De fiesta a todas partes

Mario Party DS es la nueva entrega de esta popular serie en la que deberemos batir a nuestros adversarios en un tablero de juego. Todos los personajes participantes pertenecen al universo Mario. Hasta cuatro jugadores pueden participar encarnando a Mario, Luigi, Wario, Yoshi, las princesas Peach y Daisy, Waluigi o Toad. ?sta es la doceava versi¨®n (tenemos incluso una para salones recreativos que no sali¨® de Jap¨®n), la primera en la port¨¢til de doble pantalla.

En esta versi¨®n, aunque sencillo, tenemos un argumento. El Rey Bowser ha invitado a Mario y sus amigos a una fiesta en su castillo. Cuando menos se lo esperan, el malvado monarca reduce a sus invitados al tama?o de insectos. La misi¨®n consiste en recuperar cinco cristales m¨¢gicos que los devolver¨¢n a sus tama?os originales. Cada cristal se gana en un tablero diferente. Y cada tablero tiene un enemigo diferente como jefe final, ahora del tama?o de gigantes en comparaci¨®n con Mario y compa?¨ªa. Entre ellos encontraremos a la planta Pira?as, Boos, o koopas. Los tableros escenifican a la perfecci¨®n la reducci¨®n de tama?o que han sufrido los personajes. Todo all¨ª es gigantesco.

Tenemos cuatro modos de juego: el de Historia, s¨®lo para un jugador, en el que iremos recogiendo los cinco cristales ganando en cada tablero. Luego est¨¢ el Party, donde hasta cuatro jugadores pueden medirse en cualquiera de los cinco tableros. Un detalle muy de agradecer es que en este modo s¨®lo hace falta un cartucho. Los otros jugadores, mediante la opci¨®n de 'download' pueden bajarse el tablero y los minijuegos a sus consolas. Muy interesante. En otro modo podremos elegir entre cualquier minijuego que hayamos desbloqueado (para hacerlo, s¨®lo hay que jugarlo en el transcurso de una partida en el tablero) y jugar en ¨¦l contra la m¨¢quina o contra otros jugadores. Por ¨²ltimo est¨¢ el modo Puzzle, en el que podremos probar nuestras habilidades en juegos estilo Tetris ambientados en el mundo de Mario. No aportan nada nuevo, ya que han aparecido en anteriores juegos de la saga, pero suponen un respiro, un descanso entre tanto tablero.

El objetivo del juego es bien sencillo. Participan cuatro jugadores. Tenemos que recoger la mayor cantidad de monedas y estrellas posible mientras nos desplazamos por un tablero con la suerte que nos den los dados durante un total de diez turnos. ?sta es la premisa b¨¢sica. A partir de aqu¨ª la cosa se complica, ya que hay casillas en las que podremos obtener monedas, otras en las que nos las quitar¨¢n, algunas en las que saltaremos a otro lugar del tablero, o incluso tiendas donde podremos intercambiar nuestra monedas por apetecibles 'armas' que utilizar contra nuestros enemigos, o a favor nuestro. Entre estas ¨²ltimas tenemos una que nos permite tirar dos o tres veces y sumar el valor de los dados. Muy ¨²til para recorrer largas distancias. Tambi¨¦n hay otra que, en forma de emblema que podemos colocar a nuestro antojo en cualquier casilla cercana, nos transfiere una cierta cantidad de monedas del incauto que cae en ella.

Apartado t¨¦cnico

En cuanto a los gr¨¢ficos decir que est¨¢n muy cuidados. El juego est¨¢ completamente en 3D excepto unas escenas intermedias que van explicando la historia y que est¨¢n concebidas como  un c¨®mic electr¨®nico. La calidad del modelado de los personajes es bastante alta, tendiendo en cuenta que nos encontramos ante una plataforma port¨¢til. Todos ellos son reconocibles, incluso cuando est¨¢n a gran distancia. Las animaciones son las t¨ªpicas de la saga. Muy bien realizadas y efectivas. Las combinaciones crom¨¢ticas de los diferentes tableros tambi¨¦n son de destacar. El colorido y apariencia general son unos de los aspectos m¨¢s destacables en este campo. Evidentemente a un juego de tablero o de pruebas no se le pueden pedir unos modelados de impresi¨®n, pero en este caso cabe decir que superan con creces la calidad media vista hasta ahora en DS.

Los veteranos de la saga ya sabr¨¢n todos estos detalles. Pero lo que realmente ha cambiado es, l¨®gicamente, la manera de implementar las pruebas que enfrentan a los cuatro jugadores despu¨¦s de cada turno. Antes de nada, decir que las pruebas pueden ser de varios tipos: uno contra todos, dos contra dos, todos contra todos, y duelo entre dos. Las pruebas son la columna vertebral del juego y las que realmente le confieren su atractivo. Estamos hablando de un juego de Nintendo para su DS y, por lo tanto y dando ejemplo, cada minijuego es un derroche de imaginaci¨®n y sobre todo de variedad de control. Tendremos pruebas en las que s¨®lo utilizaremos la cruceta de control y alg¨²n bot¨®n. En otras, el l¨¢piz o stylus ser¨¢ el protagonista. Y en otras, el micr¨®fono. ?stas ¨²ltimas son las m¨¢s divertidas (y quiz¨¢s las m¨¢s f¨¢ciles).

