Ryu Ga Gotoku Kenzen, Impresiones

Despu¨¦s de dos exitosas entregas de Ryu Ga Gotoku en Jap¨®n para PS2 -Yakuza en occidente-, Toshihiro Nagoshi y su equipo interno en Sega preparan su entrada a la nueva generaci¨®n con una tercera parte para PS3. Os ofrecemos nuestras impresiones basadas en la demo ya disponible.

Yakuza -Ryu Ga Gotoku en Jap¨®n- es uno de los juegos m¨¢s sorprendentes y notables de la reciente l¨ªnea de Sega. Tambi¨¦n es un t¨ªtulo un tanto incomprendido debido a las comparaciones dibujadas con Shenmue o GTA, ya que ambos han sido usados en comparativas o descripciones, cuando la realidad es bien distinta. En Shenmue se explotaba especialmente el componente de aventura y exploraci¨®n, mezclado con toques de rol y lucha; en GTA prima el "haz lo que quieras", por muy absurdo o disparatado que sea. Ryu Ga Gotoku tiene poco que ver con los dos, ni hay un escenario abierto -m¨¢s bien es bastante limitado pero con una considerable densidad de contenido-, ni tiene los toques de rol o el ritmo pausado de Shenmue.

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Esta serie del productor Toshihiro Nagoshi -Super Monkey Ball, F-Zero GX, Yakuza - s¨®lo encuentra acomodo en el g¨¦nero de los Brawler y se podr¨ªa describir como una versi¨®n muy evolucionada de un peque?o cl¨¢sico japon¨¦s de la ¨¦poca de los 8 bits: River City Ransom. La esencia de Ryu Ga Gotoku descansa en tres columnas principales: ambientaci¨®n, historia y combate. Es un t¨ªtulo con una estructura muy clara en la que la mayor parte del tiempo est¨¢ dedicada a pelear en combates callejeros contra delincuentes, gamberros y sujetos de similar cala?a, a la vez que se viven las intrigas de las casas Yakuza, todo dentro de un escenario que captura de forma sorprendente las calles de Tokio y narrado de forma tan efectiva como cre¨ªble -aunque parte de esa credibilidad fue amputada por un pobre doblaje al ingl¨¦s, nada que ver con el magn¨ªfico y cautivador trabajo de los actores en las versiones originales-.

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La fuerte inversi¨®n realizada en este t¨ªtulo origin¨® dos partes muy seguidas, de las que s¨®lo una ha aparecido fuera de Jap¨®n hasta la fecha. Pero el ¨¦xito de ventas fue suficiente como para seguir desarrollando la serie en la nueva generaci¨®n, en concreto para PS3, aunque de una forma realmente inesperada. En vez de continuar en el Tokio moderno, siguiendo la historia del protagonista, el equipo ha decidido dar un giro radical y situar la acci¨®n en el Edo de hace 400 a?os, con un protagonista que resulta muy parecido al Kazuma Kiryuu de las dos primeras entregas, pero en un contexto completamente distinto. Su papel aqu¨ª es el de un guardaespaldas que acepta cualquier trabajo por dinero y no sirve a se?or alguno, pero esa es s¨®lo una verdad a medias, ya que esconde un pasado y una identidad que saldr¨¢ a relucir por los acontecimientos.

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Sega acaba de lanzar en el servicio de PSN japon¨¦s una demo dividida en dos partes de este esperado proyecto, por lo que hemos podido experimentar con algunas de las mec¨¢nicas principales, as¨ª como tener un adelanto de lo que se puede esperar en el aspecto visual. Las dos demostraciones muestran apartados distintos del juego para que puedan ser experimentados por s¨ª solos. Una, muestra una peque?a porci¨®n de la aventura, con un escenario abierto y bullicioso en el que el protagonista debe ir a diferentes sitios. La segunda demostraci¨®n muestra por separado el combate, as¨ª como un par de entretenimientos que se podr¨¢n disfrutar en el juego y que forman parte de la tradici¨®n de la serie.

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El salto visual es vistoso y evidente, pero no tan definitivo como cabr¨ªa esperarse, algo que por otro lado debe enmarcarse dentro de las reflexiones sobre una peque?a demostraci¨®n, que pueden estar muy lejos de la realidad una vez que sea posible explorar con calma todo el juego  Volviendo a lo positivo, es reconfortante ver que uno de los defectos m¨¢s engorrosos de Yakuza, su c¨¢mara fija, ha pasado a la historia, sustituida por una confortable c¨¢mara flexible que ofrece mejores perspectivas que las que se ofrec¨ªan en PS2 y una mejor navegaci¨®n. Detalles como el control o la animaci¨®n no presentan novedades visibles con respecto a lo visto anteriormente, por lo menos en lo que respecta a la navegaci¨®n a trav¨¦s de las ciudades.

