Hideo Kojima concluye la historia de Solid Snake de forma exclusiva en PlayStation 3 firmando un contundente ejercicio narrativo que muestra unos excelentes valores de producci¨®n y mejora sus propias convenciones jugables dentro del espionaje t¨¢ctico. Una clara contribuci¨®n a que el cine y los videojuegos est¨¦n cada d¨ªa m¨¢s cerca.
Es dif¨ªcil escribir un an¨¢lisis para un t¨ªtulo como Metal Gear Solid 4. M¨¢s a¨²n cuando Kojima Productions impone restricciones que limitan la argumentaci¨®n que puede realizarse. Desde MeriStation compartimos el celo que ha puesto Hideo Kojima en proteger la historia y las numerosas sorpresas que Guns of the Patriots alberga. Es algo que ¨²nicamente debe ser vivido en primera persona, sin interferencias m¨¢s all¨¢ de la necesaria retrospectiva recorriendo 20 a?os de historia del videojuego, y de los antecedentes que se han puesto sobre la mesa por medio de tr¨¢ilers y prensa. Pese a todo y dentro de esos m¨¢rgenes, existen muchos elementos que se echar¨¢n de menos en esta primera cr¨ªtica, m¨¢s en la l¨ªnea habitual del cine que de los videojuegos, haciendo honor a su filosof¨ªa. No son omisiones involuntarias, si no que tendr¨¢n su lugar en esta revista cuando llegue el momento, que no es ¨¦ste.
El gui¨®n ha sido el elemento que m¨¢s ocupado ha tenido a Hideo Kojima en los ¨²ltimos a?os, en el que ha invertido m¨¢s energ¨ªas dentro de toda la serie. Es l¨®gico trat¨¢ndose de la conclusi¨®n de una historia que cada vez que deb¨ªa responder, formulaba nuevas preguntas. Pero aqu¨ª no hay lugar para evasivas. Todas las respuestas a los enigmas de Metal Gear se contestan con claridad meridiana. Y como era de esperar, ¨¦stas no son precisamente previsibles. Desde los fil¨®sofos y su legado, hasta la fundaci¨®n de los Patriots y su dominio pol¨ªtico y econ¨®mico del mundo. Y m¨¢s.
MGS4 es tambi¨¦n la culminaci¨®n de la serie en muchas otras formas, no solamente a nivel narrativo. El g¨¦nero acu?ado por ¨¦l mismo, el 'Tactical Espionage Action', llega a su madurez como lo hace el propio Snake; mejorando sus habilidades previas junto con innovaciones que llevan la experiencia jugable a nuevos l¨ªmites. El famoso 'No Place to Hide' que lleva la infiltraci¨®n a una zona de guerra, el Octocamo, el traje de camuflaje din¨¢mico, el apoyo del androide Metal Gear Mk II, el sistema de mejora y adquisici¨®n del armamento, las nuevas c¨¢maras, el estr¨¦s y la condici¨®n mental, la IA t¨¢ctica mejorada de los enemigos, o los movimientos ampliados de Snake. Todos ellos, junto con la base que la serie ha ido barbechando, constituyen una nueva marca en el g¨¦nero. Y esto sin hablar del modo online, que por s¨ª solo es un videojuego totalmente independiente, Metal Gear Online.
?sta sin duda aporta momentos memorables, al nivel de las BSO de Sons of Liberty y Snake Eater, aunque en conjunto ligeramente por detr¨¢s de ¨¦sta ¨²ltima. El tema principal 'Old Snake', a diferencia de otras piezas hist¨®ricas de Metal Gear que han evocado patriotismo o sentido del deber, de crecerse ante la adversidad, transmite tristeza y melancol¨ªa. Incluye dos temas vocales con especial fuerza, 'Love Theme' y 'Here's to you', cantados por Jackie Presti y Lisbeth Scott. La banda sonora de Guns of the Patriots tambi¨¦n tiene un gran valor como recopilaci¨®n de temas emblem¨¢ticos de toda la serie, y los gui?os que se han hecho desde los efectos de sonido, conservando algunos de ellos desde el primer Metal Gear de MSX.
Es imposible -como sucede en incontables situaciones del juego- que un escalofr¨ªo no atraviese todo el cuerpo del jugador cuando en determinados momentos ic¨®nicos, suenan temas cl¨¢sicos, tanto vocales como instrumentales, como 'The best is yet to come' de Metal Gear Solid firmado por Rika Muranaka, el tema principal de MGS2, ya convertido en himno, o el que para muchos es el mejor sencillo de toda la serie, el Snake Eater de Cynthia Harrel.
