Tony vuelve a Miami

El pasado octubre, la rompedora trama presentada por Oliver Stone en 1983, la pel¨ªcula Scarface, era adaptada al mundo de los videojuegos en un t¨ªtulo que, lejos de reciclar el argumento original, gir¨® 180 grados el conocido y tr¨¢gico final del largometraje y propuso una historia nueva, una especie de secuela hipot¨¦tica en la que Tony Montana, su protagonista, buscaba reconstruir su arrebatado imperio.

El juego llega ahora a Wii, con un aspecto, mec¨¢nica y argumento similares y la, ya rutinaria, adaptaci¨®n al control que ofrecen el Wiimote y el Nunchuk. Tras El Padrino y Driver Parallel Lines, Montana se une a los mafiosos que dan el salto a la consola de Nintendo, aunque este traspaso del narcotraficante cubano es el que en menor medida ha presentado innovaciones. Tony se mira a un espejo similar al de Vito Corleone o "El Chico", pero que refleja de manera m¨¢s n¨ªtida lo id¨¦ntico.

Tony Montana vuelve a sobrevivir

Acorralado en su lujosa mansi¨®n, el narcotraficante ve pr¨®ximo su fin y decide apretar los dientes y salir, metralleta en mano, de su ya descubierto escondrijo. Esta es la ¨²ltima secuencia del filme, en el que se hace testigo al espectador de la muerte y fin del reinado en Miami de Tony Montana, un mafioso rudo, sin escr¨²pulos, de personalidad agria, y poderoso como pocos.

A partir de aqu¨ª tomamos el control del personaje en el juego, teni¨¦ndole que liberar, en principio, de su espeluznante final. Conseguimos escapar de la casa y semejante ensalada de tiros, y comienza la reconstrucci¨®n de lo que Tony llama "su imperio". Es hora de volver a poner "el mundo en sus manos" y vengarnos del inalcanzable Sosa, quien plane¨® la muerte del protagonista y estar¨¢ m¨¢s enfadado que nunca.

Las misiones se empiezan a marcar en un mapa de una gran y bien recreada Miami. El tel¨¦fono comienza a sonar, hablamos con un par de tipejos, hacemos unos encargos de poca relevancia, robamos unos cuantos coches y pegamos tiros. Esas cosas de mafioso que tantas veces hemos hecho ya, tambi¨¦n en Wii. Pero Scarface: The World is Yours fue diferente y a¨²n lo es. Su protagonista guarda un especial carisma que engrandece a cada momento con brutales "joyas orales".

Sus frases m¨¢s c¨¦lebres de la pel¨ªcula y su marcada est¨¦tica chulesca, que tan bien represent¨® en su d¨ªa Al Pacino, se han plasmado fielmente en el paso del personaje al mundo virtual tridimensional. La conflictiva Miami de los ochenta enmarca de manera sublime las desventuras del personaje y los que le rodean. Es una ciudad que recorrer libremente y que tendremos que controlar de nuevo poco a poco, empezando por ser un burdo camello de drogas hasta convertirnos en todo un personaje popular, con cientos de s¨²bditos a nuestro cuidado y disposici¨®n, y encargados de hacer los trabajos sucios que un d¨ªa hicimos nosotros.

Miami se adapta a Wii

O se queda igual casi, la ciudad del crimen "ochenteno" nos presenta unos gr¨¢ficos excesivamente similares a los vistos en la versi¨®n de PC. Los men¨²s, las misiones, los di¨¢logos, todo sim¨¦trico, y hasta la interfaz espec¨ªfica de algunos retos o minijuegos es id¨¦ntica. Este es uno de los fuertes aspectos en contra de esta revisi¨®n de Scarface para Wii. Visualmente y en su mec¨¢nica de juego se ha quedado pr¨¢cticamente igual.

Los gr¨¢ficos son algo m¨¢s coloristas, como ya nos tienen acostumbrados las consolas de Nintendo, pero poco m¨¢s. Las texturas siguen sin ser detalladas y los efectos de luz, humo, fuego y agua funcionan como hace nueve meses, correctamente pero no de forma sobresaliente. Las carrocer¨ªas de los coches no reflejan mejor los brillos, el clipping sigue apareciendo y los sistemas de f¨ªsicas son los mismos.

