Conducci¨®n errante

EA sigue librando su particular guerra con Nintendo DS, tratando de adaptar la jugabilidad de Need for Speed en sobremesa a una m¨¢quina de una potencia muy inferior. Esto provoca que caminen de forma errante, sin tener muy claro qu¨¦ hacer con la franquicia, y encontrando sorpresas tanto negativas como positivas en cada nueva entrega.

Tras el buen sabor de boca que dej¨® Carbon, que nos hac¨ªa olvidar los errores pasados, ya pens¨¢bamos que los siguientes Need for Speed no s¨®lo tendr¨ªan la calidad m¨ªnima exigible en Nintendo DS, sino que ser¨ªa muy buenos juegos de conducci¨®n, capaces de hacerle frente a Mario Kart aunque sea en otro estilo, y superando a otros t¨ªtulos de carreras similares, como Juiced o Asphalt. Sin embargo, aunque ProStreet ha avanzado mucho en cuanto a modos de juego, sobre todo por la inclusi¨®n de multijugador en Nintendo Wi-Fi Connection, empeora algunas cosas respecto a su predecesor.

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Eso es lo que ocurre cuando cambias de desarrolladora continuamente y, mientras Exient estuvo a cargo de la versi¨®n de DS de Carbon, EA ha puesto al frente de este ProStreet port¨¢til al estudio que ha realizado las dos ¨²ltimas entregas de la franquicia en sobremesa, BlackBox. Por lo tanto, es un nuevo intento de Need for Speed que no tiene en cuenta los aciertos de versiones anteriores, por desgracia.

Cuesti¨®n de color

Gr¨¢ficamente Need for Speed ProStreet viene a ser lo opuesto totalmente a Race Driver: Create & Race. Aquel juego presentaba unos modelados m¨¢s que aceptables en los coches y con bastantes detalles, frente a unos circuitos muy pobres y que parec¨ªan hechos con cuatro pol¨ªgonos, ya que las curvas casi parec¨ªan oct¨®gonos en algunos casos. En cambio, en el juego de EA encontramos entornos muy cuidados, con muchos elementos a ambos lados de la calzada y un aspecto en general bastante atractivo, incluso con algunos efectos como polvo en pistas ambientadas en un desierto.

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Por el contrario, los coches tienen unas texturas muy planas, con unos colores demasiado vivos que no encajan con los tonos apagados de los circuitos, dando la sensaci¨®n de ser un pegote delante de la pantalla. Es m¨¢s, teniendo en cuenta que los veh¨ªculos se pueden da?ar, podr¨ªa haberse implementado esto visualmente pero, aunque nos choquemos, la apariencia de los veh¨ªculos seguir¨¢ siendo impoluta y como mucho echar¨¢n un poco de humo si es el motor lo que falla. La sensaci¨®n de velocidad, siendo buena no obstante, ha bajado un poco respecto a la anterior entrega.

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Se mantiene algunas opciones de personalizaci¨®n, pudiendo elegir el color del veh¨ªculo, cambiar los alerones o las llantas mejorando sus prestaciones, adquirir una serie de kits completos que modifican diversos apartados o poniendo vinilos en las puertas para que no quede tan soso. Sin embargo, no existe la posibilidad de dise?arnos nuestros propios vinilos mediante la pantalla t¨¢ctil como s¨ª hemos visto en anteriores entregas.

La banda sonora no se puede decir que sea mala, desde luego es bastante completa y cuenta con canciones conocidas en su repertorio, pero no creemos que su estilo sea el m¨¢s adecuado para este t¨ªtulo y, si no se es amante del g¨¦nero, puede llegar incluso a resultar molesta. Normalmente ¨¦ste es uno de los apartados donde los videojuegos de EA demuestran mayor calidad, sin embargo, en esta ocasi¨®n consideramos que se han equivocado con la selecci¨®n de temas.

Los efectos de frenadas, derrapes, choques y dem¨¢s pasan bastante desapercibidos, no es que est¨¦n muy cuidados pero al menos no chirr¨ªan. Se echa en falta la t¨ªpica voz para presentar cada modo de juego ya que las explicaciones con varias p¨¢ginas de texto resultan poco c¨®modas de revisar.

Un experto en conducci¨®n

El enfoque de este nuevo Need for Speed es, manteniendo un manejo puramente arcade, preparar competiciones que tengan la apariencia de estar dedicadas a profesionales de la conducci¨®n donde estos demuestren sus habilidades en las diversas pruebas que tendr¨¢n que afrontar. Por ello, b¨¢sicamente hay tres modos de juego: carrera r¨¢pida, carrera y d¨ªa de carrera. Lo repetitivos que resultan sus nombres no es casual.

En carrera r¨¢pida elegimos un circuito, un coche y las opciones con las que queremos competir. En el modo carrera, los eventos ya vienen predefinidos y separados en diferentes jornadas que iremos desbloqueando poco a poco. Finalmente, en d¨ªa de carrera encontramos cuatro ranuras donde almacenar sendas configuraciones de eventos personalizados a nuestro gusto, contando cada uno de ellos con un m¨¢ximo de seis pruebas. Por lo tanto, estamos ante diferentes expresiones de lo mismo.

