Hard to be a God
Delirios de grandeza
En Arkanar, un reino medieval que convive con poderosos dioses, portadores de tecnolog¨ªa desconocida, una cruel rebeli¨®n amenaza con iniciarse. Vive los acontecimientos de la novela 'Que dif¨ªcil es ser dios', de los hermanos Strugatsky, y descubre los secretos que se ocultan tras Arkanar y sus dioses, en este nuevo t¨ªtulo de rol.
Cine, literatura y videojuegos son algo m¨¢s que la lista de entretenimientos de muchos de nosotros. En estos ¨²ltimos a?os, caminan de la mano, apoy¨¢ndose unos en otros, formando una alianza que busca nuevos argumentos y originales historias. Lo que hoy os presentamos es una novela convertida en juego, Hard to be a God.
Y de esta fruct¨ªfera simbiosis art¨ªstica, fomentada por cada una de las partes con mayor o menor ¨¦xito, hemos tenido numerosos ejemplos de diferentes calidades. Esta vez es la novela de ciencia ficci¨®n 'Que dif¨ªcil es ser Dios', de los hermanos Arkady y Boris Strugatsky, publicada en 1964, y adaptada al videojuego por Akella y Burut Entertainment.
El argumento, al que no le falta ni pizca de originalidad, trata sobre un reino llamado Arkanar, que se encuentra en un planeta del universo Noon. Los habitantes de este mundo se encuentran ahora en la Edad Media, y son vigilados de cerca por entidades mucho m¨¢s avanzadas tecnol¨®gicamente, pero que no tienen permitido intervenir en su historia.
El protagonista de la novela se ver¨¢ envuelto en una serie de acontecimientos que provocar¨¢n la ruptura de dicha prohibici¨®n, debido a sus preocupaciones por el bienestar de los habitantes de Arkanar. Sus conocimientos, tecnolog¨ªa y habilidades, lo llevar¨¢n a comparar sus responsabilidades con las de un dios, y de ah¨ª el t¨ªtulo de la novela.
Por supuesto, pocos g¨¦neros encajar¨ªan tan bien en este gui¨®n como el rol, y ¨¦ste ha sido el elegido por los desarrolladores para llevar el libro de los hermanos Strugatsky a la pantalla del ordenador. Nosotros encarnaremos a un esp¨ªa, cuya misi¨®n es observar e informar de todos los detalles relativos a la situaci¨®n pol¨ªtica, social y militar del reino de Arkanar.
Aunque esta es la l¨ªnea argumental principal, existen misiones secundarias por las que seremos recompensados. Para cumplir nuestros objetivos con ¨¦xito, hace falta ir bien equipado, con buenas armas y armaduras, y tener las habilidades necesarias para enfrentarnos contra todos los retos que se nos planteen durante nuestros largos viajes.
De hecho, algunas de las misiones pueden tener m¨¢s de una soluci¨®n posible. Por ejemplo, en un momento dado daremos con nuestros huesos en una c¨¢rcel para esclavos, y nuestras posibilidades ser¨¢n escapar sigilosamente por un t¨²nel, o armarnos con un garrote y repartir le?a a los guardias. Sin embargo, est¨¢s elecciones no influyen en el argumento.
Al final, nuestro h¨¦roe comprender¨¢ que otras civilizaciones m¨¢s avanzadas, provenientes de la Tierra, vigilan y act¨²an sobre Arkanar como si de dioses se tratara, pero realmente son de carne y hueso, y deberemos descubrir la causa de que el periodo medieval se haya extendido durante miles de a?os en este planeta, mientras que en la Tierra apenas fueron siglos.
El juego nos provee de casi total libertad de movimiento por el reino de Arkanar, y nos ofrece la posibilidad de interactuar con todos los personajes, aunque los di¨¢logos no sean muy productivos en la gran mayor¨ªa de las ocasiones. Tambi¨¦n han previsto dividir todo en zonas, de manera que existe una peque?a transici¨®n al pasar de una a otra.