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En cuanto a la estructura, no existe la sensaci¨®n de que vaya a haber grandes cambios. El protagonista tiene objetivos concretos que acometer en base a las necesidades de la historia, pero en el camino puede vagar sin prisa, interactuar con ciertos individuos, librar combates, comprar objetos y toda una serie de actividades que proporcionan una sensaci¨®n de libertad, a pesar de que la naturaleza del juego es m¨¢s bien lineal y restrictiva. Nuevamente, es el combate y los peque?os entretenimientos extra los que forman el n¨²cleo del aspecto jugable.

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La segunda demostraci¨®n es la encargada de mostrar algunos de los peque?os mini-juegos disponibles para el jugador a lo largo de su aventura. El primero es uno de los m¨¢s chocantes de la serie y tambi¨¦n de los m¨¢s curiosos: las citas. En Yakuza era posible acudir a ciertas casas y contratar los servicios de damas de compa?¨ªa para pasar un rato agradable. No se trataba de sexo, sino de tener una comida con una bella chica y hablar sobre diferentes temas mediante un men¨² de selecci¨®n de di¨¢logos. Cada chica ten¨ªa su propia personalidad y gustos, que hab¨ªa que interpretar. Si al final consegu¨ªas realmente impresionar a una de estas mujeres, ella se mostrar¨ªa agradecida, pero sin llegar a lo visualmente burdo.

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En Kenzen! se repite la misma t¨®nica, con la diferencia de que aqu¨ª ese papel queda reservado a las Geishas que ofrecer¨¢n conversaci¨®n y entretenimiento al jugador interesado en esas frivolidades. El funcionamiento es el mismo, con un sistema de di¨¢logos que permite forjar una relaci¨®n de confianza con la chica, representado por una barra de corazones; si le gustan tus respuestas, la barra aumenta, si no, la barra disminuye. Si al final de la comida consigues que la Geisha se quede prendada de t¨ª, te dar¨¢ un masaje en la espalda, sin contenido sexual m¨¢s all¨¢ de lo picante -como algunos ¨¢ngulos de c¨¢mara enfocando ciertas partes de la acompa?ante-.

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Pero el plato fuerte estaba en ver el sistema de combate, uno de los elementos que m¨¢s posibilidades ten¨ªa de cambiar dado que el Kazuma de los dos primeros juegos combat¨ªa fundamentalmente con pu?os y llaves, adem¨¢s de con la gran cantidad de objetos de todo tipo que pod¨ªa recoger del suelo como armas, estatuas, bicicletas, carteles... casi cualquier elemento del decorado. Pero Kenzen trata sobre samurais, por lo que el combate es m¨¢s "civilizado". El protagonista tiene varios estilos de combate: con dos espadas -estilo conocido como nitouichi kenjutsu, dos espadas como una sola-, con una sola katana, o combate cuerpo a cuerpo, usando llaves y golpes con los pu?os. El hecho de que el protagoniste use la t¨¦cnica de las dos espadas tiene mucho que ver con la identidad oculta de este personaje, pero eso es algo ya habr¨¢ tiempo de analizar en el futuro -aunque los que tengan algunas nociones de historia japonesa o artes marciales posiblemente se lo est¨¦n imaginando ya-.

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Por ser una demo, la variedad de golpes no era muy variadas y el combate aparec¨ªa algo mec¨¢nico, con pocas variedades y una animaci¨®n solo correcta, se echaba un poco en falta la sensaci¨®n de variedad que proporcionaba poder coger cualquier objeto, que aqu¨ª no aparece, pero trat¨¢ndose de una demo tan limitada, es l¨®gico que no haya una perspectiva clara del sistema de combate en su conjunto. S¨®lo se han podido apreciar detalles como que el estilo con dos espadas es m¨¢s defensivo y permite cubrir ataques desde varias direcciones, mientras que con una sola katana se gana en potencia y ataque, dejando el cuerpo a cuerpo para los que quieran movilidad m¨¢xima. Hay un cuarto estilo de combate, pero aparece bloqueado. Por lo dem¨¢s, cabe destacar un emocionante duelo uno contra uno en una casa en llamas contra un enorme samurai, que es donde se pudo ver algunos de los momentos m¨¢s intensos de la demo tanto visuales como en lo que a combate se refiere.

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