Mejor, pero mejorable

A la vez que el cielo se iba transformando en un elemento cada vez m¨¢s familiar en el "arte" de la guerra, surgi¨® la pregunta ?y si nuestros soldados pudieran aterrizar desde las alturas y caer sobre el enemigo en el lugar deseado? Las fuerzas paracaidistas pronto empezaron a convertirse en elementos vitales en la 2? Guerra Mundial, donde la superioridad a¨¦rea aliada pod¨ªa permitirse el uso de este tipo de recursos para impactar fuerte y r¨¢pido en el coraz¨®n del enemigo, antes de que pudiera reaccionar o tener tiempo para enviar tropas de refuerzo.

Ahora, la teor¨ªa militar queda muy bien en libros y videojuegos, ahora intenta ponerte en la situaci¨®n de uno de esos paracaidistas, sentando en un estrecho banco con tus compa?eros, en un avi¨®n sacudido por los impactos enemigos, amenazando con caerse en cualquier momento. Y ahora, una vez que la luz verde est¨¢ encendida, as¨®mate por la puerta y mira el infierno de fuego y proyectiles que se avecina. Pero no tienes tiempo de reacci¨®n para pensar m¨¢s, debes saltar sin pensar y en unos segundos est¨¢s en medio de este caos, acompa?ando a otros cientos de soldados a tu alrededor, totalmente expuesto durante unos segundos ante el fuego enemigo y con tu vida pendiente de que un trozo de tela no sea desgarrado por alguna bala. La verdad es que el una sensaci¨®n dif¨ªcil de imaginar, incluso puede que lo sea para los que practican el paracaidismo.

Y para eso est¨¢n los videojuegos, para traer sensaciones ¨²nicas a la comodidad de nuestros hogares. Medal of Honor necesitaba de un golpe de efecto urgente para intentar superar unas ¨²ltimas entregas que han rayado lo aburrido y e incluso lo mediocre, como shooters y como juegos basados en la segunda guerra mundial. As¨ª que el estudio de EA en Los Angeles ha trabajado para ofrecer una nueva ¨®ptica, la del paracaidista, desde su salto en parac¨ªdas hasta sus haza?as en aut¨¦nticos avisperos enemigos.

Se han puesto muchos recursos y esfuerzos en Airbone, no cabe la menor duda. Es un juego vibrante, con un apartado visual impecable y con unas ideas que, en apariencia, ofrecen algo distinto en un g¨¦nero que, a falta de mec¨¢nicas revolucionarias, ofrece cada vez m¨¢s refinamiento y mejores valores de producci¨®n, con lo que la competencia se convierte en m¨¢xima. Ese mismo factor, la competencia, es el que degrada un tanto los m¨¦ritos de Airbone que, siendo un buen juego, no llega a la altura de las exigencias que hoy se piden para un FPS de primera categor¨ªa.

Gr¨¢ficos

Desde los primeros segundos en el que el disco empieza a girar en la consola, Medal of Honor: Airbone propone un excelente apartado virtual, desde la introducci¨®n hasta los detalles que rodean el juego. El motor Unreal Engine 3.0 ha sido bien utilizado para dar a los personajes y al escenario un aspecto realista, lleno de detalles y efectos que hacen muy satisfactorios os momentos pasados enfrente del televisor.

Los escenarios son amplios y est¨¢n recreados con gusto por el detalle. Ya en la primera misi¨®n queda patente el grado de realismo que se ha querido imprimir, mostrando fielmente peque?o pueblo italiano, con sus casas de piedra, sus m¨²ltiples escaleras y su aspecto rust¨ªco. M¨¢s adelante ser¨¢ posible ver escenarios bastante m¨¢s sobrecogedores, pero si hay un elemento com¨²n en todos ellos es que se han cuidado todos los ¨¢ngulos y todos los elementos; cada casa parece realmente una casa, y no un elemento de fondo del decorado.

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Tambi¨¦n los soldados de cada bando han sido realizados con sumo cuidado, lo que queda demostrado por los m¨²ltiples detalles plenamente reconocibles y bien representados de los uniformes y trajes, incluso los complementos de los mismos han sido realizados usando pol¨ªgonos y no texturas, lo que les confiere un aspecto m¨¢s cre¨ªble. Las caras tambi¨¦n se han visto sometidas a la misma atenci¨®n, y aunque no tienen una gran expresividad, s¨ª est¨¢n realizadas con una gran atenci¨®n, que en el fragor de la batalla permite crear una convincente sensaci¨®n de realismo.

Las sensaciones son buenas desde el mismo salto, en el que se puede apreciar todo el escenario desde las alturas. Pero hay algunos defectos dignos de menci¨®n, como las explosiones, realmente flojas para una nueva generaci¨®n -las granadas parecen petardos gordos en ocasiones- Tambi¨¦n se echa falta, y este es un problema mayor, una mayor sensaci¨®n de espectacularidad a la hora de mostrar el campo de batalla, ya que muchas veces no pasa nada en el escenario salvo el intercambio de disparos con los enemigos; se echa en falta grandes explosiones que derriben edificios cercanos, aviones cayendo en el campo de batalla... un poco de acci¨®n extra, algo en el estilo de los Call of Duty de Infinity Ward, que consiguieron aumentar muchos enteros la inmersi¨®n del jugador con esos peque?os trucos de director de cine.