Los territorios son extensos, y los desarrolladores han tenido a bien proporcionarnos un medio de transporte t¨ªpico de la ¨¦poca. Conseguir una montura no es una tarea f¨¢cil, debido a su alto coste, pero agradeceremos contar con una. Adem¨¢s, es posible combatir a lomos de nuestro corcel, y el da?o que recibamos ser¨¢ compartido con el caballo.
Por otro lado, Arkanar est¨¢ lleno de estamentos sociales. Bandidos, piratas, soldados, profesores nobles, campesinos... todos ellos tienen ropas caracter¨ªsticas. Nuestra habilidad para disfrazarnos nos permitir¨¢ pasar desapercibidos entre estos grupos, de manera que si llevamos la indumentaria de un bandido, no seremos blanco de sus asaltos.
Pero claro, para conseguir este efecto, es necesario hacerse con una buena variedad de ropas y armaduras. En nuestro inventario podremos ver a que categor¨ªa pertenecen, y siempre y cuando no haya nadie observ¨¢ndonos, podremos cambiar de ropas para disfrazarnos. Para ello es necesario contar con al menos cinco elementos propios de la facci¨®n.
El combate no es tan trivial como en otros t¨ªtulos del g¨¦nero, puesto que adem¨¢s de vigilar nuestra barra de salud, es necesario medir nuestras fuerzas para no cansarnos luchando contra el enemigo. Si esto ocurre, permaneceremos inm¨®viles unos segundos, convertidos en f¨¢cil objetivo, mientras retomamos aliento para volver frescos a la contienda.
Es posible cambiar de arma en mitad de la refriega, y utilizar elementos como hierbas curativas o pociones. ?stas ¨²ltimas restablecen la salud o el cansancio, seg¨²n su color rojo o azul respectivamente. Tambi¨¦n existen otros objetos que se pueden usar para mejorar las caracter¨ªsticas armas y armaduras, como kits de mejora o venenos para proyectiles.
Hard to be a God es un t¨ªtulo de rol, y no podr¨ªan faltar los puntos de experiencia ni el desarrollo del personaje. No son muchas las habilidades a evolucionar durante las subidas de nivel, que se reducen a combate cuerpo a cuerpo, combate a distancia, destreza, medio, diplomacia y resistencia. Repartiremos tres puntos entre ellas con cada nivel.
Las habilidades de cuerpo a cuerpo se dividen en arma ligera, arma media y arma pesada, y no es posible asignar m¨¢s de un punto entre las tres con cada subida. Cuando alcancemos cierto nivel en cada una, aprenderemos un golpe especial en combate. Si cumplimos sus restricciones, sustituir¨¢ al golpe poderoso cuando lo seleccionemos en la lucha.
De esta manera, ciertos golpes especiales necesitan el uso de algunos tipos de armas en concreto, por ejemplo, usar un arma a una mano y sin escudo, o usar un arma del tipo bast¨®n. Si esto se cumple, podemos hacer uso de la habilidad desde la barra de acceso r¨¢pido, que luego explicaremos, y ser¨¢ necesario esperar un tiempo antes de volver a usarla.
Disponemos de teclas de acceso r¨¢pido al inventario, ficha de personaje y diario de misiones. El propio inventario se divide en 3 subinventarios, uno para armas, armaduras, ropas y otros objetos, otro para hierbas, alimentos y pociones, y un ¨²ltimo para libros, pergaminos y elementos de la l¨ªnea argumental. Es posible ordenarlos autom¨¢ticamente.
Lo m¨¢s pesado es comprar o mover gran cantidad de objetos, porque siempre hay que arrastrarlos desde el inventario origen hasta el destino. Si bien es cierto que en los cofres o ba¨²les hay un bot¨®n que nos permite recoger todos los objetos y dinero del contenido, en el caso de comerciantes no existe ning¨²n atajo que facilite la tarea.
