La conclusi¨®n de la guerra

Corr¨ªan los ¨²ltimos meses de 2005 cuando las GameCubes espa?olas recibieron la que era la primera incursi¨®n de la saga Fire Emblem en el mundo tridimensional. Este juego, pese a pretender utilizar la potencia gr¨¢fica de la consola como principal estandarte, qued¨® guardado en la memoria de los usuarios que lo jugaron, no por el importante salto gr¨¢fico que supon¨ªa pasar de las tradicionales 2D a las llamativas 3D, si no por ofrecernos otra raci¨®n de lo que est¨¢bamos acostumbrados a disfrutar desde su primer juego all¨¢ por 1990, una historia que se nos grabar¨ªa a fuego en la memoria y una jugabilidad endiabladamente adictiva.

Tras el gran ¨¦xito de cr¨ªtica que supuso ese Path of Radiance, la creaci¨®n de una secuela que profundizase m¨¢s a¨²n en la historia estaba bastante clara, pero debido a las escasas ventas frente a sus competidoras y la casi inminente defunci¨®n oficial por parte de Nintendo de su Cubo, hicieron que el proyecto peligrase. La soluci¨®n fue portar el desarrollo a la nueva consola de la Gran N aunque fuese con el apartado gr¨¢fico mostrado en GameCube -que ya de por s¨ª fue bastante flojo en su d¨ªa-, ya que como se hab¨ªa demostrado entrega tras entrega, lo realmente importante de un Fire Emblem no es su dise?o, si no su historia y jugabilidad, que es lo primero que buscan los fans de la saga.

Nuestra aventura comienza unos tres a?os despu¨¦s de los hechos acontecidos en Path of Radiance. La situaci¨®n actual no podr¨ªa ser m¨¢s desalentadora. Tras la guerra que enfrent¨® a Daenin contra Crimea, ambos bandos han acabado igual de mermados y devastados, siendo la diferencia que separ¨® la victoria crimeana de la derrota daeniense pr¨¢cticamente inexistente. Dada la dif¨ªcil situaci¨®n, Crimea se ve en la obligaci¨®n de renunciar a la conquista del territorio ganado por falta de efectivos, cediendo su propiedad al imperio de Begnion, el tercero en discordia en esta historia, el cual hab¨ªa estado al margen de esta guerra hasta el momento.

Ante esta desesperante situaci¨®n, s¨®lo un peque?o grupo de rebeldes conocido como la Brigada del Alba tiene el valor y la fuerza suficiente como para plantarles cara a los soldados y recuperar los bienes robados a los ciudadanos. Este grupo est¨¢ liderado por una misteriosa joven de pelo plateado con unos poderes sobrenaturales que le permiten usar magia curativa sin necesidad de un b¨¢culo o tomo m¨¢gico, y ese don, en los oscuros tiempos que corren, es un bien extremadamente preciado. Especialmente por el imperio opresor, que quiere hacerse con ¨¦l a toda costa.

Una vez que ya sabemos? las circunstancias que rodean a nuestros protagonistas, toca ponerse manos a la obra. Nuestra ¨²nica misi¨®n al principio del juego consiste en escapar del continuo asedio al que nos tienen sometidos los soldados de Begnion mientras que tratamos de ayudar a los ciudadanos. Despu¨¦s de un enfrentamiento fortuito, y tras dejarnos en evidencia delante de ellos y mostrarles el verdadero poder de Micaiah -la Dama del Alba-, comenzar¨¢ una huida que nos llevar¨¢ a emprender la b¨²squeda de m¨¢s de un viejo conocido para reagruparnos y plantarle cara al ejercito invasor.

Los principales protagonistas de esta historia son, Micaiah, como la instigadora del movimiento rebelde contra las tropas de Begnion por parte de la brigada del Alba, Sothe, un p¨ªcaro que es el compa?ero m¨¢s importante para Micaiah y con el que esta guarda una estrecha relaci¨®n, y Ike, el h¨¦roe de la Guerra promovida por el Rey Ashnard el Loco. ?stos dos ¨²ltimos personajes repiten protagonismo desde Path of Radiance, volviendo de nuevo a la primera l¨ªnea del enfrentamiento para guiar a los ej¨¦rcitos oprimidos contra el imperio de Begnion. Por si fuera poco, adem¨¢s de a estos tres protagonistas, llegaremos a controlar la friolera de 69 personajes m¨¢s, cada uno con su propia personalidad e historia, y que iremos conociendo poco a poco seg¨²n vayamos superando misiones.

La historia est¨¢ dividida en cuatro arcos argumentales, los cuales abarcan una totalidad de 42 cap¨ªtulos en total. Cada uno de estos cap¨ªtulos nos propondr¨¢ un gran avance a nivel argumental en la historia, y dependiendo de nuestro grado de habilidad y de suerte, estas misiones podr¨¢n durar entre unos 10 minutos las m¨¢s cortas, hasta un par de horas las m¨¢s complicadas -contando repeticiones incluidas-. Por lo tanto, si sumamos la cantidad de horas de juego, con la profundidad y extensi¨®n de la historia en s¨ª, nos encontraremos con un juego cuyo trasfondo argumental nos podr¨¢ tener enganchados durante semanas hasta que consigamos acabarnos el juego completamente con los personajes deseados.