Audio

La banda sonora de Airbone tiene calidad, pero no se deja notar mucho, tapada por la fuerza de los efectos sonoros, que son los verdaderos protagonistas. EA ha hecho un magn¨ªfico trabajo con la recreaci¨®n de las distintas armas y sus sonidos, ofreciendo por un lado una satisfactoria sensaci¨®n de fuerza y por otro lado, la impresi¨®n de que el arma se va a hacer pedazos de un momento a otro. Es una de las mejores representaciones ac¨²sticas de armas de la ¨¦poca que se ha realizado, y eso se nota.

Jugabilidad 

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Airbone intenta diferentes cosas para dotarse de una mec¨¢nica distinta a la de otros shooters, aprovechando su mec¨¢nica de saltar en paraca¨ªdas sobre el campo de batalla y su naturaleza m¨¢s abierta, confiando m¨¢s en la I.A de la m¨¢quina que en situaciones preestablecidas. El salto en paraca¨ªdas en s¨ª mismo funciona muy bien, permitiendo al jugador unos segundos para poder aterrizar en el punto que elija. En principio el sistema no tiene limitaciones, pero el propio dise?o del mapa impide que puedas hacer cosas como aterrizar directamente en tu objetivo, m¨¢s que nada porque ser¨¢s masacrado por el enemigo nada m¨¢s poner el pie en el suelo.

Pero aparte de las limitaciones obvias, hay una buena variedad de posibilidades, no tanto en las primeras misiones -las dos primeras est¨¢n bastante limitadas- pero s¨ª en las fases finales, donde el mapa se abre y las decisiones sobre d¨®nde aterrizar son m¨¢s relevantes. Por ejemplo, aquellos que prefieran un puesto de francotirador, pueden tratar de aterrizar en los tejados o en alg¨²n punto alto para intentar moverse desde ah¨ª y acribillar a los enemigos desde una posici¨®n relativamente m¨¢s segura.

El dise?o de los mapas es excelente y es otros de los puntos importantes del juego. Todas las localizaciones resultan coherentes en conjunto, no hay posibilidad de saltar sobre un sitio extra?o o que te coloque en una situaci¨®n imposible. Todo est¨¢ bien conectado entre s¨ª y presenta un aspecto muy coherente, lo que elimina en cierto modo la sensaci¨®n de "pasillo" que tienen muchos FPS; se puede decir que es un juego m¨¢s vertical que otros muchos, donde la localizaci¨®n parece realmente un lugar, y no un escenario. No siempre es as¨ª, y siempre hay unos objetivos fijos que requieren pasos prefijados, pero al menos no es siempre as¨ª.

Otro acierto del juego es el sistema de experiencia en el uso de armas, que toma nota del arma que m¨¢s se est¨¢ usando y ofrece mejoras para la misma seg¨²n se acumulen m¨¦ritos, lo que permite mejorar aspectos claves y facilita que cada jugador potencie el tipo de arma que quiere desarrollar, lo que resulta bastante satisfactorio una vez que se han aumentado sus prestaciones y su capacidad.

Como ya se ha comentado, Airbone apuesta por una I.A abierta, por lo que en cada situaci¨®n se puedes producir situaciones distintas y los enemigos comportarse de forma diferente, aunque en general tienden en adoptar una posici¨®n agresiva, especialmente si no est¨¢s acompa?ado por los miembros de tu unidad. La I.A aliada, excepto en algunas ocasiones en la que se pierde un poco, tambi¨¦n est¨¢ bien resuelta, aunque en ocasiones tienden a ponerse en la l¨ªnea de tiro o realizan alguna decisi¨®n extra?a como ponerse a atacar cuerpo a cuerpo, que no es muy efectivo aqu¨ª.

Pero a pesar de que todo lo comentado suena muy bien, Airbone tiene un problema grave: es demasiado corto. Tiene s¨®lo seis misiones, que son considerablemente largas pero que un jugador experimentado puede completar en una hora sin grandes problemas. Completar el modo campa?a en ocho horas es bastante sencillo. Pero ese no es el problema en s¨ª, otros t¨ªtulos estupendos tambi¨¦n tienen fama de cortos; el gran fallo es que no consigue ofrecer lo mismo desde el principio hasta el final.

Las tres primeras misiones son correctas, ofrecen un buen entretenimiento y un inicio en las mec¨¢nicas de juego, con una limitada libertad para explorar las virtudes del sistema de salto. Pero es a partir de la cuarta misi¨®n cuando la escala de los escenarios y la amplitud del mapa permite explorar realmente las posibilidades del sistema y sumergirse en algunos de los momentos m¨¢s decisivos de la guerra. La misi¨®n durante la Operaci¨®n Varsity ofrece algunos de los momentos m¨¢s brillantes que un jugador pueda experimentar en un juego basado en este conflicto, es simplemente fant¨¢stico en cuanto a intensidad, escala y posibilidades; si todo el juego mantuviera ese tono, incluso con seis misiones ser¨ªa suficiente para ser un t¨ªtulo sobresaliente a todas luces, lamentablemente, tarda bastante en llegar all¨ª.

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El modo online no ofrece nada rese?able, es simplemente correcto, con modos de juego bien conocidos como deathmatch, capturar la bandera. Tiene un aspecto s¨®lido, y ofrecer¨¢ entretenimiento f¨¢cil durante horas, pero con juegos como Halo 3, Unreal Tournament 3 o Team Fortress 2 a punto de salir al mercado, el modo online de Airbone raya lo irrelevante.

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