Silent Hill Origins
Vuelta a los or¨ªgenes
Silent Hill vuelve tras un largo periodo de descanso recuperando todos los elementos que caracterizaron a los anteriores t¨ªtulos de la saga y demostrando, una vez m¨¢s, quien es el aut¨¦ntico rey del horror.
Tras un m¨¢s que discutido Silent Hill 4: The Room y la excelente adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica por parte de Christopher Gans y Roger Avary, muchas dudas se hab¨ªan levantado en torno a Silent Hill Origins (Zero en tierras niponas), un juego apadrinado por el Silent Team pero cuyo desarrollo ha corrido a cargo de Climax Studios, un grupo novel que se ha encargado ni m¨¢s ni menos de presentarnos la precuela de la que para muchos es la saga referente en el g¨¦nero de los 'survival horrors'.
La papeleta que ten¨ªan entre manos era gorda, y es por eso que ahora, tras haber degustado de inicio a fin su primer gran juego para PSP, no podemos sentirnos m¨¢s satisfechos al haber disfrutado no s¨®lo de un Silent Hill a la altura de lo que se espera de la laureada saga de Akira Yamaoka, sino tambi¨¦n de una de las mejores aventuras que han pasado por nuestras PSP. Bienvenidos, una vez m¨¢s, a Silent Hill...
| Silent Hill Origins (Sony PSP) |
El comienzo de la pesadilla
Como ya hemos comentado, Silent Hill Origins se encarga, como precuela de la saga, de atar -ligeramente- los cabos sueltos que hab¨ªan dejado tanto el original Silent Hill como Silent Hill 3 respecto a la maldici¨®n del pueblo, y tambi¨¦n algunas de las reflexiones y teor¨ªas que se hab¨ªan destapado en Silent Hill 2. ?C¨®mo se salv¨® Alessa Gillespie del incendio? ?Qui¨¦n era realmente Pyramid Head? Sin embargo, y como no pod¨ªa ser de otra forma trat¨¢ndose de un Silent Hill, las respuestas que se nos dan vienen acompa?adas de nuevas dudas, que engrandecen a¨²n m¨¢s si cabe una trama argumental compleja como pocas se han visto en saga de videojuegos alguna, y que bien podr¨ªa ser la base de cualquier film de David Lynch.
| Silent Hill Origins (Sony PSP) |
Algunas de las situaciones que viviremos en Silent Hill Origins son puros regalos a los que amantes de la serie. Los diez primeros minutos de juego son un tributo a Silent Hill 2 (el Silent Team dijo siempre, pese a las cr¨ªticas de la prensa, estar orgulloso de haber plasmado un arranque tan lento y poco convencional, pero tremendamente acertado para la inmersi¨®n del jugador en la aventura), y los cinco siguientes son, como dec¨ªamos, m¨¢gicos e imborrables para los fans de la saga, y en especial, de la primera entrega.
| Silent Hill Origins (Sony PSP) |
PSP, ahora s¨ª, al l¨ªmite
Hablando en plata, Silent Hill Origins presenta el mejor apartado gr¨¢fico que se ha visto a fecha de hoy en PSP. Se nos hace complicado imaginar algo mejor en la port¨¢til de Sony. Y es que todos los apartados t¨¦cnicos del juego rayan a un excelente nivel. El tama?o del pueblo, el detalle de los escenarios, la grotesca ambientaci¨®n propia de cualquier obra de David Cronenberg o Clive Barker, y en especial, los impresionantes efectos de luz y sombras en tiempo real (al mismo nivel que los de Silent Hill 2 y 3), confeccionan un despliegue t¨¦cnico m¨¢s propio de una consola de 128 bits que de una port¨¢til.
| Silent Hill Origins (Sony PSP) |
No hemos citado a¨²n al dise?o de los monstruos y pesadillas que pueblan en esta ocasi¨®n las calles de Silent Hill porque merec¨ªan una rese?a aparte. Grotescas y deformes criaturas, de entre las que destaca el carism¨¢tico "The Butcher", retoman la concepci¨®n basada en la 'nueva carne' que se hab¨ªa hecho de los enemigos en la primera trilog¨ªa de la saga, y que se hab¨ªa perdido en la cuarta entrega. Repiten los maniqu¨ªs de Silent Hill 2 y debutan otras malformaciones igualmente escalofriantes. Art¨ªsticamente, es soberbio. De pel¨ªcula tambi¨¦n son los ¨¢ngulos de c¨¢mara, aunque de nuevo, su enfoque cinematogr¨¢fico deriva a algunos problemas jugables (sobretodo en los combates, que apenas han cambiado desde el primer Silent Hill) por culpa de una c¨¢mara y un sistema de control que siguen sin ser capaces de entenderse completamente.
