Tequila en las calles

El t¨ªtulo es un arcade en tercera persona que por su estilo recuerda irremediablemente a los protagonizados por Max Payne. Su caracter¨ªstica mas clara es la simplicidad de su desarrollo, basado en avanzar y disparar, pero que no evade mirar hacia lo cinematogr¨¢fico para la puesta en escena. Durante siete misiones deberemos acompa?ar a Tequila en su particular cruzada contra las bandas, a la vez que utilizamos el entorno para eliminar a nuestros adversarios con estilo. Acabar con los maleantes de forma limpia o espectacular nos reportar¨¢ puntos, que podremos intercambiar posteriormente por contenidos extra en la zona de la taberna. Online, podremos medirnos a otros jugadores en fren¨¦ticos tiroteos para demostrar qui¨¦n resulta mejor pistolero.

Gr¨¢ficos

El uso del Unreal Engine dota a Stranglehold de un apartado gr¨¢fico muy vistoso y espectacular en la recreaci¨®n de la f¨ªsica. Si bien se peca de texturas algo emborronadas en los modelos de los enemigos, su animaci¨®n, as¨ª como la de Tequila, est¨¢ bien realizada y resulta cre¨ªble. En el caso del protagonista, el repertorio de movimientos y acciones que se pueden realizar est¨¢ especialmente cuidado, aunque se aprecian peque?as incongruencias de modelado a la altura de los hombros del protagonista. Fascina, eso si, la animaci¨®n facial, pulida y detallada tanto para nuestro personaje como para los contrarios. El toque Woo se deja sentir en el apartado art¨ªstico del juego, repleto de zonas enrevesadas y plagadas de objetos que salen volando al impactarles los proyectiles. Los travellings de c¨¢mara al activar el torbellino o la punter¨ªa precisa son tambi¨¦n herencia directa del director.

Menci¨®n aparte merecen los escenarios, enormemente complejos en cuanto a modelado y f¨ªsica. Resulta impresionante ver una pared de bloques de vidrio fragmentarse exactamente por el lugar donde le hemos impactado con una bala. Stranglehold muestra con ¨¦xito la potencia de los entornos gr¨¢ficos de nueva hornada, sacando el m¨¢ximo partido a la interacci¨®n con el entorno. Casi cualquier objeto del escenario es susceptible de ser destrozado por un proyectil, aunque no todos permitir¨¢n la interacci¨®n directa de Tequila. En conjunto, sobresale el espect¨¢culo visual durante los combates, por encima incluso de los movimientos, saltos y esquivas de los tiradores. Se consigue as¨ª plasmar el ambiente de Hard Boiled a la perfecci¨®n, quedando el h¨¦roe cubierto de sangre y? los escenarios completamente destrozados tras un tiroteo multitudinario.

Por otro lado, el repertorio de efectos plasma con correcci¨®n los diversos sonidos de percusi¨®n de las armas. Resulta perfectamente posible distinguir a un enemigo que se acerca con un fusil de asalto del que viene con una SMG, aunque el caos que se produce en los tiroteos lo convierte en una dif¨ªcil tarea. Las voces est¨¢n totalmente dobladas al castellano, encajando bastante bien en la mayor¨ªa de personajes, salvo quiz¨¢ en el caso de Tequila al que no le acaba de pegar la voz que ha recibido. La sincronizaci¨®n labial no resulta muy convincente, poniendo un peque?o punto negro en este apartado. Tambi¨¦n hemos apreciado alg¨²n comentario de Tequila sin traducir, hablando en ingl¨¦s en lugar de en castellano. Resultan detalles casi insignificantes, pero merece la pena remarcarlos.

Jugabilidad

Stranglehold se construye alrededor de sus tiroteos, para los que el inspector Tequila dispondr¨¢ de un reducido cat¨¢logo de armas. Pistolas, escopeta recortada, SMG, rifle de asalto, metralleta de gran calibre, lanzacohetes y pistolas doradas forman el elenco de armas para afrontar la aventura. Con ellas en mano deberemos ir eliminando a los m¨²ltiples adversarios que ir¨¢n cruz¨¢ndose en nuestro camino durante el desarrollo de las poco m¨¢s de seis horas que nos ha durado el modo individual. Un modo historia excesivamente corto que resulta una pobre apuesta de cara a la durabilidad. Los argumentos rejugables se basan en obtener los logros (uno por cada nivel de dificultad con los que acabemos el juego) y en obtener m¨¢s puntos de estilo con los que adquirir ¨ªtems en la taberna. Como punto negativo, la traducci¨®n de los textos resulta algo forzada en bastantes ocasiones, encontr¨¢ndonos con algunas expresiones un tanto extra?as.

