La rave m¨¢s brutal

Previsto originalmente como t¨ªtulo de lanzamiento en los mercados americano y japon¨¦s, MotorStorm s¨®lo vi¨® la luz en 2006 en el pa¨ªs del sol naciente, y adem¨¢s, lo hizo con una versi¨®n que pec¨® de prematura y de limitada en opciones. Evolution Studios, padres de la reputada saga WRC, decidieron retrasar su salida en occidente para ofrecer un mejor acabado; se a?adi¨® un multijugador por Internet y se revisaron los contenidos. Tras ponerse a la venta hace unos d¨ªas en EEUU, el 23 de marzo estar¨¢ disponible en Europa como uno de los t¨ªtulos m¨¢s atractivos de los que ofrece PS3 de inicio.

M¨²sica, velocidad y destrucci¨®n. Esos son los tres pilares b¨¢sicos del festival MotorStorm, una espectacular rave que invade durante todo un fin de semana la anta?o reserva india de Monument Valley, en el desierto de Arizona, Utah. Entre rocas y arena, sus atrevidos participantes pueden tomar parte en 21 eventos de conducci¨®n diferentes -previa adquisici¨®n de la entrada- y adem¨¢s desinhibirse por las noches en un sinf¨ªn de carpas con rock y m¨²sica electro.

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Siete categor¨ªas de veh¨ªculos compiten en ¨¦l; motos, quads, buggies, coches de rally, rancheras, 4x4 y camiones. Ganando carreras mixtas los pilotos podr¨¢n ir avanzando a pruebas m¨¢s arriesgadas con una clara inferioridad frente a sus rivales o sencillamente con un recorrido igual de enrevesado como de mortal. Y es que los trazados de los circuitos en MotorStorm son tremendamente abiertos; el jugador puede explorar y explotar numerosas rutas alternativas y atajos, cada uno ajust¨¢ndose mejor a un determinado tipo de veh¨ªculo.

Pero dichos trazados no est¨¢n exentos de riesgo. Como advierte el indio nativo en la introducci¨®n del t¨ªtulo, el nuevo tipo de guerrero tambi¨¦n se enfrenta al "silencio eterno de las rocas", lo cual debe tomarse como una seria advertencia ante el riesgo de la orograf¨ªa de Monument Valley combinada con la velocidad de la competici¨®n. Es tremendamente sencillo acabar volcando, estrell¨¢ndose contra una piedra, despe?¨¢ndose, incluso colisionar con otro oponente. El enfoque que se ha hecho de los siniestros, con c¨¢mara lenta a lo Burnout, los acerca mucho a la saga de Criterion. El hecho de que los veh¨ªculos tengan un sistema de da?os individualizado hace lo propio con uno de los juegos m¨ªticos de PlayStation, Destruction Derby, con el que MotorStorm comparte p¨²blico objetivo.

Pero su estilo de juego t¨ªpicamente arcade pasa a un segundo plano eclipsado por el que puede ser el apartado gr¨¢fico m¨¢s consistente de todos los t¨ªtulos que salen a la venta con el lanzamiento europeo. Un conjunto que brilla con recreaci¨®n casi fotorrealista de la geograf¨ªa de Monument Valley a una escala inmensa, una ambientaci¨®n excepcional -muy agresiva- en lo que ser¨ªa esta rave de ficci¨®n, velocidad y multitud de efectos visuales como iluminaci¨®n din¨¢mica, carreras nocturnas, barro din¨¢mico, polvaredas de arena volum¨¦tricas, salpicaduras a la c¨¢mara, motion blur y tratamiento cinem¨¢tico de unas colisiones con f¨ªsica havok para las v¨ªctimas. Los pilotos se muestran muy expresivos, especialmente los de motocicletas y quads, que intimidan a los contrarios con varios gestos.