| Silent Hill Origins (Sony PSP) |
Yamaoka vuelve a dar la nota
Como no pod¨ªa ser de otra forma, Akira Yamaoka pone el broche de oro con una nueva raci¨®n de inolvidables cortes a un apartado audiovisual de ensue?o. Temas guiados por la inconfundible guitarra del maestro?que de nuevo redondean una ambientaci¨®n de lujo, y que acompa?an a los momentos m¨¢s dram¨¢ticos de la aventura. Del mismo modo, se recuperan todos los efectos sonoros caracter¨ªsticos de la serie, de modo que, en definitiva, las sensaciones que experimentamos al estar jugando a Silent Hill Origins por la noche con unos buenos auriculares son las mismas que en una consola de sobremesa: de aut¨¦ntico miedo.
| Silent Hill Origins (Sony PSP) |
Recuperando las se?as de identidad
En el ¨¢mbito jugable, y no s¨®lo en el argumental, Silent Hill Origins es tambi¨¦n una vuelta a los or¨ªgenes de la saga. Y es que se han recuperado para la ocasi¨®n todos los elementos que definieron en su d¨ªa a las obras del Silent Team, que dieron vida a la pel¨ªcula, y que por alg¨²n motivo, se perdieron en gran parte en Silent Hill 4: The Room (no sin aportar las novedades suficientes como para convertirse en una aventura a la altura). La linterna, el uso de la radio, los puzzles (aunque los justos), las largas y solitarias caminatas por las calles de Silent Hill, las dos dimensiones de cada escenario... En muchos sentidos, Silent Hill Origins es el "Silent Hill 4" que los m¨¢s puristas llevaban a?os esperando.
| Silent Hill Origins (Sony PSP) |
El desarrollo de la aventura es similar al de los otros Silent Hill. Encarnando a Travis, un camionero, visitamos un total de cuatro grandes complejos (el hospital, el sanatorio, el teatro y el motel) en los que resolvemos puzzles mientras desentramamos un argumento en el que vuelven a estar presentes personajes tan queridos por los fans como Lisa, Dahlia o el doctor Kauffman. En cada uno de esos escenarios se manifiestan, de nuevo, dos de las tres realidades paralelas de Silent Hill, que vamos alternando mediante el uso de espejos que encontramos en algunas habitaciones y que derivan a acertijos que debemos resolver explorando ambas realidades.
| Silent Hill Origins (Sony PSP) |
En l¨ªneas generales, los puzzles en Silent Hill Origins no alcanzan (salvo excepciones) la complejidad y profundidad de los de la primera trilog¨ªa, pero desde luego, resultan mucho m¨¢s desafiantes que los de Silent Hill 4: The Room. Podr¨ªamos decir que tienen la dificultad justa para la experiencia jugable que se busca al echar una partida con una port¨¢til. Sin embargo, quiz¨¢s sea la durabilidad la mayor lacra de Silent Hill Origins, que apenas alcanza las cinco o seis horas reales de juego. Hay varios finales, s¨ª, pero la partida completa tiende a durar algo que los anteriores Silent Hill. Intenso, pero corto.
| Silent Hill Origins (Sony PSP) |
Se recupera tambi¨¦n el inventario cl¨¢sico, aunque se ha incluido tambi¨¦n el acceso r¨¢pido a armas y objetos de las teclas direccionales que incorpor¨® Silent Hill 4: The Room. Como en aqu¨¦l, podemos recoger un sinf¨ªn de objetos para usar como armas, desde trozos de madera hasta katanas pasando por m¨¢quinas de escribir, televisores port¨¢tiles o incluso tostadoras, y que de nuevo, se rompen tras golpear con ellos una cantidad determinada de veces. Vuelven tambi¨¦n las armas de fuego, y como es habitual en la serie, la munici¨®n escasea lo suficiente como para tener que reservar la mayor¨ªa de cargadores que encontramos para los jefes finales de cada zona.
| Silent Hill Origins (Sony PSP) |
Adem¨¢s se han a?adido unos eventos cada vez que un enemigo nos agarra en el que tenemos que pulsar una secuencia de botones para conseguir liberarnos, aumentando as¨ª la tensi¨®n que se siente al jugar. De todas formas, la mayor¨ªa de novedades son poco menos que anecd¨®ticas, y como recalc¨¢bamos, los cimientos de esta aventura son 100% Silent Hill.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.