Granja anticuada

Abrimos la caja, metemos el juego y nos preparamos. El primer Harvest Moon para Wii, ?ideal! Apuntamos a la pantalla esperando poder controlar el men¨² principal con el puntero del Wiimote. Nada. Bueno, habr¨¢ alguna implementaci¨®n al sensor de movimiento m¨¢s adelante? Pr¨¢cticamente nada tampoco. Ya jugamos hace dos a?os a la entrega de GameCube, ?este juego es igual o hay alguna innovaci¨®n? Todo indica que en Rising Star, estudios adaptadores del juego, se han pegado unas buenas vacaciones?

La saga Harvest Moon se caracteriza, desde su lanzamiento en 1997, por la libertad de acci¨®n que ofrece y sus posibilidades jugables. En Magical Melody volvemos a encontrar estos alicientes y posibilidades. El problema viene en su control, para nada adaptado a las posibilidades de Wii, ni siquiera en alguna medida o minijuego. Todo parece desfasado generacionalmente, y es que, como coment¨¢bamos, Rising Star no ha trabajado demasiado en el proyecto y ha terminado haciendo un port 1:1 en todo. Se nota que Yasuhiro Wada, director de la compa?¨ªa, est¨¢ totalmente centrado en la entrega exclusiva para Wii que ver¨¢ la luz en varios meses, el futuro y seguramente mejor Harvest Moon Tree of Peace.

A medida que juguemos en libertad, se nos ir¨¢n dando notas por diferentes acciones que no avisaban de premiar con una de estas notas por su ejecuci¨®n. As¨ª, nos veremos obligados a hacer de todo para que se nos den m¨¢s notas por sorpresa, de maneras tan extra?as como inoportunas hasta conseguir las necesarias, o todas si queremos acabar el juego al 100%. No obstante, en el men¨² de Pausa podemos ver las notas que llevamos recogidas y una frase-pista sobre c¨®mo conseguir las que quedan.

Labores tan inesperadas como estar 5 minutos sin tocar ning¨²n bot¨®n o agotarnos totalmente mientras labramos la tierra son algunas de las formas m¨¢s extra?as de conseguir ciertas notas. Otras se obtienen con tareas m¨¢s predecibles, como vender nuestra primera fruta, amueblar la casa o conseguir nuestro primer animal de granja y cuidarlo a diario.

El pueblo est¨¢ lleno de gente, animales, huertos y fincas de todo tipo. Hay una tienda, un hospital, bosques, cuevas, monta?as? Adem¨¢s, con el avance en el juego podremos acceder a nuevas zonas m¨¢s pobladas, como barrios de comercio o la playa. Todo el terreno es absolutamente modificable y personalizable, por lo que la particular y valorada esencia Harvest Moon sigue absolutamente vigente en esta nueva entrega, que, sin duda, es la mejor de todas las existentes.

Desde el primer momento, empezaremos con un personaje predefinido. No hay posibilidad de cambio aunque s¨ª de personalizaci¨®n, con ropas y complementos, aunque no demasiados. Dicho protagonista ir¨¢ conociendo a la gente del pueblo e interactuando directamente con ella, comprando en sus tiendas, ayud¨¢ndoles en ciertas labores o sufriendo duros encontronazos, pues tambi¨¦n hay personajes hostiles.

Uno de estos personajes inc¨®modos es Jamie, una granjerita de pelo morado que se ha empe?ado en competir con nosotros en la revitalizaci¨®n de la Diosa Cosecha. Pero tambi¨¦n haremos relaciones personales m¨¢s intensas con ciertos personajes, que acabar¨¢n siendo clave en nuestro progreso. El alcalde de la ciudad siempre estar¨¢ dispuesto a darnos pistas sobre c¨®mo actuar y jugar, pues una mec¨¢nica tan abierta a la vez que pausada nos dejar¨¢ aburridos sin saber qu¨¦ hacer en m¨¢s de una ocasi¨®n.