Para retratar esta des¨¦rtica reserva navajo, Evolution no dud¨® en subirse a varios helic¨®pteros y filmar toda su extensi¨®n en m¨¢s de 15 horas de metraje HD a partir del que comenzar a recrearlo de forma digital. El resultado ha sido sobrecogedor; las primeras partidas a MotorStorm impresionan de una manera en la que muy pocos t¨ªtulos de PS3 lo hacen. La secuencia de introducci¨®n ¨ªntegramente generada en tiempo real -como todo el juego- que ofrece numerosos planos lejanos de Monument Valley hace dudar si las im¨¢genes son v¨ªdeo real. Pero la belleza y amplia escala de este valle debe pagar un alto precio; una ambientaci¨®n exclusiva en sus fronteras. No todo el mundo est¨¢ preparado para correr ¨²nica y exclusivamente en un entorno des¨¦rtico, entre rocas y arena, que aunque manejado de forma muy inteligente en sus ambientaciones y fondos, termina pecando de repetitivo.

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Los veh¨ªculos no se quedan atr¨¢s para nada. Sus s¨®lidos modelados de 25.000 pol¨ªgonos sufren da?os en tiempo real dependiendo de los golpes no fatales que reciba en la pista, ensuci¨¢ndose dependiendo del barro de la ruta por la que se desplacen. MotorStorm no es un juego en el que haya pocos siniestros; los rivales sufrir¨¢n accidentes o se ver¨¢n inmersos en disputas con mayor frecuencia incluso que nosotros. Esto se traduce en una carrera trepidante, un toma y daca constante que en visualmente resulta espectacular: embestidas, atascos en los tramos estrechos, veh¨ªculos volando por el aire, impactos con rocas, salidas de pista, etc. El n¨²mero m¨¢ximo de veh¨ªculos en pista llega a los 20 en varias pruebas, aunque var¨ªa respecto unas a otras con un m¨ªnimo de 12.

Mucha culpa de esto lo tiene la IA de nueva generaci¨®n que Evolution ha construido para MotorStorm. M¨¢s de 250 rutinas diferentes que identifican situaciones y act¨²an en consecuencia siempre en una misma direcci¨®n; favorecer el espect¨¢culo. Los rivales no nos lo pondr¨¢n nada f¨¢cil; nos cerrar¨¢n el paso, desestabilizar¨¢n nuestro veh¨ªculo toc¨¢ndonos lateralmente o intentar¨¢n sacarnos de la pista aprovechando nuestras debilidades, sus puntos fuertes y trabajando de forma coordinada con otras IAs para ello. Realmente se percibe un avance significativo en lo elaborado de la inteligencia artificial del juego que refleja el duro trabajo de sus creadores explotando las posibilidades de la nueva generaci¨®n.

MotorStorm presenta dos planteamientos para las carreras; mixtas, con varios tipos de veh¨ªculos implicados -que resultan las m¨¢s divertidas- y por clase, donde s¨®lo toman parte el mismo tipo -y que se carecen del atractivo de las primeras-. Las carreras mixtas son un campo de batalla de roca, barro, arena y metal que se explota sabiamente por los desarrolladores proponiendo retos considerables a base de descompensar los veh¨ªculos participantes; motocicletas contra camiones -y viceversa- o 4x4 contra WRC.

Las condiciones de cada prueba se especifican mediante el sistema de entradas, el modo de juego principal y ¨²nico, exceptuando el online. Cada entrada da acceso a una o varias pruebas de MotorStorm pero presenta unos requisitos de acceso en funci¨®n de los puntos obtenidos. Es tan sencillo como ganar carreras para desbloquear las siguientes y nuevos veh¨ªculos, aunque a estas alturas resulta bastante restrictivo.

