Un RPG atemporal

Final Fantasy VI fue para muchos, junto a obras como Seiken Densetsu 2 y Chrono Trigger, uno de los hitos de la extinta Squaresoft en SuperNintendo. A pesar del ¨¦xito que cosech¨® tanto en Jap¨®n como en EE UU (rebautizado como FFIII por aquellos lares), el cl¨¢sico no se dej¨® ver en Europa hasta la consagraci¨®n de la saga, alcanzada tras la salida al mercado del noveno cap¨ªtulo para PlayStation.

Lo que finalmente nos lleg¨® a principios de la primavera del 2002 fue la misma versi¨®n de la hab¨ªan disfrutado en Am¨¦rica varios a?os antes, con el a?adido de unos escuetos v¨ªdeos que hac¨ªan so?ar con lo que hubiera dado de s¨ª el cacareado remake para Nintendo 64 que nunca paso de demo t¨¦cnica.

Este verano de 2007 trae consigo el resurgir de un cuento atemporal. Los que no lo descubrieron en su d¨ªa est¨¢n de suerte, ya que ahora tienen la oportunidad de hacerlo gracias a la reedici¨®n que acoge GameBoy Advance. Con ella se completa la adaptaci¨®n completa a la port¨¢til de los tres cap¨ªtulos que vieron por primera vez la luz en la 16 bits de Nintendo. Una despedida por todo lo alto, ya que Final Fantasy VI es un juego que se ha ganado, resistiendo el paso del tiempo, la categor¨ªa de pieza clave en la historia del RPG japon¨¦s.

Final Fantasy VI destaca por muchos motivos, pero uno de los que m¨¢s llama la atenci¨®n es la ausencia de un protagonista absoluto. Ning¨²n otro Final Fantasy ha tenido hasta la fecha tantos personajes jugables como esta sexta entrega (un total de 14), de entre los cuales al menos diez tienen un peso argumental igual de importante.

Terra y Locke conocer¨¢n a personajes tan entra?ables como el mago Stragus y su nieta Relm, el d¨²o tragic¨®mico compuesto por los gemelos Sabin y Edgar... y se unir¨¢n a la causa de compa?eros francamente irrepetibles, como el samurai Cyan, la ex general del Imperio Celes, el mercenario Shadow y el tah¨²r y piloto Setzer. Precisamente fue la manera con la que se nos presentan e intercalan sus historias la que le vali¨® tantos elogios al excelente gui¨®n que protagonizan estos personajes tan carism¨¢ticos.

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A pesar de tener trasfondos tan dispares, a todos ellos les mueve el rencor hacia el Imperio en general y hacia una persona en particular: Kefka, general que teje en las sombras su plan alternativo de conquista, cimentado en el terror impuesto por un uso indebido de la magia. Kefka es, sin lugar a dudas, el enemigo m¨¢s rastrero y cruel de toda la saga, as¨ª como el m¨¢s divertido e ingenioso. Su extravagante personalidad supone un aliciente extra para dejarse mecer por las finas hebras que va hilvanando un argumento repleto de momentos muy graciosos, pero tambi¨¦n duros y amargos.

Son precisamente estos ¨²ltimos los que m¨¢s han calado en jugadores que abarcan incluso diferentes generaciones. La historia que Final Fantasy VI nos presenta no deja indiferente a nadie por lo at¨ªpico de su contenido, mucho m¨¢s maduro de lo habitual. Presenta cuestiones como el suicidio, los embarazos no deseados y la p¨¦rdida de fe en el mundo, temas que dieron de pensar en su d¨ªa y cuyo uso para un videojuego estaba incluso considerado tab¨².

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Si a esto le sumamos escenas que pod¨ªan arrancar las l¨¢grimas de m¨¢s de uno por su fuerte carga emotiva (como los recuerdos de Shadow, la escena de Cyan y el tren fantasma o la historia de Raquel), la relaci¨®n entre personajes del sexo opuesto (alejadas de todo clich¨¦, como tri¨¢ngulos amorosos y dem¨¢s) y el dramatismo general que predomina en la obra, no es de extra?ar que un gui¨®n as¨ª siga siendo considerado como referente en el peque?o universo del RPG nip¨®n.

No todo acababa ah¨ª: escenas tan memorables como la ¨®pera de Mar¨ªa y Draco y el reencuentro de Gau con su padre no hacen m¨¢s que confirmar el nivel de una narraci¨®n a la que no le sobra nada. M¨¢s bien da la sensaci¨®n de que le falta, ya que se agradecer¨ªa que una historia como esta durase m¨¢s. Mucho m¨¢s.

