?Kick??Punch !

A pesar de haber protagonizado ¨²nicamente dos juegos y realizar alg¨²n que otro cameo, Parappa es una figura conocida y querida dentro del mundillo. Parappa The Rapper, saga que vio la luz en PlayStation all¨¢ por 1997 asombr¨® a propios y extra?os tanto por su planteamiento jugable como por su estilo art¨ªstico bastante personal y marcado.

Ahora diez a?os despu¨¦s, y tras haber pasado tambi¨¦n por PlayStation 2, nos llega a PSP el primer t¨ªtulo en una versi¨®n casi id¨¦ntica a la original con alg¨²n que otro a?adido, pero como os hab¨ªamos avanzado hace unos meses la conversi¨®n es "pixel perfect".

El sentido del juego no es otro que el de rapear. A trav¨¦s de 6 niveles tendremos que ayudar a Parappa a realizar algunas acciones al ritmo del rap: aprender kung-fu, hacer una tarta, sacar el carnet de conducir, estar de vendedor en un mercadillo, hacer cola para ir al ba?o o finalmente dar un concierto. La mec¨¢nica del juego es al menos en teor¨ªa muy simple: en cada nivel tendremos a un maestro al que tendremos que imitar en cada una de sus estrofas.

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As¨ª se rapea...

Y decimos simple en la teor¨ªa, porque en la pr¨¢ctica mantener una buena puntuaci¨®n puede hacerse complicado si cogemos el juego por primera vez. Para superar cada nivel tendremos que mantener una puntuaci¨®n siempre positiva, si llegamos al final con una puntuaci¨®n mala o directamente lo hacemos horrible durante el juego perdemos la partida. Para complicarlo a un m¨¢s, pasar de una puntuaci¨®n alta a otra baja es relativamente sencillo y una partida que empezaba perfecta puede llegar a resultar fatal.

El mecanismo es simple: en la parte superior de la pantalla tendremos una o varias l¨ªneas d¨®nde ir¨¢n apareciendo los botones a pulsar. Cuando llegue nuestro turno, una peque?a marca se ir¨¢ desplazando por la l¨ªnea y pasar¨¢ por encima de los botones, momento en debemos apretar el bot¨®n marcado, aunque no necesariamente en el momento exacto. Parappa the rapper no es un juego de precisi¨®n, sino m¨¢s bien un juego para ajustar el ritmo de las canciones e incluso poder improvisar.

Si ajustamos bien la pulsaci¨®n con el momento en que la marca pasa por encima de ¨¦l no deber¨ªamos tener problema alguno, pero cuando llegan combinaciones de botones resulta bastante complejo de seguir. Por ello una de las recomendaciones es olvidarse de la precisi¨®n y pulsar el bot¨®n correspondiente cuando lo creamos oportuno de manera que Parappa cante la canci¨®n manteniendo el ritmo. Si adem¨¢s de ajustar el ritmo, sabemos improvisar con nuevos botones manteniendo la canci¨®n entendible ganaremos m¨¢s puntos.

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El juego resulta adictivo tanto por el hecho de intentar pasarse los diferentes niveles, como por escuchar las diferentes melod¨ªas que con poco que juguemos retumbar¨¢n en nuestro cerebro para toda la eternidad. El principal problema es que el juego en unas pocas horas podremos terminarlo y los m¨¢s h¨¢biles y duchos en la serie en varios minutos.

En 10 a?os han pasado por nuestras manos infinidad de juegos y hemos apreciado generaci¨®n tras generaci¨®n saltos tecnol¨®gicos muy pronunciados, y a pesar de esto t¨ªtulos como Parappa the Rapper aun nos siguen sorprendiendo, y en este caso concretamente podemos decir que goza de un estilo art¨ªstico muy notable y un conjunto de temas musicales, que aunque escaso, posee una calidad muy alta.

Los personajes de Parappa the Rapper son entidades planas en un escenario tridimensional con un acabado lleno de color y alegr¨ªa, lo que le da una est¨¦tica casi con nombre propio. Los dise?os de escenarios y personajes no son gran cosa, pero el resultado final en consonancia con la m¨²sica y el factor jugable en s¨ª hacen del tiempo de juego un excelente pasatiempo para cualquiera de los sentidos.

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En el apartado de audio tampoco hay nada que destacar frente a la versi¨®n original. La alta calidad de las canciones sigue manteni¨¦ndose intacta tras toda una d¨¦cada, a lo que hay que sumar las que podemos descargar -remixes de las anteriores- a trav¨¦s de la red. En un juego musical es de caj¨®n que el sonido debe ser uno de los puntos mejor tratados y sin duda en Parappa se ha hecho as¨ª. La ¨²nica pega que podemos hacer notar es que el n¨²mero de canciones sea casi ¨ªnfimo.

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