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Las siete categor¨ªas diferentes de veh¨ªculos no incluyen un n¨²mero demasiado alto de modelos diferentes por cada una, m¨¢s bien es bastante escaso. Se compensa con skins alternativas para cada coche, moto o cami¨®n; sobre el mismo modelo se var¨ªa la pintura y los dise?os de pegatinas. Lo que resulta inexplicable no es esta austeridad, que parece se ver¨¢ ligeramente ampliada con el contenido descargable -nuevas pistas y veh¨ªculos- que se lanzar¨¢ en breve para el t¨ªtulo, si no que entre la selecci¨®n de una m¨¢quina y otra -y en la carga de la pantalla de selecci¨®n- la consola tarde varios segundos en cargar el elegido en cuesti¨®n.

En la parte estrictamente arcade MotorStorm resulta asequible en la conducci¨®n en determinados tipos de veh¨ªculos como las motos, las ni?as mimadas del juego por su velocidad. El resto no resultan tan accesibles por las particularidades de su manejo; los camiones son lentos y r¨ªgidos, los quads giran de una forma muy personal o los WRC necesitan acostumbrarse a sus derrapes. Cada tipo requiere varias carreras de ineludible pr¨¢ctica dado que MotorStorm exige a sus jugadores versatilidad manejando su cat¨¢logo de veh¨ªculos, algo que resulta una molesta obligaci¨®n si existe alg¨²n tipo con el que no se congenia.

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MotorStorm es tambi¨¦n un juego dif¨ªcil. No por su control, que puede llegar a manejarse en todas las categor¨ªas de m¨¢quinas lidiando con su curva de aprendizaje -ligeramente lenta- y explotando los puntos de fuertes de cada uno, y tampoco por el planteamiento de sus circuitos, si no por los excelentes resultados de los pilotos controlados de la CPU. Resulta muy dif¨ªcil sacar una ventaja que garantice una victoria segura; siempre se est¨¢ expuesto a perder el liderato en la ¨²ltima curva aunque se hayan cuajado 3 vueltas perfectas. Y resulta demasiado frustrante acabar sobrepasado en el ¨²ltimo segundo, no s¨®lo por uno, si no por cinco o seis rivales que entran en tromba en la meta delante de las narices del sufrido jugador.

Para dar m¨¢s juego en las carreras se ha introducido un turbo que funciona por sobrecalentamiento; se puede emplear a demanda del jugador y como este crea oportuno pero siempre y cuando su indicador de temperatura no alcance el m¨¢ximo, si no, explotar¨¢. Es bastante ¨²til, no s¨®lo para apretar en las rectas o ganar impulso en los acrob¨¢ticos saltos que hay a decenas en los circuitos, si no tambi¨¦n para apurar los derrapes en las curvas o para recuperar una posici¨®n perdida tras sufrir un violento choque que haya destrozado el veh¨ªculo.

Otra de los grandes lastres de MotorStorm lo supone la ausencia de cualquier tipo de modo multijugador local; ni siquiera se ha incorporado una opci¨®n para dos jugadores a pantalla partida. Esto le resta mucho valor para jugarlo en compa?¨ªa, casi descart¨¢ndolo, a no ser que se siga la vieja f¨®rmula de correr una carrera cada uno. El multijugador viene por medio de un soporte para Internet y como un a?adido exclusivo a las versiones americana y europea -no se lleg¨® a incorporar en la japonesa- que soporta carreras puntuales para hasta 12 usuarios simult¨¢neos.

Pero el car¨¢cter de festival, de rave, y tambi¨¦n el punto de tensi¨®n que incluyen las carreras habr¨ªa sido dif¨ªcil de imprimir sin una banda sonora a la altura. Un total de 21 temas licenciados con grupos como Primal Scream, Slipknot, Nirvana, Kings of Leon o Wolfmother con Woman, tambi¨¦n incluida en la OST de Guitar Hero II hacen que este punto borde lo envidiable. Es posible activar y desactivar los temas que sonar¨¢n durante las carreras mediante una lista de reproducci¨®n, aunque esto no elimina los silencios entre una y otra canci¨®n mientras se compite. El juego se encuentra doblado al castellano pero las voces en nuestro idioma son escasas, pr¨¢cticamente limitadas a la voz del nativo navajo que narra la introducci¨®n.

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