Grand Theft Auto IV, Impresiones multiplayer

Cerramos la cobertura previa al lanzamiento de GTA IV con la ¨²ltima de sus impresiones, correspondiente a los modos multijugador. Volamos de nuevo a las oficinas del estudio en Londres para durante casi tres horas, probarlos en partidas de hasta 16 jugadores. No querr¨¢s dejar las calles de Liberty City.

La hora de la verdad se est¨¢ acercando. De hecho apenas quedan tres semanas para que salga a la venta el t¨ªtulo que m¨¢s ha convulsionado a la comunidad de jugadores en el ¨²ltimo a?o. El 29 de abril, y tras una sobreexpectaci¨®n sin precedentes que ha incluido una cobertura al mismo nivel, llegar¨¢ el momento de juzgar si realmente con este cuarto cap¨ªtulo estamos ante un verdadero paso adelante en el g¨¦nero que esta saga revolucion¨® y populariz¨®. Pero antes, y cerrando lo que ser¨¢ nuestra cobertura previa, nos hemos vuelto a desplazar a las oficinas de Rockstar cerca de Stamford Bridge para probarlo por ¨²ltima vez antes del lanzamiento.

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La semana pasada pudimos realizar una larga demo centrada en uno de los puntos que m¨¢s en secreto se han llevado; los modos multijugador. Por primera vez para un Grand Theft Auto de sobremesa, y tras la experiencia acumulada en la serie Stories para PSP, Rockstar ha dise?ado 14 modos multiplayer para GTA IV con soporte para hasta 16 jugadores v¨ªa PSN y Xbox Live, en variantes competitivas, por equipos y cooperativas. Todos ellos se sit¨²an al margen de la historia de Niko Belic narrada en el modo principal, y para acceder a ellos se deber¨¢ de utilizar el tel¨¦fono m¨®vil del protagonista, seleccionando la opci¨®n multijugador del terminal. De todas las diferentes variantes que se han dise?ado, ¨²nicamente hemos tenido acceso a 7 de ellas, que son Deathmatch y Team Deathmatch, Mafiya work, tambi¨¦n por equipos, GTA Race, Cops and Croocks y Hangman's NOOSE.

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Los Deathmatch siguen la l¨ªnea habitual de lo que es un enfrentamiento de estas caracter¨ªsticas en un FPS. Seleccionamos una de las zonas de la ciudad y en ese escenario nos enfrentamos al resto de jugadores, invididualmente o por equipos. Se computan tanto los frags realizados como las muertes sufridas, as¨ª como el dinero recogido. Antes de comenzar se puede elegir el repertorio de armas disponible durante la partida, algo que la condiciona. El armamento, as¨ª como botiquines para recuperar salud y chalecos antibalas que sirven como armadura, pueden recogerse por el mapeado, apareciendo marcados en el radar del mapa, al igual que los enemigos.

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Y hablando de las t¨¢cticas, es posible desplazarse a diferentes alturas aprovechando escaleras de los edificios y de las estaciones de metro, y apostillarse, por ejemplo, en una azotea. Tambi¨¦n se han confirmado localizaciones interiores, como un club de striptease. La punter¨ªa es semi-autom¨¢tica, es decir, pulsando el gatillo, el punto de mira se fija en el enemigo m¨¢s cercano, pero enemos la opci¨®n a desplazarlo para lograr mejores resultados -por defecto se dispara al torso-, como headshots. Para mejores resultados se puede utilizar un zoom moderado -dependiendo del arma-. Los veh¨ªculos, que pueden parecer una buena forma de aplastar al enemigo -de hecho funcionan bastante bien en esa situaci¨®n- no lo son tanto debido a los ajustes que ha realizado Rockstar; ahora podemos acribillar a un veh¨ªculo con mejor resultado que antes. Si apuntamos a la zona donde est¨¢ el conductor, tendremos muchas posibilidades de alcanzarle en la cabeza, y de que muera instant¨¢neamente. Esto es una modificaci¨®n bienvenida, que equilibra las mec¨¢nicas, evitando el abuso de los veh¨ªculos, desde los que tambi¨¦n es posible abrir fuego, y c¨®mo no, transportar a otros jugadores.

