Mon¨¢rquico SimCity a la inglesa

Cuando Square-Enix cre¨® en exclusiva para GameCube el sub-universo Crystal Chronicles dentro de la saga Final Fantasy, pocos pudieron pensar que pese al discreto ¨¦xito de la primera aventura, en unos cuantos a?os llegar¨ªan al mercado, y de nuevo a Nintendo, tres t¨ªtulos m¨¢s con los que ampliar esta nueva vuelta de tuerca a una de las mayores franquicias en la historia.

La premisa b¨¢sica a la hora de enfrentarnos a este Final Fantasy no podr¨ªa ser m¨¢s sencilla. Hace muchos a?os, el rey Epitav tuvo que abandonar sus tierras y escapar con sus s¨²bditos a un nuevo poblado por culpa de la misteriosa Miasma, una peligrosa niebla que cubri¨® por completo su reino y les oblig¨® a emigrar urgentemente. Varios a?os despu¨¦s, y tras la muerte del rey, su hijo, el pr¨ªncipe Leo, vuelve a las tierras que su padre abandon¨® tiempo atr¨¢s, encontr¨¢ndose con un peque?o poblado creado para que ¨¦l fuese su pr¨®ximo gobernador. Todo un reto para nuestro peque?o personaje.

En este gran viaje acompa?an al peque?o pr¨ªncipe dos leales compa?eros del fallecido rey Epitav, Chime, nuestra asistente personal que nos ayudar¨¢ en todo lo posible durante la aventura, y Hugh Yurg, el valiente caballero que adiestrar¨¢ a nuestros s¨²bditos en el camino de la espada. Ellos ser¨¢n los primeros habitantes de la ciudad, y junto a nosotros, ser¨¢n los que descubran el legado p¨®stumo de nuestro padre, el cristal Architek y sus misteriosos poderes de construcci¨®n.

Final Fantasy Chronicles: My life as a king es uno de los juegos de gesti¨®n de ciudades tipo Simcity mas atractivo que podremos encontrar a d¨ªa de hoy en el mercado. En ¨¦l se mezclan magistralmente el encanto de la saga final Fantasy Chronicles, con todas sus razas, terminolog¨ªa y est¨¦tica, con un profundo pero asequible sistema de juego, que pese a no ofrecer tantas posibilidades como muchos otros juegos m¨¢s especializados en el tema, nos tendr¨¢ enganchados a los mandos de la consola durante semanas -literalmente-

Nuestra misi¨®n en el juego se limitar¨¢ a gobernar la ciudad -nada de pelear como ven¨ªamos haciendo hasta la fecha en anteriores juegos de Square-Enix-, por lo que nos enfrentaremos a una partida que pese a arrancar de una manera muy lenta y poco atractiva mientras vamos aprendiendo todas las acciones que podemos llevar a cabo, seg¨²n vayamos pasando m¨¢s y m¨¢s horas con ella, se ir¨¢ complicando y ganando emoci¨®n a cada nuevo d¨ªa que pasa. Y ya os adelantamos que pasar¨¢n unas cuantas semanas virtuales hasta que lo super¨¦is por primera vez, pudiendo rejugarlo desde cero de nuevo, pero con el nivel de dificultad y de nuestros personajes de una partida anteriormente guardada.

Por si fuera poco, My life as a king se convierte en el primer juego de Wii con contenido adicional 'Pay and Play' con el que redondear la experiencia jugable y ampliarla considerablemente, pudiendo comprar varios packs extras que incluyen desde nuevas ropas para nuestros personajes (por 100 Wiipuntos) a packs con nuevas mazmorras (300 Wiipuntos), nuevos edificios (300 Wiipuntos) o nuevas razas para los habitantes de nuestra ciudad (800 Wiipuntos).

Hablar del apartado t¨¦cnico del juego es hacerlo de uno de los trabajos m¨¢s sorprendentes creados en el menor espacio posible que pudi¨¦semos imaginar. Si con LostWinds ya nos quedamos con la boca abierta de ver lo que se pod¨ªa hacer con 40 megas y una Wii, con My life as a king nos quedaremos sin habla.

Y si a este encantador panorama que nos espera, le a?adimos una serie de melod¨ªas de lo m¨¢s variada y agradable y que nos acompa?ar¨¢n mientras que completamos nuestras tareas reales, junto a una cantidad ingente de escenas perfectamente recreadas con el motor del juego, el hecho de entrar a nuestra ciudad y abstraernos durante horas en este id¨ªlico lugar, se convertir¨¢ en una rutina de lo m¨¢s adictiva y reconfortante.

Aunque sin lugar a dudas, el punto m¨¢s importante y negativo de este apartado, y que puede hacer que las ventas del juego no sean las que se esperasen, es la ausencia de localizaci¨®n a nuestro idioma del juego. Las decenas y decenas de conversaciones con nuestros s¨²bditos y ayudantes, las tareas a realizar, los exhaustivos informes recibidos y que deberemos leer minuciosamente para determinar nuestra estrategia... Todo est¨¢ en completo ingl¨¦s. Y no del sencillo, para m¨¢s inri.

Como ya hemos dicho, la jugabilidad en este My life as a King es uno de los aspectos m¨¢s sorprendentes, ya que lejos del perfil cl¨¢sico de los Final Fantasy, en esta ocasi¨®n no lucharemos contra ning¨²n? monstruo ni tendremos que subir niveles a base de golpes de espada, si no que nos limitaremos a gobernar un peque?o reinado de manera pac¨ªfica? mientras que vamos ampliando su poblaci¨®n e infraestructuras con el sudor de nuestra frente.

Las posibilidades a la hora de ponernos manos a la obra son casi infinitas, con una gran variedad de edificios para construir con sus peculiaridades ¨²nicas -y m¨¢s a¨²n si compramos los packs de nuevos edificios descargables- pudiendo crear una ciudad ¨²nica y completamente a nuestro antojo en pocas horas.

En estos edificios vivir¨¢n nuestros s¨²bditos, los cuales desempe?ar¨¢n una gran cantidad de trabajos diferentes como mercaderes, aventureros o magos. Nosotros seremos los encargados de ofrecerles diversas misiones, como la de investigar en diversas mazmorras para acabar con los monstruos que en ellas viven, o tray¨¦ndonos Elementite para construir nuevos edificios.

Por lo tanto, nuestra tarea ser¨¢ la de no ensuciarnos en absoluto las manos, tratando con los ciudadanos para que est¨¦n contentos y paguen sus impuestos sin quejarse y generosamente, revisando los informes de las misiones y asignando nuevas tareas dependiendo de las condiciones f¨ªsicas de cada uno de los personajes que tengamos a nuestro cargo, o construyendo nuevos barrios para que venga mas gente a nuestra ciudad. Vamos, que sabremos de primera mano lo duro y sufrido que es ser alcalde comparado con la vida f¨¢cil del guerrero que hab¨ªamos visto en otros Final Fantasy.