Cerrando un ciclo...

Koei supo mover ficha cuando decidi¨® que no podr¨ªa alzarse con el liderazgo del g¨¦nero de la lucha 3D en la ¨¦poca de PSX. Aunque su arcade 'Dynasty Warriors' no era en absoluto malo, la competencia que ejerc¨ªan Tekken, Virtua Fighter y especialmente Soul Blade fueron suficiente para que la compa?¨ªa se sentase a reflexionar y a pensar qu¨¦ podr¨ªa hacer para reubicar su creaci¨®n.

Un par de a?os despu¨¦s, en 2000, se aclar¨®. Dynasty Warriors 2 abandonaba la mec¨¢nica de lucha 1vs.1 para optar por 1vs3000; y funcion¨®. Entorno abierto, controlar a un personaje poderoso, cientos de tropas a las que dar caza, y un fondo a nivel argumental realmente cautivador, nada menos que la important¨ªsima novela china 'El Romante de los Tres Reinos'. Fusion¨® la exploraci¨®n de una aventura con la capacidad de enganche de un Final Fight y, tanto gust¨®, que a d¨ªa de hoy cuenta con m¨¢s de diez entregas contando expansiones.

Posteriormente, dado su ¨¦xito, apareci¨® paralelamente el spin-off Samurai Warriors, que ven¨ªa a ser lo mismo cambiando ¨²nicamente el marco: en lugar de China, nos encontr¨¢bamos en el Edo japon¨¦s. Y funcion¨®, para variar. Ahora, llega a PlayStation 2 una fusi¨®n de una saga y otra. Cerrando el c¨ªrculo, acabando la generaci¨®n y celebr¨¢ndolo por todo lo alto, Warriors Orochi nos promete poder controlar a m¨¢s de 70 personajes de ambos universos para acabar con un mal com¨²n. ?Suena bien? Sin duda.

Aparece el Rey de los Demonios
Orochi es una figura japonesa cl¨¢sica que se ha ido explotando en infinidad de juegos, casi siempre representado en forma de criatura que quiere acabar con la humanidad mediante sus m¨²ltiples ej¨¦rcitos. Este perfil es el que Koei ha utilizado para forjar este crossover cuyo argumento se tambalea en pos de mezclar a personajes de diferentes sagas. B¨¢sicamente Orochi quiere poner en jaque al mundo, con las barreras rotas a nivel espacio temporal, todo se colapsa y, voil¨¢, ya tenemos trama.

De todas formas este no es el aspecto m¨¢s llamativo del juego ni busca serlo. Pese a que cuenta con un Modo Historia donde se siguen los acontecimientos de todos los personajes y sus implicaciones en el conflicto, donde el t¨ªtulo descubre su potencial es en el apartado jugable, que se redescubre como funcional y cuidado pese a empezar a estar gastado en exceso.

Old-school?
La base es la misma de siempre: controlamos a un personaje que va avanzando por un personaje mientras aniquila a ej¨¦rcitos completos. Beat'Em Up cl¨¢sico, de invariable desarrollo desde aquel lejano a?o 2000, pero que sigue funcionando a la perfecci¨®n sin duda alguna.

La fusi¨®n de los elementos de Dynasty y Samurai Warriors ha dado lugar a peque?as novedades que suponen un ligero aire fresco. La m¨¢s destacada es la ?obligaci¨®n', para bien, de tener que seleccionar a tres personajes antes de iniciar la partida. La finalidad est¨¢ clara: intercambiar su control a lo largo del nivel mediante la simple pulsaci¨®n del gatillo L2/R2. Este 'nimio' a?adido sirve para garantizar una variedad que sin duda le viene de perlas al juego.

Cada personaje es ¨²nico y pese a que todos tienen un control similar, por separado son tan diferentes como era de esperar. El sistema de lucha es bastante reiterativo pero funciona: contamos con combos simples presionando insistentemente un bot¨®n, tambi¨¦n golpes a¨¦reos, e incluso especiales que nos permiten congelar, quemar o paralizar a los rivales. Como m¨¢ximo 'golpe', tenemos el ataque Musou, que vendr¨ªa a ser una explosi¨®n en forma de turbo que rodea de energ¨ªa al personaje y le hace golpear fuertemente durante un tiempo limitado.

Todo esto lo desataremos sobre las numerosas tropas enemigas que nos encontraremos. De inicio, s¨®lo toparemos con soldados gen¨¦ricos cl¨®nicos en cantidades industriales, pero poco a poco llegaremos a ver varios generales que son el objetivo de los niveles: v¨¦ncelos y tu equipo ganar¨¢. Una vez derrotados, la fase estar¨¢ superada y se desbloquear¨¢ la siguiente.

Esto es lo b¨¢sico sobre el Modo Historia, que permite jugar en hasta cuatro arcos argumentales que incluyen los de las tres dinast¨ªas chinas y un cuarto de Samurai Warriors. Adem¨¢s, encontramos un modo 'libre' que nos permite jugar misiones ya superadas en el modo principal, sin limites ni restricciones.

Un elemento destacable que hemos obviado hasta ahora es el modo multijugador. Insertando un segundo mando en la ranura de PS2, otra persona podr¨¢ incorporarse a nuestra aventura y apoyarnos en ella. Ser¨¢ a pantalla partida, cada jugador en una zona, y pese a que no est¨¢ del todo pulido s¨ª que es ciertamente entretenido.

A todo esto se le suman adem¨¢s elementos que le dan longevidad al juego: peque?as pinceladas de RPG como la subida de nivel, aprendizaje de habilidades y obtenci¨®n de armas. Estas ¨²ltimas incluso podemos fusionarlas para obtener mejoras. Por los niveles adem¨¢s iremos encontrando potenciadores temporales de fuerza, Musou, defensa, etc¨¦tera. En suma es un sistema de juego s¨®lido, aunque ya corre el riesgo de caer en la monoton¨ªa si no eres muy fan del g¨¦nero.

Apartado t¨¦cnicos
A nivel t¨¦cnico nos encontramos con una versi¨®n actualizada del motor de Dynasty Warrios 5, lo cual a d¨ªa de hoy no sorprende en absoluto pese a ser bastante aceptable. Los fondos son simples y algo sosos, pero funcionan correctamente para el tipo de juego que es, lo mismo ocurre con los modelados, algo mejorados y con texturas m¨¢s definidas, o con las escenas de v¨ªdeo y los efectos de luz.

La BSO es un caso extra?o. Pese a que el juego se desarrolla en la ¨¦poca ?medieval', encontramos temas techno o moviditos ambientando los combates; no quedan mal, pero tampoco pintan demasiado para ambientar las contiendas. Las voces son decentes, y lo m¨¢s destacable es que cada uno de los 77 personajes disponibles -en total- cuenta con la suya.