Crea la ciudad de tus sue?os

SimCity se ha alzado, desde su primera entrega, como el rey de los simuladores de ciudad. Ofrec¨ªa a los usuarios la posibilidad de crear sus propios para¨ªsos, seg¨²n su propio criterio y haciendo uso de la m¨¢xima imaginaci¨®n posible. Entrega tras entrega, la saga fue a?adiendo nuevos elementos que no siempre llegaron a cuajar como deber¨ªan, y el concepto original se ha ido, hasta cierto punto, deteriorando.

Nos llega ahora Societies, un t¨ªtulo que parte de las mismas premisas b¨¢sicas pero que ofrece varios cambios sustanciales que se antojan algo extra?os y no terminan de encajar en lo que nos esper¨¢bamos de un simulador de ciudad. Pese a ello, se trata de un t¨ªtulo bastante divertido, cuyo principal foco de inter¨¦s radica en lo mismo de siempre: poder tener la libertad de crear nuestra propia ciudad sin limitaciones.

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Eso s¨ª, hay que reconocer que el juego intenta superar esa ausencia mediante un sistema de logros que bien podr¨ªan valer una adaptaci¨®n a Xbox 360. No se recompensa con puntos de jugador, pero s¨ª que se conseguir¨¢n trofeos y bonificaciones permanentes que permanecer¨¢n activos para todas las ciudades que podamos crear. Es el ¨²nico sistema de objetivos con el que contaremos, m¨¢s all¨¢ de los que nosotros mismos nos impongamos.

La primera vez que juguemos ser¨¢ recomendable visitar el tutorial, por motivos obvios de llegar a conocer en profundidad el funcionamiento del nuevo interfaz que se presenta en Societies. Aunque al principio parece algo complejo, a la hora de la verdad nos daremos cuenta de su extremada sencillez, exagerada en comparaci¨®n con otros SimCity anteriores.

Todos los elementos importantes se encuentran en la parte inferior de la pantalla, y ser¨¢n, principalmente, elementos para construir la ciudad, divididos en unas pocas categor¨ªas: electricidad, moradas, lugares de trabajo, decoraciones e instalaciones. Una vez se entra en uno de dichos men¨²s, aparecer¨¢ la lista de todos los edificios relacionados con el tema que est¨¢n disponibles en el juego.

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Esto implica que aparecer¨¢n tambi¨¦n los que est¨¢n bloqueados o los que son inaccesibles econ¨®micamente en dicho momento, lo cual puede resultar algo lioso en un principio ya que puede abrumar el elevado n¨²mero de opciones, a¨²n cuando las reales se reducen a unas cuantas. Aparte de los edificios principales, podremos construir v¨ªas de transporte y paisajismo, cuidando la vegetaci¨®n de nuestra ciudad.

Las dem¨¢s opciones del interfaz nos permiten destruir algo ya creado o hacer una copia. Y no hay m¨¢s desde un punto de vista de interacci¨®n con el juego: todo lo que podemos hacer es crear distintos edificios y carreteras, reducidos a unos pocos grupos en una versi¨®n un tanto simplificada del sistema original; lo cual afecta tambi¨¦n al propio juego en distintos aspectos.

Por poner un ejemplo, las fuentes de energ¨ªa ya no tienen por qu¨¦ estar conectadas a los edificios a los cuales abastecen. Con tenerlas, en alg¨²n lugar del mapa, ya es suficiente, eliminando ese importante punto estrat¨¦gico de colocaci¨®n de las instalaciones. Tampoco hay que preocuparse mucho por la seguridad, y s¨®lo se podr¨¢n crear peque?as estaciones de polic¨ªa, y m¨¢s adelante, no como elemento b¨¢sico, bomberos que tendr¨¢n muy poco trabajo.

La idea es que, para que la ciudad crezca, nuestros Sims deben ser felices. S¨ª, nuestra ciudad est¨¢ poblada por esos peque?os seres cuya vida hemos controlado en numerosas ocasiones, s¨®lo que esta vez tan s¨®lo nos servir¨¢n para ver su estado de ¨¢nimo. Nuestro verdadero Sim ser¨¢ la propia ciudad, como bien nos lo indicar¨¢n los seis elementos de estado de la misma: productividad, prosperidad, creatividad, espiritualidad, autoridad y conocimiento.