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En la mayor¨ªa de modos es posible personalizar a nuestro personaje. Inicialmente pudimos comprobar diferentes dise?os -entre 4 y 6 para cada uno- para atributos como cabeza, pelo, gafas, sombrero, pantalones o torso, as¨ª como el sexo, hombre o mujer, con varios peinados, aunque seguramente el cat¨¢logo sea mucho m¨¢s amplio en el juego final. Tambi¨¦n pudimos probar otras situaciones curiosas, como disputar una partida del Deathmatch s¨®lo con lanzacohetes, un aut¨¦ntico festival de explosiones y efectos de tal tama?o que hizo que el motor gr¨¢fico se resintiese de forma puntual -la ¨²nica vez que sucedi¨® en toda la demo-. En este modo, una vez nos quedamos sin munici¨®n, ¨²nicamente pod¨ªamos defendernos con una navaja, cual criminal de poca monta.

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Con Mafiya Work comienzan las novedades. Aunque el t¨¦rmino Mafiya puede dar lugar a confusi¨®n, pensando que est¨¢ mal escrito, lo cierto es que es el nombre que designa a la mafia rusa. Y en el siguiente modo de juego realizaremos encargos para ella, concretamente para su capo en Liberty City, Kenny Petrovic. Petrovic nos dejar¨¢ un aviso en el tel¨¦fono m¨®vil, tanto en el nuestro personal como en el de todos los jugadores que tomen parte en la partida, d¨¢ndonos instrucciones para completar un objetivo. Nuestra misi¨®n es hacerlo lo antes posible y evitando que la competencia nos lo arrebate o que boicotee nuestros planes, ya que ¨²nicamente suma puntos -dinero en este caso- el jugador que consigue completar el trabajo.

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A lo largo de una partida en Mafiya Work, que puede durar m¨¢s de 15 minutos, podemos recibir m¨¢s de cinco llamadas al m¨®vil, dependiendo de la complejidad de las mini-misiones, entre las que hemos visto robar deportivo de lujo y dejarlo en punto de recogida sin que sufra da?os, custodiar a un VIP, asesinar a un sopl¨®n, escoltar a prostitutas a su salida del club de alterne, recuperar un malet¨ªn lleno de dinero, destruir carteles de la campa?a electoral de un politico poco a fin a los intereses de nuestro patr¨®n, robar un coche con pruebas en su interior o asesinar a los 12 miembros de un jurado.

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Es un modo bastante interesante, aunque requiere jugar repetidamente para hacerse con sus mec¨¢nicas, ya que no importa tanto la fuerza bruta, si no la precisi¨®n cumpliendo la tarea. Es m¨¢s divertido cuando se juega en equipos, que a su vez se dividen en grupos de dos, tres o cuatro jugadores dentro de un mismo coche; uno de ellos se encarga de conducir, y el resto de disparar por las ventanillas y de bajar del coche a toda velocidad una vez llegados a la zona conflictiva, para completar el objetivo y cubrir la hu¨ªda del conductor con el bot¨ªn.

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GTA Race es un intento de centrar la jugabilidad en la faceta de conducci¨®n casi exclusivamente. Escogiendo el trazado entre varios disponibles a lo largo de la ciudad y que incluyen como no pod¨ªa ser de otra forma, sus zonas m¨¢s emblem¨¢ticas, y la clase de veh¨ªculo con el que queremos comenzar -turismos, utilitarios, todoterrenos, motocicletas, deportivos, etc-, nos lanzamos a tomar parte en una carrera donde todo vale; choques, colisiones, emboscadas, incluso cambiar de veh¨ªculo a mitad de la carrera robando otro que nos guste m¨¢s. Y por supuesto, utilizar las armas que nos encontremos por la pista, desde pistolas, grandas, ametralladoras al temible lanzacohetes. La necesidad de completar los numerosos checkpoints que hay distribuidos por las calles y que delimitan el trazado, a?aden cierto orden al caos.