De hecho, nuestra mochila tender¨¢ a llenarse de gran cantidad de objetos, sobre todo ropas y armaduras, con el fin de poseer una buena variedad de personalidades de las que disfrazarse. En este caso, la organizaci¨®n del mismo no es muy buena, y puede ser tedioso el hecho de buscar los elementos necesarios para vestirnos, por ejemplo, de guardia imperial.
Para manejar al personaje, haremos uso del teclado, orientando la direcci¨®n con el rat¨®n. A su vez, las acciones de combate se realizan desde el rat¨®n, aunque todo esto es configurable, a favor del usuario. El juego es manejable, aunque conseguir dominar a nuestra montura puede ser lo que nos cause m¨¢s quebraderos de cabeza al principio del t¨ªtulo.
Lo mejor es la variedad de armaduras y ropajes, que suponen el ¨²nico rasgo que var¨ªa de vez en cuando entre los habitantes de Arkanar. En el caso de nuestro protagonista, cualquier cambio en la indumentaria ser¨¢ apreciable con todo detalle, aunque sigue siendo necesario echar un vistazo al inventario para saber de que vamos disfrazados.
Por ello, los gr¨¢ficos son, en general, buenos, aunque no llegan al nivel excepcional visto en otros t¨ªtulos del g¨¦nero. Lo peor es el escaso n¨²mero de animaciones, sobre todo a nivel de combate, que terminan siendo esa clase de aspectos que pueden otorgar a un t¨ªtulo el denominativo de repetitivo, casi sin riesgo a equivocarse en la opini¨®n.
El sonido no es harina de otro costal. Una banda sonora no muy variada, pero tampoco da?ina para los o¨ªdos. Un cantidad decente de efectos de sonido, pero ninguna maravilla sonora. Las voces, no son demasiado malas, pero se limitan a los personajes principales de la historia, que no son el grueso de la poblaci¨®n del reino de Arkanar, ni mucho menos.
Por desgracia, las voces no llegar¨¢n traducidas a nuestro pa¨ªs, cosa que s¨ª ocurrir¨¢ con los textos. Habr¨ªa sido un punto a favor en un t¨ªtulo con esas carencias, pero finalmente se ha optado por seguir la fea tradici¨®n de no localizar todos los rasgos al pa¨ªs de destino. En este caso, la decisi¨®n hace mucho m¨¢s da?o que en otros juegos que hicieran lo mismo.
Algunas de las promesas no se han llegado a cumplir, como la de poder observar personajes no jugadores comport¨¢ndose de forma real. Es cierto que no se quedan quietos en la misma posici¨®n, pero de ah¨ª a que se comporten de forma cre¨ªble, queda todav¨ªa un buen trecho. El sistema de combate, otra promesa incumplida, deja mucho que desear.
Hemos llegado a o¨ªr que Hard to be a God ser¨ªa una aventura no lineal, y eso tampoco es cierto. Existen objetivos secundarios, podemos desviarnos m¨¢s o menos, pero al final todo siguen el mismo rumbo, preestablecido antes de iniciar el juego. Al final, una ristra de promesas incumplidas, o cumplidas a medias, que defraudan al jugador.
?Es por ello un mal juego? No del todo. El t¨ªtulo tiene algunas caracter¨ªsticas originales y muy bien logradas, como los disfraces. Sobre todo el hecho de como se comportan los habitantes de Arkanar seg¨²n llevemos una vestimenta u otra. El problema es que esper¨¢bamos tanto de este juego, que al final las carencias pesan mucho m¨¢s que las virtudes.
Para todos los amantes de las novelas de los hermanos Strugatsky, ser¨¢ un placer ver la novela transformada a las tres dimensiones, charlar con sus personajes, influenciar su historia... Para el resto, nos encontramos ante un t¨ªtulo de calidad normal, pero con uno de los argumentos m¨¢s originales que hemos visto en los ¨²ltimos a?os. Desde luego, ?qu¨¦ dif¨ªcil es ser Dios!.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.