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Sin embargo, el juego que podr¨ªa dar esto no termina de estar del todo bien explotado, ya que para mantener altas dichas ¨¢reas bastar¨¢ con construir determinados edificios que nos salen listados con un simple clic encima de ellas. Cubriendo las necesidades de la ciudad, los Sims ser¨¢n felices, y si estos son felices, la ciudad prosperar¨¢ y crecer¨¢, aumentando los ingresos del jugador para seguir trabajando en ella con total tranquilidad. Un sencillo c¨ªrculo vicioso que siempre acaba bien.

Aunque volver¨¢ a haber desastres, en esta ocasi¨®n se limitar¨¢n a tres: lluvia de meteoritos, tormenta mortal y terremoto; podremos acceder a su men¨² directamente desde el interfaz, justo al lado de las tareas de construcci¨®n. Por supuesto, no pod¨ªa faltar un peque?o mapa y un buen n¨²mero de estad¨ªsticas de c¨®mo lo est¨¢s haciendo en todos y cada uno de los aspectos posibles.

Poco m¨¢s hay que destacar de un sistema de juego que coge las bases m¨¢s elementales del sistema de SimCity y las explota al m¨¢ximo eludiendo todo posible atisbo de complejidad. En ese aspecto, se antoja una buena alternativa para los que quieran iniciarse en un juego de gesti¨®n sencillo y agradable. Es divertido y puede llegar a enganchar, aunque a los jugadores expertos les resultar¨¢ un tanto parco en opciones y carente de retos reales.

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Son muy coloridos y estilizados, completando sin problemas un juego amable y cercano al usuario. El peor elemento a nivel gr¨¢fico son posiblemente, las sombras, poco fluidas que se mueven un poco a trompicones y con importantes dientes de sierra en los bordes. Aparte, claro est¨¢, de que se echen en falta diversos edificios y efectos visuales especiales de cat¨¢strofes y otras situaciones similares.

El apartado sonoro es, posiblemente, lo mejor del juego. La m¨²sica es bastante buena, y todos los efectos sonoros que se incluyen consiguen dar vida a este mundo con bastante credibilidad. No pod¨ªan faltar las pistas de los Sims en su idioma particular, que sigue resultando tan extra?o al o¨ªdo como siempre, pero muy ¨²til para comprender sus estados de ¨¢nimo.

En lo que respecta a la jugabilidad, hay que dejar claro que SimCity Societies puede ser un t¨ªtulo muy divertido seg¨²n qui¨¦n le ponga las manos encima. La ausencia de un modo campa?a y de todo tipo de reto (m¨¢s all¨¢ de esos logros que s¨®lo sirven para desbloquear m¨¢s edificios) implica que se construyan las cosas porque s¨ª, y esto es algo que puede no convencer a todo el mundo.

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El interfaz es bastante c¨®modo y sencillo, pero construir la ciudad resulta, posiblemente, demasiado f¨¢cil. Acostumbrados a las grandes complejidades inherentes a todo SimCity, este parece una versi¨®n suavizada para los novatos, y sin duda para ellos puede resultar una propuesta ideal. Pero se echan en falta los accidentes, los incencios, la necesidad de fuentes de energ¨ªa cercanas?

Su longitud ser¨¢ tan extensa como nuestra paciencia, dado que no tiene un final definido. Es un juego para experimentar, pero con pocas opciones para hacerlo; las ciudades tienden a ser siempre pr¨®speras, incluso con el m¨ªnimo de elementos, reduciendo el reto de experimentar al m¨ªnimo, ya que podremos llegar a tener una ciudad con todas y cada una de las edificaciones posibles en apenas unas horas.

Adem¨¢s, hay algo que resulta bastante extra?o y que ensucia un poco el aspecto t¨¦cnico general del juego, y es lo mal optimizado que est¨¢. Se trata de un mapa cerrado en el que construiremos edificios predefinidos que una vez instalados pocas m¨¢s animaciones ofrecen, pero a¨²n as¨ª ofrece unas ralentizaciones importantes en determinados momentos. Por ejemplo, cada vez que se produce el autoguardado, toca esperar unos segundos de inactividad.

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