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Entrando en la recta final de lo que fue nuestra demo, probamos el Cops and Croocks, la interpretaci¨®n de Rockstar del m¨ªtico polic¨ªas y ladrones, solo que en esta ocasi¨®n los malos son mafiosos italianos a quienes les persigue la pasma. Cada equipo de cinco jugadores tiene unos personajes concretos, con una apariencia acorde a su bando; los italianos visten traje y lucen peinado t¨ªpico de la cosa nostra, mientras que los polic¨ªas llevan uniformes especiales de asalto -chaleco o chaquetas azules con las letras LCPD en amarillo en la espalda-. El objetivo consiste en trasladar al Don de la familia a un lugar seguro, fijado en el mapa, evitando que la polic¨ªa lo capture o asesine.

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Los mafiosos comienzan en desventaja, ya que no cuentan con ning¨²n veh¨ªculo y sus armas son peores que las de la polic¨ªa, mientras que ¨¦stos est¨¢n equipados con ametralladoras y pueden ver la ubicaci¨®n de los criminales en el radar, donde acuden en un veloz coche patrulla. Jugar con las fuerzas del orden es m¨¢s divertido, ya que cuentan con m¨¢s recursos, pero desde el otro lado, si los chicos de la mafia resisten el primer envite y ponen pies en polvorosa, es bastante dif¨ªcil dar con ellos hasta el ¨²ltimo segundo, que suele ser cuando ¨¦stos intentan subir al capo a un helic¨®ptero para que se de a la fuga, lo cual abre un nuevo y violento frente para decidir qui¨¦n consigue su prop¨®sito.

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Y por ¨²ltimo, y el modo m¨¢s interesante de todos los que probamos en esa ma?ana, Hangsman Noose -el nudo del ahorcado- es m¨¢s un spin-off del modo historia que un modo multijugador al uso. De forma cooperativa, cuatro jugadores se ven inmersos en un cap¨ªtulo paralelo a la historia que recorrer¨¢ Niko Belic; el mafioso Kenny Petrovic -un personaje que parece tendr¨¢ gran peso dentro del gui¨®n de GTA IV- aterriza en el aeropuerto Francis International y los SWAT le tienden una emboscada. Nosotros, junto con tres amigos m¨¢s y como sus cuatro guardaespaldas de ¨¦lite -quien sabe si entrenados en el mismo lugar que Niko- debemos protegerle a toda costa. Y esto implica eliminar a decenas de polic¨ªas y SWATs mientras sacamos a Petrovic del aeropuerto dentro de un furg¨®n blindado -pasando por pistas de aterrizaje y donde podremos ver los 747 estacionados- y combatir con helic¨®pteros a la vez que pilotamos uno intentando darles esquinazo -o derribarlos, utilizando las armas del p¨¢jaro o los disparos de nuestros compa?eros como francotiradores desde el aire-. Vibrante.

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En definitiva, estos modos, m¨¢s la mitad de los que quedan por desvelar, garantizar¨¢n seg¨²n Rockstar, que la experiencia con GTA IV se ampliar¨¢ un buen n¨²mero de horas adicionales, siendo el GTA en el que m¨¢s horas invertiremos sumando juego individual y en compa?¨ªa. Por lo que hemos visto, el multiplayer no est¨¢ exento de diversi¨®n, variedad, piques y adicci¨®n. Una buena premisa para valorar de forma m¨¢s minuciosa su peso real en el conjunto. Ser¨¢ dentro de muy poco. Cada vez falta menos para que la cuenta atr¨¢s llegue a cero.

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