Despu¨¦s de estrenarse en Nintendo DS con uno de los mejores plataformas de los ¨²ltimos a?os, Kirby regresa a la port¨¢til de doble pantalla en una aventura cl¨¢sica, con sabor a?ejo, recuperando toda la magia de sus entregas 2D puras. Los que disfrutaron de joyas como Kirby Nightmare in Dreamland o Kirby & The Amazing Mirror encontrar¨¢n en Mouse Attack un nuevo referente, un plataformas bidimensional magn¨ªfico que parte de un gran problema: su sucesor.
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Kirby y el Pincel de Poder era (es) una aut¨¦ntica joya, un plataformas no s¨®lo s¨®lido a nivel t¨¦cnico, sino encima jugablemente por encima de la media, aprovechando al 200% la pantalla t¨¢ctil de la consola. Kirby hab¨ªa perdido sus miembros por culpa de una maldici¨®n y nosotros ten¨ªamos que dibujar sus caminos con una ?tinta m¨¢gica', salida nada menos que de nuestro stylus. La interacci¨®n con el entorno, en conjunci¨®n con un dise?o de niveles sublime, convert¨ªa el t¨ªtulo en un imprescindible y as¨ª lo dejamos ver en MeriStation, otorg¨¢ndole un m¨¢s que merecido 9/10. Ahora la bola rosada de Nintendo 'vuelve al pasado'. Kirby Mouse Attack -Sneak Squad en EEUU- se olvida de todo lo del t¨ªtulo anterior y regresa a sus or¨ªgenes, vuelve a recolocar al personaje en un entorno cerrado, lleno de m¨¢gicos enemigos y su apetito vuelve a ser su arma principal.
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Nunca molestes a un h¨¦roe hambriento El argumento de Kirby Mouse Attack es tremendamente rid¨ªculo, una muestra m¨¢s de que s¨®lo sirve como hilo conductor para fases y fases de plataformas. No hay necesidad de desarrollar un gui¨®n de pel¨ªcula ni mucho menos, esto es algo que en los Kirby nunca ha sido el punto fuerte y aqu¨ª se mantiene. Todo comienza con Kirby tom¨¢ndose un merecido descanso por DreamLand. Preparado para comerse un jugoso y sabroso trozo de pastel. Relami¨¦ndose s¨®lo con mirarlo, haci¨¦ndose la boca agua. Y justo cuando va a pegar un bocado? ?desaparece!. Nuestro h¨¦roe, indignado, con un cabreo equiparable a su hambre, se decide a vengarse y se dirige al palacio del Rey Dedede?; este es el punto de partida, claro que posteriormente todo empezar¨¢ a dar giros y el ladr¨®n del pastel acabar¨¢ siendo el menos esperado. ?Qui¨¦n? Ya lo descubrir¨¦is. Salta, vuela, traga? Kirby siempre ha sido un h¨¦roe vers¨¢til, no cabe duda. Es uno de los pocos personajes de videojuegos capaces de adoptar formas y habilidades de sus enemigos, m¨¢s de una veintena, y por si mismo cuenta con suficientes posibilidades como para hacer temblar al m¨¢s valiente. Un regreso a los or¨ªgenes se materializa en todo esto y mucho m¨¢s. As¨ª, la principal caracter¨ªstica diferenciadora de la bola rosada es, evidentemente, el poder tragarse a sus enemigos.
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Y precisamente en esto es donde se materializa la utilidad de la pantalla t¨¢ctil, representando el est¨®mago de Kirby. Nuestro h¨¦roe puede almacenar hasta cinco objetos -o habilidades- que podr¨¢ utilizar posteriormente. Para activarlas bastar¨¢ con hacer click encima con el stylus. Desde trozos de carne, tomates o botellas de energ¨ªa, hasta todo tipo de habilidades. Tambi¨¦n podemos eliminar los objetos guardados arrastr¨¢ndolos hacia arriba, y as¨ª escupi¨¦ndolos. M¨¢s all¨¢ de este peque?o a?adido t¨¢ctil, ¨²til pero tampoco determinante al fin y al cabo, lo dem¨¢s es un constante carrusel nost¨¢lgico por los m¨¢s fant¨¢sticos tiempos de las 16bits, un plataformas 2D puro, como los de anta?o, sin complicaciones pero perfectamente desarrollado, capaz de enganchar desde la primera partida y tremendamente divertido.
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La base sigue siendo la misma de siempre: Kirby, una bola rosada capaz de absorber a sus enemigos y cargar su est¨®mago con aire para volar, deber¨¢ avanzar por ocho mundos con unas cinco-seis fases cada uno, m¨¢s un enfrentamiento con un jefe final. La finalidad ser¨¢, como coment¨¢bamos por arriba, encontrar al ladr¨®n de su trozo de pastel y su meta, m¨¢s all¨¢ de vengarse, ser¨¢ degustarlo como es debido. Para ello cuenta con muchas armas a su favor. Su cat¨¢logo de t¨¦cnicas y/o habilidades ha aumentado gracias a la introducci¨®n de nuevos enemigos. Para los que nunca hayan probado un t¨ªtulo de la serie, decir que una vez tragado un enemigo y presionando abajo en el pad de control, Kirby toma su poder y lo usa a conciencia. As¨ª, podremos volver a usar espadas, boomerangs, escupir fuego o hielo, visi¨®n l¨¢ser o convertirnos en ovnis, entre muchas otras cosas. Estos 'disfraces' han ganado utilidad, siendo ahora m¨¢s necesarios que nunca para explotar al 100% el juego. Repartidos por el escenario encontramos varios cofres (120 en total en los ocho mundos), la mayor¨ªa de ellos ocultos o visibles pero dif¨ªcilmente accesibles. Para coger algunos tendremos que tener un tipo de habilidad concreto, el de escupir fuego para derretir paredes, por ejemplo, el l¨¢ser para disparar de forma que el proyectil acabe dando -tras unos botes- en el objetivo, etc¨¦tera.
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Los enemigos de final de nivel son tambi¨¦n mucho m¨¢s caprichosos, contando con algunos patrones de ataque bien planteados y que, sin las habilidades apropiadas, ser¨ªan dif¨ªciles de vencer. Desgraciadamente es una l¨¢stima que el juego sea, en realidad, ciertamente f¨¢cil y muy, muy corto en su modo principal, pudiendo superarse en una tarde sin mayor problema. Por suerte una vez superado a¨²n quedan cosas por explotar. El a?adido de los 120 cofres da un valor rejugable enorme al t¨ªtulo, ret¨¢ndonos a explorar a conciencia los escenarios para conseguirlos todos. Obtenerlos tiene como premio una nueva modalidad extra. Del mismo modo, paralelamente al modo principal encontramos varios minijuegos ciertamente divertidos, tres desbloqueados de inicio y un cuarto que resulta ser un enfrentamiento directo con los jefes. Y sin irnos tan lejos, seg¨²n consigamos cofres iremos obteniendo scrolls de poderes que, fusion¨¢ndolos, dan como resultante poderes extra.
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