Burlando la muerte

Death Jr. ya es conocido por todos los usuarios de la port¨¢til de Sony. Para los que no lo recuerden Jr. es el protagonista de un plataformas vistoso que no tuvo mucho ¨¦xito y que parece querer una segunda oportunidad en PSP, puliendo algunos de los problemas jugables de la primera entrega.

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De momento, lo m¨¢s apreciable es que en esta ocasi¨®n Death Jr. comparte protagonismo con una nueva compa?era, Pandora, personaje controlable que sin embargo demuestra demasiadas similitudes con el personaje principal. Una mejora est¨¦tica m¨¢s que jugable, su elecci¨®n se basar¨¢ en cuestiones de variedad por encima de buscar nuevos movimientos o rutas alternativas, algo que hubiera estado muy bien.

Death se mueve por escenarios que recuerdan mucho a Rayman de Nintendo 64 y Dreamcast, salvo que en esta ocasi¨®n nuestro protagonista reparte tortas con su guada?a a modo de garrote (m¨¢s que como hoja afilada y mort¨ªfera) y con una pistola de rayos de munici¨®n limitada. La guada?a es una clara referencia a su origen, hijo de La Muerte, pero adem¨¢s un buen instrumento de ayuda para superar plataformas colgantes, porque de esas tambi¨¦n hay en este juego.

Con respecto a la primera parte no se han introducido grandes cambios en un motor gr¨¢fico que podr¨ªa tildarse de "aceptable". El esfuerzo de los grafistas se ha dirigido fundamentalmente a intentar superar el n¨²mero de personajes de la primera parte, un trabajo con resultados satisfactorios y a veces divertidos. Al igual que la primera parte, sin embargo, destaca el aspecto art¨ªstico del juego, presentando de nuevo una curiosa mezcla de diversi¨®n y terror del todo curiosa.

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Death Jr clama ser el primer juego en PSP que usa HDR, una t¨¦cnica de iluminaci¨®n din¨¢mica muy de moda estos d¨ªas y que permite fuentes de luz m¨¢s realistas y brillantes. Una muestra m¨¢s del asombroso potencial de la consola pero que contrasta sin embargo con texturas flojas y elementos en pantalla algo simples. En conjunto, un motor 3D muy estable, con grandes detalles pero a la vez peque?as decepciones, un equilibrio dif¨ªcil de valorar.

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En el plano jugable la novedad m¨¢s rese?able es la ya mencionada incorporaci¨®n de una coprotagonista que compartir¨¢ aventura, escenarios y hasta fases y dise?o de armas. Porque desgraciadamente no hay apenas diferencias, donde Jr. se sirve de una guada?a Pandora, que as¨ª se llama su novia y compa?era de fatigas, utiliza un l¨¢tigo; y donde Jr. obtiene nuevas pistolas y lanzamisiles Pandora se equipa con armas de efectos similares.

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Al hilo de esta nueva posibilidad se ha implementado adem¨¢s un modo de juego cooperativo entre dos usuarios a trav¨¦s del Wi-Fi de la consola, el ad-hoc, que permite recorrer escenarios ya visitados jugando dos a la vez. No es un modo completo de juego, obliga previamente a superar las fases de forma individual, y tampoco es a trav¨¦s de internet, otra gran pega de una conexi¨®n en la que todos los fabricantes tienden a excluir a la red de redes. Es un extra que alarga la vida de niveles con cierta frescura en momentos y relativa reincidencia sobre los mismos patrones en otras.

Muy similar en desarrollo a su primera parte, est¨¢ claro que toma prestado un poco de Jack and Daxter y otro poco de Ratchet and Clank. Precisamente es su gran baza, pues se trata en el fondo de un plataformas de toda la vida con dosis de personalidad, una inspiraci¨®n sobre seguro y un buen n¨²mero de armas e items potenciadores, una historia m¨ªnima que no merece ser recordada y una banda sonora que cumple y al menos resulta amena. Todo ello mezclado con una chispa de originalidad que invita a llegar hasta el final.

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Arreglados los problemas de c¨¢mara de su predecesor y permitiendo ahora mover esta con total libertad, aparecen otros relativos al control que pueden empa?ar la paciencia del usuario. El resultado final es muy neutro, muy en la l¨ªnea de otros tantos t¨ªtulos en el mercado. Quiz¨¢ de lo mejor de esta segunda parte sea el apartado sonoro y el colorido que invade la pantalla por momentos, l¨¢stima que la diferencia de casi medio a?o en salir con respecto al mercado americano no haya sido suficiente para doblar las voces al castellano.