Warhammer 40.000: Squad Command
T¨¢ctica de bolsillo
Despu¨¦s de Dawn of War y sus secuelas, Squad Commander pretende recuperar para los videojeugos la mec¨¢nica del juego de tablero de Warhammer, con un sistema de turnos y un cierto elemento t¨¢ctico. Un nuevo combate contra las fuerzas del Caos espera.
Para los no iniciados, Warhammer 40.000 puede ser algo realmente complejo y que a primera vista intimida a cualquiera. Cientos de p¨¢ginas detallando reglas, armas, poderes y una compleja y dilatada historia milenaria sobre el enfrentamiento entre el Orden y el Caos, un universo que no conoce la paz, en donde las amenazas est¨¢n en cada esquina y la ¨²nica oportunidad de paz la representa un Imperio que maneja sus asuntos con mano de acero como ¨²nica salvaguarda contra un mal que va m¨¢s all¨¢ del espacio y del tiempo.
El universo dibujado por Gaming Workshops es la antesala perfecta para desarrollar un juego de estrategia. Ex¨®ticas criaturas, super-soldados modificados gen¨¦ticamente y envueltos en un halo de temor reverencial, poderosos robots creados a partir de soldados ca¨ªdos en combate, armas demoledoras? todos los factores que se detallan en los diferentes libros montan una compleja estructura en la que las posibilidades son infinitas -tantas como la capacidad de la compa?¨ªa en lanzar nuevas figuritas-.
Para aquellos que no han tenido la oportunidad de tener una tienda oficial al lado o un grupo de amigos remotamente interesado en juegos t¨¢cticos de mesa, los ordenadores y consolas siempre han sido la mejor alternativa para buscar la experiencia Warhammer. Ha habido de todo, juegos malos, mediocres y muy buenos. Algunos como Dawn of War para PC han alterado en gran medida las reglas del t¨ªtulo original, pero han mantenido la esencia, lo que es siempre bienvenido porque todos los buenos juegos lo son. Pero ya se echaba en falta recuperar el cl¨¢sico sistema por turnos y volver a ofrecer la oportunidad de recrear esas batallas con figuritas en las que un paso en falso pod¨ªa significar una tragedia -sin una base detr¨¢s que pudiera proporcionar m¨¢s soldados-.
Vuelta a las ra¨ªces
Warhammer 40.000: Squad Commander recupera ese esp¨ªritu en PSP con un juego t¨¢ctico por turnos en el que las fuerzas del emperador se enfrentan a las huestes del Caos en una corta campa?a de unas 10 horas de juego aproximadamente -quiz¨¢s un poco menos dependiendo de la habilidad y lo r¨¢pido que se sea tomando decisiones-. Siguiendo una estructura de misiones, se deja al jugador un grupo de soldados fijo con el que tiene que lidiar en cada escenario, usando como buenamente pueda las herramientas de las que dispone.
La primera misi¨®n comienza con un grupo de Scouts b¨¢sicos con unas armas b¨¢sicas haciendo frente a una hora de cultistas del Caos. Esta primera misi¨®n sirve para familiarizarse con las mec¨¢nicas del juego y empezar a notar algunas de las particularidades del juego. Los personajes se mueven por turnos y tienen asignados unos 'puntos de acci¨®n' que les sirve tanto para moverse como para disparar. Esos puntos se gastan en funci¨®n de la distancia que recorran en cada emplazamiento o de la precisi¨®n con la que se dese¨¦ disparar el arma. Es posible seleccionar cada personaje de forma individual o bien asociarlos en parejas para poder moverlos al un¨ªsono.
En cuesti¨®n de escala, los mapas no son especialmente grandes pero los hay de diferentes tama?os y en general conservan la esencia de lo que puede ser un campo de batalla en el juego real en cuanto a proporci¨®n -aunque en un juego como Warhammer, los mapas pueden ser tan grandes como se quieran-. Tambi¨¦n est¨¢n muy bien dise?ados y ofrecen muchas posibilidades t¨¢cticas para ser explotadas y tenidas en cuenta. Destaca particularmente la capacidad para hacer volar estructuras inflamables, que explotan en enormes explosiones que da?an todo lo que hay a su alrededor. Precisamente otro detalle que merece la pena comentar es que los entornos pueden ser destrozados por armas y explosiones, lo que abre interesantes posibilidades a la hora de abrir nuevas rutas por el escenario.