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La variedad se encuentra precisamente en los diversos elementos que pueden cambiar para cada carrera, empezando por la pista o el/los coche/s que se puede/n usar. De esta manera, aunque hay bastantes m¨¢s modos de juego impl¨ªcitos, cambia su forma de presentarlos. Encontramos cuatro disciplinas y como expertos conductores tendremos que dominar cada una de ellas. Los diferentes desaf¨ªos que tendremos que afrontar durante el modo carrera ir¨¢n bas¨¢ndose en cualquiera de estas ¨¢reas, aunque dentro de cada una encontramos tambi¨¦n algunas variantes.

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Para vencer en una jornada del modo carrera en general basta con superar tres o cuatro de las seis pruebas incluidas. Sin embargo, si queremos considerarnos los reyes de la carretera tenemos la opci¨®n de ganar todas y de este modo "dominar", como as¨ª lo denomina el juego, bien en ese momento.o bien m¨¢s adelante Adem¨¢s, en algunos de los d¨ªas de carrera ser¨¢ imprescindible hacerlo.

Hemos encontrado un fallo importante en este planteamiento, ya que si no vencemos en todos los retos y queremos volver posteriormente tendremos la obligaci¨®n de ganar otra vez en las que ya hab¨ªamos superado y no s¨®lo en las que no lo conseguimos o intentamos, lo que no nos invita a irnos de un evento hasta haberlo finalizado completamente. Afortunadamente, la partida se guarda sin obligarnos a abandonar una jornada, pudiendo apagar la consola y retomarla en otro momento, pero sin poder pasar por el men¨² general del modo carrera.

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La respuesta de los coches en carrera es bastante buena en general, cambiando seg¨²n el modelo que estemos manejando, y la c¨¢mara ayuda a que esto sea as¨ª, pudiendo escoger entre tres ¨¢ngulos diferentes a gusto del consumidor. Hay que tener en cuenta que Need for Speed ProStreet es claramente un arcade y que no tenemos por qu¨¦ irnos a China tras salirnos de la calzada o quedarnos sin poder continuar por chocar contra un muro. Pero manteniendo esto presente, el comportamiento de los frenos no entra dentro de lo aceptable, ya que detienen el veh¨ªculo demasiado pronto. Es bastante m¨¢s conveniente soltar el acelerador o incluso acortar por la tierra para que ¨¦sta reduzca nuestra velocidad a apretar el bot¨®n de frenado.

Las colisiones son mejorables ya que, afortunadamente para nosotros, solemos salir ganado salvo que impactemos justo por detr¨¢s cuando no siempre deber¨ªa ser as¨ª. De todos modos, tendremos que evitar chocarnos ya que estropearemos el coche y no s¨®lo para la carrera que est¨¦ disputando, sino que al salir seguir¨¢ como lo dejamos y tendremos que repararlo, con su consiguiente coste. Aunque los da?os no tienen repercusi¨®n en el funcionamiento de los veh¨ªculos, si llegamos al 100% podemos declararlo siniestro total y no queda m¨¢s remedio que abandonar.

La inteligencia artificial, sin sorprender, al menos cumple y los contrarios no van por su camino prefijado sin importar si estamos en ¨¦l. De hecho, podemos incluso ver coches que se salen de la pista en alguna curva atajando, pero no se esmerar¨¢n demasiado a la hora de adelantarnos o cerranos el paso, algo que podr¨ªa haberse cuidado un poco m¨¢s.

En cuanto al control, no se sale de lo habitual: acelerar, frenar, cambios de marcha y freno de mano. Hay varios esquemas a elegir que var¨ªan la situaci¨®n de los botones, pudiendo poner por ejemplo en los gatillos el freno y el acelerador en lugar de los cambios de marcha. Por otro lado, el nitroso no faltar¨¢ a la cita, aunque no todos los veh¨ªculos lo tendr¨¢n.

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La opci¨®n de ralentizar el tiempo que ya incorporaban los Need for Speed de sobremesa tambi¨¦n est¨¢ implementada en la versi¨®n de DS, convirti¨¦ndose en un rebobinado en alguna prueba concreta como la de velocidad de dos millas. Sin embargo, su colocaci¨®n en el bot¨®n de Select la hace casi completamente in¨²til y no existe la posibilidad de cambiarlo, por ejemplo, por el pr¨¢cticamente in¨²til freno de mano por los problemas que acabamos de mencionar. Una l¨¢stima, pero apretar ese bot¨®n en carrera, m¨¢s a¨²n con la edici¨®n Lite de la consola, se vuelve un reto en s¨ª mismo y no una ayuda como deber¨ªa ser.

Se han incluido ocho localizaciones diferentes y en cada una se puede variar el trazado cambiando algunos tramos por otros, por lo que el n¨²mero de circuitos podr¨ªamos decir que se acerca a la treintena. No obstante, esto es un poco ilusorio ya que en verdad se repiten partes en muchas de las configuraciones posibles, por lo que consideramos que el n¨²mero real de pistas se queda un poco escaso.