En lo que respecta a su apartado sonoro, lo escuchado en la Miami de Montana sigue siendo id¨¦ntico, aunque eso s¨ª, sobresaliente. Podremos o¨ªr m¨¢s de 120 canciones de la ¨¦poca, seleccionarlas y organizarlas a nuestro gusto en un completo reproductor. y hasta disfrutar del juego con la banda sonora de la pel¨ªcula original al completo. Los sonidos FX tambi¨¦n est¨¢n a la altura de lo que cabe esperar de un t¨ªtulo de este g¨¦nero: diferentes ruidos de motor para los veh¨ªculos, m¨²ltiples sonidos de colisiones, agua movi¨¦ndose, disparos diferenciados, etc.

Pero lo mejor de su impresionante apartado sonoro es, sin duda, su doblaje, tanto de los protagonistas como el de la gente de la calle. A pesar de estar en ingl¨¦s y de no incluir las voces originales de la pel¨ªcula, las frases de los distintos personajes son un calco sin censura alguna del lenguaje soez y malsonante empleado por los criminales, colectivos marginales, drogadictos violentos, etc. del filme. Esto, sumado a la violencia e insensibilidad macabra de algunas im¨¢genes lo hace, obligatoriamente, no recomendable para menores de edad.

Jugando a ser Tony, movi¨¦ndonos como ¨¦l

Para el que no conociera su mec¨¢nica, Scarface sigue las l¨ªneas de las ¨²ltimas tendencias en juegos de mafiosos, y las mejora. Su mec¨¢nica de juego dividida en m¨²ltiples misiones que ir realizando en una gran ciudad completamente libre, al estilo GTA o Driver, se lleva al extremo en Scarface. La dualidad del argumento, vengarnos de Sosa por un lado y reconstruir nuestro imperio por otro, da como resultado un juego tambi¨¦n doble y en continua evoluci¨®n. A medida que vayamos adquiriendo bienes y acerc¨¢ndonos a Sosa simult¨¢neamente, iremos disponiendo de nuevos servicios y del trabajo de m¨¢s compinches.

Con el creciente dinero podremos reformar la mansi¨®n de un Tony Montana en ascenso eligiendo diferentes tem¨¢ticas y est¨¦ticas de muebles y paredes. Pronto dispondremos de ch¨®fer, de trasladantes de mercanc¨ªas, de nuestros propios veh¨ªculos, etc. Poco a poco el respeto infundido sobre la ciudad ir¨¢ aumentando hasta que llegue a tal punto que nos permita librar la batalla contra nuestro archienemigo.

Las misiones ser¨¢n, como de costumbre, variadas aunque sin llegar a ser demasiado originales. Conducir de un sitio a otro, infiltrarse en alguna nave o traspaso de dinero y drogas, acabar con alguien o ponerse en contacto con alg¨²n personaje ser¨¢n las tareas que m¨¢s realicemos a lo largo de las m¨¢s de cincuenta horas que nos durar¨¢ si queremos acabarlo al cien por cien. Pero tambi¨¦n habr¨¢ tiroteos desde lanchas, sobornos a polic¨ªas, destrozos de fincas enteras y dem¨¢s acciones que dan cierta diferenciaci¨®n y variedad al t¨ªtulo.

Tony Montana es un tipo duro, con agallas para enfrentarse a lo que sea y al que no le gusta que le provoquen. Por ello, cuando la adrenalina de ¨¦ste llegue a unos topes podremos activar el modo Ira, que pondr¨¢ la pantalla en rojo, la c¨¢mara pasar¨¢ a una visi¨®n difuminada en primera persona, se fijar¨¢n autom¨¢ticamente los objetivos, causar¨¢ m¨¢s da?os sobre estos y rellenar¨¢ nuestra salud a cada disparo. Para llenar el indicador de adrenalina, o "de bolas" como lo llama el propio juego, bastar¨¢ con acertar a enemigos, provocarlos, conducir temerariamente o tener ¨¦xito en conversaciones y negocios.