El uso del Dolby Digital 5.1 surround filtra y separa espacialmente los diferentes sonidos del juego, sean efectos, m¨²sica, dialogo y ambiente, y aporta nuevos niveles de emoci¨®n y realismo, le dota del cuerpo necesario para catalogarse de totalmente inmersiva. Aunque es cierto que es necesario contar con un equipo de sonido compatible, o en su defecto con unos auriculares surround o un kit que emule esta tecnolog¨ªa.
El Solid Eye, el dispositivo en forma de parche -en un claro homenaje al Big Boss- tampoco es tanto una innovaci¨®n como una mejora y refinamiento de las mec¨¢nicas previas. Al activarlo es posible tener una idea m¨¢s detallada de lo que sucede a nuestro alrededor, ya que nos devuelve datos sobre localizaci¨®n de enemigos, ¨ªtems, armas y una versi¨®n extendida del radar. Tambi¨¦n posee un modo prism¨¢ticos que apenas se usa -es m¨¢s r¨¢pido utilizar el zoom de las armas- y otro visi¨®n nocturna, muy ¨²til, pero que apenas se diferencia del de MGS3. No obstante sus colores verdes y blancos nos acompa?ar¨¢n en varios de los mejores momentos del juego, uno de ellos de rastreo y otro en la l¨ªnea del apote¨®sico duelo frente a The End.
El Metal Gear Mark II en cambio, s¨ª es un elemento totalmente nuevo en la jugabilidad. Es un peque?o robot de apoyo que comparte ligeros trazos en el dise?o con el Metal Gear Rex, que acompa?a a Snake durante sus misiones. Su blindaje est¨¢ dotado de camuflaje termo ¨®ptico, mejor incluso que el del Octocamo, por lo que puede hacerse invisible y desaparecer -esto nos libra de la pesadez de tener que ver un min¨²sculo robot correteando tras Snake a todas horas-. Podemos tomar control de ¨¦l en cualquier momento, seleccion¨¢ndolo en la categor¨ªa de equipamiento -gatillo izquierdo- y utilizarlo para explorar minuciosamente el escenario y planificar diferentes t¨¢cticas.
La adici¨®n de las barras de Psyque y Estr¨¦s son tambi¨¦n novedosas. Potencian y debilitan a Snake merced a su condici¨®n mental en el campo de batalla. Sus efectos negativos se acaban imponiendo a los positivos, es decir, en la pr¨¢ctica se notan m¨¢s las trabas de controlar a un Snake con un alto nivel de estr¨¦s -la punter¨ªa fina se hace casi incontrolable- que cuando recibe un subid¨®n de adrenalina, cuyos efectos tangibles no son tan evidentes.
Paralelamente, la personalizaci¨®n de las armas es notable, muy superior a lo que han ofrecido otros shooters, pero permanece en un nivel bastante modesto. No se pueden personalizar todas las armas, solo aquellas que m¨¢s se prestan para ello, y deben seguirse unas normas: seremos capaces de a?adir silenciadores, un haz de luz, mira l¨¢ser o telesc¨®pica, m¨®dulos lanzagranadas, o escopeta y empu?aduras para mejorar la estabilidad. Son mejoras bastante coherentes y que no desequilibran el combate permiti¨¦ndonos desarrollar una super arma a cambio de invertir una fuerte suma en cr¨¦ditos.
Los objetivos que debemos cumplir son m¨¢s diversos que nunca; persecuciones, escoltas, eliminaciones selectivas, rastreos, seguimientos o hu¨ªdas, sin dejar de lado la omnipresente infiltraci¨®n y la posibilidad de derrumbar las se?as de identidad de la saga y lanzarse a la ofensiva acompa?ado por un batall¨®n de rebeldes. Y antes de ello, los briefings a bordo del avi¨®n que hace las veces de la base a¨¦rea de operaciones, no tienen desperdicio, ya que son totalmente interactivos; podemos visualizar nuestras estad¨ªsticas mientras Otacon, Snake, Naomi y otros personajes conversan y trazan el plan para el siguiente desembarco. Y adem¨¢s, utilizando el Mk II y mientras ¨¦stos hablan, seremos capaces de recorrer el carguero buscando detalles de los que tanto le gusta dejar a Kojima, Ester eggs e ¨ªtems que nos ser¨¢n m¨¢s pr¨¢cticos en las misiones.
El CQC est¨¢ ligeramente m¨¢s presente que en MGS3, donde se le dio la importancia debida, aunque exceptuando media docena de ocasiones, el juego no nos fuerza a explotar todas las posibilidades que este estilo de lucha cuerpo a cuerpo acu?ado por The Boss y Big Boss puede ofrecer. Al quedar a la elecci¨®n del jugador, pr¨¢cticamente todos los enfrentamientos se acaban resolviendo con armas de fuego a no ser que estemos determinados a lo contrario.