?Y qu¨¦ tipo de pruebas podemos encontrarnos? Bien, entre las casi 100 que hay tenemos material para todos los gustos. Desde esquivar una gigantesca pelota de f¨²tbol, hasta pilotar un trineo deportivo con el l¨¢piz, o soplar con todas nuestras fuerzas para apagar unas velas o congelar a nuestros oponentes y convertirlos en mu?ecos de nieve. En otra tendremos que apuntar y disparar unas flechas con el stylus, En fin, variedad para todos los paladares. La dificultad de estas pruebas est¨¢ muy bien ajustada y en la mayor¨ªa de ocasiones la curva de aprendizaje es m¨¢s que aceptable. Si no nos sentimos seguros, el juego nos da la opci¨®n de practicar antes de comenzar la competici¨®n real. Eso s¨ª, al jugar contra adversarios controlados por la consola, nos ser¨¢ de lo m¨¢s f¨¢cil ganar en la mayor¨ªa de ocasiones. Se podr¨ªa haber trabajado m¨¢s este aspecto. O al menos permitir elegir el grado de dificultad. Lo que s¨ª se puede elegir son las pruebas que queremos que aparezcan en el tablero de turno. Podremos decidir si s¨®lo jugar a las f¨¢ciles, a todas menos las de micr¨®fono, o a todas. Parece que Nintendo ha pensado en los jugadores t¨ªmidos que van a disfrutar del juego en el transporte p¨²blico. Supongo que eso de soplar a la consola en medio del tren puede llegar a ser embarazoso para m¨¢s de uno.

Cuando acaba la partida, hayamos ganado o no, tendremos ante nosotros todas las estad¨ªsticas. Entre ellas est¨¢n los puntos Mario Party, con los que podremos ir desbloqueando tableros o conseguir trofeos que podremos admirar en cualquier momento en la pantalla de galer¨ªa. Cada partida en un tablero suele durar algo menos de una hora. En el modo historia, para poder pasar al siguiente tablero, deberemos ganar la partida y ganar tambi¨¦n al jefe final que nos propone un reto que deberemos superar. La dificultad de estos retos no es demasiado alta. Con unos cuantos intentos podremos salir victoriosos. Con todo esto, decir que superar el modo historia, es decir acabar los cinco tableros y conseguir los cinco cristales m¨¢gicos, es cuesti¨®n de cinco o seis horas de juego. Nos hubiera gustado un modo historia m¨¢s largo. De todas maneras, los otros modos compensan y le confieren bastante rejugabilidad al t¨ªtulo.

Como todo buen juego de Mario que se precie, est¨¢ plagado de detalles. Cada tablero est¨¢ inspirado en alg¨²n mundo de Mario o de sus enemigos. Por poner un ejemplo, en el tablero de Donkey Kong seremos arrollados a veces por los legendarios barriles que lanza el gorila, y que en esta ocasi¨®n nos quitar¨¢n nuestras preciadas monedas. Por otro lado, a media partida (cinco turnos) Bowser hace su aparici¨®n y castiga o premia, seg¨²n la suerte del momento, al jugador que ocupe la ¨²ltima posici¨®n. Los premios pueden ser monedas o estrellas robadas de otros jugadores, u otros regalos. Los castigos, por el contrario, son el restar esas mismas monedas o estrellas para entregarlas a los adversarios, o la p¨¦rdida de objetos adquiridos. Son detalles que no marcan la diferencia, pero que redondean el producto.

Nos encontramos ante un juego que permite muchas horas de juego sin llegar a aburrir. La rejugabilidad est¨¢ asegurada con los modos en los que podemos competir con otros jugadores v¨ªa conexi¨®n inal¨¢mbrica. La dificultad de las pruebas est¨¢ ajustada para que no lleguen a ser frustrantes. Sin embargo, la competitividad de los oponentes manejados por la consola tendr¨ªa que haber sido ajustable o, al menos, mayor de la que se nos ofrece en este juego. Es demasiado f¨¢cil derrotarlos sin hacer grandes alardes de habilidad.

Mario Party DS no ofrece juego online. Una desilusi¨®n para algunos, quiz¨¢s. Tal vez haya que esperar a la segunda versi¨®n para DS para disfrutar de esta caracter¨ªstica. Sin embargo, muchos pensar¨¢n que no es pr¨¢ctica ya que es dif¨ªcil mantener una partida durante una hora m¨¢s o menos con jugadores a trav¨¦s de Internet. Siempre habr¨¢ alg¨²n jugador que deserte a media partida. De todas formas, la consola siempre podr¨¢ hacerse con ese puesto vacante. Aunque no ser¨¢ lo mismo.