Este modo, en que todo se ralentiza y se vuelve a nuestro favor, ser¨¢ fundamental para salir con vida de ciertas situaciones en que nos veamos rodeados por un numeroso grupo de enemigos, escapar d la polic¨ªa con un tiroteo, etc. Por ello, se convierte en uno de los pilares de la jugabilidad del t¨ªtulo y tenerlo siempre disponible o hacer buen uso de ¨¦l ser¨¢n las claves del ¨¦xito en bastantes ocasiones. Activaremos dicho modo de Ira agitando fuertemente el Nunchuk.

La conducci¨®n de veh¨ªculos no tiene ninguna implementaci¨®n del sensor de movimiento, lo cual le resta la posible diversi¨®n que esto podr¨ªa haber dado. Con el joystick del Nunchuk moveremos el veh¨ªculo, y al personaje a pie. Con A aceleramos, con C frenamos y con el bot¨®n - montaremos en los coches y barcos, que no en motos. Podremos disparar desde el vehiculo apuntando a la pantalla y pulsando el gatillo B. Tambi¨¦n, si pulsamos "arriba" en la cruceta podremos mirar a nuestra espalda, como si de un espejo retrovisor se tratase. Se puede cambiar entre c¨¢maras diferentes m¨¢s cerca o alejadas del veh¨ªculo.

Andando, utilizaremos Z para fijar objetivos de forma autom¨¢tica, C para empujar a alguien, las direcciones de la cruceta para seleccionar y sacar las armas, y con el puntero y B moveremos las c¨¢maras y dispararemos respectivamente. Podemos elegir entre tres modos de movimiento de c¨¢mara que variar¨¢n la sensibilidad del puntero, el ¨¢ngulo y la precisi¨®n de disparo. Con el bot¨®n 1 se muestra el mapa y las misiones, con el 2 se accede al reproductor de m¨²sica programable.

Y poco m¨¢s, este es el manejo b¨¢sico del Scarface: The World is Yours de Wii. Quedan por comentar los usos espor¨¢dicos que se dan a veces al sensor de movimiento del Wiimote, por ejemplo, al usar armas blancas o una temible sierra el¨¦ctrica. Pero en resumen, podemos hablar de poca adaptaci¨®n al sensor de movimiento y al puntero, y la que se hace, est¨¢ ya bastante trillada por los juegos anteriores del mismo g¨¦nero o incluso de otros. ?ste es el otro de los grandes defectos de esta nueva versi¨®n del juego, su poco aprovechamiento de las cualidades del exclusivo mando de la consola.

Conclusiones

Como ya hemos comentado otras veces, nunca est¨¢ mal que un juego se haga m¨¢s multiplataforma puesto que as¨ª puede llegar a quien no lo disfrut¨® en su d¨ªa. Pero el juego de Tony Montana, y todas aquellas portabilidades que sigan llegando a Wii, deben buscar una buena excusa, factores muy convincentes para hacer el traspaso a la a¨²n joven plataforma de Nintendo. No basta con traer exactamente el mismo juego y aplicarle levemente el control con el nuevo mando.

No obstante, Scarface brilla por s¨ª solo. Fue un juegazo y lo sigue siendo en Wii, es ideal para los que disfrutaron de la pel¨ªcula e imprescindible para los amantes del g¨¦nero que no lo probaron en PC o PS2 hace nueve meses. Sus gr¨¢ficos y efectos son s¨®lo correctos, pero su ambientaci¨®n, su variada jugabilidad y el apartado sonoro le hacen llegar al notable que se merece.

El cubano Tony se ha mirado en el espejo de las conversiones a Wii. No lo ha hecho mal pero podr¨ªa haberlo hecho bastante mejor. Su reflejo es sim¨¦trico, calcado, mostrando una personalidad ¨²nica y absolutamente carism¨¢tica. ?Todav¨ªa no lo conoces? Se llama Tony Montana y el mundo, otra vez, va a ser suyo.

Lo mejor

Lo peor