Little Big Planet, Impresiones

Game 3.0 es la nueva bandera de Sony para conseguir el triunfo de su estrategia online, estrechamente vinculada al potencial ¨¦xito de Playstation 3 y PSP en cierta medida, ya que es uno de los elementos propios que Sony ha llevado a la mesa: la idea de hacer part¨ªcipe a la comunidad de jugadores en sus t¨ªtulos de una forma m¨¢s activa -por supuesto, dentro del ¨¢mbito de consolas y dejando de lado la vasta comunidad que hay entorno a los compatibles-.

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Pero el mundo de la creaci¨®n en PC, aunque es enormemente rico, est¨¢ tambi¨¦n limitado tanto en p¨²blico como en la curva de dificultad necesaria para empezar a crear contenidos. Hacer un mapa en un FPS no es una tarea nada f¨¢cil, m¨¢xime si se quiere hacer con una calidad notable; tampoco resultan f¨¢ciles de realizar las diferentes modificaciones y a?adidos que se pueden ver en juegos de estrategia o de rol. Si a pesar de las dificultades, hay una comunidad tan creativa y brillante en compatibles  ?qu¨¦ pasar¨ªa si se le diera al potencialmente mayor p¨²blico de consola unas herramientas simples e intuitivas para crear sus propios juegos y experiencias?

Eso es lo que SCE y Media Molecule -el estudio responsable de Little Big Planet- quiere descubrir. En una ¨¦poca donde las compa?¨ªas han descubierto lo provechoso que resulta dotar de poder creativo a los individuos -MySpace, YouTube...-, este juego viene a montar en esa ola y a ofrecer la posibilidad de crear y compartir tus propias fantas¨ªas, as¨ª como participar en la de los dem¨¢s.

Salvando unos pocos ejemplos bastante poco representativos en consola -RPG Maker-, hay muy pocos ejemplos de t¨ªtulo en los que se deje el poder creativo al usuario, aunque ha habido algunos experimentos interesantes con editores. El mayor problemas s la falta de un interfaz adecuado, ya que el rat¨®n y el teclado resulta una combinaci¨®n m¨¢s intuitiva para trabajar con un editor que lo que ofrece las limitadas opciones de un pad. Adem¨¢s est¨¢ el hecho de que uno de los grandes argumentos para crear contenidos propios es poder compartirlos, algo que las consolas y sus limitadas opciones online no hubieran permitido hasta hace muy poco.

Pero las cosas han cambiado. Playstation 3, con su disco duro de serie y su capacidad para conectarse a la red de redes ofrece una plataforma adecuada sobre la que desarrollar un proyecto como el de Little Big Planet. Sobre el interfaz, la receta de media Molecule ha sido la de forzar algunas decisiones de compromiso en orden de hacer la experiencia lo m¨¢s intuitiva posible; la perspectiva debe de ser forzosamente 2.5D, con un scroll que se mueve desde la izquierda hasta la derecha y con unos personajes que ser¨¢n siempre mu?ecos de trapo, aunque puedan ser infinitamente personalizados.

Esas limitaciones permiten que cualquiera pueda empezar a crear sus propias fases con relativa facilidad. Sin tener que preocuparse por hacer cosas tan complejas como crear espacios tridimensionales coherentes, el jugador/creador puede concentrarse con m¨¢s facilidad en implementar aquellos elementos que van a hacer su escenario ¨²nico. Ya no hay m¨¢s limitaciones en lo que puedes hacer, de modo que habr¨¢ qui¨¦n quiera crear una aventura en la que abunden los puzzles o una experiencia m¨¢s plataformera.

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Colocar elementos es sumamente f¨¢cil y se realiza desde el propio juego, sin tener que hacer funcionar una herramienta aparte. Simplemente hay que coger a uno de tus mu?ecos y usar el men¨² que abre las distintas piezas que puedes poner en el escenario. Una vez elegida la estructura que quieres poner, puedes decidir en qu¨¦ grado de profundidad quieres tenerla, de modo que se distinga entre lo que son fondos de la pantalla y los objetos que desees que est¨¦n f¨ªsicamente en tu escenario. Aparte de las m¨²ltiples opciones que ya vienen incorporadas de serie, es posible tambi¨¦n meter contenido propio y usarlo en tus creaciones, pudiendo meter una foto desde el disco duro y utilizarla para adornar cualquier elemento que hayas incorporado al mapa.