Sin comerlo ni beberlo se puede llegar a la batalla final en aproximadamente 30 horas. Afortunadamente, en exclusiva para esta edici¨®n se ha alargado la experiencia jugable con una mazmorra extra, el Nido del Drag¨®n, que si bien no aporta m¨¢s detalles argumentales ampl¨ªa considerablemente la duraci¨®n del juego. Se desbloquea una vez completada la aventura principal.

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Pero esto no es todo: adem¨¢s del Coliseo original, donde se pueden conseguir objetos exclusivos a base de retar a poderosos rivales en conbates uno contra uno, se ha a?adido una segunda novedad importante para la versi¨®n de GameBoy Advance: el Templo de las ?nimas, una prueba de resistencia en la que se enlazar¨¢n combates y en donde el m¨ªnimo error nos devolver¨¢ al inicio.

Estas t¨¦cnicas pueden ser modificadas por las preseas, reliquias que se van adquiriendo durante la aventura y que modifican tanto al equipo como a los par¨¢metros de un personaje. Cada uno puede equiparse con un par de ellas. La combinaci¨®n de estas sustituyen el sistema de trabajos que se hizo popular en anteriores entregas. Esta simplificaci¨®n agiliza la gesti¨®n que siempre se ha de llevar a cabo en men¨²s, ahorr¨¢ndonos un tiempo esencial que siempre es mejor invertir en el desarrollo de la trama. Por otra parte, casi todos los personajes son capaces de conjurar hechizos e invocaciones, aunque estas ¨²ltimas no se podr¨¢n conseguir hasta bien avanzada la aventura.

Los enemigos son los habituales de la marca, como B¨¦gimo, Molbol y varias bestias de clara inspiraci¨®n mitol¨®gica. Como es de esperar, aparecen otros tantos monstruos nuevos (alguno de ellos incluso llega a protagonizar cameos estelares durante la historia principal, como el pulpo Ultros). Tanto los conocidos como los exclusivos de esta entrega est¨¢n recogidos en una bestiario al que se puede acceder en cualquier momento para cerciorarnos de sus puntos d¨¦biles.

Por otra parte, el mapeado es heredero de las entregas anteriores, si bien con un mayor nivel de detalle. Para desplazarnos por ¨¦l contaremos tanto con el tradicional barco volador, en este caso el Blackjack, como el castillo m¨®vil de F¨ªgaro y el tradicional modo de desplazamiento, a lomos de un chocobo. El mapa del mundo cambiar¨¢ una vez finalice el primer ciclo de la aventura, que marcar¨¢ un punto de inflexi¨®n en la trama.

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Irremediablemente y por su propia naturaleza, el desarrollo es lineal aunque deja bastante espacio a la elecci¨®n de alternativas que derivan en interesantes misiones secundarias. Existe un generoso n¨²mero de subtramas que no son imprescindibles para finalizar la aventura, en su mayor¨ªa relacionadas con la b¨²squeda de nuevos personajes (o ya conocidos, que por un motivo u otro han acabado alejados del grupo principal). Para disfrutar de Final Fantasy VI al 100% y conseguir los retazos m¨¢s interesantes del gui¨®n, adem¨¢s de contar con la mayor cantidad de personajes posible, habr¨¢ que batir el mapeado una y otra vez a la espera de activar los eventos que hacen de este t¨ªtulo un juego tan especial. 

La mejor manera de apreciar el trabajo del maestro Uematsu es dejarse llevar por cada uno de estos temas una vez finalizada la partida, y as¨ª descubrir todo lo que son capaces de condensar y expresar. La banda sonora de Final Fantasy VI ha sido, junto con la de la cuarta entrega, de las m¨¢s prol¨ªficas de la saga dada la calidad de sus composiciones.

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En resumidas cuentas... independientemente de si gusta el g¨¦nero o no, todo el mundo deber¨ªa darle una oportunidad a este estandarte de la escuela tradicional del RPG nip¨®n. Final Fantasy VI da la impresi¨®n de no haber envejecido un ¨¢pice, ya que a pesar de los a?os ha sabido retener la magia que le catapult¨® al estrellato en todo el mundo. Resulta curioso comprobar como incluso a d¨ªa de hoy, al jugar, parece que el tiempo a nuestro alrededor pase m¨¢s deprisa.

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