Porque ese es otro de los puntos interesantes y cl¨¢sicos del juego que ya conocer¨¢n los seguidores de Fire Emblem. En este juego, a diferencia de los dem¨¢s RPGs, cuando un personaje cae en batalla, lo hace definitivamente. As¨ª que si despu¨¦s de 20 horas de juego subiendo de nivel a un determinado personaje secundario, ¨¦ste muere en una misi¨®n que nos ha costado m¨¢s de 45 minutos en superar, si de verdad queremos conocer el final de su historia y seguir jugando con ¨¦l, no nos quedar¨¢ m¨¢s remedio que repetir de nuevo la fase y acabarla sin esa baja.

Sin lugar a dudas, este apartado es el que nos dejar¨¢ un sabor m¨¢s agridulce de todo el t¨ªtulo. Por un lado, nos encontramos con el m¨¢s que discreto acabado gr¨¢fico que se le ha dado al juego, evidenciando a primera vista que inicialmente este Radiant Dawn estaba pensado y dise?ado para GameCube. Las pocas animaciones que tiene cada personaje en batalla, los escasos detalles de los escenarios en el modo tablero, o que los protagonistas luzcan durante las conversaciones una ¨²nica imagen est¨¢tica y s¨®lo muevan los labios en vez de cambiar de expresi¨®n constantemente seg¨²n su estado, son unos cuantos ejemplos de las deficiencias en este apartado que nos encontraremos.

Ser¨¢ al llegar al apartado sonoro cuando m¨¢s de un usuario se llevar¨¢ la sorpresa del siglo y ver¨¢ recompensado con creces el casi a?o y medio de retraso con el que nos llega Radiant Dawn. Cuando comience el primer video del juego y nuestros ojos se vayan instintivamente a la parte inferior de la pantalla para leer los subt¨ªtulos, nos parecer¨¢ estar so?ando cuando escuchemos que los soldados que persiguen a la Dama del Alba hablan un perfect¨ªsimo castellano, al igual que el resto de personajes. Vale que tambi¨¦n es cierto que a las voces les falta ese toque de emoci¨®n necesario para no tener la sensaci¨®n de que simplemente est¨¢n leyendo los di¨¢logos en un papel, pero bueno, por algo se empieza.

Y es que el que nos llegue un juego completamente en nuestro idioma no deber¨ªa ser un hecho que nos sorprendiese, y m¨¢s a¨²n sabiendo que el castellano es la cuarta lengua con m¨¢s usuarios de todo el mundo, pero tras los constantes maltratos de las compa?¨ªas que se empe?an en no cuidar este apartado -mejor no hablar de los juegos que vienen exclusivamente en ingl¨¦s...-, es muy de agradecer encontrar un juego en el que puedes centrar toda tu atenci¨®n en ver lo que ocurre en las im¨¢genes y no estar con un ojo en la acci¨®n, y otro en los subt¨ªtulos.

Ponerse a los mandos de un juego de Wii es esperarse lo inesperado. Nunca se sabe a ciencia cierta qu¨¦ tipo de control nos vamos a encontrar y c¨®mo afectar¨¢ dicha jugabilidad a la inmersi¨®n dentro del juego, siendo en muchas ocasiones este apartado el ¨²nico encargado de elevar un t¨ªtulo al Olimpo de la diversi¨®n, o hacerlo descender a los infiernos del control.

Este tradicionalismo en el apartado de control no es que vaya a ser determinante para el ¨¦xito o no del juego, porque aunque esta decisi¨®n se adapte a la perfecci¨®n al corte cl¨¢sico presente durante todo el juego, los usuarios con m¨¢s ganas de 'revoluci¨®n' se ver¨¢n ligeramente decepcionados por ver c¨®mo no se han aprovechado ninguna de las caracter¨ªsticas exclusivas del mando de Wii.

Respecto a la otra jugabilidad, esa que es intr¨ªnseca a los Fire Emblem y gracias a la cual el padre del g¨¦nero se ha mantenido como un claro referente frente al resto de los SRPG, poco hay que decir. Y no porque sea escasa o no est¨¦ a la altura del resto de apartados del juego, en absoluto, ya que sigue siendo una de las m¨¢s ricas y profundas en el mundo de los juegos de rol t¨¢cticos; si no porque como en el resto de elementos del juego, su arraigado y tradicional sistema de opciones se mantiene pr¨¢cticamente intacto e inamovible respecto a entregas anteriores. Incluida la desorbitada dificultad de algunas fases, que romper¨¢n en mil a?icos la paciencia de m¨¢s de uno.

Las opciones son inmensas a la hora de crear nuestro propio ejercito dentro de la plantilla de m¨¢s de 70 personajes disponibles, pudiendo repartir experiencia y habilidades, equiparlos de la forma m¨¢s adecuada y conveniente, ya sea comprando armas y objetos, o forj¨¢ndolos nosotros mismos en los pueblos. Las razas Laguz y Beorc seguir¨¢n presentes, a?adi¨¦ndoseles a estos ¨²ltimos la posibilidad de subir un nivel m¨¢s y poder tener tres clases diferentes a lo largo de la aventura, mientras que a las relaciones de apoyo entre personajes, tambi¨¦n se les ha a?adido otro tipo m¨¢s que ya estaba presente en Path of Radiance, creando autom¨¢ticamente un v¨ªnculo entre dos personajes espec¨ªficos que profundizar¨¢ m¨¢s a¨²n en su historia en com¨²n.

Adem¨¢s, si empezamos la partida con una memory card de GameCube con los datos de una aventura de Path of Radiance finalizada, podremos mantener el nivel de los personajes que repitan aparici¨®n en esta nueva historia. Todo un detalle para los que jugaron previamente a su antecesor.