La clave para mantener la coherencia de este mundo reside en la f¨ªsica. Es posible realizar cualquier tipo de escenario, pero las relajadas reglas f¨ªsicas presentes proporcionan una gu¨ªa para saber c¨®mo van a funcionar todos los detalles y c¨®mo van a responder los 'mu?ecos de trapo' a esos cambios, As¨ª por ejemplo, si creas un obst¨¢culo grande en medio del camino, es importante saber qu¨¦ quiz¨¢s ese objeto no pueda ser superado sin la ayuda de otros jugadores, de modo que hay que saber muy bien qu¨¦ introducir, en funci¨®n de si deseas crear una experiencia compartida o solitaria.

Tuvimos oportunidad de comprobarlo en un reciente viaje a Londres, donde pudimos jugar a la misma pantalla que se utiliz¨® en la presentaci¨®n en el GDC. Uno de los primeros detalles interesantes es ver que los gr¨¢ficos tienen un aspecto fant¨¢stico y que los fondos del escenario, hechos a manos e importados al juego, daban un aspecto realmente especial al t¨ªtulo. Las animaciones de los mu?ecos y  la sensaci¨®n f¨ªsica que desprend¨ªan terminaban de consolidar un excelente pilar tecnol¨®gico sobre el que empezar a trabajar.

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Desde un primer momento qued¨® claro que la prioridad de Sony con esa demo era mostrar el juego cooperativo y c¨®mo los jugadores deb¨ªan competir y ayudarse entre s¨ª para hacer diversas acciones, como levantar pesadas caracolas en el aire y depositarlas encima de palncas para hacer contrapeso y levantar puertas. A lo largo de los breves minutos que pudimos disfrutar con esta versi¨®n jugable, nuestra satisfacci¨®n iba en aumento al ver c¨®mo se pod¨ªa jugar con la avanzaa f¨ªsica para crear experiencias nunca vistas en un juego con esta perspectiva. No era dif¨ªcil imaginarse lo que usuarios talentoso podr¨ªan hacer cuando dedicaran algunas horas a manipular los miles de objetos a su disposici¨®n.

Parte de la culpa del encanto que pueda tener este juego reside tambi¨¦n en sus protagonistas, los mu?ecos de trapo. Gracias a las m¨²ltiples opciones de personalizaci¨®n, es posible crear cientos de avatares distintos a los que se puede modificar cara, vestuario y complementos, algunos divertidos, otros m¨¢s serios o incluso siniestros. El sensor de movimiento del Sixaxis proporcionaba control sobre la cabeza y los brazos de estos, por lo que mover el mando adecuadamente, era posible hacer girar la cabeza del mu?eco hac¨ªa un compa?ero o bailar moviendo los brazos seg¨²n quisieras. Incluso era posible hacer que el mu?eco pegara collejas sacudiendo el mando mientras estaba alguien cerca.

Las sensaciones eran muy buenas en todo momento. El control era simple, intuitivo y completo, con las opciones adecuadas para que la partida fuera divertida. Detalles como ayudar a otro jugador a subir a un sitio elevado, o el de obstaculizar su avance para recoger m¨¢s objetos, creaba el tipo de din¨¢mica que tienen los juegos de los que no sabes qu¨¦ esperar. La pantalla ten¨ªa algunos puzzles bastante sencillos y tambi¨¦n permit¨ªa ver un atisbo del motor f¨ªsico, con balones que giraban ante nuestros empujones o monopatines que rodaban con nosotros encima. Con cuatro jugadores trabajand al un¨ªsono, conseguimos completar la demostraci¨®n mientras en nuestras cabezas bull¨ªan todo tipo de preguntas sobre el potencial real del t¨ªtulo ante nuestros ojos.

De momento habr¨¢ que esperar para encontrar las respuestas. Se sabe que el t¨ªtulo tendr¨¢ una versi¨®n descargable a trav¨¦s de la PSN y que tambi¨¦n aparecer¨¢ una versi¨®n Blu-Ray con  fases ya incorporadas. No habr¨¢ distinciones entre los dos t¨ªtulos, por lo que los editores son los mismos y los jugadores pueden participar todos juntos independientemente de la versi¨®n que tengan. Aunque todav¨ªa no se han rebelado todos los detalles, s¨ª se sabe que habr¨¢ una potente herramienta en la que se podr¨¢n "colgar" los mapas, clasific¨¢ndolos seg¨²n diferentes par¨¢metros como n¨²mero de descargas o valoraci¨®n de los jugadores. Si las posibilidades de creaci¨®n son tan potentes e intuitivas como se espera y Sony consigue con su marketing que este t¨ªtulo cale hondo entre los aficionados, podr¨ªamos estar ante el principio de una tendencia realmente importante y apasionante.

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