Un cl¨¢sico que se renueva

Xbox Live Arcade recibe por tercera vez el cl¨¢sico de Namco Pac-Man, tras el t¨ªtulo original y su versi¨®n femenina Ms. Pac-Man. Tal vez pueda parecer un n¨²mero excesivo de versiones de un mismo juego con un concepto de por s¨ª sencillo y hasta cierto punto repetitivo. Pero eso no quita que nueva entrega pueda ofrecer sus puntos de originalidad y conseguir convertirse en una atractiva propuesta.

Pac-Man Championship Edition es una revisi¨®n muy interesante del juego cl¨¢sico de la mascota de Namco. El jugador se encuentra con los elementos habituales: Pac-Man, los fantasmas, las bolas para comer, las que permiten atacar a los fantasmas, las frutas y un sinf¨ªn de laberintos. La idea b¨¢sica radica en hacerse con las bolas del escenario sin que los fantasmas acaben con la vida del personaje.

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Sin embargo, la principal diferencia radica en que ahora todo ello tiene un tiempo l¨ªmite. Al inicio de la partida, s¨®lo disponible en su modalidad para un jugador, se da a elegir el modo de juego que se quiere disfrutar, entre seis modalidades distintas: una de campeonato (cinco minutos), dos de desaf¨ªo (diez minutos) y tres extra (cinco y diez minutos).

La disposici¨®n de los laberintos var¨ªa entre unos y otros, adem¨¢s de que las condiciones tambi¨¦n son distintas en t¨¦rminos de velocidad de movimiento de Pac-Man, de los fantasmas o incluso de la luz alrededor del personaje, que puede llegar a ser pr¨¢cticamente nula impidiendo ver los estrechos y enrevesados caminos, que desaparecen literalmente si no hay bolas que indiquen la ruta a seguir.

De este modo, el nivel de reto es muy superior a los originales, ya que la intenci¨®n es sobrevivir durante un tiempo l¨ªmite e intentar conseguir las puntuaciones m¨¢s elevadas posibles dentro de esos minutos prefijados. La ¨²nica pega que se le puede destacar a este respecto es, justamente, el hecho de contar con dicho l¨ªmite temporal, ya que no existe ning¨²n modo de poder disfrutar del juego hasta nuestra muerte total, emplaz¨¢ndonos a la versi¨®n cl¨¢sica del juego para ello.

T¨¦cnicamente se juega mucho con la mezcla de efectos m¨¢s novedosos y los elementos cl¨¢sicos. En concreto, tanto Pac-Man como los fantasmas no han evolucionado pr¨¢cticamente nada, ofreciendo los sprites sencillos con un par de animaciones habituales. Es en los escenarios y en los efectos de luz (a destacar la sensaci¨®n de infierno que produce el juego al poder comer a los fantasmas) donde se dejan ver nuevas t¨¦cnicas.

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El apartado sonoro puede ser, f¨¢cilmente, el menos trabajado del t¨ªtulo, con las viejas melod¨ªas de sobra conocidas y los efectos de sonido habituales. Cierto es que no se han introducido grandes mejores, pero no se le puede reprochar nada al juego ya que cualquier otro intento de variar este esquema en t¨¦rminos t¨¦cnicos seguramente estropear¨ªa la esencia del juego.

En t¨¦rminos jugables es donde se encuentra el gran atractivo de este juego. Sin lugar a dudas, el esquema sencillo pero tremendamente adictivo de Pac-Man gana en intensidad gracias al reto temporal, pero sobre todo a la inclusi¨®n de tablas de r¨¦cords mundiales que incitan al usuario a intentan mejorar ya no s¨®lo sus marcas personales, sino las de otros jugadores de todo el globo terr¨¢queo.

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