Sonic se hace a la mar

El erizo m¨¢s r¨¢pido de la historia de los videojuegos se estren¨® en la port¨¢til de Nintendo con Sonic Rush, un excelente juego de plataformas que consigui¨® recuperar la esencia de las aventuras en dos dimensiones de la mascota de Sega y que se convirti¨® en uno de los t¨ªtulos m¨¢s recomendables de la todav¨ªa joven Nintendo DS.

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Llega ahora a nuestro pa¨ªs Sonic Rush Adventure, un juego que, por el t¨ªtulo tan similar, puede llegar a enga?ar y hacer pensar que es la misma entrega, pero se trata de una secuela m¨¢s que digna. Sin llegar a alcanzar las cotas de grandiosidad del original, s¨ª que consigue dejar una sensaci¨®n de satisfacci¨®n tras haber llegado al final con todas las Esmeraldas del Caos.

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Buscando un modo de regresar a casa, nuestros protagonistas se unir¨¢n a Marine en la busca de ciertos metales con los cuales, siguiendo un antiguo libro, Tails es capaz de construir distintos medios de locomoci¨®n. Sin embargo, en su cruzada descubrir¨¢n que no est¨¢n en su mundo, sino en el de Blaze, quien est¨¢ preocupada porque unos piratas intentan hacerse con el poderoso Cetro de Joyas.

La historia es muy sencilla y no ofrece grandes giros ni complicaciones. En gran medida se siguen las directrices de las aventuras conversacionales japonesas, con un gran n¨²mero de cuadros de texto en el que los personajes van hablando de las distintas situaciones y determinando qu¨¦ paso dar¨¢n a continuaci¨®n. Pero tambi¨¦n hay escenas cinem¨¢ticas bastante bien elaboradas, que a?aden inter¨¦s.

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Poco hay que comentar a esta disposici¨®n de plataformas, sobre todo a aquellos que ya hayan jugado al primer Sonic Rush, ya que en esencia es igual. Se juega con las dos pantallas para que el personaje suba y baje por escenarios a varios niveles. Las transiciones son exquisitas y, el ¨²nico fallo destacable, radica en que el hueco entre pantallas cuenta como escenario y se pierde a Sonic de vista en ocasiones.

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Sonic y Blaze contar¨¢n con muchas habilidades, aparte de correr y del salto. Podr¨¢n realizar un salto a medio salto para alcanzar zonas m¨¢s elevadas, y lo que es m¨¢s importante, pulsando el bot¨®n Y se realizar¨¢ un movimiento acelerado muy potente, cuya duraci¨®n depender¨¢ de una barra de energ¨ªa presente en el lateral izquierdo de la pantalla.

El objetivo de estos niveles ser¨¢ hacerse, en primera instancia, con los materiales que necesitamos. Cada vez que se acaba uno, tiene lugar un recuento de puntuaciones y, seg¨²n nuestra actuaci¨®n, obtendremos m¨¢s o menos materiales, aunque b¨¢sicamente depender¨¢ del tiempo que tardemos en terminar el nivel, quedando en un segundo plano todo lo que respecta a anillos, puntos o trucos realizados.

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Una vez superado un nivel, este estar¨¢ siempre disponible para volver a jugarlo desde el men¨² de la isla. Algo que, desgraciadamente, ser¨¢ m¨¢s habitual de lo que nos gustar¨ªa al principio del juego, ya que la necesidad de materiales para avanzar nos har¨¢ visitarlos varias veces para conseguir todo lo que necesitamos, salvo que hagamos ya de primeras actuaciones espectaculares en los niveles.

Como ya habr¨¦is podido discernir, el mapa del juego es un escenario mar¨ªtimo con distintas islas dispersas a lo largo del mismo. Para poder llegar a ellas deberemos hacer uso de diversos veh¨ªculos acu¨¢ticos (lancha, barco velero, aerodeslizador y submarino) que se van desbloqueando poco a poco, cada uno con un l¨ªmite de movimiento, y con la pantalla t¨¢ctil determinaremos la ruta a seguir con ellos.

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Cada uno de estos veh¨ªculos tiene su propio sistema de control, todos ellos basados en la pantalla t¨¢ctil, lo cual viene a resultar como un minijuego tridimensional entre las islas, aunque la repetici¨®n de las mismas puede llegar a cansar, y llegados a determinado momento se empezar¨¢n a realizar de forma sistem¨¢tica. Resultan interesantes, pero caen en la monoton¨ªa y no est¨¢n al nivel de las plataformas.

Por si todo esto fuera poco, adem¨¢s hay cien misiones extra para superar, un buen n¨²mero de elementos extra para adornar la isla, as¨ª como conseguir las Esmeraldas del Caos (Sonic) y las Sol Emeralds (Blaze), y la copa Vikinga con las embarcaciones. Incluso terminar el juego no significa m¨¢s que desbloquear algunas de estas caracter¨ªsticas, por lo que la vida del juego, sin ser excesiva, es considerable.

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El apartado sonoro es bastante correcto, con todos los efectos de sonido habituales de la saga que regresan una vez m¨¢s. La banda sonora cuenta con alguna melod¨ªa pegadiza aunque, por lo general son melod¨ªas modestas que no destacan especialmente. En general, ritmos animados acorde al ambiente que predomina en el juego de buen humor.

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La jugabilidad es la de todos los Sonic en dos dimensiones. M¨¢s concretamente, la misma del primer Sonic Rush, pudiendo elegir antes de cada nivel (a partir de cierto punto) jugar con Sonic o con Blaze. Sistema sencillo y directo, aunque en muchas ocasiones resulta algo insufrible el no poder ver algo m¨¢s all¨¢ y acabar sin darse casi ni cuenta en el fondo de un abismo por no haberlo previsto.

A pesar de la gran variedad de elementos del juego, se antoja un poco corto, a la par que sencillo. Su dificultad va en aumento, no obstante, pero no lo suficiente para presentar un reto importante, incluso en niveles de dificultad elevados. Por su parte, los niveles en embarcaciones mar¨ªtimas no dejan de ser una curiosidad que se desvanece con las partidas. Pero de todos modos, el juego resulta divertido e interesante mientras dura, y conseguir todas las esmeraldas y todos los extras nos tendr¨¢n entretenidos durante unas cuantas horas.

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