SNK vs. Capcom Card Fighters DS, Impresiones

M¨¢s tiempo del previsto se ha tardado finalmente para lanzar uno de los juegos m¨¢s esperados de DS desde su salida; SNK vs Capcom: Card Fighters. Una especie de port del aclamado t¨ªtulo para NeoGeo Pocket que aunaba, al igual que ¨¦ste, los personajes m¨¢s populares de ambas compa?¨ªas y sus respectivas sagas, tales como Street Fighter o Metal Slug, por mencionar tan s¨®lo dos entre tantos.

Para dar forma a una propuesta tan codiciosa como la que SNK Playmore nos ofrece, se ha optado por un sistema de cartas muy simple y elemental, combinado con una historia narrada en forma est¨¢tica, de la misma forma que Phoenix Wright. Sin embargo, todo el hilo argumental se deja en un segundo plano para dar total ¨¦nfasis al sistema de cartas, basado a su vez en un m¨¦todo que ya se populariz¨® en su d¨ªa gracias a Yu-Gi-Oh! en GBA.

Poco Rol

El elemento Rol desaparece por completo para dar lugar a un mapa que aparecer¨¢ en la pantalla superior, en el que s¨®lo podremos indicar el destino deseado. Por lo tanto, lejos de tener que seguir una l¨ªnea marcada por el argumento, el cartucho se limita a ofrecernos combates a diestro y siniestro mientras que vamos adquiriendo nuevas cartas, bien sea derrotando a ciertos enemigos o compr¨¢ndolas en tiendas dirigidas a tal fin.

Ampliar

Ampliar

Dec¨ªamos anteriormente que el argumento juega un papel irrelevante ¨¦ste t¨ªtulo, no en vano la trama ofrece los t¨ªpicos elementos gen¨¦ricos en los RPGs tradicionales; un personaje adolescente con un gran potencial para proclamarse ganador en un campeonato, otro compa?ero no tan h¨¢bil, un rico magnate y un ordenador que ha tomado las riendas de la situaci¨®n etc. Este ¨²ltimo punto es, precisamente, el m¨¢s importante dentro del gui¨®n.

Un rico experto en cartas organiza su anual torneo de ?Card Fighters' con el prop¨®sito de descubrir al mayor talento de su deporte favorito. Su hijo es casualmente el mejor amigo de nuestro h¨¦roe, por lo que ambos se ven inscritos en el torneo para sorpresa del ¨²ltimo. Junto a ellos dos, una simp¨¢tica amiga que nos servir¨¢ de tutorial en los proleg¨®menos de los primeros combates.

Citados en una torre adecuada para el torneo, todo parece en orden hasta que ?Max', una computadora de ¨²ltima generaci¨®n, toma las riendas de la situaci¨®n. Este ordenador con nombre de aire perruno resulta ser un enemigo en potencia de la humanidad, que sin venir a cuento planea descubrir ¨¦l solito al mejor luchador de cartas llev¨¢ndose por delante a su creador y a quien haga falta. A ra¨ªz de ello, todo el mundo ha desaparecido. Y s¨ª, aunque parezca sorprendente e incluso surrealista si cabe, nosotros tres somos los ¨²nicos que seguimos en la torre.

12 pisos, 500 contrincantes

La torre donde transcurre el torneo consta de doce plantas, cada una de ellas accesible desde un ascensor en particular situado siempre en su planta inferior. Cada parte del edificio es b¨¢sicamente como un nivel representado por un motor gr¨¢fico muy similar al de los RPGs. Como coment¨¢bamos anteriormente, en la pantalla inferior encontramos un mapa con los iconos de los lugares a los que podremos acceder.

Ampliar

Ampliar

Todos nuestros contrincantes tienen los ojos rojos debido a su 'posesi¨®n infernal' -o eso dicen-, por lo que tras recitar alg¨²n absurdo balbuceo digno de un fumador de porros -de ah¨ª que no nos creamos eso de la posesi¨®n infernal-, algo as¨ª como 'fight' 'uuhh' 'oohh', nos retan directamente a echarnos una partida de cartas. Vaya valor, estos monstruos. Una vez vencidos y ya transcurrida la 'supuesta ?Posesi¨®n Infernal'', los personajes huir¨¢n despavoridos. Tras repetir el proceso tantas veces como sea necesario el ascensor del piso se desbloquear¨¢ y tendremos acceso al piso superior.

Con cartas y a lo loco

Como comprender¨¦is, el sistema de combate es el punto m¨¢s interesante del juego. El esquema empleado es muy similar al de otras entregas populares como las inspiradas en el anime Yu-Gi-Oh!; antes de comenzar cada combate hemos de organizar adecuadamente nuestras cartas seg¨²n el elemento al que pertenezcan, su nivel de rareza y caracter¨ªsticas propias. Ya en combate, la banca ira proporcion¨¢ndonos cartas a la par que nos desechamos de ellas seg¨²n su disposici¨®n en nuestro 'deck'.

Emplear las cartas requiere unos puntos de juego en concreto, que var¨ªan seg¨²n colores. Si conseguimos suficientes puntos comenzaremos a colocar nuestras cartas en el tablero, siendo menester esperar un turno para desbloquearlas de cara a atacar con ellas. Nuestro contrincante no piensa, simplemente lanza las cartas y realiza todas las acciones a gran velocidad. Sus cartas son un gran enigma para nosotros ante de atacar, por lo que algunos combates requieren algo de paciencia y sobre todo saber gestionar los puntos m¨¢gicos que se nos ofrecen.

Ampliar

Ampliar

Pero adem¨¢s de atacar tambi¨¦n ser¨¢ menester el defender si no queremos perder todos nuestros puntos de vitalidad y consecuentemente perder el combate. Por lo tanto, no siempre nos viene atacar con todas las cartas que ya se han desbloqueado, sino que es m¨¢s aconsejable ser pacientes y defendernos adecuadamente. Si esto sucede, carta y carta se lanzar¨¢n sus respectivos ataques, perdiendo as¨ª sus puntos de vitalidad propios.

Hay otros elementos interesantes dentro del sistema de cartas, pero aqu¨ª os ofrecemos un simple vistazo para que comprend¨¢is d¨®nde se encuentra la ?chicha' de esta aventura. Gr¨¢ficamente no ofrece grandes alardes, como tampoco a nivel sonoro. La posibilidad de disputar de cartas con los personajes cl¨¢sicos de dos grandes empresas dentro del mundo de los videojuegos es sin duda un elemento clave a la hora de convencer a un gran n¨²mero de p¨²blico para adquirir el juego.

Sin embargo, est¨¢ por ver si su sistema de juego ofrece algo m¨¢s que luchas de cartas invariables, con el resto de apartados de atrezzo para agradar algo la vista. Si finalmente llega a Europa como hasta el momento se espera, desde MeriStation seremos los primeros en descubrir si realmente el juego es tan malo como dice la prensa norteamericana o si simplemente se trata de un enfoque equivocado.

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar