Una aut¨¦ntica ¨®pera espacial

Pocos estudios pueden presentar una trayectoria tan brillante como la de Bioware. El estudio canadiense, reci¨¦n adquirido por Electronic Arts, ha creado algunos de los t¨ªtulos m¨¢s sobresalientes en el g¨¦nero del rol. La saga Baldur's Gate revitaliz¨® un g¨¦nero en horas bajas, desarroll¨¢ndose con una secuela y dos expansiones que en su conjunto forman un cl¨¢sico incuestionable; Neverwinter Nights revolucion¨® la forma de entender el rol por ordenador y proporcion¨® a la comunidad las herramientas para que ¨¦sta pudiera desarrollar su inagotable creatividad sin cortapisas; y Caballeros de la Antigua Rep¨²blica demostr¨® que, en las manos adecuadas, una licencia tan manida como la de la Guerra de las Galaxias puede recuperar toda su fuerza, brillo y misterio, convirtiendo el universo de Lucas en un fabuloso escenario para crear una experiencia inolvidable.

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El estudio cre¨® tambi¨¦n Jade Empire, el primer intento del estudio canadiense de crear su propio mundo para llevarlo al videojuego, sin estar limitado por las licencias. El resultado fue un juego de gran calidad pero que no acab¨® de convencer a muchos seguidores de la compa?¨ªa, que encontraron el sistema de combate demasiado simple y poco elaborado con respecto a lo que el estudio ya hab¨ªa mostrado en anteriores juegos. El caso de este t¨ªtulo es representativo porque supuso una evoluci¨®n evidente de la f¨®rmula del estudio para llevar a cabo su visi¨®n de rol: acci¨®n en tiempo real con un componente t¨¢ctico mezclado con los elementos propios del g¨¦nero y un marcado sistema de di¨¢logos que dejara al jugador marcar la moralidad de su personaje conforme la historia iba avanzando.

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Mass Effect se enmarca en la misma corriente de Jade Empire; es un juego de rol pero con la particularidad de que el combate no se enmarca en los c¨¢nones del g¨¦nero: no hay turnos, ni dados, ni decenas de opciones de combate, ni cientos de hechizos o poderes especiales. Bioware ha insistido y refinado su f¨®rmula para perseguir su visi¨®n de juego de rol m¨¢s abierto a toda clase de jugadores, pero sin renunciar a los elementos claves que un t¨ªtulo de esta clase debe tener. Con esa ambici¨®n y con una m¨¢quina mucho m¨¢s potente a su disposici¨®n, el equipo ha creado un juego ¨²nico que rompe moldes y que deber¨ªa cambiar para siempre ciertas formas de hacer las cosas, ofreciendo una referencia clara a futuros desarrolladores.

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Un universo complejo

Para los que han seguido este proyecto con atenci¨®n, el universo de Mass Effect empez¨® ya hace tiempo, con el libro 'Revelations' que es una precuela del arco argumental del juego y en el que aparecen algunos de los personajes principales que forman parte del mismo, incluyendo tu N¨¦mesis, el agente espectro Saren. Si bien no ha aparecido en castellano, en los 'bajos fondos' de la red han aparecido traducciones para aquellos muy interesados. Aunque la historia no es apasionante y es poco concluyente, el libro hace un excelente trabajo ofreciendo detalles sobre las condiciones pol¨ªticas y tecnol¨®gicas del universo, describiendo el nuevo papel de los humanos en la galaxia e introduciendo algunas de las razas m¨¢s comunes y dominantes.

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Sin entrar en aspectos espec¨ªficos de la historia, s¨ª que se puede dibujar en este an¨¢lisis la actual situaci¨®n del universo y el papel de los humanos en ¨¦l. Cuando la humanidad comenz¨® a expandirse por el sistema solar, lo hizo a trav¨¦s de esfuerzos individuales de pa¨ªses y corporaciones, una colonizaci¨®n en toda regla. Pero todo cambi¨® cuando se encontraron en unas ruinas restos de una civilizaci¨®n perdida: Los Proteanos, un descubrimiento que llev¨® al hallazgo de la rel¨¦ de caronte, una 'puerta' de muchas diseminadas por el universo que permite viajar en segundos desde un sistema a otro de la galaxia. Semejante hallazgo condujo a otro no menos impactante: los humanos no estaban solos en el universo. Antes de que los primeros homo sapiens recorrieran la tierra, otras razas ya exploraban los incontables sistemas solares, creaban imperios interestelares o luchaban en cruentas guerras.

El primer contacto con otra forma de vida consciente no fue agradable, un malentendido condujo a una escaramuza que los humanos llaman, de forma un tanto pretenciosa, 'Guerra del Primer Contacto', contra los Turianos. La guerra fue breve y no lleg¨® a desarrollarse a gran escala, ya que despu¨¦s de aclarar la situaci¨®n, la humanidad recibi¨® la invitaci¨®n formal de entrar a formar parte como miembro asociado de la Ciudadela, una organizaci¨®n gal¨¢ctica que regula y arbitra dentro de amplias regiones del espacio conocido. Desde entonces, la Alianza humana ha continuado con su expansi¨®n, estableciendo colonias y prospecciones en lugares remotos y pugnando por ganar poder e influencia dentro de la ciudadela para poder salvaguardar sus intereses, tal y como hacen otras especies asociadas.

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La Ciudadela, una colosal estaci¨®n espacial atribuida a los proteanos, est¨¢ regida por un Consejo compuesto por las tres especies con m¨¢s influencia pol¨ªtica de la galaxia: los Salarianos, los Turianos y los Asari. Aunque no tienen poder ejecutivo sobre los gobiernos, su influencia es obvia y est¨¢n en posesi¨®n del mayor ej¨¦rcito de la galaxia, un valuarte del poder del Consejo y un garante de seguridad para todas las especies que tienen embajada en la Ciudadela como miembros asociados. Este organismo tiene como principal inter¨¦s la pacificaci¨®n y el orden de las regiones bajo su influencia, ¨²nico escenario en donde puede florecer el desarrollo, la investigaci¨®n y el comercio.

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Uno de los detalles que se hace obvio a lo largo de la partida es el complejo y detallado escenario geopol¨ªtico que se ha planteado y c¨®mo ¨¦ste afecta a las relaciones entre personajes. Bioware ha creado un mundo que, pese a estar compuesto por elementos de ciencia ficci¨®n, es tremendamente cre¨ªble. Cada una de las razas tiene su historia y su idiosincrasia, pero adem¨¢s cada individuo tiene su propio car¨¢cter lo que sirve para comprobar diferentes puntos de vista sobre los mismos hechos y situaciones. Se ha hecho un gran trabajo imaginando a una raza humana todav¨ªa novata en su relaci¨®n con las dem¨¢s especies y los miedos e inseguridades que eso provoca, un detalle que se deja ver en varias conversaciones.

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Un buen detalle es la cantidad de informaci¨®n que va apareciendo en un c¨®dice al que se puede acceder en cualquier momento, en el que se explica de forma pormenizada todo tipo de conceptos sobre las especies, sus conflictos e intereses, la tecnolog¨ªa y pr¨¢cticamente cualquier aspecto que se comenta a lo largo de la trama. Se nota el esfuerzo realizado en que todo lo que se describa suene coherente y cient¨ªfico, lo que contribuye a la solidez de Mass Effect como obra de ciencia ficci¨®n.

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El comienzo de una leyenda

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El jugador ocupa el rol de el/la Comandante Shepard, del ej¨¦rcito de la Alianza humana. La elecci¨®n del nombre, g¨¦nero y rasgos faciales del protagonista se deja a elecci¨®n del jugador, que puede jugar con un amplio rango de opciones para conseguir que la cara, los ojos y el pelo sean los deseados. Menos algunas limitaciones como los escasos estilos de peinado, el rango de posibilidades es vasto y los que disfrutan con estas herramientas pasar¨¢n un buen rato para crear a su personaje perfecto. El truco de los apellidos es bastante inteligente ya que, pese a que el nombre se puede elegir a placer, el apellido es siempre Shepard, por lo que en los di¨¢logos hablados siempre se dirigen hac¨ªa ti como Shepard o Comandante Shepard.

A continuaci¨®n hay que seleccionar el perfil psicol¨®gico, la procedencia y la clase. Las dos primeras selecciones son bastante limitadas pero sirven para darle al protagonista un transfondo con el que hacerlo m¨¢s cre¨ªble -hay que tener en cuenta que no se controla a un novato, sino a un veterano reconocido dentro del ej¨¦rcito-. En cuanto a las clases, tampoco es que haya un gran n¨²mero de posibilidades, aunque hay un elemento de personalizaci¨®n de las mismas una vez que se empiezan a ganar puntos de experiencia. Con todo, no es uno de esos juegos de rol que dejan una gran libertad a la hora de crear y evolucionar al personaje.

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Hay tres categor¨ªas principales y gen¨¦ricas: fuerza de combate, tecnolog¨ªa y bi¨®tica. Los especialistas en combate reciben entrenamiento con todo tipo de armas, est¨¢n preparados para usar armaduras pesadas y tienen habilidades que multiplican sus posibilidades de sobrevivir en una batalla. El conocimiento en tecnolog¨ªa permite acciones como manipular m¨¢quinas para que se vuelvan contra el enemigo, lanzar artefactos que eliminan las barreras o sabotear piezas de equipo para que se sobrecalienten y exploten. La bi¨®tica es la capacidad para crear campos de efecto de masa con la mente e implantes, lo que proporciona capacidades como empujar objetos con la mente, levantarlos o crear barreras adicionales.

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Puedes elegir una clase 'pura' que se centre en uno de estos aspectos o bien una mixta, que combine dos para conseguir un personaje m¨¢s vers¨¢til, pero menos especializado. Esta decisi¨®n afecta al tipo de armadura que puedes usar y a la experiencia con los diferentes tipos de armas, tambi¨¦n condiciona las habilidades especiales que se pueden dominar. Las puras son Soldado -Combate-, Ingeniero -Tecnolog¨ªa- y Adepto -Bi¨®tica-, mientras que las mixtas son Infiltrado -Combate y Tecnolog¨ªa-, Centinela -Tecnolog¨ªa y Bi¨®tica-  y Vanguardia -Combate y Bi¨®tica-.

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Un aut¨¦ntico shooter

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Las habilidades que se pueden obtener y desarrollar est¨¢n estrictamente ligadas al combate, a excepci¨®n de dos rasgos sociales que Shepard puede entrenar -encanto e intimidaci¨®n- que sirven para abrir nuevas opciones en el di¨¢logo. Como en cualquier juego de rol, la lucha y el desarrollo t¨¢ctico de los combates son aspectos fundamentales, aunque la forma en la que Bioware ha conseguido recrear este elemento es ¨²nica en el g¨¦nero. Una vez en la lucha, Mass Effect se convierte en un aut¨¦ntico shooter t¨¢ctico, con control en tiempo real del protagonista, mientras que los dos compa?eros son controlados por la I.A, aunque admiten indicaciones por parte del jugador a trav¨¦s un inteligente sistema de men¨²s y mediante unos indicadores situados en el D-Pad, que sirven para hacer que los personajes se muevan, vayan a cierto sitio o mantengan la posici¨®n.

Los compa?eros son bastante ¨²tiles por s¨ª solos, con un buen trabajo por parte de la I.A, que les proporciona instinto de supervivencia y realiza decisiones bastantes l¨®gicas en el contexto de la batalla. Un aspecto que se puede configurar al comienzo son las habilidades especiales, ya que es posible hacer que la I.A las utilice con tus compa?eros de forma s¨®lo defensiva -dejando al jugador las ofensivas- , que las utilice todas, o bien que no seleccione ninguna. Un men¨² radial, que para la acci¨®n, permite al jugador en todo momento seleccionar qu¨¦ habilidad quiere utilizar y donde, ofreciendo un componente t¨¢ctico adicional -por ejemplo, es factible usar un bi¨®tico para elevar a una criatura en el aire y dejarla paralizada, mientras que los otros dos miembros del grupo la acribillan en el aire-.

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Como shooter, Mass Effect funciona tan bien como cualquier exponente del g¨¦nero, con un buen sistema de c¨¢maras y un sistema de cobertura que funciona perfectamente. La diferencia del combate con respecto a un shooter tradicional es que es m¨¢s elaborado gracias a la variedad de armas, habilidades y mejoras que se pueden disponer. Hay varios tipos de armas como pistolas, escopetas, rifles de asalto o rifles de francotirador,  cada una puede ser mejorada con diferentes mecanismos y piezas de munici¨®n, que permiten mejorar aspectos vitales como la rapidez de recarga, el calentamiento, la estabilidad o los dispositivos de apunte; en algunas armas tambi¨¦n es posible cambiar el tipo de munici¨®n, por lo que se puede equipar con balas radioactivas que dificultan la regeneraci¨®n de escudos, balas t¨®xicas que a?aden da?o qu¨ªmico a enemigos org¨¢nicos.

Por fin, di¨¢logo de nueva generaci¨®n

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Ha costado, pero parece que los estudios m¨¢s ambiciosos empiezan a ponerse a tono con las altas exigencias que se reclamaban en esta generaci¨®n de m¨¢quinas y ofrecen cosas verdaderamente ¨²nicas. En el caso de Mass Effect, esto se traduce en el sistema de di¨¢logos m¨¢s cre¨ªble y cinematogr¨¢fico que se ha creado nunca, con personajes que se acercan m¨¢s que nunca al concepto de actores virtuales. Uno de los puntos m¨¢s promocionados de este t¨ªtulo ha sido sin duda la expresividad de los personajes en un di¨¢logo, que rompe el concepto de bustos parlantes con m¨ªnima capacidad de expresi¨®n para poner en escena a personajes que son capaces de reflejar emociones de una forma nunca vista en un videojuego. La cara muestra arrugas de preocupaci¨®n, el movimiento de los labios es impecable, los ojos se mueven de una forma realista e incluso el lenguaje corporal resulta en muchas ocasiones convincente y a?ade dramatismo a las conversaciones m¨¢s importantes.

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Hay que matizar sin embargo que el hecho de que Mass Effect sea el mejor t¨ªtulo con diferencia en este apartado no lo convierte en perfecto y hay mucho que trabajar todav¨ªa, pero es un salto incre¨ªble con respecto a lo que se est¨¢ acostumbrado y un ejemplo a seguir para cualquiera que quiera desarrollar un juego en el que los di¨¢logos y la expresividad ocupen un lugar importante. Si se observa con atenci¨®n es posible descubrir 'imperfecciones' y aspectos poco naturales en las caras de los personajes, lo que lleva al efecto conocido como el 'Valle Inexplicable', una hip¨®tesis sobre la incapacidad para sentirse c¨®modo ante un supuesto robot con rasgos humanos. Curiosamente, los rasgos faciales de los alienes son m¨¢s convincentes que los de los humanos, lo que puede parecer un contrasentido pero no lo es si se piensa que, a fin de cuentas, nunca hemos visto a un alien y no hay referencias tan obvias para comparar.

Pero hay que insistir en que el resultado en l¨ªneas generales es soberbio, tanto en humanos como en aliens. Esto a?ade una nueva dimensi¨®n en el videojuego, abriendo la puerta a juegos m¨¢s emotivos y humanizados. Hay momentos en Mass Effect en los que las expresiones de los personajes que tenemos enfrente hacen cabilar sobre las decisiones que queremos tomar; no es lo mismo realizar ciertas decisiones en juegos como Baldur's Gate, con personajes 'alejados', que en Mass Effect, cuando la persona cuya vida pende de un hilo est¨¢ enfrente mirando con una expresi¨®n de desesperaci¨®n en el rostro.

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Tambi¨¦n ha evolucionado el sistema de selecci¨®n de respuestas, que es mucho m¨¢s confortable que la cl¨¢sica f¨®rmula de dar a elegir entre diferentes l¨ªneas de di¨¢logo. En lugar de eso se da a elegir lo que es el n¨²cleo de lo que se quiere decir, resumido en una l¨ªnea corta. Una vez seleccionada, el personaje elabora esa l¨ªnea de acuerdo a ciertos rasgos de perfil. Esto agiliza el proceso de selecci¨®n de di¨¢logo, haci¨¦ndolo m¨¢s flu¨ªdo y a la vez permitiendo al jugador un cierto factor sorpresa, ya que no sabe de antemano qu¨¦ va a decir exactamente Shepard.

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Una galaxia que explorar

A pesar de que las razas representadas en la Ciudadela ocupan vastas regiones, la realidad es que eso s¨®lo representa una peque?a parte del conjunto, puesto que los viajes entre sistemas s¨®lo son factibles mediante el uso de la rel¨¦. Adem¨¢s hay miles de planetas en las inmediaciones del espacio conocido que no han sido adecuadamente explorados. En t¨¦rminos del juego, hay multitud de sistemas que se pueden visitar y much¨ªsimos planetas que explorar fuera de los que se visitan en la historia principal, aunque con algunos matices.

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Cada sistema tiene una serie de planetas asociados, unos son mundos sin vida posible en los que no se puede ni siquiera aterrizar con la nave por las altas temperaturas o su estado gaseoso. Otros planetas s¨®lo son aptos para su prospecci¨®n y tampoco es posible aterrizar en ellos, aunque de ellos se obtendr¨¢n recursos para los humanos. Por ¨²ltimo, hay planetas en los que s¨ª se puede aterrizar con el Mako, un veh¨ªculo preparado para operaciones terrestres.

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Los planetas que se pueden visitar son muchos y es uno de los peque?os placeres del juego, ya que en tus viajes visitar¨¢s todo tipo de terrenos y atm¨®sferas con un veh¨ªculo que tienen una gran capacidad de adaptarse al terreno. Esas excursiones pueden descubrir interesantes hallazgos que deriven en tareas secundarias o en encontrar objetos raros. Hay secretos que s¨®lo ser¨¢n accesibles para los obsesivos que quieran explorar cada planeta y recorrer cada palmo de terreno. El elemento de misterio que presentan muchos mundos inh¨®spitos consigue trasladar esa emoci¨®n por el descubrimiento que s¨®lo algunos juegos son capaces de proporcionar. Es una pena que no se pueda hacer lo mismo con todos, pero hay un gran n¨²mero de ellos listos para la exploraci¨®n.

El Mako tambi¨¦n sirve para atacar y algunos combates ser¨¢n desarrollados dentro de ¨¦l de forma entretenida. La f¨ªsica del veh¨ªculo est¨¢ muy conseguida y el veh¨ªculo dispone de ametralladoras y un ca?¨®n, por lo que su potencia de fuego es netamente superior a la del grupo de tierra en su conjunto. Esto es especialmente ¨²til considerando el tama?o y la fiereza de algunas de  las criaturas que se pueden encontrar en tus viajes por el espacio. 

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Un universo de posibilidades

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La historia principal se desarrolla a buen ritmo, los objetivos est¨¢n claros y bien se?alizados, la trama se desarrolla de forma satisfactoria, las relaciones entre los personajes dentro de tu grupo son complejas y superan cualquier trabajo realizado por Bioware hasta la fecha, aunque tambi¨¦n es cierto que hay un tono algo m¨¢s serio y solemne en comparaci¨®n con el cl¨¢sico 'Bub¨²' de Baldur's Gate o el hilarante HK 47 de KOTOR, lo que no impide que haya algunos buenos golpes y situaciones estrafalarias.

Las relaciones entre el grupo son, como ya se ha comentado, ricas y complejas. La emotividad de los rostros hacen que los di¨¢logos entre compa?eros sean especiales y tengan una intensidad fuera de lo com¨²n. Mass Effect sigue la misma estructura que otros t¨ªtulos de Bioware, con unos compa?eros con ideas propias, su propia moralidad y motivaciones. Las decisiones que tomes tendr¨¢n consecuencias para ellos y de su lealtad hac¨ªa ti y tus dotes sociales depender¨¢n hasta qu¨¦ punto son capaces de llegar en tu camino. Tambi¨¦n como es tradici¨®n en los juegos de la compa?¨ªa canadiense, el romance e incluso el sexo est¨¢n presentes en el juego, aunque de una manera 'elegante' y justificada por el gui¨®n -y s¨ª, a los m¨¢s fr¨ªvolos les gustar¨¢ saber que hay relaciones 'l¨¦sbicas' por llamarlo de alguna forma, aunque en realidad la explicaci¨®n es m¨¢s compleja que eso dentro de la situaci¨®n en el juego, mejor que cada uno lo descubra y lo interprete a su manera-.

En un principio las misiones secundarias parecen ir un poco en la l¨ªnea del 'recadero' de ir de A hasta B y luego volver hasta A, ya bien conocida entre los roleros, pero a medida que se avanza se pueden acometer algunas misiones m¨¢s elaboradas y complejas. No llegan a igualar a las mejores misiones 'secundarias' de Oblivion, pero conforman un elemento de variedad que servir¨¢ para espolear el inter¨¦s del jugador por explorar este universo y sus particularidades.

La duraci¨®n del juego es variable y depende mucho del ritmo de la partida y el inter¨¦s por las misiones secundarias. Algunos usuarios americanos que ya tienen el juego aseguran que han tardado entre 14 y 16 horas, sin explorar los di¨¢logos en profundidad y corriendo hac¨ªa sus objetivos sin detenerse o hacer misiones secundarias. Otros jugadores comentan cifras que van desde los 28 hasta las 40 horas de juego. En nuestro caso llegamos al final en unas 30 horas de juego, realizando todas las misiones secundarias que salieron al paso y explorando los di¨¢logos con calma, pero sin explorar todos los sistemas y por tanto dejando planetas sin visitar. No es Baldur's Gate 2 -y ya Bioware ha comentado que es posible que nunca vuelvan a poner semejante cantidad de contenido en un solo juego-, pero es bastante satisfactorio -adem¨¢s hay un modo de juego '+' una vez que se finaliza, por lo que es posible revisitar el juego con un reto m¨¢s pronunciado.

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La sombra de la ciudad de Baldur

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Debe ser dif¨ªcil para un estudio vivir con algo en las espaldas como Baldur's Gate 2, dispuesto a proyectar su larga sombra sobre cualquier proyecto que la compa?¨ªa desarrolle -dejamos al margen a Neverwinter Nights por ser un juego especial en el que el contenido no es enteramente m¨¦rito de Bioware-. Al igual que pasaba con KOTOR o Jade Empire, los viejos aficionados de la compa?¨ªa siguen buscando un sucesor con la gigantesca cantidad de contenido y posibilidades de ese cl¨¢sico, algo que no es Mass Effect . Son juegos muy distintos, brillantes en sus campos, pero diferentes, empezando por un sistema de combate que no tiene nada que ver, lo que ya abre una brecha considerable entre ambos. ?Es m¨¢s simple Mass Effect que Baldur's Gate?, en cuanto a mec¨¢nicas de juego, cantidad y variedad, s¨ª, pero Mass Effect tiene una sofisticaci¨®n narrativa ¨²nica, as¨ª como otros valores que lo convierten en un t¨ªtulo magn¨ªfico en sus propios t¨¦rminos.

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Una galaxia bella, misteriosa y terrible

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Los gr¨¢ficos de Mass Effect tienen una belleza especial que no se aprecia desde el primer momento. El estilo visual del juego no busca esos momentos en los que el motor gr¨¢fico rechina para poner un espect¨¢culo de luz y geometr¨ªa delante de las narices del jugador para que ¨¦ste diga 'ooooooh'; aqu¨ª se busca la eficiencia y no se fuerza a mirar hac¨ªa un sitio porque haya algo que se considere digno de ver. La galaxia es gigantesca, los planetas son muchos y habr¨¢ muchos jugadores que no llegar¨¢n a ver algunos de los m¨¢s bellos y espectaculares.

La belleza de este t¨ªtulo est¨¢ en lo que nos e aprecia a primera vista. Detalles como las animaciones, las expresiones faciales, el dise?o de las naves o las armaduras, los lugares donde la gente habla y socializa. Hay muchos rincones que impresionan visualmente, pero en vez de soltarlos en una experiencia lineal, se dejan para aquellos que sepan donde mirar. Quiz¨¢s lo que m¨¢s impresione de los gr¨¢ficos de Mass Effect es su efectividad, c¨®mo el incre¨ªble talento art¨ªstico del estudio ha creado un universo tan cre¨ªble y detallado en cada una de las esquinas.

Un detalle interesante radica en la presencia de dos filtros que son opcionales pero que a?aden un grado de personalizaci¨®n que es raro en un juego para consola. Mass Effect llega con un filtro 'cinematogr¨¢fico', que da a la imagen un aspecto m¨¢s sucio -acerc¨¢ndolo a algunas pel¨ªculas y series m¨ªticas de ciencia ficci¨®n- y el ya conocido Motion Blur, que hace que el movimiento aparezca m¨¢s difuminado. Los dos vienen activados por defecto, pero pueden ser desactivados en el men¨² de opciones, y ya es una cuesti¨®n de gustos personales -en nuestro mantuvimos los dos filtros en todo momento-.

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Pero la apoteosis del juego est¨¢ en su banda sonora, que es simplemente perfecta y captura con una inusitada velocidad al jugador. El tono misterioso de las composiciones m¨¢s tranquilas proporciona la sensaci¨®n de estar inmerso en un espacio infinito e inabarcable, en el que no eres m¨¢s que una mera mota de polvo -la melod¨ªa que suena en el mapa para viajar a los distintos sistemas ya puede ser considerada como un cl¨¢sico del medio-. Adem¨¢s, cuando lo requiere la m¨²sica puede cobrar un tono m¨¢s energ¨¦tico, como sucede en los combates o en los momentos clave.

El siempre espinoso tema del doblaje.

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Sin rodeos. Mass Effect tiene las voces en ingl¨¦s y todos los textos en castellano, incluyendo por supuesto los subt¨ªtulos con los que se pueden seguir las conversaciones. Posiblemente alguno ya se estar¨¢ rasgando las vestiduras o ya no le queda camiseta para hacerlo, pero la realidad es que estamos hablando de una de las interpretaciones m¨¢s brillantes que se pueden ver en un videojuego hoy en d¨ªa, con una impecable direcci¨®n y una gran variedad de actores que han conseguido dejar en sus personajes la emotividad que se aprecia en sus rostros digitales.

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Esta obra de Bioware es la prueba definitiva de que el videojuego puede ser tambi¨¦n una experiencia audiovisual y que el texto no es imprescindible para dar a los personajes la dimensi¨®n que se merece en una historia de esta categor¨ªa. Francamente, es un trabajo que con los actuales medios y la situaci¨®n del mercado espa?ol, era imposible de ser replicado  en castellano sin comprometer su calidad o la cantidad de matices y voces. Incluso los que no entiendan el ingl¨¦s apreciar¨¢n algunos de estos rasgos. Aqu¨ª cada uno podr¨¢ valorar desde su punto de vista hasta que punto le afecta este asunto, pero en lo que se refiere a este an¨¢lisis no se ha valorado negativamente -ni positivamente- este hecho. Aunque siempre queda lamentarse de que las cosas no sean diferentes.

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Las limitaciones de una ambici¨®n

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La ambici¨®n de Mass Effect en el detalle de sus personajes y animaciones viene con un coste. El m¨¢s visible es un framerate inestable, aunque lo suficientemente s¨®lido para que s¨®lo sea una molestia para los m¨¢s sensibles -nada que ver con KOTOR en Xbox-. Las bajadas no son excesivamente bruscas y no afectan sensiblemente a momentos de acci¨®n intensa como los combates. Otro detalle que afea un poco el conjunto del juego son algunas escenas en las que los objetos aparecen sin texturas durante unos segundos -algo que ya se ve¨ªa en Gears of Wars sin ir m¨¢s lejos-.

Pero quiz¨¢s el peor defecto t¨¦cnico que se le puede achacar a Mass Effect es su necesidad acuciante de cargar en cada momento. Hay cargas totales -con una pantalla semiest¨¢tica- cuando la nave Normandy se traslada entre sistemas, pero tambi¨¦n hay cargas encubiertas en el desarrollo de la partida, muchas. Buena prueba de ello es un detalle del que ya se han hecho eco los geniales Gabe y Tycho de Penny Arcade: los continuos ascensores, que adem¨¢s de ser frecuentes son tambi¨¦n lentos de solemnidad; la realidad es que el juego aprovecha esos momentos para cargar nuevas zonas y no tiene suficiente, ya que a veces no tiene m¨¢s remedio que paralizar un combate sin excusas o cortinillas para hacer una breve carga. La inexplicable decisi¨®n de Microsoft de no dejar usar el disco duro como apoyo de datos ha conducido a Bioware a esta situaci¨®n, que resuelven con profesionalidad pero no de manera impecable. Este es un elemento importante que afecta al ritmo de la partida y desconecta ligeramente al jugador del mundo que le rodea, una l¨¢stima para un t¨ªtulo en el que la ambientaci¨®n es tan fundamental.

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