Los d¨ªas y las estaciones no se corresponden con los reales, algo que s¨ª sucede, por ejemplo, en los, tan parecidos a ¨¦ste, t¨ªtulos de Animal Crossing. As¨ª, cuando queramos que el tiempo transcurra, s¨®lo tendremos que irnos a dormir. Cuando despertemos, habr¨¢n pasado unas cuantas horas. Esto hace que la jugabilidad se trunque puesto que pr¨¢cticamente podemos movernos en el tiempo a nuestro antojo. Por ejemplo, si queremos que nuestras hortalizas maduren, basta con avanzar varios d¨ªas para recogerlas, lo mismo sucede con la madurez de los animales o los ¨¢rboles frutales.

No obstante, pese a su aparente complejidad, Magical Melody no es todo lo completo que cabr¨ªa esperar de un juego de simulaci¨®n de vida actual. Los Sims 2, por ejemplo, es m¨¢s complejo y presenta m¨¢s opciones. El atractivo de Harvest Moon es su mundo granjero e infantilizado, la manera de suceder las cosas o las propuestas jugables relacionadas con el entorno agr¨ªcola que propone. Orde?ar una vaca, excavar una cueva, comprar alimentos para los animales dom¨¦sticos, pescar, etc. ser¨¢n las tareas casi diarias.

Pero, como se?al¨¢bamos, hay un aire sosote en todas las tareas. Siempre son iguales, manejadas mediante los mismos botones (Z y A) y con poco atractivo o diversi¨®n. Es cierto que hay min¨²sculas implementaciones del Wiimote, como dar un golpecito de mu?eca en vez de pulsar el bot¨®n Z (usar). Pero son dos o tres y siempre sustituyendo a lo que se hace tambi¨¦n con botones. ?ste es su principal fallo, un juego as¨ª podr¨ªa haberse adaptado m¨¢s a la jugabilidad que ofrece la consola y crear una experiencia absolutamente din¨¢mica y divertida, y no que todo transcurre lentamente, sin ninguna innovaci¨®n jugable y con poca inmersi¨®n.

Gr¨¢ficamente, Harvest Moon Magical Melody no es ninguna delicia t¨¦cnica. Mezclando sabiamente 2D y 3D, el juego muestra s¨®lo lo que se pretende para que la jugabilidad sea posible. Es rese?able que hay una excesiva cuadriculaci¨®n en el terreno, esto es, se ven claramente las casillas y veremos feas y rectas esquinas de hierba o piedras siempre iguales que ocupan exactamente 1 ¨® 4 casillas. Esto hace que los escenarios pierdan en variedad y, de nuevo, viveza, pues su apariencia, pese a no estar mal, es demasiado cuadriculada y rectil¨ªnea.

Los dise?os de los personajes son tambi¨¦n algo simples, con un modelado escaso y unas animaciones s¨®lo aceptables. S¨ª hay un buen trabajo en las expresiones faciales, que est¨¢n bastante logradas y siempre sabremos el estado de ¨¢nimo o lo que quieren expresar los personajes con s¨®lo mirar sus enormes caras de ojos grandes y rasgos caricaturizados.

En lo que respecta al sonido, s¨®lo oiremos m¨²sica y FX. No hay voces por ning¨²n lado y, de nuevo en Wii, encontramos permanentemente en los di¨¢logos un ya molesto pipi-piripip¨ª. Las m¨²sicas son sencillas aunque bien dise?adas, con armon¨ªas dulces y algo pegadizas. Los efectos de sonido son sencillitos pero tambi¨¦n funcionan bien en el conjunto. En definitiva, nos encontramos con un apartado t¨¦cnico que roza la suficiencia, pues tanto visualmente como en lo que respecta a sonido hay demasiados aspectos s¨®lo aceptables.

Habr¨¢ que ir desbloque¨¢ndolos aunque los dos primeros estar¨¢n disponibles desde el principio. Para no desvelar uno de los mejores y m¨¢s sorpresivos aspectos de juego, s¨®lo comentaremos de qu¨¦ van estos dos primeros minijuegos. En uno tendremos que contar r¨¢pidamente los animales que nos dicte el alcalde y pulsar ese mismo n¨²mero de veces C y Z para dar secretamente la cifra de nuestro recuento. La rapidez y emoci¨®n de qui¨¦n se equivocar¨¢ o qui¨¦n ha terminado primero har¨¢n de la experiencia una locura. El otro minijuego consiste en arar m¨¢s casillas de un huerto que los dem¨¢s, pudi¨¦ndonoslas quitar unos a otros. Tambi¨¦n bastante fren¨¦tico.