El contrapunto lo pone Liquid Ocelot, la N¨¦mesis perfecta para Snake y uno de los mejores villanos que se han visto en la historia. Aunque no deja de ser un idealista con medios para llevar a cabo su visi¨®n. Metal Gear Solid 4 es tambi¨¦n una reuni¨®n de viejos conocidos, algunos ya desvelados, otros en profundo secreto. Todos aportan peso al hilo narrativo e inter¨¦s a una trama que a cada nueva conversaci¨®n, desenmara?a un poco m¨¢s el entramado de los Patriots. Naomi Hunter, infravalorada, es pieza clave por su conexi¨®n hist¨®rica con los grandes pesos pesados de Metal Gear, como tambi¨¦n lo es la Big Mamma, EVA, cuyo amor por el Big Boss trasciende la vida y la muerte.
Uno de los personajes m¨¢s entra?ables es Hal Emmerich Otacon, que vuelve a estar al cargo de la informaci¨®n de inteligencia de Snake, y que nuevamente muestra su lado m¨¢s fr¨¢gil al ser privado del amor. Quiz¨¢ son esos momentos los que menos bien le hacen al personaje. Los m¨¢s veteranos agradecer¨¢n tambi¨¦n el regreso de una renovada Meryl, ahora al frente de la Rat Patrol, un escuadr¨®n de inspectores de la ONU que supervisa la actividad de las PCMs.
Y como en cualquier pel¨ªcula, m¨¢s a¨²n si Hideo Kojima est¨¢ presente, no pod¨ªan faltar el humor, los chistes y las situaciones divertidas. Muchas encauzadas por medio de Drebin y su mono sin pelo, otras a trav¨¦s de Johnny Akiba, de la Rat Patrol, y un buen n¨²mero de ellas con el propio Snake, siendo el blanco de las mofas, especialmente por su edad y por ese ¨²ltimo cigarrillo que intenta fumar sin ¨¦xito. Tambi¨¦n aparecen un gran n¨²mero de 'Kojimadas' que los seguidores de la serie conocer¨¢n bien; bromas entre jugador y director que, gusten o no, son marca de la casa.
Y todos estos actores se retratan en un marco muy cercano, en el a?o 2012, donde la guerra ha evolucionado a una actividad econ¨®mica m¨¢s, en manos de compa?¨ªas militares privadas, con efectivos suficientes para desafiar al mundo entero. Esto se evita gracias a las reglas impuestas por el sistema Sons of the Patriots, un complejo entramado que mediante nanom¨¢quinas inyectadas a cada soldado, permite monitorizarlos y bloquear sus armas, a fin de que sean d¨®ciles y no alteren el flujo de intereses que produce la econom¨ªa de la guerra. Controlando a cinco de las PCMs m¨¢s importantes del mundo, Liquid Snake prepara una insurrecci¨®n con la intenci¨®n de romper ese control, derrocar el poder establecido creando un nuevo orden mundial y hacer realidad los ideales de Big Boss; una naci¨®n de soldados libres que no siga las ¨®rdenes de ning¨²n credo o pa¨ªs.
La historia sigue un in-crescendo que toca techo y repunta en varias ocasiones, a cual m¨¢s imprevisible e inesperada. Muchos de esos momentos se suceden in-game y no solo a trav¨¦s de las secuencias, con varios focos de inter¨¦s al mismo tiempo en diferentes lugares. Para aumentar la tensi¨®n, se ha habilitado un split screen que permite no perder detalle.
Algunos detalles que tambi¨¦n merece la pena mencionar son el ?product placement' que se ha realizado de marcas como Apple o las motocicletas Tryumph, aunque no podemos dar m¨¢s detalles. Igualmente aparecen distracciones como un campo de tiro virtual en el que ensayar combos con el CQC o practicar con las diferentes armas, y un modo fotogr¨¢fico, que se habilitar¨¢ si nos hacemos con una c¨¢mara de fotos, pudiendo capturar instant¨¢neas de cualquier momento.
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Obra maestra
Una obra maestra que ha dominado su g¨¦nero para colocarse en la cima del mismo. Un coloso de su generaci¨®n que seguir¨¢ siendo comentado y recordado en el futuro. La nota m¨¢xima no implica perfecci¨®n, sino que es usada para se?alar a un referente absoluto en el que los dem¨¢s pueden y deben mirarse. C¨®mpratelo incluso si no te gusta el g¨¦nero (Nadie podr¨¢ decir que no tuviste Quake, Ultima Online o Grand Theft Auto III de turno).