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En cuanto a veh¨ªculos, la cosa pinta mucho mejor, ya que encontramos veintricuatro disponibles, aunque tendremos que ir compr¨¢ndolos poco a poco con el dinero que consigamos en las carreras e incluso muchos de ellos se encuentran ocultos en un primer momento. Hay marcas y modelos como VolksWagen Golf, Nissan Skyline, Audi TT, Toyota Supra, Mazda RX-8, Porsche 911, Chevrolet Corvette o Ford GT entre muchos otros.

Aparte de cambios est¨¦ticos ya comentadas en el apartado de gr¨¢ficos, tambi¨¦n es posible modificar aspectos t¨¦cnicos en diversas partes del veh¨ªculo: motor, frenos, chasis, neum¨¢ticos, escape, nitroso, suspensi¨®n, turbo y reducci¨®n de peso. Son opcionales pero pueden llegar a mejorar notablemente las prestaciones de forma m¨¢s econ¨®mica que adquiriendo un veh¨ªculo superior. Al ganar pruebas del modo carrera en algunas ocasiones recibimos piezas como premio, pudi¨¦ndoselas incorporar a los coches que ya poseamos.

Competici¨®n mundial

ProStreet incorpora por fin la opci¨®n de multijugador por Internet en un Need for Speed para Nintendo DS. Se conservan todas las variantes de configuraci¨®n del modo individual, lo que da una incre¨ªble variedad de partidas posibles, aunque s¨®lo ser¨¢ posible cambiarlas con los amigos, mientras que en competici¨®n global ¨²nicamente podemos elegir el estilo de juego que queremos entre los cuatro posibles y la localizaci¨®n.

Una vez calmada la euforia, vemos la cruda realidad: en 2007 se usa un sistema id¨¦ntico para encontrar jugadores que en 2005 con Mario Kart DS. ?Se podr¨ªa hacer mejor? Mucho, y hay juegos que lo demuestran, incluso de la propia EA, como el FIFA, que al menos permite indicar no conectar con usuarios con elevadas tasas de abandono. No hay emparejamientos por puntuaci¨®n, ni por gamas de veh¨ªculos, ni por ninguna otra variable que no sean las dos ya indicadas de pista y modo. Por otro lado, aunque nuestros mejores tiempos por vuelta quedan registrados autom¨¢ticamente, es imposible saber nuestra posici¨®n global ya que ¨²nicamente se muestran los cinco situados inmediatamente por encima nuestra y por debajo.

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Se permiten hasta cuatro jugadores, cifra que se duplica cuando competimos en local, ya sea con una ¨²nica tarjeta o con varias. En varias pruebas que hemos hecho no hemos encontrado ning¨²n tipo de retraso en la se?al y todo funcionaba correctamente, sin que la partida finalizase bruscamente por desconexi¨®n o cualquier otro tipo de fallo.

Aceleraci¨®n con ritmo

Una de las mayores curiosidades de Need for Speed ProStreet es el modo Hidr¨¢ulica. Se trata de un minijuego musical cuya presencia en s¨ª misma sorprende, puesto que no es algo que uno espere en un juego de conducci¨®n. En un primer momento est¨¢ bloqueado y tenemos que avanzar en el modo carrera para tener acceso a ¨¦l. De hecho, algunas de las pruebas de dicho modo consistir¨¢n en lograr superar una determinada puntuaci¨®n en una canci¨®n.

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Se juega mediante los botones y hay que apretarlos cuando llegan a un c¨ªrculo situado en el centro al ritmo del tema que est¨¦ sonando, pudiendo encadenar combos si no fallamos. Van apareciendo desde los lados de la pantalla, cada uno seg¨²n su posici¨®n en la consola, es decir, la A por la derecha, la B por abajo, etc. En algunas ocasiones, en lugar de salir un ¨²nico bot¨®n a pulsar, pueden venir dos juntos que se encuentren adyacentes, teniendo por tanto que apretar los dos a la vez.

Esto al principio costar¨¢ un poco, pero viene bien indicado mediante un arco que unir¨¢ sendos c¨ªrculos en pantalla. Lo m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ ver el orden de pulsaci¨®n cuando se aproximen varios con muy poca distancia entre s¨ª, lo cual se complica principalmente porque esta forma de representaci¨®n no favorece apreciar cu¨¢l va delante. No es como en un DDR, por ejemplo, que al ir todas las flechas en l¨ªnea sabemos perfectamente cu¨¢l est¨¢ m¨¢s arriba.

De todos modos, al ser un extra y teniendo en cuenta la extensa banda sonora del juego, independientemente de que su estilo sea o no de nuestro agrado, no podemos ser muy cr¨ªticos, sino todo lo contrario. Hay que agradecer la inclusi¨®n de este trabajado minijuego no s¨®lo en su implementaci¨®n sino tambi¨¦n en las divertidas animaciones del fondo con un coche bailando. Adem¨¢s, podemos subir nuestras mejores puntuaciones a Internet.