Tambi¨¦n hay algunas consideraciones t¨¢cticas que a?aden inter¨¦s al juego. Por un lado el posicionamiento es clave, ya que el da?o que se realice con los ataques depender¨¢ en buena medida de factores como la distancia y adem¨¢s los proyectiles no llegar¨¢n a su destino si no hay una l¨ªnea de disparo clara -si disparas detr¨¢s de un compa?ero de equipo este se llevar¨¢ todos los impactos, lo que es algo a tener cuenta en lugares estrechos. Las diferentes armas y unidades que van apareciendo a medida que avanza la trama del juego a?aden nuevas posibilidades y aumentan progresivamente el inter¨¦s de las partidas. Otro detalle es que si dejas a unidades apostadas con puntos de acci¨®n sobrantes, estas disparar¨¢n autom¨¢ticamente al enemigo si se cruza en su l¨ªnea de fuego cuando llega su turno. Es una buena manera de reforzar posiciones y asegurar puntos que pueden ser importantes.
T¨¢ctica de bolsillo
Algo que se hace palpable durante el desarrollo de la partida es que el estudio no ha querido hacer un sesudo juego t¨¢ctico con cientos de opciones disponibles, sino que se ha centrado en ofrecer una experiencia t¨¢ctica bastante accesible y sencilla para poder jugar en cualquier momento. Esa decisi¨®n afecta a la profundidad t¨¢ctica y estrat¨¦gica del juego, as¨ª como en las posibilidades que ofrece.
Por ejemplo, un detalle revelador es que no hay consecuencias de una misi¨®n a otra. Una vez que se completan las misiones, no hay m¨¢s y no hay consecuencias positivas o negativas de cara a la siguiente misi¨®n. Esto afecta a la coherencia de la campa?a e impide verla como un todo, lo que minimiza el factor estrat¨¦gico -la capacidad de planificaci¨®n y gesti¨®n de los recursos-.
Otro detalle que habla de esta limitaci¨®n del factor estrat¨¦gico es la nula posibilidad de organizar tu equipo, ya que las nuevas unidades que van apareciendo se van incorporando autom¨¢ticamente a tu equipo y cada misi¨®n tiene ya las clases de soldados con la que puedes jugar fijados. No puedes decidir si quieres salir al campo de batalla con un Dreadnought o con otro tipo de unidades, est¨¢ fijado y hay que adaptarse a ¨¦l; puede que ahorre tiempo pero tambi¨¦n es menos entretenido y resta una considerable profundidad.
Tambi¨¦n hay algunos problemas con la c¨¢mara, ya que el ¨¢ngulo de visi¨®n est¨¢ fijado y algunas esquinas aparecen invisibles a la perspectiva del jugador, lo que no es nada recomendable en un juego de este tipo en el que saber por donde andas es tan fundamental -un mapa estrat¨¦gico trata de solucionar este problema pero es una soluci¨®n un tanto forzada- . Usar el cursor para colocar las unidades es muy c¨®modo e intuitivo y el interfaz del juego funciona perfectamente, por lo que al margen del tema de la perspectiva forzada, el control de tus unidades es muy satisfactorio. El buen dise?o de los mapas y las diferentes fuerzas imperiales que se van poniendo bajo tu control crean una buena experiencia t¨¢ctica, en la que hay que tomar decisiones relevantes y sabe gestionar con sabidur¨ªa las posibilidades de las armas y las caracter¨ªsticas del escenario.
Gr¨¢ficamente, el estudio ha hecho un excelente trabajo con este t¨ªtulo, creando escenarios detallados, buenos efectos especiales y detallados personajes que se acoplan perfectamente a lo establecido; una l¨¢stima que no haya editor de colores para poder pintar las unidades como se ha visto en juegos recientes basados en Warhammer. El trabajo audiovisual es muy decente y queda coronado por unas magn¨ªficas secuencias cinem¨¢ticas de gran calidad que terminan de dar ese toque ¨¦pico que siempre se busca en este universo.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.