos, ofreciendo sus mejores caras hasta la fecha.

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Las nuevas incursiones no desentonan. Hilde es completamente fiel al estilo de Soul Calibur, con una lanza de larga distancia y una daga de cuerpo a cuerpo; carece de distancia media, lo cual la convierte en una luchadora muy t¨¢ctica. Y Algol no es un Inferno que emulaba a los dem¨¢s luchadores, sino que tiene su propio estilo y puede llegar a ser una m¨¢quina de matar; lleva la Soul Edge y la Soul Calibur, una en cada mano, y sus t¨¦cnicas son destructoras.

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Curiosamente, los jedi no desentonan tanto como cabr¨ªa parecer, y de hecho El Aprendiz puede llegar a ser una aut¨¦ntica pesadilla si lo controla la m¨¢quina. Yoda es muy ¨¢gil, y es un rival al que no es grato enfrentarse, ya que su reducido tama?o y su velocidad lo convierte en una pesadilla para que encaje nuestros golpes. Darth Vader es el que sale peor parado, al ser un personaje lento y tosco.

Las caracter¨ªsticas y el rango de ataque de cada personaje ser¨¢n determinantes en los combates. No s¨®lo ser¨¢ necesario conocer bien a nuestro luchador, sino tambi¨¦n a nuestro rival y elaborar t¨¢cticas acorde a lo que nos podamos esperar. Es esencial dominar la defensa y saber contraatacar en el momento correcto, ya que de no hacerlo, nos veremos muy pronto besando el suelo.

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Dejando a un lado las ya comentadas habilidades especiales de los personajes y los bonificadores de armas (en caso de jugar con ello en vez de con las configuraciones b¨¢sicas), Soul Calibur IV incluye muchas novedades a su suave sistema de combate. Las armaduras tienen tres zonas de ruptura (cabeza, pecho y piernas), y adem¨¢s contaremos con un medido de alma.

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Dicho medidor determina la posibilidad de realizar ciertos ataques especiales de nuestro personaje, pero adem¨¢s, de estar vac¨ªo y si la barra de nuestro rival brilla de color rojo, podremos asestarle un golpe final. Esta especie de 'fatalities' son m¨¢s un castigo a los jugadores conservadores que un simple a?adido, y son muy dif¨ªciles de llegar a ver (en nuestras partidas, apenas lo ver¨ªamos un par de veces). El propio ritmo de los combates provoca que el juego siga el cauce de la serie sin girar en torno a este mero a?adido.

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Los escenarios juegan, como siempre, un papel muy importante, ya que el Fuera del Ring seguir¨¢ presente en muchos de ellos. Algunos ser¨¢n destructibles, tirando paredes que ampl¨ªan levemente el escenario, o rompiendo barandillas que nos precipitan hacia el vac¨ªo. Otros, directamente, no contar¨¢n con ning¨²n tipo de protecci¨®n lateral. Y los hay que se van encogiendo seg¨²n avance el combate.

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Los modelados de personajes y las animaciones son excelentes, muy fluidas y cre¨ªbles. Algunas f¨¦minas del juego han visto exagerados sus atributos, algo que se hace m¨¢s patente al romper sus armaduras; algo que tambi¨¦n es aplicable a los torsos musculados de los hombres. Adem¨¢s, la c¨¢mara se mueve en algunos ataques para ofrecernos una toma mucho m¨¢s espectacular del movimiento en cuesti¨®n, con una suavidad tal que ni se nota el cambio moment¨¢neo, que s¨ª logra quedarse grabado en la retina.

Todo ello acompa?ado, como siempre, de una banda sonora ¨¦pica, llena de garra y fuerza. Algunas melod¨ªas conocidas, otras que regresan, pero todas capaces de dejarnos embelesados ante su gran calidad. Los efectos sonoros est¨¢n al nivel, con choques de espadas muy realistas. Y como siempre, podemos elegir el ingl¨¦s o el japon¨¦s para las voces de los personajes.

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Soul Calibur IV es un t¨ªtulo incre¨ªblemente divertido. Su sistema de combate es de lo mejor que nos podemos encontrar en el g¨¦nero de la lucha a d¨ªa de hoy, capaz de llegar tanto a los nuevos usuarios como a los que han seguido la serie desde su primer cap¨ªtulo. Intuitivo, veloz (aunque da la sensaci¨®n de que no tanto como el primer Soul Calibur) y con muchas opciones de juego, posiblemente estemos hablando del mejor t¨ªtulo de lucha de este a?o.

Infinidad de horas de juego online se unen a las largas tardes que invertiremos en llegar hasta lo alto de la Torre y disfrutar de la Historia de todos los personajes, y c¨®mo no a las innumerables noches con los amigos. Hay mucho por descubrir y mucho por hacer, pero ante todo, su excelente sistema de juego es el que logra encandilar por encima de sus modos de juego, que podr¨ªan haber dado m¨¢s de s¨ª.

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