Tambi¨¦n podremos volver a disputar las misiones de forma individual, una vez las hayamos acabado por vez primera. M¨¢s all¨¢ de ello, el juego ¨²nicamente cuenta con el multijugador para extender su vida ¨²til. Un apartado online tambi¨¦n algo flojo, con s¨®lo dos modos de juego (deathmach y deathmach por equipo) y que utiliza los mismos escenarios que el modo historia. Los combates contra otros jugadores tambi¨¦n se apoyan en el uso de las bombas tequila, con un curioso sistema en el que los dem¨¢s jugadores encontrar¨¢n sus armas inactivas cuando alguien acceda a la ralentizaci¨®n de tiempo. Los combates son r¨¢pidos y directos, propiciados por lo cerrado de los escenarios, que hace que nos encontremos casi constantemente con otros jugadores.

En el modo historia viajaremos a localizaciones bastante ex¨®ticas, disfrutando de acci¨®n sin pausa y algunos combates ¨¦picos y espectaculares. Estos momentos dejan un gran sabor de boca, aunque el estar constantemente apretando el gatillo puede llegar a aburrir tras la primera hora de juego. La mec¨¢nica reiterativa es uno de los principales problemas de Stranglehold, que abusa hasta el exceso de ello, a pesar de contar con un apartado de f¨ªsica que podr¨ªa dar mucho juego. Este apartado f¨ªsico se utiliza ocasionalmente en peque?os puzzles donde deberemos golpear determinadas zonas del escenario para ganar acceso a otras nuevas. La limitada movilidad de Tequila resulta algo frustrante, ya que el no contar con un bot¨®n de salto al uso tan solo nos deja realizar maniobras prefijadas. A pesar de que hay variedad de acciones posibles, en ocasiones nos encontraremos algo confusos por intentar lanzarnos hacia un hueco y ver como el personaje no responde.

A la hora de afrontar la trama, las bombas tequila y la interacci¨®n con el escenario ser¨¢n puntos fundamentales. El mecanismo de ganancias por espectacularidad en las muertes funciona realmente bien, apoy¨¢ndose en estos dos valores. Tambi¨¦n lo hace la integraci¨®n de las habilidades del personaje en el desarrollo de las partida, contando todos los movimientos especiales con una utilidad variada y no restringida a puntos concretos de la trama. Dan un extra de potencia de destrucci¨®n a la vez que consiguen mostrar la singularidad del personaje. Los jefes finales requerir¨¢n estrategias distintas, lo que hace que al llegar a ellos los combates tomen un cariz algo m¨¢s sesudo, lo que se agradece bastante tras un buen n¨²mero de minutos sin soltar el gatillo. La IA no supone grandes desaf¨ªos en ninguno de los niveles de dificultad, aunque el volumen de balas de los enemigos y su certera punter¨ªa puede llegar a frustrar al jugador en los niveles avanzados. Las confrontaciones cara a cara con los matones resultan un divertido minijuego que pondr¨¢ a prueba nuestros reflejos y concentraci¨®n.

Conclusiones

Si uno es aficionado al cine de Honk Kong disfrutar¨¢ como un ni?o con la obra de Tiger Hill Entertainment. Este podr¨ªa ser un resumen r¨¢pido del enfoque del juego, que abre una v¨ªa para futuros representantes de la acci¨®n en tercera persona. Las posibilidades de los motores f¨ªsicos est¨¢n empezando a ser explotadas y, en el caso de Stranglehold, es un punto positivo observar el cuidado que se ha tenido en plasmar la destrucci¨®n de un entorno de la forma mas realista posible. Decimos que es un punto positivo por que esto hace al juego enormemente similar, en cuanto a ambiente, a la pel¨ªcula de John Woo en la que se inspira, resultando una m¨¢s que satisfactoria continuaci¨®n para las aventuras de Tequila.

Pese a contar con un apartado t¨¦cnico solvente, encabezado por un trabajo exquisito en la creaci¨®n de escenarios, Stranglehold peca de una duraci¨®n excesivamente corta para los tiempos que corren. Incluso la acci¨®n m¨¢s intensa deber¨ªa durar algo m¨¢s de las seis horas aproximadas para completar el juego en su faceta individual. El multijugador ayuda a paliar esta carencia, aunque el pobre volumen de escenarios y de modos de juego acabar¨¢ por aburrirnos r¨¢pidamente. En resumen, Stranglehold es un caramelo intenso que desaparecer¨¢ r¨¢pidamente de nuestra boca si lo degustamos con fuerza desde el principio.